La saga vannecelli (18+)
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Los hermanos dimistris y valka jefes de la organización Rusa,hicieron el juramento asu padres de vengar su muerte desde su niñez, por varios años se preparon para su cruel y despiadada venganza. Lo que no tenia planeados los hermanos es que entre ese odio encontraría el amor...
estos hermanos dejara su venganza aun lado por el amor?
te invito aque lo descubramos juntos
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Capitulo 11
-Luego que los trillizos y Caelis se retiraran, me quedo observando a Dante con molestia.-
¿De verdad vas a apoyarlos?
Dante, los conocemos bien. Nuestros padres los castigarán, pero ellos seguirán haciéndolo. Es mejor tenerlos bajo nuestro control.
Tienes razón. ¿Qué pasará si mi tío y mi padre se enteran? No quiero que me lleven por delante. No tienes idea de cómo se pone mi padre cuando tiene ira.
No te preocupes, yo hablaré con ellos. Tampoco pienso ocultárselo. ¿Otra cosa, pudiste averiguar algo?
¿Te refieres a Valka?
Sí.
No, es muy difícil solo con el nombre. Al menos averigua sus apellidos.
Sí.
Me tengo que ir, mi Emma me espera.
Dime, ¿cómo sigue su embarazo?
Muy bien. El doctor nos dijo que en tres meses dará a luz a mi hijo. Ella debe de estar en reposo.
Me alegra. Mándale saludos de mi parte.
-Lo veo retirarse. Tomo la tarjeta y marco a Valka. Segundos después, ella me contesta.-
—¿Hola?📲
—Hola, señorita. Soy Black. ¿Cómo estás?📲
—¿Black? Yo estoy bien, ¿y usted?📲
—Estoy bien. Quería invitarte a cenar. ¿Podría pasar a recogerte a tu casa?📲
—Sí, pero mándame la dirección del restaurante. Llegaré.📲
—Bien, te lo mandaré por mensajes. Cuídate.📲
-Cuelgo la llamada, tomo las llaves de mi auto y me dirijo a la empresa de mi padre. Veinte minutos después, estoy en la sala de juntas con mi padre y mi tío Santiago.-
Bueno, Black, ya estamos aquí. ¿Qué deseas hablar?
Papá, yo acabo de hacer un acuerdo con los trillizos y Caelis. Más bien con la líder.
-Mi padre me mira con curiosidad mientras mi tío cruza sus manos, arqueando una ceja.-
Descubrí quiénes eran los que vendían la nueva droga XT. Para sorpresa mía, o ya no tanto, eran ellos quienes la vendían, y Renzo fue quien la creó.
-Mi padre se toma de la nuca.-
¿Caelis qué tiene que ver con esto?
¿Tío, de verdad me lo preguntas?
Ella era una de las distribuidoras. Además, ella es la líder y los maneja a su antojo.
Esa pequeña niña. ¿Ves, Brytiago, por dónde lleva a mi niña? Tus hijos son una mala influencia.
Ay, por Dios, Santiago, no te hagas. Muy bien sabes que tu niña no es tan inocente. Siempre ha estado como uña y mugre con mis hijos. Como lo escuchaste de Black, ella es quien los manipula a su antojo. Ahora no quieras echarle la culpa. Más bien debemos pensar en un castigo para ellos. Los mandaré a una escuela militar.
A Caeli la mandaré a una escuela de monjas.
-No puedo evitar reírme a carcajadas de solo imaginar a mis hermanos con uniforme encerrados en una escuela militar y a Caelis vestida de monja.-
Cálmense, por favor. Ellos son potenciales para la organización. Papá, si ya dejaste que Gian te ayude con los sistemas y el control con el FBI, y Thyler cree armamento para ti, pues dejemos que Renzo haga drogas para nosotros. De igual manera, si ustedes se lo prohíben, ellos lo harán, pero si los apoyamos, los tendremos controlados. Caelis sabe controlarlos y es muy buena negociante.
-Ellos se miran entre sí.-
Pero Caeli es una niña.
Black tiene razón, Santiago. Tu niña en cinco meses cumplirá 18 años. Debes dejarla crecer.
-Veo cómo mi tio pone los ojos en blanco.-
Así como dejaste ir a Sofía. Pero está bien, tú, Black, responde por ellos.
Así será, tío.
-Minutos después, me retiro. Han pasado varias horas hasta que me encuentro en el restaurante. Me levanto de la silla a observar esa hermosura de mujer de cabello rojo que me tiene cautivado. Me acerco a ella, la tomo de la mano y le doy un pequeño beso. Le ayudo a sentarse.-
Qué hermosa te ves, Valka.
Gracias, tú también estás guapo.
-Pasadas más de dos horas, donde nuestras charlas son amenas, decidimos retirarnos.-
¿Qué tienes pensado hacer este fin de semana?
Nada, ¿por qué?
¿Te gustaría pasarlo conmigo?
-La veo pensativa. Me brinda una sonrisa y me dice que sí. Manejo por más de 50 minutos hasta llegar a una hacienda que está fuera de la ciudad.
Al llegar, nos bajamos. Al entrar, nos acomodamos en la sala, mientras busco una botella de vino.-
¿Solo estamos los dos?
Sí, la encargada de la limpieza está descansando. Solo están los guardias y los encargados de cuidar a los animales.-
¿Animales?
Sí, aquí hay caballerizas. En estos días me trajeron un tigre blanco.
¿Un tigre? ¿Puedo verlo?
Sí, mañana te lo presentaré y haremos una cabalgata. ¿Te gustaría?
Me encantaría.