En la isla de Hematera, dividida entre humanos y vampiros, el destino de dos hermanos gemelos, Fabián y Francisco, ha estado marcado desde antes de su nacimiento. Fabián sacrificó la mitad de su alma para volver a nacer y proteger a Francisco, aun si eso significaba vivir apenas veinte años. Sin embargo, su vida se ve trastocada cuando el amor, la traición y la sangre lo arrastran a un mundo donde ángeles, demonios y vampiros luchan en silencio por el dominio y la redención.
Convertido en vampiro contra su voluntad, Fabián deberá enfrentar la verdad sobre su corazón de ángel
Entre guerras celestiales y heridas que no cicatrizan, la esperanza se enciende en la oscuridad: la unión de sangre y espíritu de
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La Llama de Sangre
La luna se levantaba en lo más alto, tan roja como una cereza negra, los primeros minutos de una luna que duraría 3 días enteros, los vampiros corrían por el lugar, hambrientos, desesperados y causando destrucción a su paso sin consideración alguna siguiendo el aroma a sangre más fuerte que era imposible resistir
Fabián estaba con su ejército en el punto de encuentro citado por Albus, preparados desde el principio para una emboscada a traición, pero un grupo de corazones débiles, agotados y tristes salieron de entre las sombras, dispuestos a pelear por sobrevivir más que por lealtad al rey
Albus los dirigía con ese aire de frialdad pero con un toque de superioridad, dando por hecho que ganaría la guerra– puedes entregarte de una vez y ahorrar a tu clan todo esto– dijo Albus con un tono de amenaza aderezado con una pizca de condescendencia
Fabián– … sabes que no puedo entregarme, no por mí si no por quienes quieren que esté bien… pero pedirte que pares esto ahora supongo que no es una opción
Albus soltó una risa burlona antes de decir– no… sabes que no es una opción… pero como no quieres razonar entonces tampoco tienes opción
Fabián miraba los ojos de Albus buscando como última esperanza una pizca de algo parecido a la compasión o la piedad pero fué inútil y el grito de guerra lo distrajo de pronto, teniendo que atacar a pesar de realmente no querer
Los vampiros de Sangre de Luz peleaban con gran precisión a los otros como si más que pelear estuvieran bailando, los vampiros de Lupanar, eran torpes y brutos por el cansancio y la mediocre alimentación que habían tenido toda su vida con la única misión de matar a cualquiera que se les cruzara por delante, a diferencia de los otros que solo buscaban noquear
Mientras los vampiros de nacimiento llegaban a “Las cunas de seda” donde los tazones gigantescos de sangre falsa esperaban su llegada, al notar el olor todos se lanzaron a comer con las manos directamente del recipiente hasta saciar su hambre, luego de terminar con toda la sangre se lamían las manos como leones después de cazar
La comida era suficiente para que ninguno se quedara con hambre, poco a poco fueron entrando a las carpas negras para dormir, estaban saciados, cómodos y muy cansados, no tenían la necesidad de hacer daño, pelear o buscar más comida, solo se recostaron unos sobre otros y durmieron como niños después de jugar por horas
Fabián peleaba contra Albus evitando hacerle daño de todas las formas posibles, solo esquivando sus ataques y respondiendo con golpes que no causaran mucho daño aunque él sí parecía estar dispuesto a hacerle daño, los rasguños le cortaban unos cuantos cabellos a Fabián, le rasgaban la ropa y le causaban mucho dolor
Francisco daba golpes certeros el la cabeza y el cuello, Caín disfrazado y Paloma Negra se movían con maestría defendiendo, sin hacer más daño del que los vampiros se pudieran recuperar, el aire era pesado, el olor a sangre flotaba como un veneno y los primeros rayos del sol se veían en el horizonte
Albus dijo para sorpresa de todos– hay que esperar a la siguiente noche– Las únicas reglas que seguía eran las que había puesto Caín en el pasado, una de ellas era “La Tregua del Sol”, nunca llevar a cabo una guerra durante el día, o durante un eclipse solar que era demasiado peligroso para todos los involucrados que podrían morir
