Dea Ashnot
Mi vida habia estado cuidadosamente planeada incluso antes de nacer, el destino estaba escrito para mi, una maldicion y una bendicion, como saber cual escoger, como saber cual era el camino correcto, a que destino me llevaría cada decision que tomara, ellos se llevaban cada parte de mi, haciendome pedazos y volviendome a unir como un rompecabezas.
Eran mi perdición y Mi salvacion, Mi silencio y mis gritos, Mi destino y mi verdad.
Cuando llegara la hora de escoger, a quien escogería?
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Hola mis queridos lectores, esta es la segunda parte de mi novela, La luna sangrada del Rey Alfa, la historia de la hija de Azula y Alec. Espero que la disfruten❤️
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11. Asco
Definitivamente no sabia que me habia dejado mas en Shock, el hecho de que la primera palabra que mi odioso y salvaje Lycan habia pronunciado era justo la que no deseaba oir "compañero", o que esas palabras estuvieran dedicadas a las dos personas a las que mas habia deseado en algun momento de mi vida y con las que menos queria estar ahora, o que despues de decir esa maldita palabra se habia callado, el maldito enloquecedor sonido que me habia acompañado por dos años seguidos se habia callado. Aprete mis labios con fuerza no queriendo que esas palabras salieran de mis labios jamas, mire hacia adelante como si no hubiera sucedido nada y me sente en el cabezal opuesto de la mesa, lo señores del consejo se sentaron a mi derecha y izquierda en los asientos vacios que estaban designados a cada uno de ellos, Violeta y Roma se quedaron en la puerta y Safira y Eliam se pararon uno a cada lado de mi. Mire hacia al frente observando los ojos de ellos, mis malditos compañeros, sus ojos expresaban tantas cosas, los mios no podian expresar nada desde hace mucho tiempo mas que vacio, un pozo oscuro y vacío que no tenia fin.
El señor que estaba al lado de ellos se levanto y hablo.- Bienvenida Reina, esta ante la presencia del Rey Alfa del Sur Rhys Volk y su compañero Alfa Azuma Stronghold.- Reprimi el sonido que queria salir de mis labios, Su compañero Alfa, Era su maldita Luna, para que adornarlo tanto, era una estúpidez.
- Bienvenida Reina, espero que su viaje haya sido Tranquilo.- Su maldita voz me golpeo en el pecho como si me hubiera atropellado un camion de carga, lo mire seria intentando controlar mis malditas emociones.
- Comencemos.- Todos voltearon a verme incredulos frente al evidente desprecio que habian mostrado mis palabras, no tenia tiempo para sentimentalismos y tonterias cuando estaba luchando una guerra dentro de mi cada maldito dia, que mierda importaba si mi viaje fue bien o no, que importaba si eran mis malditos compañeros o lo que sea esa mierda, habiamos venido aqui a algo, la etiqueta era malditamente relevante.
Mire al consejal indicándole con una sola mirada que era el maldito tiempo para que hablara, el consejal se paro y comenzo a contar toda una estupida historia que se alargaba cada segundo mas y mas, para que tantas vueltas a un maldito asunto, un sonido de molestia estaba creciendo en mi garganta a cada minuto, abri el enlace mental con eliam
Agua.
Voy.
Corto y preciso, que tanto le costaba decir una mierda como esa, para que tanta palabrería, solo maldita perdida de tiempo, Eliam se movió rapido y regreso a mi lado poniendo un vaso de agua frente de mi, lo tome en mi mano justo cuando el consejal al fin solto las palabras.
- Fuimos informados que aquellos atacantes eran gente del sur, robaron a alfas de nuestras tierras y incluso asesinaron a dos de sus guere...- Nisiquiera termino de hablar cuando un vejete del otro lado se levanto golpeando la mesa.
