General Convertido En Consorte De Tres Alfas Superiores

En cuanto abrí los ojos y vi todo a mi alrededor me di cuenta de que no había muerto en ese momento tuve un montón de emociones que variaban entre la felicidad el enojo y la tristeza, felicidad porque al no haber muerto, yo aún podía proteger a mi hijo y a mi hermana, también sentí tristeza y arrepentimiento por ser tan desconsiderado y no pensar en las dos personas más importantes para mí antes de siquiera intentar quitarme la vida y luego furia y enojo por todo lo que me estaba sucediendo cuando solamente pensé en ayudar a alguien que lo necesitaba, en ese momento supe que no servía de nada ser amable y bueno porque de esto solo salían mal las cosas, ya que por un gesto de amabilidad ahora mi situación era infernal.

Después de unos 10 minutos se abrió la puerta y por ella entraron esos tres demonios quiénes aprovechando que yo estaba debilitado se acercaron a mí acariciaron mi rostro y me hicieron una advertencia diciendo:

- si vuelves a intentar escapar de nosotros ya sea con la muerte o con alguna otra manera te juramos que tu amado hijo y hermana sufrirá en vida un infierno y preferirán estar muertos, pero no los dejaremos morir tan fácilmente, así que antes de intentar hacer esto de nuevo piénsalo dos veces.

Luego de eso uno de ellos me sonrió y luego dijo:

- querido esposo antes no tuvimos la oportunidad de presentarnos de manera adecuada, pero, ya que ahora estamos reunidos todos en este lugar procederé a hacer las presentaciones.

Los tres hombres se alinearon frente a mí y después quién dijo que iba a presentarlos comenzó a hablar diciendo:

- él es a quien conocías como Fei Yu, pero su nombre real es Fang Hua, es fácil de reconocer, ya que es el más alto de nosotros tres.

Después de decir eso se acercó al otro y luego dijo:

- él es nuestro hermano mayor el más sabio y amable y tú lo conocías como Fa Li Hua, pero en realidad se llama Fang Yue y por último, me presentó, mi nombre es Fang Shue y soy el hermano del medio entre los tres, antes tu me conocías como Fei Lu.

Después de la absurda y estúpida presentación se quedaron un rato a mi lado el hecho de sentir sus aromas me causaba asco y me enojaba, pero a causa de la pérdida de sangre mi cuerpo estaba tan débil que ni siquiera podía levantar un brazo lo cual me enojaba aún más, ya que me moría de ganas por darles una bofetada un puño o acabar con ellos de una maldita vez pero sabía que mi fuerza no era suficiente para enfrentarme a tres Alfa superiores los cuales eran hasta capaces de cambiar su género.

Luego de dos días en cama finalmente pude recobrar mis fuerzas y Levantarme de la cama lo cual me hacía feliz, pero a la vez me enfurecía, ya que no podía caminar libremente, puesto que ellos me habían puesto una cadena y un grillete en el tobillo del pie izquierdo, esa maldita cadena era pesada y era realmente incómodo tener aquel grillete que no me dejaba caminar libremente.

Los días pasaron y mi cautiverio se hizo más llevadero, ya que gracias a ellos no tenía que hacer nada ya lo único que me dedicaba era a comer caminar ir al baño y dormir, todo era tan monótono y aburrido me hacía casi perder la cordura además el hecho de no tener noticias de mi hermana y mi hijo me hacían entristecer y enfurecer a la vez.

Un día mientras aún me encontraba en cautiverio escuché a uno de mis antiguos sirvientes que caminaba por el pasillo decir:

- no entiendo cómo en general nieto del emperador pudo caer tan bajo ¿acaso le gusta estar encerrado y ser la prostituta de esas tres asquerosos alfas?

Luego de que terminara de hablar aquel sirviente otro le respondió diciendo:

- ¿Por qué dices que le gusta estar encerrado y ser usado por ellos?

aquel sirviente riendo dijo:

- él es un Alfa y aun así ni siquiera ha podido escapar de esa maldita habitación la cual ni siquiera está resguardada, ¿acaso no crees que si no ha escapado es porque le gusta?

El escuchar eso me hizo enfurecer, ya que yo odiaba estar encerrado en aquel lugar y en múltiples ocasiones intenté escapar, pero la maldita cadena que me tenía aprisionado estaba hecha de un hierro forjado especialmente fuerte el cual no podía ser roto con facilidad, además la pata de la cama de la cual estaba sujeta la cadena estaba enterrada en el suelo fijada con hierro fundido lo cual me hacía imposible poder escapar también intenté romper el grillete, pero lo único que logré fue lastimar mi tobillo en un momento dado cuando la desesperación era mucha hasta consideré cortarme el pie para poder escapar, pero luego me pregunté si sería capaz de sobrevivir y mantener a mi hermana e hijo sin un pie y siendo perseguido por esos tres, luego de pensar aquello desistí, ya que cojeando no podría llegar a ningún lado.

Luego de dar explicaciones en silencio me di cuenta de que ahora no valía nada y de que mi prestigio y respeto se había ido al demonio Ya que ni siquiera un mero sirviente me respetaba y se atrevía a hablar mierda de mí, frente al lugar donde yo estaba.

Después de tres días de haber escuchado todo esto, los tres Alfas volvieron a ingresar a la habitación donde yo me estaba quedando ellos me amarraron de pies y manos y uno de ellos se puso tras de mí, me sostuvo con fuerza pegando mi espalda contra su pecho y luego otro abrió mi boca a la fuerza, el tercero quién tenía un cuenco de porcelana en su mano se acercó a mí y vertió el contenido en mi boca, después me cerraron la boca la fuerza y me taparon la nariz obligándome a tragar lo que sea que fuese eso.

Después me soltaron y también se fueron de la habitación dejándome completamente solo allí, al principio pensé que lo que me habían dado era un simple suplemento o algún tipo de veneno para matarme lentamente pero unas horas después me di cuenta de que lo que me habían dado era algún tipo de poción mágica que cambiaba mi género o al menos me hacía entrar en calor Ya que transcurridas 4 horas luego de que me hicieran tomar aquella cosa a la fuerza comencé a sentir un calor intenso y de la nada mi parte trasera comenzó a mojarse cosa que no era normal entre los alfas, en ese momento me di cuenta de que estaba por ser tomado a la fuerza por aquellos tres imbéciles y el hecho de saber lo que estaba por venir me hizo temer y enfurecerme, por eso desesperadamente intenté soltarme de los grilletes que me aprisionaban a aquella habitación para poder escapar de mi Inevitable destino, pero por más que lo intenté no pude y al final lo único que logré hacer fue que la piel que rodeaba mi tobillo fuese rasgada hasta tal punto de verse la carne y los huesos.