La venganza sería la manifestación de la emoción pura, mientras que el castigo lo sería de la razón pura. Después de la muerte de su padre a manos de un líder terrorista, nuestra fénix como es llamada Cristin en la agencia de seguridad nacional. Busca el castigo para el asesino de su padre, así logra que él atente contra su vida, en ese despiadado acto Cristin pierde a su única hija, llevándola ha perder el camino. Pero al igual que el fénix, resurgirá de las cenizas para buscar justicia por el amor que le fue arrebatado. Zaid era un pequeño que vivía en la calle, adoptado por Yassir el enemigo de Cristin nuestra agente que sigue sus pasos, pero su verdadero nombre era Gael. en cierto momento queda dividido entre proteger al fénix o proteger al que ha sido su salvador y su padre toda su vida. El amor no siempre es sencillo, o leal, o romántico, también sabe ser amargo y doloroso. Podrán Zaid y Cristin sanar sus heridas, para poder tener un futuro distinto al que les fue impuesto.
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Cali
Capítulo 20
Zeus estaba literal en el pasillo del departamento de Marina, cuando una pareja de jóvenes llegó a abrir. Quedó realmente extrañado, pero tenía que saber ¿quiénes eran?
—Disculpen, ¿ustedes conocen a la mujer que vivía aquí?—preguntó Zeus
—No para nada, lo acabamos de alquilar. Ahorita vamos a mudarnos.—respondieron
—Les agradezco.—dijo Zeus y se marchó
El departamento era la única manera de llegar hasta ella, decidieron buscar la empresa arrendadora para saber los datos de Marina antes de que Zaid regresara, decirle lo que estaba ocurriendo sabían que lo pondría de mal humor. Simplemente lo habían rentado a través de una aplicación, así que no tenían acceso a la información del arrendador.
📲—Dame una buena noticia, por favor.—respondió Abdul
📲—En verdad no la hay, el departamento de la señorita Marina fue alquilado por unos jóvenes. Busque sus datos en la arrendadora, pero al parecer ella lo había hecho a través de una app. Así que no hay rastro de ella, es como si no existiera. Su nombre debe ser falso.—respondió Zeus, sabía que Abdul era el más indicado para darle la mala noticia a Zaid.
Pero en ese momento Zaid estaba ocupado con Dasha, estaba discutiendo con el. Ella había visto las redes sociales del hotel de Abur, donde se habían publicado fotografías de Zaid con Khadijah.
—Prometiste que nunca ibas a volver con esa mujer, ya olvidaste todo el daño que me hizo. Soy una ingenua en pensar que realmente te importo, la culpa siempre ha sido mía por creer en tus mentiras.—le reprochaba Dasha
—Su hermano es mi socio, además no hay pruebas de que ella te haya enviado asesinar. Estoy realmente cansado de tener que darte explicaciones de lo que hago o dejo de hacer, lo mejor es que terminemos. Retiró mi promesa de cuidar de ti, voy a regalarte el lugar donde vives y voy a indemnizarte por todo el tiempo que fuiste mi amante. Pero esto se termina aquí.—decía Zaid decidido a terminar con esa situación absurda, Dasha lo abofeteó
—Te vas a arrepentir de esto.—lo amenazo y salió furiosa, Zaid se sentó en su rostro se veía el hartazgo de la relación que había sostenido con Dasha durante muchos años, simplemente había llegado a su límite.
—Disculpa que te moleste, Zaid. Zeus llamó para hacerte saber que Marina no va a volver a Milán. Tal parece su departamento fue alquilado a alguien más, además que no hay datos sobre ella en ningún lugar, ni una sola pista de su paradero.—le decía mientras Abdul pasaba saliva
—Vigilen a Dasha que no se vaya a lastimar, si es necesario contrata una enfermera y que vaya el psiquiatra a revisarla. Acabo de terminar con ella, prepara todo para irnos a visitar a Mendoza. Debo poner orden en aquel lado del mundo, al mismo tiempo debemos buscar a Marina en aquellos países. No voy a descansar hasta que vuelva a mi, jamás la dejaré que se vaya.—insistía Zaid
—como tú ordenes.—respondió Abdul y salió de inmediato para preparar todo para su viaje. Le sorprendió la actitud de Zaid, pero sentía un gran alivio.
