Emma es la villana celosa que acosa a la protagonista, pero tras ser descubierta y exiliada, se quita la vida. Ahora, un alma ha reencarnado en Emma y buscará cambiar el trágico final de la Villana, planea divorciarse cuando sea el momento y ganar una buena suma de dinero para vivir en paz, pero, ¡oh! sorpresa, su esposo no busca el divorcio y no planea dejarla ir, por el contrario, esta buscando ganar su amor, ¿pero por qué?, se supone que la historia no es así, el duque a quien ama es a la protagonista, ¿podrá Emma escapar de su esposo o este logrará enamorarla?
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capítulo 20- un mal recuerdo.
Tras la cena, Gilbert se había quedado a hablar con su hermano y este trataba de convencerlo para entrar en negocio que según él, será un éxito. Mientras tanto, Emma había llevado a Lukas a dormir, aunque mientras leía un cuento, no solo el niño se quedo dormido, también ella.
Ya más tarde ella se despertó, se retiro con mucho cuidado y salió de la habitación, notando que ya era algo tarde, pero se asoma en la habitación del duque y este aún no regresaba a dormir, así que decidió ir a buscarlo, quizás puedan hablar un poco, ya que George no le daba buena espina y era mejor estar precavidos en caso de que intentará algo en su contra, después de todo, era el hermano mayor y podría querer reclamar el título.
Emma caminaba rumbo a la sala donde Gilbert y George se habían quedado, cuando alguien tira de su brazo y la arrastra hasta una sala vacía golpeándola contra la pared, al darse cuenta, ve que se trata de George quien la presiona contra la pared mientras la sostiene del brazo.
— hola Emma, no sabes el gusto que me da verte, sigues tan deseable como siempre, mírate, toda una zorrita como las que me gustan.— se relame los labios.
Emma puede notar sus intenciones y de repente, un recuerdo viene a su mente, un recuerdo pasado. Esa noche, hace seis años, George la había acorralado en un pasillo y sus asquerosos labios tocaban la piel de su cuello mientras luchaba por romperle la falda de su vestido.
— no creas que no vi como me mirabas, se que deseas esto. Todas son así, una putas.—
Emma luchaba por liberarse, pero George la lograba tirar al piso y buscaba separarle las piernas, hasta que alguien golpea a George y se aparta, Emma se arrastra para alejarse, notando que era el padre de Gilbert.
—¿que crees que haces?— pregunta molesto el duque.
— padre, ella me sedujo, lo quería, dijo que quería ser mi perra.— grito George.
Su padre le golpeo nuevamente con el bastón.
— es la esposa de tu hermano, no me importa si se te ofrece, la dejas en paz.—
— mentira, yo jamás me le ofrecería a un maldito cerdo, asqueroso, das asco.— grito Emma.— se lo diré todo a Gilbert y mis padres, haré que su familia sea quemada viva, cerdos.—
Emma se pone de pie y pese a verse temerosa, también se mostraba molesta. Pero, recibe una cachetada de parte del padre de Gilbert y la sujeta del cabello con fuerza.
— te callas, esto paso porque seguramente andas ofreciéndote, típico en las mujeres. Respeta a tu marido y si dices algo, Gilbert no te creerá, él solo creerá en lo que yo diga.— le advierte el duque.
Emma se mostraba llorando, con la mano en la mejilla donde le había golpeado el duque. No le quedo de otra que salir corriendo de ese lugar y a partir de ese día, salía menos y si lo hacía, siempre llevaba a Anne con ella. Las veces que se cruzaba con George, ella salía huyendo. El duque la visito un día, pues este se había enterado que Emma estaba embarazada y le advirtió que si en algún momento llegase a decirle a Gilbert o los emperadores lo que George le intento hacer, él diría que ese bebé que espera no es de Gilbert y le creerá, por que ya Gilbert sabe que ella le coqueteaba a George y la exhibirá como una infiel, esto llevó a Emma a tomarle más odio a Gilbert, por que pese a todo, él nisiquiera le creería lo que trato de hacer su hermano. Poco después, la poca paz que tenía volvió, cuando George se había marchado tras la muerte del padre.
Tras este recuerdo, Emma mantiene la mirada hacía abajo, jamás creyó que la verdadera Emma hubiera pasado por algo así. George le sujeta de la barbilla para que le mire.
— esta vez no esta mi padre, ahora si haré de ti mi puta personal.— ríe.
Emma muestra una sonrisa ladina.
— tienes razón, ahora no esta tu papi, ya nadie impide que te reviente las bolas.—
Antes de que George pueda decir algo, Emma le dio un fuerte rodillazo entre las piernas y esto hizo a George caer al suelo.
