Lyra, una joven de origen humilde, jamás imaginó que su vida daría un vuelco tan radical. A bordo del lujoso crucero llamado Temple, un mundo de opulencia y glamour se abrió ante ella. Entre camarotes dorados y fiestas deslumbrantes, Lyra se encontró trabajando como camarera, lejos de su sencilla existencia. Allí, cruzó su mirada con la del enigmático capitán, Kael. Un hombre de belleza imponente y carácter indómito, cuya mirada helaba hasta los huesos de los más osados. Sin embargo, Lyra, con su inocencia y espíritu indomable, logró derretir poco a poco el frío hielo que rodeaba a Kael, descubriendo un alma atormentada bajo esa fachada de dureza.
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La Isla Secreta
Lyra y Kael se encontraban en la cubierta de su nuevo barco, el "Náufrago". No era tan imponente como el "Ethan Storm", pero era su barco, construido con sus propias manos, con la ayuda de la tripulación rescatada del naufragio. La madera, cuidadosamente seleccionada y trabajada, emanaba un aroma cálido y reconfortante, y la embarcación, aunque pequeña, prometía aventuras sin igual.
Estaban en alta mar, navegando hacia un punto desconocido en el mapa. Lyra, con el cabello ondeando al viento, contemplaba el horizonte infinito, sintiendo una mezcla de nerviosismo y emoción. Habían decidido seguir la ruta que el explorador les había marcado en el mapa del "Ojo de Cielo", buscando nuevas aventuras y un posible tesoro.
"Lyra, ¿estás segura de querer seguir esta ruta?" preguntó Kael, con un tono dudoso. "El explorador no nos dio muchos detalles de lo que podíamos encontrar en esta isla. "
Lyra sonrió, con un brillo en los ojos. "Sí, Kael. Confío en el mapa y en nuestra intuición. Y, además, me encantan las aventuras desconocidas. "
Kael asintió con la cabeza. "Yo también. Y contigo a mi lado, no tengo miedo de nada."
Se besaron, un beso lleno de amor y de confianza. En ese momento, se sintieron inquebrantables, capaces de enfrentar cualquier desafío que se les presentara.
Después de varios días de navegación, divisaron una isla en el horizonte. La isla era pequeña y rocosa, pero tenía un aire de misterio que la hizo sentir a Lyra un poco insegura.
"Kael, ¿qué te parece esa isla?" preguntó Lyra, señalando la isla con el dedo.
Kael observó la isla con atención. "No sé. No aparece en el mapa. Es posible que sea una isla desconocida."
"Tal vez sea la isla del tesoro," dijo Lyra con una sonrisa traviesa.
"Puede ser," respondió Kael con una sonrisa un poco incrédula. "Pero tenemos que ser prudentes. No sabemos qué peligros nos pueden esperar en esa isla."
"No te preocupes, Kael. Vamos a ser cuidadosos. "
Lyra se sentía atraída por la isla. Sentía que había algo especial en ella.
"Vamos a explorar," dijo Lyra, con una voz firme.
Kael asintió con la cabeza.
"Está bien," dijo Kael. "Pero ten cuidado."
El "Náufrago" se acercó a la costa de la isla. Cuando llegaron a la playa, se dieron cuenta de que la isla era mucho más grande de lo que habían pensado. Estaba cubierta de vegetación tropical, con árboles altos y palmeras que se mecian al viento.
"Esta isla es increíble," dijo Lyra, con la voz llena de admiración.
"Sí, es verdad," respondió Kael. "Pero tenemos que tener cuidado. No sabemos quién vive en esta isla." Lyra asintió, sintiendo un cosquilleo de nerviosismo en el estómago. No era la primera vez que exploraban islas desconocidas, pero algo en esta isla la hacía sentir un poco insegura. "Vamos a explorar la playa primero," dijo Kael, tomando la mano de Lyra. "Y luego ya veremos qué hacemos." Caminaron por la playa, contemplando la belleza del lugar. La arena era blanca y fina, el mar era cristalino, y el aire era cálido y húmedo. De repente, Lyra se detuvo en seco. "Kael, ¡mira!" exclamó, señalando un conjunto de huellas en la arena. Kael se acercó a ella y observó las huellas con atención. "Son huellas humanas," dijo Kael, con un tono preocupado. "Y parece que son recientes." Lyra asintió con la cabeza, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo. "Tenemos que tener más cuidado," dijo Lyra, con un tono firme. Siguieron caminando por la playa, con la mirada fijamente en las huellas. Después de unos minutos, llegaron a una pequeña cabaña construida con ramas de árboles y hojas de palmera. "Esta es la cabaña de los habitantes de la isla," dijo Kael, observando la cabaña con atención. "Parece que están fuera. " Lyra se acercó a la cabaña, con la mirada curiosa. "No deberíamos entrar," dijo Kael, tomando la mano de Lyra. "Es posible que vuelvan en cualquier momento. " "Pero me gustaría ver cómo viven los habitantes de esta isla," dijo Lyra, con un tono persuasivo. Kael se quedó en silencio un momento, contemplando la expresión de Lyra. "Está bien," dijo Kael, con un tono un poco