Fabián llevó a su ejército a las trincheras donde uso las fresas negras con su sangre para curar a sus soldados de sus lesiones y descansar hasta la noche cosa que Albus nunca hizo, su sangre le parecía muy valiosa para usarla en sus vampiros por lo cual sus soldados debían curarse por sí solos comiendo o durmiendo todo lo que podían para sanar lo más rápido posible
Lucio, en el clan Lirio de Humo, llevaba a Víctor en un rebozo cerca de su pecho todo el tiempo que podía, aún trabajando, sabía que el niño estaba asustado por la guerra y la ausencia de Fabián al igual que Dark y Erick quienes caminaban cerca de él tomados de las manos
Víctor tenía 7 años pero era bastante sencillo cargarlo por que su cuerpo era tan pequeño como el de un niño de 5 años, La luna se había escondido tras la luz del sol, Lucio sabía que Albus no estaba interesado en su clan solo quería a Fabián
El niño dormía sobre su pecho, Liam en su regazo, Erick y Dark abrazados a su lado, Lucio no podía dormir, estaba demasiado alerta esperando cualquier señal inusual de cualquier tipo, solo imaginando escenarios que le causaban estrés y ansiedad, la cual solo podía reducir abrazando a Victor ligeramente fuerte
Mientras el día aún brillaba los vampiros fueron alimentados con una porción pequeña de sangre, Albus se preguntaba ¿Dónde estaban sus vampiros de nacimiento?, se había asegurado de mantenerlos en ayuno durante mucho tiempo pero no había visto el caos
Después de descansar durante el día la guerra continuó, la noche tan oscura como la anterior, los vampiros de Albus parecían más débiles y cansados que la noche anterior algunos de ellos cayendo al suelo por el cansancio
Los vampiros del clan de Fabián se rehusaban a atacar a su enemigo si caía al suelo, Chi era el más débil de todos, había sido incluido al final lo que significaba que no se había contemplado una porción de comida para él y llevaba varios días en ayunas
La guerra seguía con ventaja para Fabián por su ejército sano– ¿no puedes solo parar esto Albus?- dijo Fabián con un deseo de que esa guerra no continuara más
Albus con una risa burlona pero extrañamente seca dijo– sabes que puedes hacer para parar esto… tengo un lindo lugar para ti
Fabián suspiró antes de decir– no tendría problema alguno en ir a vivir contigo si no fuera porque no me quieres como un compañero… quieres una mascota– después de desviar la mirada y considerar mejor las cosas dijo– no… quieres un juguete, ni siquiera sería tu mascota… quieres un juguete con el cual distraerte un rato y después desecharlo
Albus sabía que estar con Fabián era un capricho, pero era el capricho más grande de toda su vida y realmente quería tenerlo, a toda costa– te equivocas Fabián, no eres un juguete… eres mucho más, quiero tenerte cerca así deba guardarte bajo un capelo como la rosa que eres
Fabián arqueo una ceja y dijo en tono amable– eso… casi sonó romántico… y lo sería si no fuera porque viene de un contexto bastante… oscuro por así decirlo
Ambos peleaban a su propia manera chocando poderes mientras alrededor Chi buscaba un lugar para esconderse y no tener que regresar al clan de nuevo, quería desesperadamente escapar de ese lugar a donde fuera ligeramente mejor
La mayor parte de los vampiros de Albus habían caído, no tenían la fuerza para seguir, algunos habían perdido la consciencia, otros aunque despiertos no podían moverse más
Fabián– sabes que no puedes tener una rosa bajo un capelo… morirá más rápido– dijo con total convicción
Albus– eso lo sé… pero una rosa inmortal no sufre ese destino… aún así… no vas a ceder tan fácil
Fabián pensaba si realmente Albus tuvo una rosa alguna vez, como si realmente no supiera cómo tratar una, tenía varios rasguños en el cuerpo, seguía luchando contra él sin querer lastimarlo, esperando que el tiempo agotara a sus soldados y poder atacar directamente
Albus– deja de jugar y ataca como debes… solo golpeas suavemente como si no tuvieras fuerza– dijo con un tono real de desesperación, no había recibido más que unos cuantos golpes, como caricias más que agresiones
Fabián lo miraba como si hubiera algo que no había notado hasta que dijo– Albus… alguna vez… ¿amaste de verdad?... quiero decir… un amor real, ese que… sientes en las entrañas… ¿nunca? ¿ni una vez?
