COMPRARÉ UN ESPOSO.

Al día siguiente Alonso llega a la empresa y va directo a la oficina de Dalia.

— Ya tomé una decisión definitiva.

— Adelante. Dímela.

— Aceptó. — Dalia curva sus labios en una sonrisa.

— Excelente. Firma aquí. — Dalia le da una carpeta con documentos. — Puedes leerlo a detalle si deseas.

— No es necesario. Confío en usted. — Alonso firma.

— Hoy vamos a salir más temprano. Quiero que estés listo a las cuatro. — Dalia toma el contrato firmado y lo guarda en su cajón.

— ¿Por qué?

— Paciencia. No es nada malo. Ya puedes irte. — Alonso sale de la oficina.

Las cuatro en punto llegan y Dalia se lleva a su ahora prometido de compras.

— Señorita.

— Dime Dalia.

— ¿Dalia?

— Eres mi prometido ahora. Debes tratarme de manera familiar.

— Está bien. Pero... Dígame qué hacemos aquí.

— Compras. ¿No es obvio?

— Es una tienda de ropa para hombre.

— Exacto. Tienes un estilo un poco anticuado, no te ofendas, pero tus trajes se ven baratos, no es la manera en que un prometido mío debe verse.

— Usted sabe que mi condición económica no es cómo la suya.

— Primero no me hables de usted. Y segundo ahora tu condición económica sera cómo la mía. ¿Entiendes?

— Yo...

— Tomaré ese yo como un si. Ahora ve y prueba estos. Buscaré camisas. — Dalia le pasa un montón de trajes sastre muy finos. Alonso se mete al probador.

— Esto es demasiado. No debería dejar que me compre todo. — El sale antes de ponerse cualquier cosa.

— ¿Terminaste tan rápido?

— Dalia no puedo aceptar todo ésto.

— ¿Por qué no? ¿Por qué una mujer te lo está comprando?

— No. No es eso.

— ¿Entonces?

— ¿No has visto los precios? Todo en éste lugar es sumamente costoso.

— El dinero no es un problema para la familia Lazcano. Ahora apúrate. No quiero llegar tarde a la cena.

— ¿Qué cena?

— Tengo apetito. ¿Tú no?

— Un poco.

— Entonces date prisa. — Dalia prácticamente lo corre. Alonso se prueba los trajes y sale para mostrarle, Dalia se siente complacida, ella lo lleva a una tienda de zapatos y compra los de la nueva temporada.

... Más tarde ambos se encuentran cenando en un restaurante, Dalia le pide que acerque su rostro para que los fotógrafos que contrato tomen fotos de ellos.

Esa misma noche, Renato se encuentra revisando las últimas noticias, y aparece un artículo sobre Dalia cenando con su novio. El llama de inmediato a su encargado de relaciones públicas para que verifique si la información es verídica.

... Al día siguiente, Dalia está trabajando tranquila cuándo Renato entra a su oficina sin tocar.

— ¿Me puedes explicar que significa esto? — El arroja una revista sobre su escritorio. Dalia observa la foto y sonríe, el ángulo del que la tomaron fue perfecto.

— El fotógrafo es un estúpido. — Ella se hace la ofendida..

— ¿Es falso verdad? — Renato siente un poco de alivio. — Estaba seguro de que no era real. Los demandaré por ésto.

— No es para tanto.

— ¿Qué no es para tanto?

— No puedes demandar a un fotógrafo sólo por no fotografiar mi mejor ángulo. Igual me veo hermosa. ¿No crees?

— ¿Perdón? ¿Estás preocupada por un ángulo en lugar de estar preocupada por qué te difamaron?

— ¿Qué difamación? — Dalia actúa confundida. — Esté artículo es real. Anoche yo estaba cenando con mi novio. — Renato pone una expresión muy confundida, Dalia por otro lado muestra seguridad.

— ¿Qué acabas de decir?

— Exactamente lo que tus oídos escucharon.

— No es cierto. Tu y ese tipo no podrían ser novios.

— ¿Por qué no? Estoy soltera, no tendría nada de malo si salgo con alguien.

— ¿Quién es? Dímelo ya.

— ¿Desde cuándo te debo explicaciones?

— He estado enamorado de ti por años, jamás a cruzado por tu mente darme una oportunidad, ¿por qué aceptarías a un tipo cualquiera?

— ¿Enamorado? — Dalia se ríe. — Lo tuyo por mi es una obsesión. Sólo así puedo entender que después de las cientos de veces que te rechace, tu sigues insistiendo. Sólo te sentirías complacido si hubiera caído. Así tú ego no estaría herido. Por qué hubieras dicho esa estúpida niña orgullosa cayó a mis pies igual que todas las mujeres. — A Renato le duele escuchar esas palabras.

— Yo realmente te amo.

— ¿Y qué es el amor? — Renato se queda callado. — ¿Quieres que te diga lo que es? Bien, el amor es un sentimiento imaginario del ser humano, te hace sentir afecto, aprecio, estima, apego, afición, predilección, estimación, pero también hace que cometas errores, haces estupideces, te sientes con derechos sobre una persona, una persona que no te ama y quizás nunca te amará, pero tu eres un maldito necio que no la deja en libertad, solo por el maldito hecho de que la amas. No te importa ver sufrir a la persona que amas por qué piensas que tú amor será suficiente, pero no es verdad, el amor de uno solo no alcanza en una relación.— Dalia siente que va explotar. Se siente con ganas de llorar. Pasan y pasan los años, pero ella no puede olvidar todo el dolor que su padre le ocasionó a su madre. Siempre se pregunta que hubiera pasado si el le hubiera dado el divorcio, quizás su madre estaría viva. Quizás ella no tendría tanto miedo a los hombres que dicen amarla, quizás podría sentirse dichosa al saber que alguien la ama, en lugar de sentir miedo cada vez que alguien gusta de ella.

— No se que clase de amor te ha tocado ver. Pero te aseguro que no es así. Yo te lo puedo demostrar.