ANÓMALOS

«No debo fallar»

Sofía me había dado la orden de disparar contra el primer vehículo del convoy. De esta forma obligaría al resto de vehículos a detenerse, y así iniciar el rescate del señor David. Entonces, realice el disparo y logré impactar al vehículo, provocando una explosión segundos más tarde.

—Bien hecho... Eres realmente increíble, Jessica.— exclamó Olivia con entusiasmo.

—Gracias.

—Hasta lograste volcar otro de los vehículos del convoy.— dijo mientras veía con los binoculares.

Cuando Olivia mencionó lo del vehículo que volcó, apunte con mi arma en esa dirección, y trate de observarlo por mi misma.

—Es cierto... Espera... Hum... Olivia, ¿Logras ver quién está saliendo del vehículo?

—Sí. Dylan... El cazador de anómalos.

—Bien.

Una vez sabiendo quien era la persona que estaba saliendo de aquel vehículo, preparé mi arma para realizar un segundo disparo. Siendo una oportunidad perfecta para eliminar al cazador de anómalos.

—¿Vas a dispararle?

—Sí.

—Si fallas el disparo... Revelarás nuestra posición y ese tipo vendrá por nosotras.— dijo algo preocupada Olivia.

—No lo haré. Tú confía en mí.— exclamé con confianza.

—Bien.

Reuní Kuxtal en el arma, y tan pronto como se puso de pie presione el gatillo, liberando así una bala hecha de Kuxtal. Cuando la bala estaba a escasos dos metros de impactar al cazador de anómalos, este creo un escudo y logró repeler el disparo.

—¡Fallaste!

—Ya lo sé.

—Vamos... Hay que irnos de este lugar.

—Voy.

Mientras Olivia y yo intentábamos bajar de la meseta, una explosión se produjo justo en el único camino que nos permitía descender.

—... Rayos.

—¿Y ahora qué hacemos?

—Busquemos otro camino que nos permita bajar.

Por suerte para ambas, logramos encontrar otro camino que nos permita descender, pero este parecía más peligroso que el anterior.

—Vas a ir tú primero, ¿Bien?

Solo asentí levemente a las palabras de Olivia para poco después comenzar a bajar lentamente por el camino que encontramos.

—¡Lo logré!... ¡Ahora es tu turno, Olivia!

Cuando Olivia se encontraba a mitad de camino, la meseta fue sacudida por otra explosión. Sin embargo, está segunda explosión había sido mucho más fuerte que la primera, provocando que partes de la meseta se vieran abajo. Tras unos cuantos segundos, una tercera explosión volvió a sacudir la meseta. Luego de haber recibido los dos impactos y que parte de la meseta se viniera abajo, una enorme nube de polvo cubrió todo el lugar.

—¡¡Olivia!!... ¡¡Olivia!!

—¡Estoy bien!

(Suspiro)

Cuando ambas creíamos que todo estaba bien, una esfera de Kuxtal de aquel sujeto atravesó la nube de polvo e impacto directamente contra Olivia.

—¡¡No!!

—Así que aquí estaban. Malditos anómalos.— exclamó una voz masculina.

Aquella voz había puesto mis sentidos completamente en alerta, pues ya sabía que se trataba del cazador de anómalos; conocido por no tener ningún tipo de compasión con los anómalos, pudiéndose asegurar entre mucho de nosotros que se trata de un demonio disfrazado como un simple humano, claro, esto último sin muchas pruebas que la den como cierta.

Apunte mi arma en la dirección en la que se habría producido la voz de aquel sujeto y, una vez que la nube de polvo se dispersará, le dispararía tan pronto como tuviera la oportunidad de hacerlo.

«Si pudiera detectar el Kuxtal como lo hace Sofía o el señor David... No tendría que esperar hasta que la nube de polvo se disipará. Cómo odio esto»

—Hola.