Esa pregunta dolió más a Albus que un golpe, no sabía responder, era algo que nunca había pensado, ¿siempre fué así? ¿era algo aprendido?, su cabeza no le daba una respuesta clara y su cuerpo se congeló al sentir una gota correr por su cara, la tocó con su dedo extrañado por ella hasta que dijo tratando de recuperar la compostura– eso no importa ¡tengo todo lo que quiero!... ¡y te quiero a ti!
Los primeros rayos de sol salieron y Albus gruñó de frustración antes de ordenar la retirada de sus vampiros hasta la siguiente noche que era la última, Fabián dio a sus soldados comida y fresas negras antes de que durmieran
Francisco y Héctor dormían cerca de Fabián para asegurarse de mantenerlo a salvo todo el día aún sabiendo de La Tregua del Sol, Albus por otro lado dio la última porción de alimento a sus soldados, minúscula y en mal estado, todos parecían cansados, algunos incluso desmayados
Teniendo solo la noche siguiente como única opción, Albus sacó un líquido rojo que les daría a beber antes de la última noche de guerra, era una mezcla de Ruda, Menta, Canela, Clavo de olor, Ajenjo y Jengibre seco con base de sangre maldita y veneno que estaba prohibida debido a sus fuertes efectos secundarios, ansiedad e hiperactividad
Albus planeaba darles dosis altas a los vampiros unas horas antes de la guerra para que usaran sus energías al máximo aún si colapsaban después o sufrían daños más graves. El líquido era fuerte y con una taza era suficiente para un uso saludable, los haría beber un litro
Paloma Negra dormía abrazado a Fabián sin darse cuenta de ello debido a que estaba demasiado cómodo para darse cuenta, los soldados también parecían tranquilos, sin hambre o sed como cachorritos mansos entre su manada
Lucio estaba en la sala lejos del cuarto cuando escuchó a Victor gritando de miedo– ¡Abuelo!... ¡no me dejes! ¡¿dónde estás?!... ¡abuelo!
Lucio corrió al cuarto donde Victor se había despertado de una pesadilla y lloraba extendiendo los brazos a él– abuelo, no me dejes– dijo llorando, pidiendo con la mirada protección
Lucio lo abrazó para calmarlo diciendo– calma… pequeño, aquí estoy… tu padre está bien– lo levantó con cuidado, sabía que estaba nervioso, incluso asustado y por eso no le decía nada si de vez en cuando le gritaba desesperado por su atención, aún si desde fuera parecía exagerado. Lo llevaba casi siempre al frente para ver su expresión al dormir y asegurarse que no tenga pesadillas mientras lo estuviera cuidando
Dark y Erick también asustados, no se alejaban de Lucio no solo por Victor si no también por él que consideraban tesoro para Fabián y para ellos que eran parte de la familia
Lucio no podía dejar de pensar en Fabián y en la guerra, sabía que si hubiera problemas ya habrían pedido ayuda y eso lo tranquilizaba un poco, no estaban en peligro, Victor jugaba desde los brazos de Lucio con sus juguetes hasta que se quedaba dormido
Unas horas antes del último día de guerra, Fabián detectó un aroma a sangre inusual, fué a ver y encontró a Chi escondido detrás de un arbusto llorando mientras apretaba la lata de caramelos contra su pecho
Fabián reconoció la lata de caramelos de cereza que le había regalado a Chi hace casi 5 años y se acercó a él lentamente hasta que lo vió levantar la cabeza y decir– lo… lamento– la voz entrecortada por los sollozos
Fabián sintió el rencor recorrer su cuerpo entero hasta que Chi dijo– yo… sé que nada de lo que diga o haga compensará el terrible daño que te hice… pero juro… por el cariño que te tengo… ¡que no quería matarlo!... nunca quise…– Chi tenía la cara empapada en lágrimas, pero no eran falsas, la culpa y el remordimiento eran evidentes en sus ojos
Fabián suavizó su mirada antes de que sus ojos se llenaran de lágrimas no derramadas, pero no pudo decir nada antes de que Chi continuara– por favor… no te pido que me perdones… sé que lo que hice fué imperdonable pero… por favor no me odies por esto… eres la única luz que pude ver en toda mi vida… no quiero perder…– las lágrimas caían por su cara sin control
Fabián dijo con la voz extrañamente suave– ¿qué fué lo que realmente pasó?... si no querías matarlo ¿por que lo hiciste?... ¿qué querías hacer conmigo?
