Rayza Deyrnas es conocida por todo el reino como la hija mimada del Márquez Deyrnas, su reputación de problemática, irrespetuosa, caprichosa, mimada y malcriada es de dominio público, algo que aleja a todos de ella, amistades y posibles pretendientas, pero esto a Rayza no le importa, amistades falsas y hombres debiluchos no son lo que ella busca, Rayza tiene un plan para su vida muy claro, pero todo cambia cuando el heredero del ducado Zoragarria descubre su mayor secreto y hecha a perder todos sus planes.
Marcel Zoragarria es el heredero de uno de los ducados más importantes y poderosos del reino, es un hombre con sus metas muy bien planteadas, y entre estas no está contemplada Rayza Zoragarria, una joven demasiado caprichosa para su gusto, pero tras descubrir algo impresionante de la joven, Marcel se replantea todo y decide que Rayza es lo que siempre había estado buscando sin saberlo.
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Capítulo 19
¿No? – le pregunta Rayza, aun si poder creer la respuesta de Marcel.
- Mi vista a tu hogar muy pronto se sabrá en toda la capital, y mi propuesta será el tema de conversación en los próximos días, puesto que estoy seguro de que los sirvientes de encargaran de divulgarlo, y si me retracto en estos momentos su reputación se vera afectada, así que, aunque se que no es lo que desea, creo que lo mejor para su reputación será continuar con este matrimonio, y de mi parte prometo no interponerme en su vida y otórgale todo lo que necesite para tener una vida plena y feliz – le dice Marcel a Rayza, y es que, por más que fuera Rayza quién lo rechazará a la sociedad poco le importaría ese detalle, y quien saldría más perjudicada con los rumores seria Rayza, por lo que para el peli azul la mejor solución era seguir con el compromiso y posterior matrimonio, el mismo se encargaría de proporcionarle a Rayza todo lo pudiera necesitar y quien sabe su matrimonio podría ser un éxito.
- Mi reputación no podría importarme menos, así que por eso no te preocupes, así que ve a hablar con el marqués y obtendrás lo que deseas – le dice Rayza de inmediato.
- No lo hare, talvez a usted no le importe su reputación, pero a mi si, sobre todo si yo soy el causante de perjudicarla – insiste Marcel y a este punto Rayza ya no entendía la insistencia de Marcel en casarse con ella.
- Si no va y se retracta ante el marqués, yo nunca lo entrenare – lo amenaza Rayza.
Y si bien a Marcel le dolía dejar pasar esa oportunidad, no cedió, sus deseos de convertir a Rayza en su esposa eran mayores, un deseo que ni el mismo comprendía, solo sabia que desde ese primer encuentro, el cual había sido un desastre, a pesar de que lo intentó, no había podido dejar de pensar en Rayza, y su nuevo descubrimiento sobre la joven termino de cautivar al peli azul, a pesar de este aun no se daba cuenta
- Que así sea entonces – sentencia Marcel, a lo que Rayza se queda muda, y es que la joven creyó que con ese ultimátum Marcel cedería – si no hay más que discutir, iré a ultimar los detalles del compromiso con el marqués – habla Marcel a lo que Rayza lo detiene.
- Espere, aun no vaya – le dice Rayza quien se queda callada por unos momentos buscando una manera de convencer a Marcel de no seguir con esta loca idea.
La principal razón por la que Rayza no quería casarse con Marcel era por que no lo amaba y este no la amaba a ella, pero viendo la insistencia del joven por casarse con ella, Rayza deducía que los sentimientos de Marcel hacia su persona eran más profundos de lo que el mismo Marcel parecía querer admitir, pero no sabia si eran lo suficientemente fuertes como para poder llegar a amarla por competo, pero si lo pensaba fríamente, Marcel era mucho mejor opción que su plan original.
