Amor A Conveniencia

salimos de la empresa, Maximiliano envío a Joshua a qué llevará a Adriana hasta su casa, el me tomo del brazo y me guío hasta su auto.

pude ver a lo lejos como Adriana me veía con picardía.

entramos al auto en silencio, y así seguimos todo el camino, podía ver de reojo como Maximiliano se removía en su asiento incómodo.

llegamos a la casa todo estaba en silencio.

-voy a darme una ducha- le dije mientras me dirigía a las escaleras.

el se apresuró y me tomo del brazo llevándome a rastras al despacho.

-te dije que vamos a hablar.

-no entiendo cual es el problema.

-vi como me observabas, cuando amaia salía de mi oficina.

-ah esa era amaia- fingi asombro- que interesante, ya calaron su mal entendido?

-no, ella entro a mi oficina, le pedí que saliera pero comenzó a desvestirse.

-y tu encantado de que lo hiciera.!- le dije sarcásticamente

-que?! no, de dónde sacas eso?

-yo le pedí que se fuera victoria, pero ella insistía.

-me imagino que lo hiciste por tu matrimonio falso.- sabía que la ironía en mi voz era palpable.

-Basta victoria, yo no hice nada de lo que crees, quería explicarte.

-y porque debería de creerte?

-porque es la verdad, estoy intentando explicarte lo que pasó hoy con esa mujer.

-con tu ex, querras decir, la verdad no me importa lo que tengas que decirme Maximiliano, es tu vida y te recuerdo que todo esto es una farsa, asi que si andas de amante de ella es tu problema no el mio.

no sabía porque estaba tan molesta, pero mi sangre comenzaba a hervir, imaginarme a Maximiliano, teniendo sexo con ella en su oficina, me daban ganas de matarlos.

-maldicion victoria déjame explicarte.- grito.

-porque te interesa tanto lo que yo haya pensado?

-por que, es mi imagen la que está en juego.

-tu imagen?- rei amargamente- suerte que nadie sabe en la empresa que soy tu esposa, porque sería la comidilla del día.

-que entre ella y yo no paso nada, maldita sea, creeme.

-me da igual Maximiliano tu y yo no tenemos nada de verdad, eres libre de estar con quien quieras.

-por que es tan difícil creerme?- dijo vencido.

-porque tu y Samuel son de la misma especie- le dije con los dientes apretados y profundo resentimiento.

el dió grandes pasos hacia mi y me tomo por la.barbilla.

-que sea la última vez que me comparas con esa escoria.- me amenazó.

-o si no que?- lo provoque.

el me miró por unos segundos y coloco sus labios sobre los míos, trate de empujarlo y resistirme a su encanto seductor, pero fue en vano, podía sentir las ansias de su boca por invadir la mía, así que le di acceso, su lengua invadió con urgencia mi boca, y su mano libero mi barbilla, para luego entrelazar sus dedos en cabello, era un beso, apasionado, con urgencia, yo pedía a gritos más.

de pronto tocaron la puerta y el se separó de forma abrupta de mi lado.

-señor Maximiliano - dijo Leila del otro lado.

-que deseas- dijo irritado.

-queria saber si la señora y usted van a comer para colocar la mesa.

-yo cenaré en mi habitación Leila, gracias- le dije antes de que Maximiliano hablara.

-yo no tengo hambre! - dijo amenazante.

pude oír los pasos de Leila alejarse.

-si eso ha Sido todo, nos vemos mañana.- le dije y salí casi que corriendo de ese lugar.

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MAXIMILIANO

No sabía porque necesitaba explicarle a victoria que todo lo que vio era un mal entendido, que entre amaia y yo no pasaba nada.

pero esta mujer era orgullosa y terca, no me dejaba hablar, odiaba su sarcasmo y su ironía para decirme o insinuarme algo, no podía aceptar que me importa lo que ella pensaba, eso sería aumentarle su ego, por eso había dicho que me importaba mi imagen, después de todo era el.presidente y su marido.

pero maldita sea esas ganas de probarla, de hacerla mía, pero cada vez que estaba cerca de esa mujer, un escalofrío recorría mi ser, era como una descarga eléctrica, y los recuerdos de esa mujer en el hotel venían a mi mente.

tome el celular y llame a Nicolás.

-me tienes noticias de esa mujer?

-no señor, pero supongo que le interesará saber, que su actual esposa estuvo esa noche en el hotel.

-que? y que estaba haciendo ahí?- me sentí ridículo luego de preguntar, se supone que era un día antes de su boda, y ahí estaba hospedado su futuro esposo.

-aun estoy averiguando, pero creo que estaba buscando a Samuel.

-si tienes algo más, te agradezco me informes.

-si señor.

estuve un rato en el despacho, pero la imagen de victoria en el hotel con Samuel no dejaba concentrarme.

-maldicion!- grite lanzando mi vaso de whisky por el aire haciendo estrellar con la pared.

subí las escaleras como alma que lleva el diablo, me pare justo delante de la puerta de la habitación de Victoria, estaba en un gran dilema entraba o no.

escuché a Víctoria reír del otro lado, así que sin pensarlo entre.

-que haces aquí?- chillo, mientras tomaba una almohada y tapaba su cuerpo.

llevaba una pijama de seda corta que mostraban sus hermosas piernas.

-podemos hablar?- trate de pedirle amablemente

-te llamo luego... - espero unos segundos al telefono- no, no es lo que crees... Adiós!- dijo y colgó.

no sé porque hizo sentirme algo molesto, esa confianza con la persona de la llamada.

-quien era?- pregunto con autoridad.

-muy bien señor cavernícola, con quién yo hablé no es asunto suyo, dígame porque entra sin tocar- me dijo mirándome con ganas de matarme.

-que hacías la noche antes de tu boda en el hotel donde estaba Samuel.?- sabía la respuesta pero quería que ella me dijera su versión.

-adelaida me acaba de llamar, que Luis...- se interrumpió pero prosiguió - que Samuel estaba algo tomado y ella estaba con una vieja amiga lejos del hotel, me pidió que fuera a ver qué estuviera bien.

-asi que fuiste de niñera?- le dije con un atisbo de frustración.

-en ese entonces iba a casarme con el, lo amaba- me dice con irritación.

sus palabras hicieron que mi. sangre hirviera aún más.

-lo conseguiste?

-no... si...- estaba dudando.

-si o no?- dije molesto.

-no sé, el asegura que esa noche no me vio, o eso le.dijo a mi tía.

-y tu lo viste?

- a qué se debe este interrogatorio?

-yo estaba en ese hotel esa noche.

-y que tiene que Ver eso conmigo? yo jamás te había visto, hasta el día que te apareciste en mi vida.

-estas segura?- insistí.

-si Maximiliano, si te hubiese visto te recordaría- trate de buscar en sus ojos, si me mentia pero no había nada.

por.un momento imaginé que quizás solo quizás adelaida nos habia tendido una trampa a ambos, y que ella era esa mujer que anhelaba tener entre mis brazos otra vez, eso explicaría porque mi reacción al estar cerca de ella, pero Víctoria había descartado esa posibilidad.

me sentí frustrado, y avergonzado por mi actitud así que no dije nada más y me marche.

escuché a lo lejos que victoria gritaba.

-maldito bipolar.- haciendo que se dibujara una sonrisa en. mi rostro.