Chi temblando dijo– Albus quería tenerte… me dijo que tu corazón al ser extraído crearía un nuevo cuerpo dispuesto a amarlo… y tu padre…– apretó la lata de caramelos más fuerte contra su pecho antes de decir– pensé que dando la puñalada en su lado derecho… se recuperaría, no tenía que pasar nada… no me justifico… debí traicionar a Albus, no a ti… pero…estaba tan asustado… ¡no sabía que estaba ahí su corazón¡
Fabián suspiró fuerte y dijo con la voz calmada pero rota–... Chi… entiendo… no puedo perdonarte por la muerte de mi padre… no me dañaste directamente y tampoco fuí el único… arrebataste la vida a alguien inocente que además tenía una familia…– Fabián dejó caer sus lágrimas como si liberará un peso antes de seguir– pero… si puedo perdonarte por intentar arrancar mi corazón… tu lealtad no estaba conmigo si no con Albus y sé que no era del todo por voluntad propia… por eso, si te perdono
Chi puso la frente en los zapatos de Fabián antes de decir– debí ser leal a ti desde el principio… perdón por favor… lo siento
Fabián levantó la cara de Chi antes de darle un beso en la frente y decir– si quieres serme leal esta vez… tienes que probarlo… mañana en la guerra
Chi– cualquier cosa… pide– dijo con determinación en la voz como si fuera lo único real en su vida
Fabián le dió fresas negras y dijo– no te pediré que mates a nadie… solo quiero que si mi hermano corre peligro durante la guerra, si Albus se le intenta acercar… uses esto contra él– le dió a Chi la daga plateada con la que había matado a Emanuel y dijo– no quiero que lo mates, no le des en el pecho… dale en las piernas principalmente, en los brazos o la cara
Chi sostuvo la daga fuertemente y Fabián dijo– solo si se acerca a mi hermano, no quiero que Francisco se enfrente a él de nuevo… y recuerda… no lo mates
Durante los últimos minutos del día, los vampiros de nacimiento despertaban con la energía renovada, el ánimo arriba y juguetones entre ellos, se empujaban suavemente, se subían unos sobre otros jugando como niños pequeños que despertaban de una larga siesta llenos de energía
La sangre de Fabián les había dado olores nuevos y dulces desde menta hasta frutas tropicales, se olían reconociendo sus nuevos olores, no tenían miedo de acariciarse o reconocerse, solo querían jugar
Albus obligó a sus vampiros a beber el líquido de hierbas rojo antes de salir, los vampiros comenzaron a temblar por la adrenalina en menos de 3 minutos, sus mentes se sentían alteradas pero no del todo enfocadas, sus cuerpos se movían con velocidad más por inercia que no conciencia real, a pesar de su aumento de fuerza los vampiros de Fabián aún tenían ventaja, actuando con cabeza, precisión y calma a pesar de todo
La batalla se tornó más agresiva por los vampiros alterados y solo esquivar ya no funcionaba, los golpes eran directamente a matar, las defensas debían subir a golpes certeros que inmovilizaran al oponente
Albus dio a Fabián un golpe demasiado fuerte que lo hizo chocar contra una formación rocosa, Francisco intentó acercarse pero Albus intentó sujetarlo del cabello sin lograrlo por Chi quien le había hundido la daga en el muslo
Francisco reconoció la daga que Fabián había llenado con su sangre y supo que Chi estaba ahí por petición de su hermano– Chi… no te acerques demasiado a Albus