- Esas no son mas que patrañas, gente de su lado se ha metido a fisgonear en nuestra tierras y robar a nuestras mujeres y ahora vienen aqui con mentiras a decir que nuestra gente los esta robando
El vaso que habia en mi mano se volvio añicos, los pedazos volaron hacia mi clavándose en mi pecho, brazos y parte de mis senos y nisiquiera eso logro apaciguar la molestia que crecía en mi, todos los ojos se posaron en mi.
- Estas insinuando que miento? que vine aqui a perder mi maldito tiempo con mentiras.- pude sentirlo como el aire cambio, todos sus corazones latiendo descontrolados, sus lobos escapándose a las profundidades de sus mentes y dejándolos indefensos ante mi, el hombre bajo la cabeza incapaz de seguir manteniendo mi mirada.
- Reina tambien hemos tenido reportes de lobos sin manada del norte que han cruzado la frontera y han robado a mujeres.- La voz de Azuma se metió por mi oido, subiendo a mi cabeza, infiltradose en mi torrente sanguíneo y viajando a todo mi cuerpo, mis ojos viajaron a los de el, oscuros, penetrantes y malditos ojos que hacian lo que mas nadie podia hacer, poner mi corazon a martillar, le mantuve la mirada seria.
- Tienen pruebas de eso?
- No las tenemos, solo son palabras, sin embargo hemos comenzado a investigar, todavia no hemos conseguido nada, Usted tiene pruebas de lo que su consejal dice?.- Mis ojos viajaron hacia Rhys, siempre tan malditamente imponente, sus ojos claros mirandome como si pudiera derribar todas mis murallas y entrar en lo mas profundo de mi ser, si... eso jamas sucederia.
- Tampoco tenemos pruebas y si hubieran dejado terminar de hablar al consejal, hubiera podido terminar de explicarlo todo.- Clave mis ojos en el idiota que lo interrumpio y lo vi temblar, su piel palida como una hoja, podia matarlo ahora mismo sin siquiera moverme y nadie se enteraría.- Solo fueron reportes de alfas que llegaron a nuestras manos, pero tambien estamos averiguando.
- Perfecto entonces déjenos saber que consigue y haremos lo mismo.
- Perfecto, no me gustaria tener que dudar de la paz ya decretada entre Territorios.- Lo mire seria y el sonrio.
- No tendria porque.
Idiota
- Hora de irnos.- Me levante de mi asiento y todo siguieron el mismo camino, sali del lugar con el corazon intentando salir por mi boca, la sangre en llamas, los gruñidos del Lycan volvieron a escucharse mientras llegábamos afuera y sorprendentemente me hicieron sentir en casa, volveria a mi territorio y me sentaría en mi maldito trono entonces todo estaría en paz.
- Dea.- un grito se escucho y mis pies se detuvieron en el pavimento, Dea... hace tiempo nadie me llamaba por ese nombre sin que viniera acompañado de Reina, escuche sus pasos llegar hacia a mi, no necesite voltearme para saber quienes era.
- Pequeña diosa.- una mano se anclo a mi muñeca y todo mi cuerpo estallo en chispas, en cualquier otro momento esto hubiera sido maravilloso y revitalizante, en este momento solo me provocaba furia y asco, gruñi soltando mi mano de su agarre y voltee hacia.
- Soy Reina Dea... y no vuelvas a tocarme sin mi permiso.- Sus ojos me miraron con sorpresa y dio un paso hacia atras.
- Reina Dea... queriamos pedir permiso para visitar su manada, quiero ver a mis padres y...
- No necesita permiso.- lo mire a los ojos con una mirada gelida.- Nunca lo necesitaste.
Me di la vuelta y subí a la camioneta dando por terminada esta reunión, volvería a mi lugar y me movería hasta mi trono, abrazando la sensación de la paz que eso me daba, eso era todo lo que quería, lo único que yo anhelaba.
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Holis, aquí inserto, foto de los protagonistas de esta historia ❤️❤️
Dea 🔥
Rhys 🔥
Azuma 🔥