El plan de Rayza consistía en casarse con el viejo al que su padre seguramente la vendería y posteriormente matarlo, haciéndolo parecer un accidente por supuesto, y así quedarse con todo, y si la familia de su futuro difunto esposo se interponía, también se desharía de ellos, después se vengaría del marqués y su hijo, y ya con todos sus asuntos resueltos, buscaria el amor, pero la llegada de Marcel podía ayudarla a adelantar sus planes y es que Marcel era un hombre apuesto, un cabalero en toda la extensión de la palabra, algo cabeza dura, pero un buen hombre al fin y al cabo, y tal vez a su lado Rayza pueda tener aquello que siempre a sido una prioridad para ella, amor, Rayza sabia que si Marcel llagaba a amarle de verdad, la ayudaría con su plan de venganza, y en caso de no llegar a enamorarse, Marcel seria un excelente aliado a la hora de tomar el titulo de su futuro difunto esposo, y que con el apoyo del próximo duque de Zoragarria, Rayza tendría menos problemas en el futuro, aunque algo dentro de la joven le decía que Marcel era la persona para ella, y con su actitud, Marcel dejaba entrever que él sentía lo mismo.
- Te tengo otro trato, uno que nos benéfica a ambos, como te dije mi reputación no me importa ni un poco, pero al parecer a ti si, lo cual es un problema y esta en nosotros encontrar una solución que nos satisfaga a ambos, para empezar quiero aclarar una cosa, yo nunca jamás me pienso casar sin amor, de verme obligada, prefiero ser viuda, pero eres joven, por lo que justificar tu muerte no seria tan fácil, así que hagamos lo siguiente, démonos un año, un año de compromiso, en el cual los primeros 6 meses serán para enamorarnos, de lograrlo, usaremos los siguientes seis meses para planear la boda, por que lo que yo deseo y me merezco no se consigue en poco tiempo y se necesita mucha planeación para que todo salga como quiero, y una vez con la boda lista, nos casamos, y yo como buena mujer enamorada te daré todo lo que me pidas, incluyendo entrenarte y tu como hombre enamorado harás todo lo que te pida, y viviremos felices para siempre, en caso de que en los primeros seis meses no logremos enamorarnos, rompemos el compromiso y por el tiempo que invertiremos el uno en el otro, yo prometo entrenarte y tu me deberás un favor, el cual yo te cobrare cuando desee y tu no podrás negarte, sea lo que sea que te pida, ¿te suene mejor este trato? – le termina de explicar Rayza a Marcel.
El trato que la joven le proponía era una completa locura, pero para Marcel era mil veces mejor a que la joven lo rechazara de inmediato, además de que Marcel se aseguraría de no deberle nunca nada a Rayza, ya que estaba más que dispuesto a conquistar el corazón de la joven que no podía sacarse de la cabeza.
- Acepto el trato – le contesta Marcel sin dudarlo.
- En ese caso, tenemos un trato – le contesta Rayza a la vez que extiende la mano para estrecharla con la de Marcel, pero el peli azul, en vez de estrechar la mano de la joven, la toma suavemente y besa el dorso de su mano con suma delicadeza.
- Tenemos un trato – le responde Marcel a al vez que suelta la mano de la joven, pero lo hace lentamente, acariciando la palma de la mano de Rayza en el proceso – creo que es momento de hablar con el marqués para hacerle saber lo que decidimos y así concretar el compromiso – le dice Marcel a Rayza, pero una vez más la joven lo detiene.
- Antes de irte, quiero disculparme por lo ocurrido en nuestro primer encuentro, fui muy grosera con usted, la verdad no pienso nada de lo que le dije – se disculpa Rayza por ese terrible primer encuentro.
- Prácticamente, yo la estoy obligando a un compromiso conmigo, así que considero que estamos a mano, además, si bien me moleste en el momento, no guardo ningún rencor hacia usted, así que no tiene por qué disculparse – le contesta Marcel, para luego salir rumbo a la oficina del marqués, seguido muy de cerca por Rayza.