Francisco corrió a ver a Fabián quien estaba aturdido pero bien, Albus quería desquitarse con Chi por la puñalada pero era muy escurridizo por la fuerza de las fresas negras de la noche anterior– no te acerques a Albus… puedo, pero mantente a salvo– dijo Fabián son la conciencia de nuevo al cien, sabiendo todo el daño que su hermano había sufrido en el pasado no quería que peleara directamente
Chi se movía muy bien, con su fuerza renovada, haciendo cortes en la cara y los brazos de Albus como había dicho Fabián, sin dar en el pecho, Albus estaba harto hasta que dijo a sus vampiros atacaran en grupo a Chi
A lo lejos un grito, todos los vampiros de nacimiento de Albus estaban ahí, listos pero no para pelear con él si no en su contra, reconocían a Fabián por su sangre como parte de ellos esa parte que les daba paz y debían proteger
Se lanzaron con fuerza sobre soldados y el propio Albus a quien atraparon, lo sujeta a fuerte defendiendo a Fabián y a los demás, ya no estaban fuera de sí, querían proteger a conciencia
Albus activó sus veneno para librarse del agarre de los vampiros, se acercó a Fabián que también lo activó y ambos chocaron, sus cuerpos envenenados luchando entre sí, nadie más podía acercarse por el veneno de ambos
Fabián– esto es una pérdida de tiempo y energía Albus… por favor acaba con todo de una vez– dijo aún pensando que podía razonar con él
Albus– si te vieras con mis ojos… sabrías por qué vales tanto la pena– dijo con toda la convicción del mundo– no me rendiré hasta que seas mio
Fabián– no se trata de propiedades… Albus así no es como funciona– Fabián intentaba hacer que Albus entrara en razón pero mientras más lo intentaba menos parecía funcionar
Se golpeaban entre sí con el cuerpo, los puños y la cabeza– esto es inútil… somos inmunes al veneno del otro… no podemos morir además será una pelea eterna, un tormento constante que solo dará dolor
Albus soltó lágrimas de veneno mientras decía– ¡¿qué sabes tú sobre dolor?!... ¡no sabes nada!... eres más que una rosa exótica a la que quiero poseer… yo… quiero que estés conmigo…¡aun si me odias por eso!... prefiero mil veces tu desprecio ¡incluso tu mal trato! ¡Lo que sea menos tu ausencia!
Fabián– Albus no… es enfermizo, ámame bien
Albus, ciego por la obsesión siguió sin considerar lo que decía Fabián con la única idea de ganar la guerra a cualquier costo, los vampiros de Albus comenzaron a colapsar, uno a uno caían al suelo incapaces de volver a levantarse, Fabián gritó a los suyos y a los vampiros de nacimiento– ¡no los ataquen!... están demasiado débiles, no sería justo… dejenlos
Los vampiros de nacimiento se sentaron con la piernas dobladas, la espalda recta y los pies juntos, mirando a Fabián como si esperaran órdenes no de un rey si no de una divinidad encarnada, los ojos de todos parecían realmente convencidos de su lealtad
Albus iracundo por la traición de sus vampiros abrió sus alas seguido de Fabián, elevando la pelea al cielo como 2 águilas defendiendo lo que más amaban, usando uñas y colmillos por horas hasta que ambos comenzaron a cansar, especialmente Albus quien no solo se sentía perder si no que también sabía que todo su clan lo había abandonado
Las uñas de ambos chocaban entre sí sacando chispas por el roce, los golpes dejaban moretones que sanaban rápido, ambos aterrizaron en el suelo para tomar aire, sus ropas desgarradas, las manos cubiertas de sangre y el cabello enmarañado– esta pelea ya ha durado mucho… y… está por amanecer, no podemos pasar días peleando– dijo Fabián tratando de ver otra forma de arreglar las cosas