— maldita perra, te enseñaré a respetar a un hombre.— grita furioso.
— y esta perra te enseñará que si tiene dientes y unos muy filosos.—
Emma deja ver como la electricidad se acumula en su mano, sorprendiendo a George, pues en el pasado, nunca vio a Emma usar magia, nisiquiera podía defenderse de esa forma.
— a-alejate...si me haces daño Gil te hará pagar.— menciona George.
— ¿crees que te defenderá cuando sepa lo que intentaste?, mi estimado George, tu joven hermano no es un cerdo machista como tú y tu estúpido padre.—
Al ver que George se busca lenvantar, pero Emma le pisa entre las piernas, clavando el tacón de su zapato.
— no te preocupes, no voy a matarte, al menos no ahora, pero te enseñaré, porque nadie se mete con Thomas Ashford y vive para contarlo.— ríe mientras presiona más el tacón.
George solo grita de dolor y escucha como tocan la puerta, siendo Gilbert quien le pregunta si estaba bien, a lo que George pide ayuda, Emma se aparta y cuando George corre para abrir la puerta.
— Gil, tu esposa ella...— señala hacia la habilidad.
— ¿mi esposa que?— pregunta Gilbert.
George voltea notando que Emma ya no estaba, pero de repente, ella se acerca a ellos sosteniendo el brazo de Gilbert.
— ¿que pasa?, venía y escuche gritos y los vi correr hacía aquí.— pregunta preocupada.
George no sabía que decir, ¿como esa mujer ha desaparecido y aparecido en otro lado?, pero sabía que no podía decir nada más y se disculpa, diciendo que se había caído debido a que la habitación estaba oscura. Gilbert y Emma se retiran, al igual que el mayordomo, pero George puede ver que Emma voltea a verlo mostrando una sonrisa de burla.
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Gilbert camino con Emma hasta su habitación y al estar en la puerta de ella, Emma le sujeto la mano antes de que el duque se fuera.
— hay algo que debo decirte y dependerá de ti si me crees o no.— menciona Emma con seriedad.
Emma le invita a pasar a su habitación y Gilbert toma asiento en la orilla de la cama, ya que Emma le indicó que se sentará en ese lugar.
— hace seis años George intento violarme, tu padre lo sabía y me amenazo que si decía algo, dirían que el hijo que esperaba no era tuyo, si no de otro hombre y que tú ya sabías que yo estaba supuestamente coqueteando con tu hermano.— soltó Emma de una sola vez.
Ahora depende de la reacción de Gilbert si ella continúa con ese matrimonio, porque si era verdad que el sabía y que creía que ella era una ofrecida, entonces no vale la pena seguir casada con Gilbert.
Gilbert permanece en silencio unos segundos pero se pone de pie sujetando a Emma de los brazos.
— tonterías, yo no sabía nada, Emma, ¿por qué no confiaste un poco en mi?, debiste confiar...de haberlo sabido, no hubiera dejado que ese hombre entrará en esta casa.— Gilbert se veía angustiado por lo dicho.
Y es que se sentía tanta impotencia al saber que Emma estuvo en peligro y él no pudo hacer nada, si tan solo se hubiera dado cuenta, Emma tuvo que pasar por algo tan terrible sola, ahora entiende porque esos días ella permanecía más encerrada. Gilbert la abraza.
— Emma, lamento no haberme dado cuenta, pero mi hermano sabrá ahora mismo que jamás debió poner siquiera sus ojos en ti.—
Emma podía sentir que Gilbert temblaba un poco, quizás era por miedo a lo que Emma paso o por la ira que estaba sintiendo en ese momento.
— en esa habitación, lo intento esta noche, pero lo golpee y salí de ahí, si me encontraban con él, todos habrían creído lo que el dijera.— agrega Emma.
Gilbert la aparta y lleva sus manos al rostro de la chica.
— no importa lo que otros crean, yo creería en ti y buscaría pruebas antes de condenarte a ti. Si quieren que desconfíe en ti, deben probar lo que dicen.— menciona Gilbert con firmeza.
Emma guarda silencio, vaya que la verdadera Emma no supo ver al buen hombre que tenía a su lado, si tan solo hubiera confiado un poco en él, el ex duque y George, habrían experimentado la ira de Gilbert y no se hubieran salido con la suya por mucho tiempo. Emma abraza a Gilbert y aprovecha la cercanía para unir sus labios en un profundo beso, Gilbert se sorprende, pero no demora en corresponder, ambos dejándose llevar por el momento, Gilbert se sienta nuevamente en la orilla de la cama y Emma se monta sobre su regazo sin romper el beso.
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esta me la leí muy rápido
mil gracias la disfruté