Mientras tanto en Cali nuestra querida Cristin, visitaba la hermosa ciudad había aprovechado para hacer su contrato de internet, conocer lo más que pudiera de sus costumbres y la manera tan peculiar en la que hablaban.
Caminaba por cada calle, aprovechaba para hacer unas compras. Después de mucho tiempo, por primera vez se sentía como una mujer completamente normal. Traía unas caja y unas bolsas con ropa que había comprado, sin darse cuenta un extraño hombre chocó con ella, tirando todas sus cajas y bolsas al piso
—Discúlpeme no la pude observar.—se dispuso a ayudarle aquel apuesto caballero a recoger todo del piso, el salía del banco cuando atropelló a Cristin por accidente. Ella no pudo evitar cruzar su mirada con la de él.
—También yo iba distraída, lo lamento.—respondió Cristin regalándole una sonrisa
—Permíteme que pague lo que haya roto, debo ser más cuidadoso. Soy Mateo Roiter.—se presentaba, Marina no podía dejar de sentirse avergonzada cuando él la miraba, era realmente un hombre muy atractivo
—Soy Marina Cortes mucho gusto, no hay necesidad es ropa y zapatos.—respondió Cristin
—Tu acento no es de Cali, ¿de dónde eres?.—preguntó Mateo
—Acabo de llegar a la ciudad vengo de Estados Unidos. Mi madre nació aquí, estoy conociendo.—respondió Cristin, se le hacía extraño que él le provocara confianza.
—Bienvenida, ahora debo irme pero ten mi tarjeta. Me gustaría ser tu guía de turistas, piénsalo y si te animas me llamas. Adiós Marina.—dijo Mateo mientras su chofer le abría la puerta de su coche.
Cristin sonreía había sido un encuentro muy extraño, y después de varios días a su mente se hizo presente Gael. Estaba segura que no volverían a coincidir mientras ella no volviera a Milán. Además para que, pensaba ella. Si Gael tenía muchas mujeres que lo entretuvieran y a la cual ella había sido parte de esa lista de sus conquistas y nada más.
Cristin volvía a casa, se probaba toda la ropa que había adquirido. Sin duda pensó en Mateo y en su propuesta para mostrarle la ciudad. Aún así duró toda la tarde, la noche y parte de la mañana del siguiente día pensando en aceptar su ofrecimiento, tenía dudas pero al final cedió. El celular daba timbre.
📲—Mateo Roiter, soy Marina qué tal si salimos a comer.—decía
📲—Sería todo un honor para mí.—respondió Mateo
Acordaron una hora en específica y se encontrarían cerca del mismo banco en donde coincidieron. Mateo acababa de salir de una reunión, mientras caminaba hacia el lugar donde lo esperaría Marina, no pudo evitar ver lo hermosa que lucía. Era una mujer muy atractiva y sensual, algo tenía que hechizaba hasta al más fuerte.
—Te ves muy hermosa, reservé en uno de los mejores restaurantes de Cali. Me haría el honor.—dijo Mateo mientras le ofrecía su brazo para caminar hacia el lugar que estaba a pocos metros de ellos, ella lo aceptó
Estaban disfrutando de la comida y la compañía, Mateo era inteligente. Le platicaba sobre la ciudad, principalmente su historia etc. más que nada para que ella conectara con sus raíces. Después pasaron a las preguntas personales, como la profesión de cada uno, gustos y demás. Cristin se sentía realmente cómoda conversando con Mateo era realmente un hombre interesante. Sin embargo en momentos, no dejaba de pensar en Gael, era sumamente extraño que se hiciera presente cuando lo único que ella quería era estar en paz. Más que nada no compararlos pero era imposible.
Después de una comida agradable, Mateo tenía otra reunión importante que atender, como todo un CEO su agenda realmente estaba saturada, se despidió de Marina pero prometiéndole que la llevaría a recorrer la ciudad para compensarla. Marina accedió entregándole la dirección donde podría encontrarla, subió al auto de Mateo para que su chofer llevara a Marina devuelta a casa, a Mateo le agradaba.
Cristin y su tía encontraron el amor de hombres que supieron valorarlas y amarlas incondicionalmente.
Gael y Yaman a quienes sanaran su corazón del dolor.
Felicidades Nay un final maravilloso 👏🏻✨💖😘