Albus no tenía intención de rendirse hasta que uno de los dos cayera– si te parece que es mucho… entonces comienza a pelear de verdad y deja de jugar– sus movimientos eran más lentos debido al cansancio que ya tenía encima, pero enfocado en seguir a pesar de todo– uno de los 2 debe caer
Fabián volvió a responder con los mismos movimientos precisos, pero a pesar de estar cansado, Albus era más fuerte lo que le dificultaba seguir el ritmo– si seguimos así ambos caeremos… ¿no hay otra manera?...¡Albus! no
Albus se lanzó sobre él derribandolo de un golpe, en el suelo, sobre él intentaba atacarlo cuando– ¡jajaja, jajaja, jaja!...- Fabián estalló a carcajadas de pronto
Albus se detuvo en seco y dijo muy confundido– ¿qué es lo que te pasa?-
Fabián– ¡tu rodilla me hace cosquillas!... ¡Quítala de mi estómago!- se reía a carcajadas como si todo fuera una escena ridícula de una obra escolar– esto está perdiendo seriedad
Esas risas eran tan puras, inocentes, tan bonitas que a Albus le dió un vuelco el estómago, desde hace siglos no sentía ese cosquilleo solo Caín había logrado hacerle sentir algo parecido por lo que se alejó bruscamente como si quemara
Fabián– aunque fué de forma no intencional… y aún en medio de esto…– dijo son una sonrisa genuina y amable– fué divertido– se lanzó al ataque de nuevo, como si agradecer y señalar cualquier cosa mínimamente agradable que se presentara en cualquier momento fuera rutina sagrada, la pelea continuaba hasta los límites del amanecer cuando Luzbel gritó– ¡el toque de Redención!... ¡Dale el toque de Redención!
Albus y Fabián se miraron entre sí buscando respuesta uno en el otro como si ninguno supiera lo que era– ¡¿no te enseñaron a usar “El Toque de Redención”?!... ¡maldita sea!... Fabián… el corazón de Ángel es el de la muerte… el único capáz de dar el toque de redención
Albus– le pides que use un poder que ni siquiera sabe que tiene… ¿que esperabas que hiciera? ¿improvisar?- dijo riéndose de la evidente desconcierto de Fabián
Luzbel–...¡Tan fuerte y poderoso que eres y no has matado a Fabián!- dijo frustrado y sumamente molesto
Albus respondió, seco, con los ojos firmes y la voz ronca– ¿quién dijo que quería matarlo?... ¿Qué parte de “lo amo” no entiendes?- el silencio que siguió fué denso como sangre
Luzbel entonces entendió de golpe Albus se había estado conteniendo, no solo quería vencer, quería tocarlo todo lo posible por si el final lo separaba de él para siempre, sus pensamientos se interrumpieron cuando la pelea continuó y el sol estaba a minutos de salir
Luzbel aterrado grito– ¡Fabián! ¡concentra tus latidos hasta que tus ojos se vuelvan azul profundo y tu pupila se vuelva blanca!
Fabián con duda genuina dijo– ¿cómo se supone que vea eso?, ¡no puedo ver mis propios ojos!
Luzbel avergonzado dijo– cierto… que bruto…– se puso la mano en la frente antes de decir–concentra tus latidos hasta que sientas sabor a sangre en la boca… siente frío en los ojos
Fabián intentó obedecer, pero no sabía hacerlo correctamente, Albus no quería que se terminara la pelea, dejar de tocar su piel, su cabello y sus suaves manos, como medida desesperada le dio un golpe con todas sus fuerzas en el estómago que lo hizo doblarse por el dolor
El golpe no detuvo su corazón si no que volvió sus ojos totalmente azules profundo como el mismo cielo nocturno y la pupila blanca perlada que brillaba como la luna– ¡ah!... ¡mis ojos se congelan!- dijo Fabián aterrado por el frío que sentía en las córneas
Luzbel tratando de calmarlo dijo– no Fabián… no pasará nada… ¡ahora!... ¡pon tu mano sobre su cabeza!
