Sinopsis:
Ana hija de una familia de mafiosos muere y renace en el cuerpo de Luna la hija de un poderoso duque que fue engañada para casarse con el principe heredero de su imperio. Pero al renacer decide cumplir el ultimo deceo de la dueña del cuerpo.... Venganza.
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Capitulo 21
Cuando Luna fue llevada al estudio del emperador junto a Frederix para hablar de lo ocurrido con Max, lo hizo en silencio, como si no quisiera que nadie se enterara de que es lo que pasaba en su relación.
Al llegar el emperador tomo asiento e invitó a su hijo y a su nuera a sentarse.
-Luna, hija. Quiero que me digas, ¿qué es lo que esta pasando con Max? ¿Cómo es eso de que te ha golpeado?
-¡Yo... yo no sé cómo decirle esto majestad!
-¡Solo dilo mi niña! No hay otra forma de hacerlo, que con la verdad.
-Es que desde el primer día de casamiento, Max cambió. Dejó de ser el chico bueno y cariñoso. Empezó diciendo que se casó conmigo para poder ser emperador un día. Luego trajo a una mujer, su concubina. Ella lleva un año en el palacio y desde un principio ha creado conflicto entre nosotros. Hace unos meses, ella dijo estar embarazada y me acuso de tirarla por las escaleras, causándole un aborto y Max, él ordenó que fuera castigada con cincuenta azotes.
-¿Qué?
-Sí, estuve varios días inconsciente hasta que recupere la conciencia y me cure yo misma.
-¿Y eso como es posible?
-Es que descubrí que tengo magia de sanación, alteza.
Sorprendido, el emperador dice...
.No puedo creer que mi hijo te haya tratado de esta manera. Me parecio extraño que trajera a una concubina tan pronto, pero dijo que ya habían hablado de eso y que tu no tenias problema. Por qué no has dicho nada antes?
-No tenía permitido salir!
-¿Qué??
-No se me permitía salir del palacio ni comunicarme con nadie de afuera. Ni siquiera he podido mandar a mi padre una carta desde que se fue.
El emperador estaba angustiado por todas las revelaciones que estaba haciendo Luna. Su hijo no solo ha maltratado a su esposa, sino que también la ha mantenido prisionera, de alguna manera, en su palacio.
-Dime mi niña, ¿hay alguna manera de solucionar las cosas entre ustedes?
-No su majestad. Mi amor y cariño por él, ya no existen. Mi amor ya ha muerto hace mucho tiempo.
Estas palabras las dijo con lágrimas, para que el emperador crea en ellas.
-Esta bien, no insistiré. Pero no puedes seguir así, en este matrimonio donde has sido tratada tan mal.
-Padre, ¿por qué no le das el divorcio? Ella ha sufrido mucho por lo que escucho, Max tendría que ser castigado severamente -
Luna al escuchar la sugerencia de Frederix se emocionó.
-Pero eso solo afectaría a Luna. La gente hablará mal de ella por divorciarse. Y cuanto a Max tienes razón, hay que darle una lección
-Créame majestad, cuando digo que no me importaría todo lo que se dijera, si usted me concediera el divorcio.
-Esta bien, te lo daré. Más no hoy. Será en un mes, mientras preparo todo para que cuando salgas del palacio tengas todo a tu disposición para que lleves una vida cómoda. Te daré una gran cantidad de dinero que pagara Max como castigo.
-Su alteza, yo estoy completamente agradecida con usted por esto que esta haciendo por mí.
-No tienes nada que agradecerme. Es mi hijo quién te ha hecho daño.
Luego de algunas palabras más, el emperador le dijo a Frederix, que acompañara a Luna a un carruaje, para que la llevaran al palacio de Max. Cuando llegaron al carruaje, este le dijo al cochero que se dirigiera hacia el palacio de Max y después ayudó a Luna a subir. Una vez acomodada, él subió detrás de ella.
Luna extrañada le dijo.
-¿Usted me acompañará a palacio?
-Sí, no hay ningún problema, ¿verdad?
-No, ninguno.
Un silencio, entre extraño y agradable, se hizo entre ellos durante todo el camino.
Cuando el carruaje llegó al palacio, Frederix bajo para ayudar a Luna a bajar.
Para despedirse de Luna le dio, un suave beso en su mano. Luna se puso colorada por la situación. Si bien solo era un beso en la mano como despedida, fue algo que le hizo cosquillas en el estómago. Algo extraño, que no había sentido nunca.
Luego del beso en la mano de Luna, Frederix se subió al carruaje y se marchó a su palacio, mientras pensaba en todo lo ocurrido con la joven en la fiesta y todo lo que ella reveló de su relación con Max. Mientras reflexionaba en eso, se empezó a reír al imaginarse la cara que pondrá Max al enterarse de que el emperador le dará el divorcio a Luna y que además hará que el dinero de la compensación salga de su bolsillo.