Maximiliano Smith, el último soltero de los Insoportables descendientes, nos contará su historia de amor. Después de una relación fallida y una hija, encontrará a la mujer que haga latir su corazón.
Solo que ella, será un alma indomable y él deberá luchar para penetrar esa dura coraza, si quiere el premio mayor. "el corazón de su amada".
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CAPÍTULO 17
Malena tomó su pequeña mochila. Aquella que trajo desde el internado, donde atesoraba algunos hermosos recuerdos de su amor por Fabián y que aún no estaba lista para dejar atrás.
Ella se acercó al sacerdote y él le dio su bendición a las dos.
Julieth le sonrió a Malena y la guió hacia su auto.
Maximiliano se puso tenso al verlas acercarse. Pero después se sorprendió al verlas subir al auto de atrás.
Era evidente que su madre, no lo quería cerca de la chica y esto lo transformaba en un adolescente rebelde.
Entonces él comienza a planear como hacer molestar a su madre, estos dos días que le quedan en Chicago. Porque se imagina que su madre regresará a Rusia con su nueva protegida. Esa pobre chica, ni sé imagina dónde se metió.
Max sonríe nada más de imaginarse a su tía Lupe, alimentarla para que engorde y a Julieth enseñándole a caminar como una modelo.
Maximiliano no pudo evitar soltar una carcajada, al asociar esa escena con la película favorita de su hija "La princesa guerrera", así le decía la pequeña. Aunque él cree que tiene otro nombre. Pero no importa, solo recuerda algunas vagas imágenes.
Maximiliano se sorprendió al recrear en su mente la escena. Pero involucrando a su madre, a su tía Lupe y a su tía Dalia.
Maximiliano soltó otra carcajada y el chófer lo miró por el retrovisor. Está actitud alegre y divertida, no era muy común en su joven jefe.
—Oh, por Dios. Pobre chica. —susurró Max para sí mismo. Pero algo bueno, había salido de todo esto. Si su madre, no lo quería cerca él aprovechará de pasar visitando a Pamela. Porque hoy se ha sentido extrañamente excitado. Debe ser por todas las emociones del día.
Maximiliano lamenta no haber saludado a Fabián, se notaba que el hombre necesitaba un amigo. Pero su madre, no le dió tiempo ni de pensar. Cuando lo tomó por la mano y lo llevó al auto, para venir por la chica.
—Mocosa salvaje —susurró Max, al recordar el pastel en el piso y a Fabián sobándose las joyas de la corona.
Mientras tanto en la villa Peñalver...
Fabián se había encerrado en el despacho. Había comenzado a beber, quería embriagarse, quería olvidarse de todo.
Afortunadamente, el viejo Bizarro se había llevado a la pequeña Fabiana y la tendrá con él. Mientras los esposos estén de luna de miel. Algo que definitivamente no pasará. Él aceptó este matrimonio solo por proteger a Malena y por estar con su hija. En ningún momento, le importó su esposa, ni sus sentimientos, ni muchos menos sus planes.
Fabián aprovechará este tiempo para tomar y ahogarse en el alcohol. Necesita apagar su fuego interior y tratar de arrancarse el amor que siente por su media hermana.
Denisse se siente frustrada y triste. Ella ama a Malena como una hija y le duele haber visto la decepción en sus ojos. Pero como madre, prefiere que su hijo se aleje de ese amor de pecado y forme un hogar con su pequeña.
Pero ella no pretende abandonar a su pequeña Rebelde. Ella está confiando en que Julieth la encuentre y pueda terminar de educarla y convertirla en una mujer elegante y refinada.
Denisse tiene todas sus esperanzas puestas, en las últimas palabras de su comadre y amiga.
"Creo que encontré a la mujer perfecta para mi hijo"
Ella conoce a Maximiliano y sabe que si Malena y él llegarán a enamorarse. Malena estará muy bien a su lado o en todo caso. Ella se convertirá en una mujer fuerte e independiente.
Mientras tanto, Julieth llega con Malena a su destino.
Malena se sorprende al ver lo hermosa y grande que es la propiedad.
Ella agradece al menos estar bien vestida, para no desentonar con el ambiente.
Julieth la guía hacia adentro y se encuentra con su esposo.
Thiago sonríe al ver a la chica y aplaude el buen gusto de su esposa. Aunque no deja de sorprenderse de su tenacidad.
Solo su esposa es capaz de salir para una boda y regresar con una mujer para su hijo.
—Malena. Te presento a mi esposo Thiago.
Malena se acercó al hombre frente a ella y le extendió la mano.
—Bienvenida. Espero que tu estancia aquí sea agradable.
—Muchas gracias, señor.
Julieth la llevó hasta su habitación y le mostró, toda la ropa que había traído para ella.
—Malena, no es necesario que uses ningún uniforme. Mandé a comprar toda esta ropa para ti. Espero que sea de tu agrado.
—Muchas gracias, señora por esta oportunidad. Le aseguro que no se arrepentirá de contratarme.
—No tienes nada que agradecer. Solo te advierto que mi pequeña nieta. Es un ángel travieso. Pero ella, delante de su padre y de nosotros, no rompe un plato. Pero es muy malcriada y caprichosa con los demás.
Malena no pudo evitar sonreír.
—Entiendo. Prometo tenerle mucha paciencia.
—No, Malena no te confundas. Quiero que la eduques apropiadamente, que le pongas carácter. Debes tratarla como lo haría una buena madre. Con mucho cariño y amor. Pero también con disciplina. Estrella debe conocer el límite de una niña de cinco años. Hace meses que está en una silla de ruedas, porque se encaprichó en bajar las escaleras con los patines y no hubo un adulto que pudiese impedirlo.
—Oh, lo siento. ¿Usted oraba por ella? —le preguntó Malena conmovida.
—Si. Su condición es temporal, pero si no respeta al personal y no cumple con sus terapias con disciplina. Sus piernas comenzarán a perder fuerzas y tardará más en recuperarse.
—Oh lo entiendo. Me esforzaré por ayudarla.
—Malena hay otro punto importante, del cual quiero hablarte. Mi hijo es un poco amargado y arrogante. Pero es muy guapo. Malena por nada del mundo. Te enamores de él.
El cuerpo de Malena se tensó. ¿Enamorarse? ¿Cómo pasaría eso? Si ella aún, no deja de llorar por su amado Fabián. Aún le falta el aire solo de pensar en él.
—No se preocupe, señora. No desaprovecharé esta oportunidad, por nada del mundo. Y en cuanto a su hijo. Le prometo que no tendrá quejas sobre mí.
Julieth conocía perfectamente la historia de Malena y sabía que enamorarse no estaba en sus planes futuros.