Soy Azahara y os voy a contar mi historia, aunque no lo creáis, todo lo que os voy a decir es real.
Nunca imaginé que dejaría mi casa, mi ciudad, mi familia y amigos, en fin en dejar mi vida para empezar otra en un lugar diferente donde solo conozco a un par de amigas y lo que menos esperaba era todo lo que me deparaba el futuro con seres increíbles pero reales.
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Capítulo 20. Necesito hablar contigo.
Unai.
Era sábado cuando mi móvil suena y me dan la noticia de que hay unas cuantas manadas buscando a lobos renegados y lobos sin Alfas para que se les unan y crear la manada más grande, por ahora la mía era la que más lobos tenía, así que era una manada fuerte, grande, unidos, no solo hermanos lobos, hermanos miembros de una familia.
Nada más enterarme, por mi cabeza paso Azahara y su familia, tenía que uniros a mí, tenía que protegerlos, por eso mandé a buscarla, pero nadie sabía nada de ella.
Al llegar la noche recordé que hoy se iban las chicas a tomar algo, el día que me dieron la carpeta de Azahara con todos sus datos, también me dieron la información de dónde vivía y su número del móvil, fui a su casa, no había nadie, llegue tarde, así que le mandé un mensaje, no hubo suerte de decirme dónde estaba, decidí llamarla, pero la rechazaba, no me quedó otra opción que escribirle a mi hermana.
...-Helen, dime ahora mismo donde estáis. -...
...-No, es noche de chicas y no lo vas a fastidiar. - respiré profundamente....
...- O me dices dónde estáis, o no harás más fiestas en mi casa. - sabía que así me lo diría....
...- En el bar del hermano de mi amiga Cande.-...
Tras leer el mensaje me monté en el coche, no estaban muy lejos.
Cuando entre no me esperaba ver lo que vi, Azahara, mi Mate, mi pareja, besándose con un chico, los celos se apoderaron de mí, Jon rugía al verlos, también estaba celoso.
*Sácala de aquí Unai, pero antes dale un puñetazo a ese idiota que la está besando.
*Tranquilo Jon, es lo que tengo pensado hacer.
Aprieto los puños, me acerco, agarro del hombro al imbécil y le doy un puñetazo en toda la boca.
- Espero que con esto aprendas a respetar a las chicas de otros y más si es la mía. - su mirada era de enfado, pero no sé levantó, se quedó en el suelo con la boca partida y llena de sangre.
-Eres un estúpido, un idiota, ¿pero tú de que vas? .- estaba muy enfadada, tanto que pensé que me daría un guantazo.
- Soy todo lo que tú quieras, pero nos vamos de aquí ahora mismo. - mi corazón latía a mil por hora, solo esperaba que Jon no se apoderara de mí de como se sentía en este momento.
- Contigo no voy ni a la vuelta de la esquina. - hazlo la voz.
- No lo hagas más difícil Azahara, sabes que vas a salir por las buenas o por las malas, preferiblemente que sean por las buenas. - intentaba controlarme, pero ella como siempre lo ponía todo más difícil.
- Ya te dije que...-
No la dejé hablar, la cogí entre mis brazos y la saqué de allí mientras ella gritaba y me insultaba.
La monté en el coche y después me subí yo, arranqué el coche y puse rumbo a mi casa.
Azahara estuvo callada todo el viaje, con la mirada fija en la ventanilla del coche, sinceramente no sabía si la prefería callada, o insultándome.
Cuando llegamos a casa, nada más abrir la puerta intentó huir nuevamente de mí, pero esta vez no era igual, no dejaría que se marchará sin hablar primero.
- Necesito hablar contigo, es urgente. -
- Nada es más urgente que estar lejos de ti. -
-No creo que pienses lo mismo cuando sepas que está en juego tu vida y la de tu familia. - mi voz era seria y preocupada.