Fabián intentó obedecer pero Albus no estaba dispuesto a ceder tan fácil y lo evitaba a toda costa sin saber realmente a qué se estaba enfrentado– ¡no me toques con eso!... ¡no sabes que hace! ¡Podrías matarme!
Fabián frenó en seco y lentamente se giró a la dirección de Luzbel para decir– ¿lo matará?... no quiero hacerle daño, no así– la preocupación era genuina, no quería hacer nada que pudiera matar a Albus
Frustrado y con un tic en el ojo derecho Luzbel dijo– ¡deja de tenerle consideración a esa cosa!... no lo matará, lo has hecho antes… cuando los vampiros dejan de oler a sangre y flores marchitas es por que recibieron el toque de redención… ¡tocalo ya!
Fabián insistía por miedo genuino a hacerle daño innecesario a Albus– ¿que hace exactamente?... por favor, no quiero lastimarlo
Luzbel ya al borde de la ira dijo– es…¡es redención!... lo enfrenta a sus culpas a todas ellas, lo purifica y castiga… ¡solo tocalo ya, maldición!
Fabián persiguió a Albus por un rato hasta que sin querer puso la mano sobre su pecho del lado izquierdo– ¡no!... ¡en el pecho no!- gritó aterrado, el toque de redención era mucho más fuerte si se daba en el corazón en lugar de la cabeza pero había olvidado mencionar eso
Albus cayó al suelo temblando, todas sus memorias comenzando a atormentarlo como voces del pasado que le recordaban todo lo malo que había hecho, cada dolor que había provocado a otros ahora lo sentía, cada día de ayuno y terror sobre su propia carne
Fabián intentaba sostenerlo para que no se hiciera más daño mientras decía– ¡¿por qué no me dijiste que no era bueno darlo en el corazón?!... ¡dijiste que no le haría daño!- Albus seguía temblando hasta que aparentemente perdió el conocimiento pero tenía los ojos abiertos, perdidos y vacíos
Fabián– ¿qué le pasa?... ¡¿qué le pasa?!- gritó con angustia genuina en el tono– no se ha hecho ceniza… no está muerto pero… ¿por qué está así?
Luzbel– está siendo castigado tanto física como psicológicamente… normalmente entran en shock o trauma permanente hasta que termina su penitencia, puede durar años…
Se acercó a él y dijo extendiendo la mano– lo llevaré al infierno para que lo pase ahí
Fabián abrazó a Albus de forma protectora, con culpa real por haberlo lastimado tanto antes de decir– ¡no lo toques!... acepto que pase por la penitencia… pero no lo hará en el infierno, mucho menos ahora que sé que no tendrá como defenderse… lo cuidaré yo… de haber sabido lo fuerte que era habría procurado dárselo en la cabeza
Luzbel– Fabián… el infierno es el lugar correcto donde pasar la penitencia, no lo hago por capricho– dijo tratando de sonar convincente
Fabián– ¿cuántos en penitencia logran salir del infierno?
