Isabella Quintana, una mujer de veintiséis años, que esconde algunos secretos, que quedan al descubierto, cuando su guardaespaldas y, su pareja con la que a vivido durante más de ocho años, en secreto sin que nadie lo sepa.
Tras la muerte de su guardaespaldas, se desencadenan varios conflictos donde,
sé ve implicada, en un accidente.
Donde la culpan a ella de ser la principal sospechosa y, es secuestrada por Alek Petrov, un mafioso, de procedencia Rusa.
Quien está dispuesto a quitarle la vida, con tal de que pague, por lo que ha hecho, pero queda impactado con su belleza, cuando la ve por primera vez en unas fotos.
Acompañame en está nueva historia, a descubrir donde la traición, y la ambición y los conflictos de amor, jugando su papel principal.
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Isabella conoce a Marsha
Alek que después de aceptar la invitación de Andrew, sale de su despacho sube a la habitación a darse una ducha cuando sale se viste con unos jeans negros y una playera del mismo color que marca muy bien sus músculos usa unos tenis del mismo color Alek, ama el color negro por eso casi siempre está vestido de negro, lo único que siempre diferencia es el color de corbata.
Sale de su habitación le da algunas indicaciones, a uno de sus hombres este solo asiente con la cabeza después Alek le pide a Irina que traiga Isabella, y que la lleve a la sala de que necesita hablar con ella.
Mientras Alek está en la sala Anthon llega con Marsha, está al ver a su hermano le dice qué pasa hermano mayor, porque me has mandado a traer.
Ahora lo sabrás hermanita.
Pasan algunos minutos cuando llega Isabella, que es llevada por Irina, Isabella se queda viendo a Marsha que es una jovencita voltea a ver a Alek y, después de un rato los ojos de Isabella se posan en Anthon, que este se la queda viendo sin saber porque ella se le ha quedado viendo así, Alek le dice que si pasa algo Isabella, solo mueve la cabeza en señal de que no pasa nada.
Alex después le dice. * La conoces * Señalando a Marsha.
No nunca la he visto. Le dice Isabella.
Alex le grita. No mientas.
No estoy mintiendo, nunca la he visto de mi vida. No sé quién sea ella.
Pues ella es la persona, que tú diste la orden que matarán, dime qué es lo que ella te hizo, es casi una niña.
Ya te dije que no la conozco y, no tendría por qué hacer lo que dices, es una niña. Le dice Isabella, alzando la voz cosa que Alek le molesta la toma por el cuello, y la lleva junto a Marsha poniéndola casi de rodillas, me lastimas idiota, olvidas que estoy embarazada.
Anthon y Marsha, abren los ojos como plato, al escuchar lo que Isabella ha dicho, pero Alek parece no importarle, de hoy en adelante te encargarás de cuidar de ella de aquí no te irás hasta que mi hermana se recuperé, si ella nunca vuelve a caminar tú serás su esclava.
Isabella se queda en silencio recordó que había dicho que había pedido la cabeza de quién había matado. * K Pero era imposible que esa niña que estaba frente a a ella en esa silla de ruedas tuviera algo que ver con la muerte de* * *K* *
Ya te dije que yo no lo hice, y sí es cierto. Yo pedí la cabeza de quién mató a mi novio, pero no es para que me culpes de lo que a ella le pasó.
Tú mandaste a que la atropellaran.
Isabella se exalta y comienza a gritar. Y cómo sabes que fui yo. Estás seguro tienes pruebas, para culparme de lo que estás diciendo estúpido.
Alek le responde. Recibí una llamada, que fuiste tú la causante del accidente de mi hermana y, ahora vienes a hacerte la inocente Isabella Quintana.
Alek y Isabella discute mientras que Anthon, solo los observa Marsha les grita, que se callen los dos. Que no se dan cuenta que los pueden estar culpando, tu hermano te creía más inteligente, que dejarte llevar por una simple y cochina llamada no creo que ella quisiera matarme.
Por qué defiendes a tu asesina Marsha, casi acaba con tu vida.
Si ella en verdad quisiera matarme, no me hubiera dejado con vida en segundo lugar, me hubiera llevado con ella.
Marsha deja a Alek, por unos minutos en silencio que no supo qué responderle Anthon interviene diciendo. Marsha tiene razón Alek, hasta ahora no hemos encontrado ninguna evidencia más solo la llamada que tú recibiste, eso no quiere decir que ella sea la verdadera culpable del accidente de Marsha.
Isabella se queda en silencio pensando en las palabras de Anthon y lo que ha dicho la chica, podría ser verdad.
Pero quién, después de unos segundos, Alek le dice. Qué piensas **Isabella**.
Pienso que tanto a usted, como a mí nos entendieron una trampa el problema es quién y, creo que alguien se quiere deshacerse de mí, es lo más seguro, no encuentro otra respuesta.
Le dice Isabella a Alek, por muy difícil que le resulte, lo que Isabella le acaba de decir, es la verdad alguien se quiere deshacer de ella, Martha le pide a Isabella, que se acerque a ella, Isabella se acerca a Marsha poniéndose en cuclillas esta le dice. Cuántos meses tienes de embarazo.
Poquito tiempo me acabo de enterar, me gustaría que fuéramos amigas. Isabella extiende su mano y Marsha, hace lo mismo ambas chicas estrechan sus manos y, sonríen después Marsha le dice a Isabella con una sonrisa. Tú eres la chica que dicen que intentó escaparse.
Isabella le sonríe diciéndole. Sí, pero no pude ya no lo haré más, no pondré en riesgo la vida de mi bebé.
Alek interrumpe la plática de las dos chicas, diciendo entonces qué haremos señorita Isabella, porque es usted está en un grave peligro y, en esto me están llevando a mí, entre las patas.
Isabella se queda en silencio, por algunos minutos se retira de Marsha da algunos pasos y, cuando menos se lo espera Anthon Isabella, con tan solo algunos movimientos lo hace caer al suelo, quitándole su arma, Alek casi se le salen los ojos al ver lo que Isabella acaba de hacer.
Esta solo sonríe y después dice. No voy a hacer ninguna estupidez. Esto es para que veas que soy más ágil que cualquiera de tus hombres y, sé quiénes acaban de disparar su arma.
Después le devuelve su arma Anthon, que esté, está sorprendido como sabía ella dónde buscar su arma si traía, en una de sus botas, Anthon le pregunta para salir de duda. Cómo sabías que mi arma estaba ahí.
Tengo una agilidad que nadie puede tener, siento el olor a pólvora, disparaste tu arma verdad, o le quitaste la vida a alguien.
Alek se queda viendo y, quiere salir de duda y jala por la mano a Isabella, llama a varios de sus hombres que quedan a una distancia considerable, de Isabella está lo señala Alek le pregunta si han disparado sus armas estos le responden que sí que estaban entrenando. Cómo diablo lo sabe.