El Momento De La Venganza

James Thompson está en una reunión de directorio, de una de las empresas de su padre, siempre le ha parecido que los negocios de su progenitor marchan a un ritmo muy lento comparados con los suyos; sin embargo, es necesario asistir, debe plantar su presencia y asegurarse de hacer saber, que en el fondo él es que da la última palabra, su cantidad de acciones se lo permitía y su prestigio lo avalaba, de pronto empieza a recordar lo ocurrido hace seis meses.

...*** Hace seis meses ***...

Un hombre estaba colgado de los brazos en un almacén, tiene varios moretones en el cuerpo, pues ha recibido muchos golpes con un bate de béisbol; ni siquiera se le puede reconocer el rostro, escupe sangre y lo único que anhela es la muerte.

La puerta del almacén se abre, un hombre viene arrastrando de los cabellos a una mujer, le jala la cabeza para que vea perfectamente al hombre que está colgado. Ella tiembla, sabe que no se va a salvar del castigo que le espera, sabía perfectamente que James Thompson cobra muy caro la traición, pero su deseo desenfrenado y la lujuria desmedida le hizo perder la razón.

- "Despídete de tu amante, porque tu calvario recién empieza", dijo James Thompson, de manera tan serena, como si la vida de dos personas no se fuera a extinguir frente a sus ojos.

James Thompson es un importante empresario, que ha hecho lo que sea necesario para estar en la cima de la riqueza y el poder; su padre es un magnate especializado en fondos de cobertura, Alonso Thompson era un hombre casado cuando se involucró con quien se convertiría en la madre de su segundo hijo varón. Alonso era más condescendiente con su hijo e hijas mayores, en cambio, con James sería muy exigente y abusivo; James solo se enfocó en ser el mejor y más poderoso que su padre, ahora con treinta y ocho años es un hombre de negocios, quien brinda apoyo a quien lo ayuda, pero destroza a quien le juega sucio, sin importar el método que tenga que usar para lograrlo.

...James Thompson...

La mujer que arrastraba era su esposa, Milena Farré, una pelirroja de veinticinco años, modelo de pasarela; el hombre que cuelga había sido contratado para ser su guardaespaldas y hace seis meses iniciaron su relación clandestina, mientras James estaba en Milán. Fue su hermano mayor Richard Thompson, quien le mandó las fotografías que evidenciaban la traición.

Richard odiaba a su hermano, aunque simulara lo contrario, había logrado más éxito y prestigio que él, y su padre Alonso le decía siempre que de nada había servido invertir tanto en él; que pese a todos sus contactos con empresarios, políticos y fuerzas policiales, su nombre no resonaba tanto como el de James, por eso siempre buscaba la manera de lastimarlo de manera indirecta, ya que sabía que en un enfrentamiento frente a frente, tendría las de perder.

Con el rostro lleno de lágrimas, Milena se arrodilló a los pies de James, haciendo un último intento de preservar su existencia.

- "Por favor James, no me mates. Sé que me equivoqué, tu lejanía y frialdad me hicieron sentir tan indiferente para tí, sé que no son disculpas, solo que me dejé llevar y lo siento. Por favor no me mates, por los años juntos, te juro que antes de esto nunca te fallé, te lo juro, me iré muy lejos, no sabrás nada de mí, pero no me mates", suplicaba Milena.

- "Siempre has sabido como soy desde que me conociste, siempre te di todo lo que querías, cumplí cada uno de tus caprichos, eras la reina de mi casa; y tú solo te revolcaste con otro, como la perra que realmente eres. Puedo amar mucho a una persona, pero no importa quien sea, la traición la cobro con la vida, venga de quien venga, pero tranquila, tendré compasión de ti, no vas a sufrir mucho", dijo James acariciando el rostro de su esposa, y luego cortando el cuello sin compasión.

La sangre le salpicó el rostro, soltó el cuerpo como si de un saco de basura se tratara; sacó un pañuelo, se limpió el rostro, luego con su encendedor lo quemó y se quedó mirando hasta que se hiciera cenizas.

- "Terminen con él, luego ponen los cuerpos en el auto de ella, y hacen que caiga en un despeñadero; asegúrate que el automóvil explote cuando caiga. Los noticieros deberán asegurarse de transmitir la noticia, de que he quedado viudo, ante el trágico accidente de mi esposa", expresó James dirigiéndose a Thiago Pianini, su hombre de confianza.

El hombre de mirada siniestra asiente, y da las órdenes a su equipo de trabajo, mientras James sale del almacén, y sube al vehículo que lo estaba esperando.

...******...

James está saliendo de la sala de juntas y su hermano Richard se acercó a él, James lo quedó mirando, no le dijo ninguna palabra y siguió caminando.

- "James voy a ir a las playas del sur este fin de semana, ¿pensaste en lo que te comenté?", preguntó Richard.

- "Ir hasta allá para comprar una puta, no gracias", respondió James.

- "Las costeñitas son muy bonitas, piel bronceada, algunas bastante jóvenes", insistió Richard. "Puedes conseguir una que te puedas traer por un tiempo, para las noches frías, sin tantas complicaciones de una esposa, que encima te traicionan", agregó, con clara alusión de recordarle el engaño de su esposa.

- "No suelo tener noches frías, dime la verdad de tu insistencia y tal vez te acompañe", manifestó James con mirada fría.

- "Tengo que simular un viaje de negocios para llevar a alguien importante, en estos lugares serían más fáciles de descubrir, la discreción es importante en las cumbres políticas", expresó Richard.

- "¿Y qué gano?", preguntó James.

- "Ayudar a tu hermana. Jajajaja, supongo que eso no es motivo, te puedo vender acciones que aún no están en venta de la cadena de joyerías. Vamos James...", insistió Richard.

- "El beneficio que vas a obtener de seguro va a ser una ley que te ayude a explotar algo. Voy a hacerte este favor, y compraré las acciones, pero me deberás algo, hermanito", manifestó James, alejándose.

Richard sonríe, no solo quiere sacar provecho con el político, quiere obtener una herramienta para usar después contra su hermano, ha conseguido una mujer para seducirlo y meterla en su casa para conocer sus secretos.