Elysia pensaba que había encontrado el amor verdadero en los brazos de Davian, su esposo, pero la traición y la codicia hicieron añicos sus sueños. En un fatídico encuentro en medio del océano, ella descubre que Davian y su mejor amiga, han conspirado para despojarla de su fortuna y de todo lo que ama.
Destrozada y abatida, Elysia cae víctima de sus maquiavélicos planes. Sin embargo, en las profundidades del océano, una poderosa entidad le da una segunda oportunidad, depositando todo su poder en su cuerpo. Así resurge con un nuevo propósito y una sed insaciable de venganza, Elysia se convierte en la encarnación de la justicia.
¿Qué crees qué pasará ?, ¿Logrará Elysia su objetivo?¿Encontrará él amor en el camino ?
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Capítulo .11.
Ambos se pusieron de pie y se dirigieron hacia Elysia. Rhyse, con el ceño fruncido y los ojos llenos de furia, alzó la voz, su tono desgarrador resonando contra las paredes de la calle.
—¡Hiciste esto a propósito, ¿verdad?! ¡Incluso llamaste a los de la prensa!
Elysia, erguida y con una expresión que oscilaba entre la inocencia y la determinación, mantuvo la calma. Su voz suave provocaba la sensación de que todo estaba bajo control.
—Solo te pedí que lo hicieras. Lo demás… no tengo idea. No sabía que iban a venir aquí.
Era un acto de malabarismo emocional; las palabras de Elysia flotaban en el aire como un desafío. Con su mirada expectante, se volvió hacia Davian, su rostro adornado con una dulzura que hacía palidecer la ira de Rhyse.
—Cariño, tú sí me crees, ¿verdad?
Davian sintió un tirón en su corazón, atrapado entre dos mundos. Las palabras de Elysia estaban impregnadas de una fragilidad que le hacía querer protegerla, pero el evidente sufrimiento de Rhyse lo mantenía alerta. Con una mirada que buscaba respuestas en su interior, sopesó su respuesta, hasta que, con un gesto de resignación, bajó la cabeza y asintió.
Ese simple movimiento fue como una chispa en un barril de pólvora. Rhyse estalló, su rabia desbordándose al lanzar el saco que sostenía al suelo. Girando sobre sus talones, su intención de irse era clara, pero el bulto de emociones que creó la situación casi pareció obligarla a quedarse.
—¡Espera! —gritó Davian, pero sus palabras fueron como hojas al viento, perdidas en la brisa de la discordia.
Justo cuando Rhyse estaba a punto de cruzar la calle, Elysia, con una expresión que parecía contener secretos, la interceptó.
—¿Qué piensas hacer?
Davian, sintiendo un peso en su pecho, se inclinó hacia Elysia, su voz casi un susurro.
—Solo quiero intentar arreglar las cosas entre ustedes. Después de todo, son mejores amigas.
En el fondo, Elysia recordó momentos más sencillos, cuando las risas eran la norma y la amistad, sagrada. Sin embargo, esa inocente perspectiva se desvanecía con cada palabra que salía de la boca de Davian.
—Sí, claro, lo que realmente quieres es ir y consolar a tu amante —pensó.
A pesar de la tempestad de sentimientos que la abrumaban, Elysia se mantuvo firme. Esbozó una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.
—De acuerdo, tú ve.
Las palabras flotaron en la atmósfera pesada. Mientras Davian se alejaba, Elysia sonrió internamente, alimentando un fuego oscuro y profundo.
—Aprovechen bien el tiempo que les queda, porque no los dejaré ir tan fácilmente; deben pagar por lo que le hicieron a mi bebé.
....***FLASHBACK***....
El recuerdo la golpeó como una ola fría. Elysia, sentada en el sofá de su hogar, el cansancio marcando cada línea de su rostro. La preocupación y la tristeza la envolvían, pero ahí estaba Rhyse, acercándose con un tazón de sopa humeante, su sonrisa cálida y reconfortante.
—Esto podría ayudarte a recuperar energía —dijo Rhyse con un gesto cariñoso, posando su mano sobre el vientre de Elysia.
Elysia sintió como la calidez de las palabras de Rhyse se filtraba en su interior, justo lo que necesitaba en ese momento. Así que no dudó, tomó el tazón con agradecimiento y empezó a beber la sopa que le habían ofrecido. No obstante, unas horas después, comenzó a experimentar una sensación de mareo y debilidad. Los recuerdos de aquel día se presentaban ante ella de manera difusa, como imágenes distorsionadas, pero había un sentimiento que permanecía grabado en su mente.
El profundo dolor y la desesperación que la embargaba tras la pérdida de su bebé. Cuando finalmente despertó, se encontraba en un hospital. La luz blanca y cegadora del lugar la incomodaba, mientras que el monótono sonido de los monitores resonaba a su alrededor. Movió instintivamente sus manos hacia su vientre, buscando la presencia de su bebé, pero no sintió nada. La angustia se apoderó de ella, y con voz temblorosa y alterada, se volvió hacia el doctor que estaba a su lado.
Las horas se convirtieron en días, y el momento en que Elysia despertó en un hospital, sin su bebé, había marcado el inicio de una pesadilla interminable.
—¿Por qué no siento a mi bebé? ¿Dónde está? —preguntó, el temor y la confusión reflejándose en sus ojos.
El doctor, con un rostro cargado de tristeza, se acercó a Elysia para darle la devastadora noticia.
—Lamento profundamente tener que decírtelo, pero no logramos salvar al bebé. Has tenido un aborto, aunque aún no hemos podido determinar la causa con exactitud.
Las palabras del médico resonaron en su mente como un eco cruel, y sintió que su mundo se desmoronaba a su alrededor, como si todo lo que conocía estuviera colapsando en un instante. La sensación de pérdida la invadió con una fuerza abrumadora, y su corazón se llenó de una melancolía insoportable.
A las pocas horas, Davian entró en la habitación, sosteniendo a otro niño en brazos. La mezcla de emociones se convirtió en un caos interno.
—Acabo de perder a mi hijo y tú me pides que críe a otro —el dolor reventaba en su voz, desbordando cada recoveco de su ser.
Los días pasaron y la atención de Rhyse hacia el bebé se intensificó, convirtiéndose en una obsesión. Elysia observaba cómo su mejor amiga intentaba enseñar al pequeño a pronunciar "mamá", un acto que la llenaba de celos indescriptibles.
—No deberías hacer eso. Este niño es mi hijo —su voz temblaba con la mezcla de amor y posesividad.
Las tensiones entre ellas crecieron, pero Elysia mantuvo una fachada elegante mientras cavaba en lo más profundo de su ser.
.........VOLVIENDO AL PRESENTE...... ...
Ahora, la venganza burbujeaba en el interior de Elysia, y sus pensamientos eran ecos retumbantes de dolor.
—Se los prometo, haré que enfrenten sus peores temores, y que cada grito de dolor se convierta en un eco eterno de su propio tormento. Seré la oscuridad que los envuelva y los arrastre a las profundidades donde no hay redención ni descanso.
Mientras Rhyse corría por las calles, su mente rebosaba de confusión y furia. La traición de Davian la quemaba.
—No puedo creer que Davian le haya creído... ¡Aah! Elysia pagará por esto, te lo aseguro.
Ambas, sumidas en sus propios laberintos de venganza y dolor, se dirigían hacia un inevitable choque. La historia de amistad y traición se transformaba en un oscuro relato de decisiones fatídicas. Y en la intersección de sus caminos, el amor, la traición y la venganza danzarían en el aire, dejando tras de sí un rastro de ecos de redención que aún debía resolverse.