Mi cuerpo quedó completamente inmóvil con solo escuchar su voz a escasos centímetros de mí. Nunca antes había experimentado algo parecido. Traté de girar mi cuerpo y así ver al cazador de anómalos, pero me era imposible, realmente no podía realizar ni el más mínimo movimiento. «Responde... ¡Vamos!» Y de un momento a otro había salido volando, cayendo a tres metros desde donde estaba originalmente. —!Aaaay!... — «Duele... Duele mucho»

Ahora sentía un dolor insoportable en mi espalda, tal era aquel dolor, que no pude evitar soltar algunas lágrimas. Pase de no poder mover mi cuerpo por culpa del miedo, a no poderlo mover por el dolor que provocaba el movimiento más insignificante.

—¿Cómo se atreven a atacar el convoy?

—...

—Hum... No podremos arrestar a todos. Tendré que eliminar a algunos.— exclamó con una sonrisa maliciosa.

Tras haber escuchado lo que dijo el cazador de anómalos, mi mente comenzó a imaginarse todas las muertes posibles que podría darme este demonio.

«¡Ayuda!, necesito que alguien me ayude... Por favor»

—¡Tú! ¡Maldito monstruo!

Olivia había aparecido desde el cielo, como si se tratara de un ángel que viniera a rescatarme tras escuchar mis llamados de ayuda o, así lo veía yo.

—¡¿Estás bien, Jessica?!

—Sí.— (Toser) —Sí, estoy bien.

—Así que viniste a salvar a tu querida amiga.

—Nunca la dejaré atrás, no importa que o quien se interponga.

—Hum, veamos si es... ¡Cierto!— exclamó antes de abalanzarse contra Olivia.

El cuerpo de Olivia fue rodeado completamente por el Kuxtal, y segundos más tarde aparecieron unas extremidades formadas por Kuxtal; aquellas extremidades se conectaban a Olivia, siendo muy parecidas a los tentáculos de un pulpo. En total, Olivia había creado seis de esas extremidades. Olivia lanzó los seis tentáculos contra el cazador de anómalos, pero este los esquivó con suma facilidad, provocando que todos los tentáculos se clavaran en el suelo.

«Sí que es rápido el tipo»

El cazador de anómalos parecía estar jugando con Olivia, pues simplemente esquivaba sus ataques uno tras otro, nunca intentando atacarla, a pesar de que podría hacerlo con la gran velocidad que cuenta.

«Esto se ve mal. Si Olivia sigue atacando de esta forma... Se agotará antes que el cazador de anómalos»

Durante los siguientes minutos el combate se trató de lo mismo, en el que Olivia atacaba y el cazador de anómalos se dedicaba a esquivar los ataques. Aunque los ataques de Olivia se estaban volviendo más lentos con el pasar del tiempo, indicando que se estaba cansando lentamente.

«¿Cómo puedo ayudar a Olivia?... ¡¿Eh?!... ¿Por qué está viendo en otra dirección?»

El cazador de anómalos se distrajo por unos segundos, tiempo que le permitió a Olivia lograr darle un golpe con los tentáculos. Sin embargo, este se protegió con sus brazos, los cuales recibieron todo el impacto del golpe de Olivia, solo provocando que este retroceda por un par de metros.

—Parece que dejaremos nuestra pelea para después.

—¡¿Eh?!... Ya entiendo. Solo debes decir que huiras.— exclamó Olivia burlonamente.

—Si hubiera ido en serio desde un inicio... Ustedes ya estarían muertas desde hace tiempo.— dijo de forma amenazadora.

Después de haber dicho tales palabras, el cazador de anómalos se fue tan rápido que pareció usar un salto espacial como lo hace Kevin.

—¿Por qué se habrá ido?— pregunté un tanto desconcertada por lo que sucedió.

—No lo sé, pero es bueno para nosotras... Así podremos escapar.— dijo con una sonrisa algo forzada.

