DESTINOS CRUZADOS.

Dos dias después Fabricio vuelve a encontrarse a la sensual Eluney.

Pero ella está acompañada de otro sujeto.

Tienen una alegre conversación tomando un helado en las mesas de la acera.

Al acercarse un poco más puede notar que ambos se encuentran tomados de las manos.

__ Buenas tardes señorita veo que ya consiguió una nueva conquista.

Eluney lo observa distraída.

__ Disculpe. ¿Acaso nos conocemos? Ah sí eras ese amigo de Luca en la fiesta de este fin de semana. Discúlpame no recuerdo cuál era tu nombre.

__ Me llamo Fabricio y efectivamente soy el amigo de Luca. Pero no sabía que la señorita le gustaba jugar por doble.

Fabricio estaba celoso sin ninguna razón aparente. Tampoco comprendía por qué se metía en un asunto que claramente no le inconvenía a él.

Eluney se levanta de su asiento y con picardía lame su helado.

Lo introduce todo en su boca y luego saborea los restos de sus labios.

__ Mira "Fabricio" Lo que yo haga con mi vida solo me incumbe a mí y a nadie más.

¿Qué tiene de malo que yo una persona adulta salga un día con un chico y al otro ya no quiera volver a verle?

¿Es que acaso eso es un privilegio único de hombres?

O es que acaso yo le tengo que pedir permiso a alguien para decidir qué hacer con mi tiempo o cuerpo.

Es mi vida y yo tengo todo el derecho de vivirla como a mí se me antoje.

Así que te invito a irte por donde viniste y si lo que ves No te gusta, pues apunta tu mirada para otro lado.

Eluney arroja el helado al pote de basura luego se dirige al joven que permanecía sentado observando todo en completo silencio.

__ Andiamo tesoro, it gelato é gia andato a male (Vamos cariño el helado ya se hecho a perder)

Eluney le da la espalda a Fabricio y se marcha sujetando el brazo del muchacho que no entendía.

Nada, pero Fabricio la miraba perpleja porque entendía muchísimo menos.

¿Quién diablos era esa diabla con piel de mujer?

Y por qué razón le llamaba tanto la atención.

Apenado baja su mirada al sentir que su pantalón lo incomoda.

Estaba erecto en medio de la calle y todo fue por esa mujer.

Rápidamente sacó su celular y buscó un número al azar, marcó y contactó con pocas palabras una cita en un hotel esa misma tarde.

Fabricio era un chico que no le gustaba masturbarse.

Gracias a su atractivo siempre tenía a alguna chica dispuesta a satisfacerlo y esa tarde no fue la excepción.

Un mes después como por obra del destino volvió a toparse con esa diablilla de Eluney.

Esta vez en un boliche. La joven estaba acompañada de seis amigas.

Todas se adueñaban de la pista dando un show sensual a los espectadores.

Que las miraban hambrientos y deseosos de poder saborear sus ardientes cuerpos.

Pero ninguna le daba la chanse a siquiera acercarce.

Fabricio estaba acompañado ahora de una linda morena y se encontraron en la barra.