nervioso. "Pero ten cuidado, Lyra. No te separes de mí." Lyra asintió con la cabeza. "Vamos," dijo Lyra, con una sonrisa traviesa.Entraron en la cabaña. La cabaña era pequeña y sencilla, pero estaba limpia y ordenada. Las paredes estaban cubiertas con tapices tejidos con fibras naturales, y en el centro había un hogar de piedra con un fuego aún ardiendo. Sobre el hogar había un caldero con un líquido burbujeante y un aroma dulce e intrigante. "Huele delicioso," dijo Lyra, con un tono curioso. Kael asintió, sintiendo un cosquilleo de curiosidad en el estómago. "Parece que los habitantes de esta isla son muy hospitalarios," dijo Kael, con una sonrisa un poco nerviosa. "Sí," respondió Lyra. "Pero tenemos que ser cautelosos. No sabemos quiénes son o qué es lo que quieren." Mientras exploraban la cabaña, encontraron una serie de objetos extraños y fascinantes. Había una colección de conchas marinas de colores vivos, una serie de herramientas de madera tallada, y un conjunto de instrumentos musicales hechos con cañas y cuerdas. "Estos habitantes son muy talentosos," dijo Lyra, con un tono de admiración. "Sí," respondió Kael. "Pero es posible que no estén contentos de que hayamos entrado en su hogar sin su permiso." En ese momento, escucharon un ruido fuera de la cabaña. Un ruido fuerte y extraño que los hizo saltar en sus sillas."Tenemos que irnos," dijo Kael, con un tono apremiante. "No sabemos quién está ahí fuera." Lyra asintió con la cabeza, sintiendo que el corazón le latía con fuerza. Se dieron la vuelta para salir de la cabaña, pero en ese momento la puerta se cerró de golpe, bloqueando la salida. "¡No podemos salir!" exclamó Lyra, con un tono de pánico. Kael se acercó a la puerta y comenzó a golpearla con fuerza. "Tranquila, Lyra. Voy a abrir la puerta." Pero la puerta se mantuvo firme, como si estuviera sujeta con un cerrojo fuerte. "¡Tenemos que encontrar otra salida!" dijo Lyra, con un tono de urgencia. Kael miró a su alrededor, buscando una posible vía de escape. "Hay una ventana en la parte trasera de la cabaña," dijo Kael, señalando una pequeña ventana que se encontraba en la pared de la cabaña, cubierta con una tela gruesa."Vamos," dijo Kael, tomándola de la mano. "Tenemos que ser rápidos." Se acercaron a la ventana, y Kael comenzó a tirar de la tela que la cubría. La tela era gruesa y resistente, pero Kael consiguió arrancarla con un esfuerzo. Lyra miró por la ventana, y vio que se encontraban en un pequeño patio rodeado de árboles y plantas exóticas. "Es un jardín precioso," dijo Lyra, con un tono de admiración. "Sí," respondió Kael. "Pero no tenemos tiempo para admirarlo. Tenemos que irnos." Kael comenzó a subir por la ventana, ayudando a Lyra a seguirlo. "Cuidado," dijo Kael. "El suelo está un poco alto." Lyra se subió a la ventana con cuidado, y se dejó caer al suelo del patio. "Gracias," dijo Lyra, con un tono de gratitud. "De nada," respondió Kael, con una sonrisa un poco nerviosa. Al salir del patio, se dieron cuenta de que estaban rodeados de un grupo de hombres armados con arcos y flechas. Los hombres tenían la cara pintada con colores vivos, y sus ojos brillaban con un aire de amenaza. "Parece que no somos bienvenidos en esta isla," dijo Kael, con un tono firme, aunque sentía un escalofrío recorrer su cuerpo. Lyra asintió con la cabeza, sintiendo el miedo invadirla. "Tenemos que huir," dijo Lyra, con un tono de urgencia. Kael tomó la mano de Lyra, y comenzaron a correr a través de la jungla. Los hombres armados los siguieron de cerca, lanzándoles flechas que pasaban cerca de ellos. "Tenemos que encontrar un lugar para escondernos," dijo Kael, jadeando por el esfuerzo. Lyra se dio cuenta de que estaban cerca de un río. "Vamos al río," dijo Lyra. "Tal vez podamos escondernos en el agua.""No creo que puedan seguirnos en el agua," dijo Kael, con un tono de esperanza, aunque el agua les arrasaba las piernas y la corriente los arrastraba. Los hombres armados se detuvieron en la orilla del río, gritando y agitando sus arcos. "Nos han perdido," dijo Lyra, con un suspiro de alivio. "Por ahora," respondió Kael, con un tono cauto. "No sabemos qué es lo que nos espera en esta isla. " Lyra asintió con la cabeza, entendiendo que la aventura no había terminado. Se dieron cuenta de que se habían separado de su barco, el "Náufrago". "Tenemos que encontrar nuestro barco," dijo Kael, con un tono firme. Lyra tomó la mano de Kael y se apoyó en él. "Lo encontraremos," dijo Lyra, con un tono tranquilo. "Y vamos a salir de esta isla sanos y salvos. " Juntos, enfrentando el desconocido, con el eco del mar en sus orejas y la fuerza de su amor en sus corazones, Lyra y Kael se adentraron en la jungla de la isla secreta, preparados para descubrir sus misterios y enfrentar cualquier peligro que se les presentara.