- ¿Cómo que mi vida y la de mi familia?, espero que todo esto sea una broma muy mala para que hablemos y estemos a solas. -
- Por desgracia no es así, vayamos a mi oficina, estaremos más tranquilos y allí te lo puedo mostrar, tengo informes que lo demuestran. - caminé hasta el despacho con la esperanza que ella me siguiera.
Su aroma, sus pasos y su respiración, me confirmaron que iba detrás mía.
Una vez ambos sentados y medianamente cómodos empecé a hablar.
-Hay unas cuantas manadas buscando renegados...-
- Ya te dije que no éramos renegados. - me cortó.
- Lo sé, déjame continuar, después podrás hacer todas las preguntas que quieras. -
- Está bien, continúa. -su mirada se quedó fija en mis ojos, como si no quisiera perder nada de lo que le voy a contar.
- Están buscando renegados y lobos que no tengan Alfas para así hacer de ellos una manada más grande y reinar. -
- ¿Qué tiene que ver mi familia y yo en esto?, si no nos queremos unir, no nos pueden obligar. -
- En teoría nada, y tienes razón en lo de que no os pueden obligar. - respiro profundamente, lo que iba a decir no era fácil. - lo que ellos hacen cuando te niegas, es matarte. - esto último lo dejé muy bajo, pero sabía que me oía.
- Tengo que regresar, hablar con mis padres y marcharnos lejos. - sé levantó de inmediato.
- Esa es una solución a corto plazo, os buscarán hasta los confines de la tierra. - eso era verdad, lo sabía muy bien.
- ¿Y hay alguna otra solución?. -
- Sí, y es la más eficaz, uniros a mi manada. -
- ¿Esto no será un juego o una venganza para atraernos a tu manada verdad?. - su pregunta me ofendió.
-Ojalá lo fuera Azahara, pero no lo es. - cojo la carpeta morada que tengo en la mesa. - lo puedes confirmar tú misma.
Cogió la carpeta, no tardo mucho en ver brillo en sus ojos, pero brillo de lágrimas.
- Si te unes estarás segura, si tus padres y hermano no quieren tienes que convencerlos. -
-Lo haré. - su voz fue segura.
- Está bien, podemos hacerlo mañana y después viajar para hablar con ellos. -
- No Unai, ahora haremos el ritual, no quiero perder ni un minuto más, no quiero que les pase nada a mi familia. -
- Está bien, como quieras. -
Me levanto y me pongo frente a ella, era una ritual, por así llamarlo, fácil, sencillo y rápido.
- Yo Unai Lester, Alfa de la manada Luna Brillante acepto a Azahara Méndez como miembro de mi manada. - mi voz era de alfa, fría, segura y dominante.
- Yo Azahara Méndez acepto a Unai Lester como Alfa de la manada Luna Brillante y prometo ser fiel a la manada. - lo dijo con seguridad, sin titubear en ningún momento.
Al terminar, levante la manga de mi camisa, cogí la daga que había en la mesa y me hice un corte, le di beber de mi sangre, normalmente la sangre se echaba a una copa y el nuevo miembro bebía en ella, pero yo quería sentir sus labios, hacerlo más directo, tenerla más cerca, al terminar de beber de mi sangre Azahara se desmayó, eso solo quería decir una cosa, tanto ella como su familia seguían unidos a la manada de Vladimir, al haberle dado de mi sangre se anuló dicha unión y se remplazó por la mía provocando que quedara inconsciente, por suerte fui rápido y me dio tiempo a cogerla antes de que cayera al suelo, la coloqué bien entres mis brazos y la lleve a su habitación, la tumbe en la cama con mucho cuidado, le quite los zapatos y la tapé, la dejaría descansar el tiempo que fuera necesario para que la unión finalizara con éxito.
No la dejaría sola, quizás al levantarse podría estar confusa o quizás hasta un poco mareada.
Jon estaba feliz, al menos ya era parte de nosotros y podíamos protegerla, no solo nosotros, sino todo el clan, y estaría más protegida cuando me aceptara como su Mate, tenía la confianza de que no me rechazaría y rompiera el lazo de unión.
momento para Azahara, enhorabuena sigue así