¿Cuantas veces estas dispuesta a repetir el mismo error? ¿Cuantas veces puedes caerte con la misma piedra?... 4 veces me case con el mismo hombre. 4 veces nos divorciamos. Pero sin dudas ya no existiría una quinta vez, ya había aprendido mi lección de que por más que te aferras a alguien esto no soluciona nada, tampoco te garantiza su amor y al final la única persona lastimada es la que que ama más. Para mí el límite fue esa quinta vez en la que yo misma le pondria un punto final a lo que jamás se debió de alargar tanto.
NovelToon tiene autorización de yanina para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Momentos para recordar.
Me siento mal al ver como todos se nos quedan viendo, estos dos están actuando como niños.
- Porque te quieres llevar a mi esposa.
- Solo le quiero mostrar el camino que ya tú sabes de memoria.
- Yo lo puedo hacer, ya que ella viene conmigo Mark.
- Estoy tratando de ser un buen anfitrión, Francisco.
- Te lo agradezco, pero no hace falta que te tomes tantas molestias con la esposa de alguien más. Cristal di algo.
Hasta que por fin se acuerdan que yo también estoy aquí.
- Mark agradezco tu amabilidad, pero quiero ayudar a mi esposo a subir las cosas.
Siento como suelta mi mano dejándome en libertad otra vez. - Entiendo, saluden a la cámara, chicos y digan lo grandioso que es estar el día de hoy aquí.
Un tipo alto aparece por detrás de Mark y nos apunta directo con la cámara. - Hola, chicos. Francisco tanto tiempo maldito carbón no dijiste que tenías una esposa tan linda.
- Quítame eso de la cara idiota.
Comienzo a pensar que tal vez venir aquí no fue tan buena idea como yo lo creía. Todos aquí se comportan como salvajes y eso que todavía no estamos en altamar, para colmo Francisco ya está de muy mal humor.
- No te alejes de mi lado y tampoco aceptes nada que ninguno de estos animales te dé para tomar.
- Si ellos son tan malas personas porque decidiste que era buena idea venir.
- Así tú lo quisiste Cristal. Yo te dije que no quería y tú insististe, ya que le diste tu voto de confianza al bueno para nada de Mark.
- Sabes que te expreses así de tu propio amigo deja mucho que desear de ti mismo.
- Yo lo conozco perfectamente, pero tú siempre ves algo bueno en las personas. Así que te traje aquí para que comprendas que no todo lo que se ve a simple vista es una realidad, y que las personas suelen ocultar muy bien su lado horrendo.
Así que esto es una lección para mí, no le costaba nada explicármelo detenidamente en su momento, pero ya estamos aquí así que solo me toca aguantar.
- ¿Puedes cambiarte de ropa? Me imagino que has traído un vestido o algo que te cubra mejor.
Miro como estoy vestida, y no le encuentro nada de malo. Digo estoy usando un traje de baño reservado y arriba de este una camisa blanca algo transparente para estar más fresca. Todas las demás mujeres usan piezas muy pequeñas que no dejan nada a la imaginación, y yo en comparación a ellas parezco una mojigata.
- No traigo nada más.
- De verdad tú... Vamos por un trago.
Francisco no suelta mi mano en ningún momento, y me mantiene a su lado como si yo fuera un perro que se puede perder aunque eso es imposible, ya que estamos en medio del mar.
- Así que aquí está la pareja del año. ¿Cómo me dicen que les va? Cristal te ves hermosa el día de hoy.
- Gracias.
- Amigo puedes quitar esa cámara de mi cara, de verdad comienza a molestarme mucho.
- Francisco deja de actuar como un viejo. Todos aquí la estamos pasando bien así que aleja tu nube gris de mi picnic.
- Por qué no mejor te llevas tu pícnic lejos de mi nube gris.
- Ja ja Que ocurrente hijo de perra eres. Cristal que cuentas de nuevo. ¿Te gusta el barco?
- Es muy agradable y todo se ve increíble.
- Pero no tan increíble como lo será Hawái.
- Por supuesto Hawái. ¿Cuándo se van de luna de miel?
- Mañana así que nos quedaremos poco, si tienes pensado irte muy adentro entonces supongo que nos bajamos ya mismo.
- ¿Mañana? Wow ustedes sí que no pierden el tiempo.
Siento un toque en mi costado que me indica que yo soy la que tiene que responder. - Ya vez estamos enamorados, y no tienes idea de la increíble sorpresa que mi adorado esposo me dio.
- ¿Así? Me puedes contar que cosa grandiosa pudo hacer este limón agrio por su linda esposa. De seguro te dio un hermoso collar de diamantes o unos aretes de zafiro.
- No estas ni cerca Mark.. Lleno de plantas mi.. Nuestro cuarto y decoro todo el jardín con mi flor favorita.
- ¿Hizo que?
- Fue la cosa más hermosa de mi vida, nada en comparación con diamantes o zafiro, porque fue algo que Francisco hizo el mismo y eso vale más que cualquier cosa para mí.
- No sabía que este tipo tenía un corazón.
Narra Francisco:
No esperaba que Cristal contará eso, la forma en que lo dijo hizo que todo en mí se estremeciera. Ahora más que nunca quiero que este idiota se pierda para poder estar a solas con ella.
- Ya vete a molestar a alguien más.
- No quiero.
- Cristal vamos a nadar.
- Muy bien, me muero de ganas por hacerlo. Nos vemos Mark.
Francisco me levanta en sus brazos y junto nos lanzamos del barco al mar. Entre risas y paloteo no puedo creer que de verdad me esté divirtiendo con mi amargado esposo.
La tarde de paso rápido y al finalizar el día me vi viajando es su espalda por la orilla del mar.
- Hoy fue un día para recordar, es bueno ver otra parte de ti Francisco.
- Lo mismo digo, no pensé que podía divertirme tanto, y sin dudas lo necesitaba. Voy por tus cosas y volvemos a casa, mañana nos espera otra aventura juntos.
"Otra aventura juntos" Eso si se escuchó muy bien y es el broche perfecto para este día que no fue lo que yo esperaba, pero me sorprendió de una manera única.
Narra Francisco:
La dejo al lado del auto y voy rápido por su bolso, por alguna razón me siento emocionado y lleno de energía. Su risa no la logro sacar de mi cabeza, más porque fui yo quien la provocó durante todo el día.
- Ya nos vamos.
- Bien, veo que si la pasaron genial y con eso me quedo satisfecho.
- Gracias, nos vemos.
Extiendo mi mano para estrechar la suya, pero Mark se queda viendo mi muñeca de una manera extraña.
- ¿Qué pasa?
- Me estaba preguntando por qué no estás usando el reloj que Cristal compró.
- De que reloj hablas.
- El día en que nos encontramos ella estaba comprando un reloj. ¿Por qué no lo usas? Cristal se veía muy feliz mientras se lo daban.
- Ah estás hablando de ese reloj. No quería arruinarlo con el agua salada del mar, nos vemos.
- Buen viaje, y disfruta de tu luna de miel.
Cristal no me dio ningún regalo, pero puede que fuera algo para su padre. Tampoco me puedo dejar llevar de las palabras de este idiota, y pensar mal de ella.