En Las Sombras Con Capone

Georgina Romano

Abro mis ojos, adolorida en la cabeza, me cuesta darme cuenta donde estoy, el bip de la máquina me regresa a la realidad, llega a mi en ráfagas la discusión con Daniel y recuerdo perfectamente que me empujó y caí

- Señora Romano, ¿Cómo se siente?- pregunta sorpresivamente el médico

- Adolorida, ¿Cómo estoy?- pregunto

- Una contusión pequeña, nada de gravedad- sonríe

- ¿Cuándo puedo salir de aquí?- pregunto ansiosa

- Mañana, hoy estará bajo observación, así esperamos los resultados de algunos exámenes que le hicieron, descanse- me sugiere

- ¿Daniel está afuera?- pregunto curiosa

- El señor Romano, ya viene, fue por alguna ropa que puede necesitar- me informa

- Puede enviarlo a casa, no es necesario que se quede conmigo- le digo seria

El médico se sorprende con mi petición

- Ha tenido mucho trabajo, quiero que descanse en casa- miento

No quería verlo, iba a aprovechar la oportunidad para terminar con mi matrimonio, esta era la tapa, si no era hoy, ¿Cuándo?

- Está bien- responde el médico y sale de la habitación

Me giro dando la espalda a la puerta, me dolía un poco la cabeza, y ¿ahora que se suponía que iba a hacer?, he estado por tres años con Daniel, ¿Sería libre?, él no me dejaría ir tan fácilmente, siento el sonido de la puerta, debe ser una enfermera

- ¿Me puede traer algo de beber por favor?- digo sin mirar

Siento los pasos lentos hacia mi, pero sin escuchar la voz.

- Aquí tienes- responde

Mi corazón se paraliza, esa era la voz que hizo mil cosas en mi interior, me giro y observó a Salvatore, llevaba una bolsa en una mano y unas flores en otra, sonrío como una tonta, deja las cosas en la silla y se lanza a mi para abrazarme.

- Lo siento, lo siento tanto- me susurra en el oído

Yo cierro mis ojos, esperara que no fuera un sueño, pero su colonia entra por mis fosas, era él, su olor, su calor

- ¿Dónde estabas?- le preguntó

- Te dije que solucionaría todo- responde

- ¿Cómo sabías que estaba aquí?- pregunto asombrada

- ¿Estás bien?, ¿Qué dijeron los médicos?- ignora mi pregunta

- Nada relevante, estoy bien- sonrío melancólica

No sabía sí Salvatore tenía conocimiento de la situación que me llevó a la clínica

- No puedes estar aquí, en cualquier momento puede llegar Daniel o el médico- le digo preocupada

- Tengo todo bajo control- responde tranquilo

Se sienta en la camilla y abre un postre, con una sonrisa me ofrece una cucharada

- Come- sonríe

Yo abro mi boca risueña, esto era irreal, al saborearlo, mi estómago no lo recibía bien, las náuseas llegan de nuevo, las había olvidado.

- Lo siento- digo mientras corro al baño

Salvatore corre tras de mi.

- No me mires así- digo con dificultad, mientras vómito

- No seas tonta- me dice divertido

Se acerca a mí y agarra mi cabello con suavidad, toca lentamente mi espalda

- Aquí estoy- me susurra

Término de vomitar y me recuesto en la fría pared, este me atrae a sus brazos

- Estarás bien, deben ser los medicamentos- sonríe

- Quiero escapar contigo- le digo seria

- Hay algo que debo decirte- me dice preocupado

La puerta del cuarto suena, siento un frío apoderarse de mi, es Daniel, nos matará a los dos, no podía estar nuevamente en esta situación.

- Shhhh, cerré con llave la puerta del baño- me tranquiliza

- Gio, ¿Estás aquí?- pregunta Daniel

- Vete, no quiero verte- le contesto

- Debes hablar con él, para que se vaya- me aconseja

- No quiero- respondo molesta

- Te buscaré más tarde- besa mi cabeza y me ayuda a ponerme en pie

Yo observo que este oculto y salgo, era extraño porque no tenía miedo, no me importaba si Daniel se daba cuenta, ya le había dicho a Salvatore que quería huir con él.

- ¿Qué quieres?- digo molesta

Daniel estaba sentando, parecía tranquilo o simplemente no le importaba nada

- Debemos hablar- responde tranquilo

- No quiero hablar, solo quiero que te vayas de mi vida y me dejes en paz, ¿No entiendes?- le expreso

Daniel se acerca a mí, su sonrisa malvada me daba escalofríos

- Deja el show Gio, te caíste, eres torpe, mañana iremos a casa, tú me esperarás como siempre, mientras yo trabajo- sonríe

- Me empujaste, fuiste la razón por la que estoy aquí, porque eres un maldito hijo de puta- le grito furiosa

Daniel en un intento trata de cubrir mi boca, pero soy más ágil y logro salir de la habitación

- Ayuda!!!- grito

Las enfermeras se acercan preocupadas

- ¿Señora Romano, que ocurre?- me pregunta preocupada

-Mi esposa está alterada, ¿Puede darle algún calmante?- interrumpe Daniel

- No es necesario, estoy bien, no quiero que te acerques a mi- digo molesta

Daniel me agarra ofreciendo una disculpa

- Te calmas, loca- me dice entre dientes Daniel

Recuerdo a Salvatore, él presenció la discusión, todavía seguirá oculto en el baño, ¿Qué me está pasando?, ¿Por qué actuó así?

- Perdón- digo a las enfermeras y vuelvo a la habitación con Daniel

Ya no estaba la bolsa ni las flores, Salvatore se ha ido, o ¿Será que nunca estuvo aquí?, estoy perdiendo la cabeza, no soporto más está situación y solo empiezo a llorar, Daniel tiene compasión por mi, se acerca y me abraza.

- Descansa- lo necesitas

Sin más ánimos de discutir, me acuesto en la cama, Daniel me regala una aromática que trajo la enfermera y con cuidado me ayuda a tomarla

- Tus nervios están alterados- dice Daniel

- Vuelve a casa, estaré bien aquí, no quiero de tu compañía, todo lo distorsiona y me estás haciendo quedar como una loca- le digo mientras tomo un sorbo

- Es que realmente estás perdiendo la cabeza, tienes la idea que te empujé y caíste, te desmayaste, Magda está de testigo- me responde

Le entrego la taza y me acomodo para darle la espalda, no quiero verlo más, estoy realmente agotada de esta situación, cierro mis ojos y quedó profundamente dormida.

Salvatore capone

Estoy fuera de la clínica, estuve a punto de ser descubierto por Romano, tiré las cosas que compré para Gio y presencie la discusión que tenían, estaba a punto de partirle la cara, no fui capaz de defenderla, se siente tan sola, quiere escapar conmigo, yo quiero escapar con ella, agarro un taxi, voy a rescatarla de toda esta mierda, iré a organizar todo para irme con ella, lejos de todo esto.