Encontrando A Mí Mate

EMMA

Soy una tonta, una total estúpida, me regaño a mí misma, y es que anoche, mientras esperaba a Haran, me quede dormida, por lo que nunca supe si en realidad durmió conmigo o no, fue el tonto sonido de mi alarma lo que me despertó, y al levantarme, no había nadie conmigo.

Pero bueno, lo hecho, hecho está, no puedo regresar en el tiempo para evitar dormirme, por lo que, con mucho pesar, comienzo a prepararme para ir a la escuela, la verdad dormí muy poco anoche y lo último que quiero hacer es ir a la escuela.

Mientras me arreglo, me voy despejando poco a poco, el día de hoy pongo especial atención a mi apariencia, puesto que deseo que Haran me vea hermosa, y ahora que sé que no le soy indiferente, como siempre creí, eso me da la confianza para decirle lo que siento, pro lo que partir de hoy, idearé la mejor manera, y la más romántica de confesarle lo que siento.

Así que, con loa aminos bien arriba, bajo a desayunar.

- Buenos días – saludo llegando a la cocina, y me sorprende ver a mi padre allí solo - ¿Haran aún no ha vuelto? – le pregunto a mi padre, y si bien yo ya sé que regreso, se supone que cuando llego, yo estaba dormida, y si no quiero delatarme, debo de fingir que no se nada.

- Sí, ya regreso, pero llego muy tarde anoche, por lo que aún está durmiendo, así que el día de hoy, yo iré a dejarte a la escuela, Haran, como siempre irá a recogerte, así que, termina tu desayuno para que nos vayamos – me dice mi padre, a lo que yo asiento.

Una vez termino de desayunar, subo por mi mochila a mi cuarto, y sin poder aguantar la tentación, me asomo, con mucho cuidado de no hacer ruido, al cuarto de Haran, puesto qué deseo verlo, y vaya que lo veo, Haran está durmiendo boca arriba, con la cobija enrollada en su cintura, dejando ver muy claramente su abdomen, el cual está desprovisto de una pijama, por lo que puedo admirar, sin impedimentos, la vista.

- Emma, ya baja o se nos hará tarde – grita mi padre, sacándome de mi ensoñación, por lo que con el mismo cuidado con la que la abrí, cierro la puerta, y me dirijo a mi cuarto por mi mochila a la velocidad del rayo, y en menos de lo que mi padre puede contar hasta tres, ya estoy abajo.

- ¿Por qué tardaste tanto? – me pregunta mi padre, y yo no puedo evitar sonrojarme al recordar el torso desnudo de Haran.

- Por nada en especial – le contesto a mi padre, quien me lanza esa mirada de “sé que me estás engañado, pero no te diré nada, porque vamos tarde”, que todos los padres saben hacer.

- Bueno, en ese caso, hay que irnos – me dice mi padre, y los dos salimos de la casa.

Llego a la escuela, y ni siquiera han empezado las clases, y yo ya quiero que terminen, para poder ver a Haran.

- ¿Por qué tan feliz? – me pregunta Eli, sentándose a mi lado.

- Te lo cuento en el descanso – le digo, mi amiga, quien ya no puede preguntar más, puesto que la profesora hace su entrada, y no nos queda otra más que guardar silencio.

Debo decir que las clases pasaron superlento, como si el mundo disfrutara torturándome, y por eso el tiempo pasa más lento, y para cuando llega el descanso, yo siento que ya ha pasado una eternidad.

- Ahora si dime, ¿por qué tan feliz? – me pregunta mi amiga, una vez tómanos asiento en nuestro lugar de siempre, un enorme árbol en el jardín.

- No vas a creer lo que paso, Eli, siempre estuvimos equivocadas, a Haran si le gusto – le digo a mi amiga, mientras me levanto para saltar de alegría, y es que esta es la primera vez que lo digo en voz alta desde que lo descubrí, y se oye hermoso.

- Espera ¿Qué?, ¿estás segura? – me pregunta, después de un rato.

- Sí, lo oí habar con mi padre – le digo, muy segura.

- Pero, ¿Qué acaso, Haran no estaba de viaje? - me pregunta mi amiga.

- Volvió anoche, yo no podía dormir, por lo que baje a la cocina, cuando Haran iba llegando, y mi padre lo intercepto para hablar con él, y bueno, yo oí todo – le confieso a mi amiga.

- ¿Los espiaste? – me dice mi amiga sorprendida.

- Bueno, sí, pero no fue apropósito – le defiendo.

- Amiga, te conozco desde los 12, claro que fue apropósito, si no hubieras querido hacerlo, hubieras salido a saludar o vuelto a tu habitación – me dice Eli, y bueno, ella tiene un punto.

- Ok, tal vez si los espié apropósito, pero es no, eso no es lo importante aquí, lo importante es que a Haran le gusto, así que le voy a confesar que siento – le comunico a Eli.

- ¿Estás segura de querer hacer eso?, no se Em, tal vez oíste mal, era de noche y estabas cansada, y si solo tergiversaste sus palabras, ¿y si Haran les gustas como una hermana y no como una pareja?, arruinarías su relación de amistad si te le confiesas – me dice mi amiga, y yo tengo ganas de tomarla de los hombros y cernirla un poco, pero porque la quiero no lo hago.

- Estoy muy segura, y tú me vas a ayudar – le digo, y puedo ver que quiere decir algo más, seguro para desalentarme, pero le lanzo una mirada de “ni siquiera lo pienses”, por lo que ella solo niega con la cabeza.

- Está bien, dime que ideas tienes, y veré como te puedo ayudar – me dice Eli, a lo que yo aplaudo y comienzo a contarle mis planes.

La verdad, si bien me desespera la poca confianza que le da Eli al hecho de que Haran pueda interesarse en mí, hasta cierto punto la entiendo, su relación con el sexo masculino no es la mejor, y tiende a desconfiar de los sentimientos de los demás, sobre todo si son hombres, y como culparla, su madre, es la peor a la hora de elegir parejas, desde el padre de mi amiga, hasta todos los que le siguieron, ninguno duro más que un par de meses, todos y cada uno de ellos terminaban abandonándola, pero lo peor de todo, es que esa mujer, no dudaba en involucrar a Eli en cada una de sus relaciones, lo que hacía que mi amiga de niña, les tomara cariño y sufriera cada vez que se iban, y es que cada uno de ellos, prometió quedarse, cada uno de ellos, le dijo que la quería, y cada uno de ellos se fue, llego un punto que cerro su corazón para no sufrir y ya no le importaban si se iban o no, debido a esas muy malas experiencias, mi amiga desconfía de los sentimientos de los demás, ya que en su opinión estos son pasajeros, más si se trata de un hombre, me costó mucho hacer que confiara en mí, pero es alguien muy leal y una amiga más que excelente, así que el esfuerzo valió la pena.

Pero a pesar de su más que desastrosa experiencia con el sexo opuesto, yo deseo que mi amiga encuentre a un hombre que la haga darse que el amor existe y que es para siempre, puesto que ella es la mejor persona que existe y merece a alguien que se lo recuerde todos los días.

Entre nuestra comida y mis planes románticos, el descanso se nos pasó muy rápido, pero, para mi desgracia, el resto de las clases no pasaron así, por lo que después, de otra eternidad, al fin llegó la hora de la salida, por lo que, rápidamente, recogí mis cosas, y sin esperar a Eli, me dirijo a la salida, para encontrarme con mi amado Haran, había estado deseando verlo desde que me levante, el que lo haya espiado en la mañana no cuenta, y al fin podría hacerlo.