Olivia me sano tanto como pudo, después me ayudo a levantarme del suelo, y así tratar de llevarme al vehículo en el que habíamos llegado.

—¿Cómo te encuentras?

—Estoy mejor.

Entonces, el vigía que trajimos con nosotros, paso por encima de nuestras cabezas.

—Le preguntaré a Sofía lo que ve desde arriba.— exclamó Olivia mientras buscaba el comunicador.—Hum... No lo encuentro.

—¿Qué dijiste?

—No encuentro el comunicador.

—... ¿Se habrá caído?

—Probablemente sí...

—¿Qué hacen aquí?— exclamó una voz masculina.

—Estamos recuperando energías, señor Izan.— dijo Olivia con una sonrisa.

—¿Están seguras de que se encuentran bien?— dijo algo preocupado por nuestra apariencia.

—Sí.— respondimos al unísono Olivia y yo. —Solo estamos cubiertas del polvo que desprendió la meseta.— exclamó Olivia.

—Y... ¿Usted qué hace aquí, señor Izan?— pregunté con algo de curiosidad.

—Yo terminé aquí por culpa de uno de los cazadores de la DCA.

—¡¿Eh?!— exclamé confundida.

—Estaba peleando contra uno de esos cazadores, y la pelea me terminó trayendo hasta aquí.

—Ya veo.

—Bien, ya que están aquí, les diré lo que deberán hacer.— cambiando su voz tranquila a una completamente seria.

—Sí.— respondimos al unísono Olivia y yo.

—Yo ya me encargué de todos los agentes y oficiales de policía que estaban resguardando el convoy. Kevin ya destruyó uno de los cazadores, y como les dije hace un momento, yo me encargué del otro. Akiro destruyó todos los vigías, por lo tanto... Solo quedan los dos agentes de rango uno de la DCA; Kevin y yo nos encargaremos de ellos, mientras ustedes rescataran a David y lo curarán, ¿Entendido?— las dos asentimos a lo dicho por el señor Izan. —Yo iré primero, ustedes esperen algunos minutos.

—Sí.— exclamamos las dos.

El señor Izan se marchó primero, mientras que Olivia y yo esperamos unos cinco minutos para partir.

—¿Puedes hacerlo?, ¿O quieres esperar aquí?— preguntó Olivia con cierta preocupación.

—Ya estoy bien... No necesitas cuidarme tanto.

—Está bien... ¡Es cierto!

—¿Qué?

—No llevas tu arma.

—Es verdad. Parece que realmente no podré apoyar en nada.

—Espera aquí.

—¿A dónde vas?

—Por tu arma. Vuelvo en un segundo.— dijo Olivia mientras se alejaba con rapidez.

Olivia solo tardo cinco minutos para regresar con mi arma entre sus manos.

—Aquí está.

—Gracias, Olivia.

—No es nada.

—¿No encontraste el comunicador?

—Sí, pero una roca cayó encima de el... Bien, vamos a rescatar al señor David.

—Sí.

Cuando llegamos a la cima de una de las colinas que se encuentran a los lados de la carretera, pudimos apreciar como uno de los agentes de rango uno se acercaba a Akiro, quien estaba inconsciente en el suelo.

—Olivia... Tú deberías ir por el señor David.

—¿Estás segura? No creo que puedas hacer mucho ahora mismo.

—No te preocupes... Solo le dispararé de lejos. No voy a pelear directamente contra ella.

—Bien. Nos vemos después.

Una vez que Olivia se dirigió a liberar al señor Izan, me posicione con mi arma en la cima de la colina y espere a tener a mi objetivo en la mira; tan rápido como tuve la oportunidad de disparar, presioné el gatillo del rifle y una bala hecha de Kuxtal salió del arma. Pero la bala fue detenida por el escudo que realizó la agente.

—Hum... «¿Se dirige al convoy? ¿Quiere resguardarse en uno de los vehículos?... Veamos si puedes detener la siguiente bala»

Entonces, presione el gatillo una vez más y una segunda bala salió disparada del arma, sin embargo, está logro destruir el escudo.

