Eh muerto, pero, abri mis ojos, y me eh convertido en una princesa.
Eh reencarnado en Meredith Hockey, la hija maldita de el duque, a la cual NUNCA le prestó atención. Cuando por fin, en la novela, parecía todo ir por el lado correcto, Meredith muere, no solo una vez, también en los 27 especiales que contiene la novela.
Quiero sobrevivir, pero no quiero desperdiciar mi corto lapso de vida en un plan que salve mi pellejo, si moriré, al menos, está vez, disfrutaré mi vida para irme sin arrepentimientos, ¡Esta Vez No Temo A La Muerte!
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Capítulo 19
Ambos se encontraban en el bosque, un montón de árboles los rodeaban, si, ese fue el lugar en donde se conocieron, un lugar que se había vuelto muy especial para los dos. Meredith mantenía su mirada conectada con la de Aryed, ninguno hablaba, ninguno apartaba la mirada, no querían romper la perfecta atmósfera que había entre ambos.
- Y ¿entonces?, ¿Me extrañas te?- Meredith rompió el cómodo silencio que había entre ellos, Su pregunta le sacó una sonrisa socarrona a Aryed.
Meredith aparto su mirada de la de Aryed, intentando ocultar el tono carmesí que estaba presente en sus mejillas.
- Y si te digo, que te extrañe, ¿Me creerás?- Los brazos fuertes y musculosos de Aryed, rodearon las cintura de Meredith atrayendola más a el. El rubor de las mejillas de Meredith se hizo más notorio, intentando ocultar su rostro entre el torso, lo cual le pareció adorable a Aryed, aunque, no lo mostrara. - ¿Por qué eres tan linda?-
La pregunta dejo desconcertada a Meredith, ella, ante los ojos de Aryed siempre había sido linda, incluso en sus momentos más vergonzosos, ¿Tenía una respuesta específica para su pregunta?. Sus delgados brazos rodearon a Aryed, aspirando su aroma. Ya no era tan común que se vieran seguido como lo hacían antes, habían desarrollado un relación muy cercana, pero no lo suficiente para llamar "íntima".
Aryed jugaba con uno de los mechones de cabello que caían alrededor de el rostro de Meredith, aunque, de un momento a otro, soltó la liga que lo sujeta, dejando sus cabellos azabaches hechos un desastre. Pero le era más fácil apreciar el olor tan fresco y dulce que le ofrecía, también le sería más fácil jugar con el. Si era honesto, le molestaba que Meredith lo recogiera, pero, también le molestaba que todos se quedaran apreciando su belleza, era realmente molesto.
- ¿Mmm?- Algo que describía a Meredith, era su poca energía, aunque siempre mantenía un rostro alegre y sereno, era muy perezosa al momento de tener que levantarse todas la mañanas. Siempre que estaba en un lugar "Cómodo", le invadía la pereza y las ganas de permanecer en el mismo sitio, si, era lo que estaba sintiendo en ese momento.
- ¿Has olvidado que día es hoy?- La burla en las palabras de Aryed no pasó en desapercibido por parte de Meredith, la cual rompió el abrazo y lo miró a los ojos. Una sonrisa se posó en sus labios rojos carnosos.
- No- El cabellos Azabache de Meredith se movió a la par de el viento, aunque estaba hecho un lío, se seguía viendo jodidamente linda y adorable a los ojos de Aryed, quien solo la observaba como la mejor estrella que pudo iluminar su vida.
- Es mi cumpleaños, ¿crees que lo voy a olvidar?- Aunque, Odela no le haya dicho, Meredith ya era consciente que tenían planeado hacer una pequeña celebración entre ellos, también sería una bienvenida a los nuevos reclutas.
- No, se que no olvidarás tu cumpleaños- Otra sonrisa se apoderó de él rostro de Meredith, sabía que Aryed sospechaba que ella sabía acerca de lo que planeaba hacer Odela para ella - Pero, creo que necesitarás ayuda para arreglarte- Dijo con un tono dulce, acercando o
un mechón de cabello azabache hacia el, depositando un beso, haciendo que las mejillas de Meredith tomasen otra vez su tono carmesí.
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'Era una sorpresa no tan sorpresa'.