El Barón Y La Plabeya

Sandra está en la sala de una mansión en la ciudad, ahí un general de gran porte baja, a su lado está un caballero parecido a él, ambos se sorpren al verla.

-Asi que la Sra. Collins, es una gran sorpresa, el niño es hermoso, puedo...

-Si adelante.

-Pero que bonito eres, sabes que tu padre era un gran hombre, me alegro que almenos haya tenido a alguien a su lado, tal vez fue por miedo que te mantuvo en secreto.

Sandra notó un poco de ira en sus palabras, ya que volteo a ver al caballero a su lado, quien se sienta frente a ella.

-Vaya sí que te escondió muy bien, Sandra verdad.

-Señora Collins, por favor.

-Sí, es cierto Collins... Bueno me voy padre te espero afuera.

El general no le contesto, el caballero se fue no podía creer que Collins tuviera una mujer tan bonita, una dama, modales que no se pueden ocultar, como era eso posible.

-Señora, me gustaría saber del niño de vez en cuando, si Collins le dio su apellido es por qué los ama.

Sandra se tensa, él sabe, sabe que él niño no es de Collins, como es posible.

El general le toma la mano.

-Él era como un hijo, lo conozco desde niño, lo entrene junto a mis hijos, supervise cada misión que tenía y fui quien puso sus insignias en su uniforme, hace más de diez años, me sentí el hombre más orgulloso cuando se convirtió en almirante.

Sandra sentía tristeza porque aquel hombre sufría por Collins, no sabía cómo consolarlo

-General, lo siento mucho.

-Niña, gracias por estar con él, si los protegió es por qué los ama, ve a casa con tu padre, solo quería conocerlos.

-General por qué, dígame por favor, usted hasta podría jurar que él no es su hijo.

-Conozco a Collins desde niño, el y mi hijo que salió, son de ella misma edad, ellos se llevaban bien hasta que Collins demostró más capacidades, empezaron a competir en todo, cuando Collins quiso formar una familia tuvo una prometida, una joven plebeya, muy bonita, ellos segun yo se amaban hasta que terminaron el compromiso.

-Si me conto de su primer amor, la joven lo dejo por alguien más...

-Si, mi hijo fue el culpable, Pero el solo lo hizo por lastimarlo, nunca quiso a la joven, Pero hubo algunas situaciones, la juventud quedó embarazada de mi hijo, algo que aún más generó conflicto entre ellos, lamentablemente perdió su embarazo y se fue, después paso algo similar entre ellos casi cuando Collins fue nombrado Almirante.

-Debe ser muy serio, que paso?

-Niña, las parejas de Collins no quedaban embarazadas, Pero en cuanto ellas terminaban la relación y encontraban a alguien más, la mayoría concebía.

Sandra entendía lo que pasaba, Collins era estéril, es por eso que el general está seguro que el niño no es de él.

-**Idiota por qué no me dijo** Pero... Pero...

-No digas nada, el lleva su apellido, es hijo del Almirante Philip Collins, muerto en alta mar cumpliendo su deber, que crezca subiendo eso.

-Gracias, si es mucho pedir, puede no repetir eso-Sandra toma de regreso la mano del General-

Júreme que si alguien cuestiona el origen del niño usted dirá que es hijo de Collins, es de suma importancia, por favor, por su honor, por el reino.

El general veía a Sandra hablaba en serio, que es lo que pasaba.

-Están en peligro? Puedo ayudar, no tengas miedo.

-General, solo le puedo decir que es muy importante, si duda de mí puede ir con el emperador.

-Cómo? ¿Tan serio es? No te preocupes, jamás diré nada, de mi hijo me encargo yo, te lo juro.

-Gracias, me voy, salimos a medio día.

-Claro, mis guardias irán contigo.

-Gracias.

Sandra sale de la casa del General, él sabe que si ella menciona al emperador es importante lo que le pide, ella se va y solo el hijo del general la observa.

-Es guapa, lástima podía divertirme, Pero Collins ya no está para ver su casa, ja, ja, ja que cara pondría si su elegante esposa lo dejara por mí.

-No digas estupideces, ella es una dama.

-Padre... -Se asusta al verlo-

-Sube, tenemos que ir al palacio.

-Ella no es una dama, es obvio que engaño a Collins o él se dejó engañar la verdad si es muy bonita.

-No quiero que repitas eso, solo hazlo por él, se lo debes.

-Bien, no diré nada, sé que era tu consentido.

-Ese fue el problema, no tengo consentidos, les di el mismo entrenamiento, la misma educación, él demostró habilidades que tú no tienes, es por eso que el Duque le dio su apoyo.

-Y por qué tú también lo apoyabas.

-A ambos los apoyé, si tú no tienes un barco es por qué casi hundes no solo uno sino tres barcos, para la edad que tienes ya deberías tener uno.

Mientras Sandra se despide del emperador, de las personas que ha conocido estos días, solo hay alguien a quien no ve por ningún lado.

Camino al carruaje la niñera lleva al niño quien va dormido, ella se pregunta dónde está Noah, acaso el no se va a despedir de ella.

Sube al carruaje pero siente un mano tomando la suya, ellas voltea y lo ve ahí parado, le sonríe y el a ell.

-Mi señora, ten un buen viaje.

-Gracias, pensé que no vendrías.

-Fui a comprar algo -El le da algo en su mano-ábrelo adentro, úsalo cuando estés lista, Te amo...

-Gracias, eres muy amable, te escribiré -Con un susurro al aire, pero que pudo escuchar, Noah sonríe- También te amo...

Sandra sube al carruaje, todo está listo, Noah se despide del padre de Sandra que sube detrás de ella.

-Barón nos vemos luego, gracias por todo.

-De nada, espero verlos pronto.

Así los carruajes inician su andar, Sandra solo quisiera salir corriendo e ir con él, Noah quiere lo mismo, pero no es el momento.

A lo lejos alguien vio la escena, primero veía a Sandra, realmente es hermosa y conoce a muchos no nobles, incluso al emperador que venía con ella.

-Vamos, he terminado, que tanto vez.

-A nadie, **Creo saber quién es el padre del mocoso**

Él pensaba que el niño es hijo de Noah, tal vez sea lo mejor que por el momento lo piense, ahora Sandra va a casa, su padre en el camino juega con el niño, quien es muy quieto y no llora.

Sandra saca la pequeña cajita que le dio Noah, su corazón se acelera al pensar que es un anillo, Pero es un dije en forma de Corazón y una pequeña nota.

"Úsalo para recordarme, te amo" "Haaa jamás te daría un anillo así, ese día llegará y te daré el más hermoso que encuentre"

Sandra solo ríe y lo guarda, va calmada esperando que la espera no sea mucha.

Es un viaje largo, aun así ya se ve la gran ciudad del Ducado, ahí su padre tiene una casa, en algún momento dejara el Ducado, su hermano mayor tomara su lugar y de hacho ya está trabajando con el Joven duque.