«Bien»

Para el tercer disparo concentré una cantidad de Kuxtal mucho más grande que las dos veces anteriores. El disparo era tan poderoso que logró romper el cañón del arma. Cuando la bala estaba a pocos metros de impactar contra la agente, una esfera de Kuxtal apareció de la nada e impacto contra la bala, generando así una gran explosión.

«Rayos... Otra vez ese monstruo» pensé mientras observaba al cazador de anómalos acercarse a su compañera.

—¡Jessica!

—Olivia... Señor David, ¿Se encuentra bien?

—...S-Sí... Estoy bien... — exclamó con una ligera sonrisa en su rostro.

El señor David no se encontraba para nada bien, pero parece que no quería preocuparnos a Olivia y a mí. Él tenía la piel más pálida de lo normal, sus ojos mostraban signos de no haber dormido nada y eran notables algunas heridas en su rostro. Además, la forma en la que hablaba era muy lenta, pareciendo más a un zombi que a una persona.

—Vámonos.— dijo Olivia mientras comenzaba a caminar.

—¡ja! ¿Realmente creen que las dejaré irse?

El cazador de anómalos acorto la distancia que había entre nosotros y él en cuestión de segundos.

—Esta vez no las dejaré con vida.— dijo mientras creaba una esfera de Kuxtal entre sus manos.

Antes de que pudiera lanzarnos aquella esfera, el señor Izan golpeó al cazador de anómalos en el rostro y lo lanzo a varios metros a la distancia.

—Jessica, llévate a Akiro.— exclamó el señor Izan mientras sostenía entre sus brazos a Akiro.

—Sí.— dije mientras sostenía a Akiro.

—Váyanse ahora... Les daré tiempo para escapar.

—¡¿Qué?! No lo dejaremos solo, señor.

—Olivia... Ese monstruo no dejará de perseguirnos. Ustedes dos deben irse con David... Kevin ya está en el vehículo, aunque también se encuentra inconsciente.

—Señor...

—¡Olivia!, es una orden.— exclamó con fuerza y seriedad.

—S-Sí.— dijo con tristeza. —Vamos, Jessica.

(Asentir)

—Señor Izan... Por favor tenga cuidado. Lo esperaremos en la isla.

—Ustedes también tengan cuidado... Nos vemos después.

Cuando llegamos al vehículo, Kevin ya había despertado, pero parecía estar algo confundido.

—Kevin, nos vamos.— exclamó Olivia mientras acomodaba al señor David en uno de los asientos del vehículo.

—... ¿Y el señor Izan?... Olivia, ¿Dónde está el señor Izan?

—Él se quedará a distraer al cazador de anómalos.— dije con tristeza.

—¡¿Qué?! ¿Y ustedes no lo detuvieron?— exclamó molesto Kevin.

—Fue una orden.— dijo Olivia antes de encender el vehículo.

Kevin comenzó a avanzar en dirección al convoy de la DCA, pero Olivia salió del coche y lo detuvo.

—¿A dónde crees que vas?

—Iré a ayudarlo.

—Tú solo serás un estorbo para el señor Izan.

—¡¿Qué?!

—Estás herido y agotado... ¿Cómo piensas ayudarle?

—... Aún así no pienso dejar que se sacrifique por nosotros.

—Kevin... Sube... Al vehículo.— exclamó el señor David.

—... Tsk.

Kevin subió al vehículo a regañadientes, aunque podía entender que no quiere dejar solo al señor Izan, y mucho menos si se enfrentaría a un monstruo como lo es el cazador de anómalos.

Después de que todos hubiéramos subido al vehículo, Olivia comenzó a conducir hacia la costa, donde se encontraba el ferry que nos llevaría de regreso a la isla.

«Señor Izan, por favor regresé a salvo»