VENDIDA.

Narra Emiliano.

Odio cuando tengo que hacer este tipo de trabajo.

Una chiquilla de sólo 16 años es el objetivo está vez.

La he seguido de cerca estos últimos días. Necesito comprobar si la mercancía está en buen estado.

Aparentemente no tiene pareja, sólo un amiguito que la acompaña todos los días.

Se ven cercanos pero no íntimos.

Me llega la orden de que está noche debo ir por la chica.

Al llegar al lugar me encuentro con una cara conocida.

Una que después de llevarse el dinero del préstamo no volví a ver.

Al llamar a la puerta lo atiende Andrea que no se nota sorprendida por la presencia de aquel hombre.

__ ¿Sabe por que estoy aquí verdad?

__ Claro que si joven maestro. Pero Sienna todavía no regresa.

Espero ansioso a que llegue ya quiero terminar todo. No se como le voy a hacer para soportar a una mocosa en mi casa.

El jefe me la ha entregado como obsequio por mi cumpleaños número 26.

Despresiarla sería despreciar al mismísimo señor Antuan.

El sabe perfectamente que odio esto. Me está poniendo a prueba para garantizar mi lealtad.

No tengo más opción que acceder y complacerlo. Aunque no quiera tendré que llevarme a la chica conmigo.

Por fin la maldita chiquilla llega. Se le ve confundida.

De igual manera me la llevo a la fuerza. Yo tampoco tengo deseos, pero es mi maldito trabajo.

Esa noche bajo la mirada expectante de mis hombres, que en este momento sólo son los ojos y oídos del jefe la llevo a mi habitación y tengo sexo con ella.

Efectivamente era Virgen.

Un cuerpo nunca tocado por ningún hombre me enciende al máximo.

Es la primera mujer en mi vida que es solo mia.

Puedo ser libre cuando estoy con ella. Odio usar preservativos cada que tengo relaciones, así que aprovechó al máximo la sensación placentera que me brinda mi regalo.

Tengo que ser convincente y uso más fuerza de la normal.

La tomo salvajemente para que las personas de la mansión sepan que es de mi propiedad y que me gusta usarla.

Para que ha ninguno de esos bastardo se les ocurra tocarla. Y sobre todo para que el jefe sepa que me ha gustado mi puto regalo.

He encontrado la forma de mantenerla sumisa y que no se resista. Con sólo nombrarle a su hermana ella se vuelve tranquila.

Pero un buen día mi suerte acaba.

Recibo una llamada de Dominic, quiere que lo recoja y lo aloge en mi casa por una noche.

Se perfectamente que quiere saber mi relación con esa muchacha.

Tal como lo sospechaba, la devora con la mirada.

No puedo permitir que la toque. Porque de ser así ya no me serviría de nada.

¿De que me sirve un juguete usado por otros?

Después de intentar algo totalmente absurdo, no logró disipar la atención de Dominic.

Observó como esa tonta niña le da una terrible felación.

Lo sé muy bien por que yo fui primero y sentí morir por su ineptitud.

No se si lo está haciendo a propósito para fastidiarnos o solo es estúpida al máximo.

Sacó lo más pronto a Dom de la habitación. Quien sabe si quiera usarla de igual manera después de todo.

La sola idea me desagrada y no lo pienso permitir.

Esa noche la pasamos en un burdel que le pertenece a su familia.

Se nota toda la diferencia que hay entre estas mujeres y la chiquilla que yo tengo en casa.

Me dispongo a informarle a Lola que quiero que me visité. Esta vez como maestra.

Ella sabe perfectamente como me gusta el sexo.

Así que espero que le enseñe algo bueno a esa niña.