Luzbel no supo cómo responder, casi nadie podía salir sin reencarnar, no era garantía que Albus saliera del infierno algún día y él no podía reencarnar– no hay garantía… pero… no sabes lo que es capaz de hacerte, es peligroso
Fabián– sé lo que podría hacer, pero no lo dejaré… entiendo que era peligroso cuando estaba consciente pero ahora… ni siquiera parpadea…lo cuidaré yo, he dicho
Su voz sonaba tan decidida que Luzbel no dijo nada más solo bajó la mirada resignado, los vampiros de nacimiento se acercaban a Fabián, querían desquitarse con Albus, cobrarse todos y cada uno de los años que habían sufrido
Fabián– ¡no!...¡esperen!- dijo con la voz suplicante mientras sus alas protegían a Albus– por favor… ya está pagando… entiendo su coraje y no justifico lo que hizo, pero por favor no lo lastimen… no sería justo
Los vampiros se detuvieron y aceptaron no hacerle daño, el sol estaba saliendo y todos los vampiros huyeron, Fabián miraba el rostro de Albus, lloraba una sangre espesa, roja oscuro que olía mal, pero lo ignoró y siguió corriendo
En el clan Lirio de Humo, Victor esperaba la llegada de Fabián en la ventana dando pequeños saltitos más por nervios que por emoción, Lucio estaba picando un trozo de madera con la uña hasta hacerle un agujero, Dark y Erick se apretaban las manos para evitar hacer movimientos erráticos con los dedos
Fabián gritó desde la entrada, se había cambiado la ropa y estaba bien, Victor salió corriendo a recibirlo saltando a sus brazos casi haciéndolo caer, no tenía palabras, solo lo abrazó fuerte hundiendo la cara en su pecho, buscando su corazón
Fabián– ya pasó, mi niño… todo terminó– dijo acariciando su cabello como una promesa de seguridad, Dark, Erick y Lucio salieron a recibirlo también, lo revisaron antes de abrazarlo
Fabián– los extrañé tanto… mis chicos, mi papá… temí no volver a verlos… pero están aquí… conmigo– dijo entre lágrimas abrazando a los 4 solo reconociendo que estaban ahí, salvos y bien
Después de contarles todo lo que pasó en la pelea Lucio dijo– ¿dónde está Albus entonces?... ¿lo tendrás en tu clan?... y ¿qué pasará con el Clan Lupanar?
Fabián cargaba a Victor quien jugaba con su cabello como si fuera lo más bonito que existía– … lo cuidaré… Luzbel dijo que se depuraría poco a poco, llorando y vomitando… dijo que era posible que no pudiera hacer nada por sí mismo, básicamente sea una muñeca de trapo rota por eso es importante cuidar de él lo más que se pueda
Lucio miró a Francisco directamente a los ojos y dijo– ¿y tú no dices nada?... Albus te torturó por años y no dices nada– dijo con sorpresa y esperando una objeción
Francisco mantenía la calma al decir– ¿que esperabas?... ¿en serio creías que Fabián lo iba a abandonar?... no abandonó a Chi… sabes lo que hizo él
Lucio suspiró Francisco había sufrido mucho, el clan Lupanar era terrible, aún así estaba aceptando la decisión de Fabián, él haría lo mismo diciendo–... si… es verdad… bueno, al menos está pagando, así que supongo que es algo– acarició la cara de Fabián antes de decir– solo ten mucho cuidado
Fabián y Francisco fueron al clan Lupanar con los soldados heridos y agotados, la población del clan era mucho menor a la que había antes de la guerra de casi 5 mil habitantes sólo habían quedado 500 con los vampiros de nacimiento y los soldados
Francisco– bueno… ahora conocerás en persona mi prisión– dijo con claro resentimiento en la voz, caminaron hasta el castillo donde uno de los sirvientes recibió a Fabián como un salvador llevándolo a una habitación gigantesca que parecía sacada de un cuento de hadas moderno, tecnología de punta,materiales naturales importados y muebles hechos a mano
El sirviente dijo– esta recamara fué hecha para usted… Albus tardó 500 años construyendo y comprando todo lo que ve aquí… usando poco más de 2 millones de euros en su construcción
Francisco– ¿piensas destruir esto?...hay mucho dinero aqui invertido– dijo esperando que quisiera destruir todo pero Fabián parecía triste
Fabián– no puedo solo destruir todo lo que ha creado… aún con todo… me duele– miró la cama rey extendida como si viera a través de la obsesión de Albus un cariño profundo y un corazón necesitado– el castillo puede permanecer así, solo hay que adaptarlo, que el reinado sea mejor
Francisco– solo porque conozco tu corazón dulce te voy a ayudar
Fabián le dio un beso en la cabeza a su hermano antes de decir– me alegro porque tú tendrás que sustituir a Albus hasta que se recupere…
Francisco soltó una risa suave antes de decir– buena esa hermano… ya en serio– la expresión seria de Fabián lo hizo entender y dijo– ¡¿que?!... ¡¿estás loco?!... dime que es una broma… dilo
Fabián– Francisco, ¿quién mejor que tú?... sabes de primera mano lo que le hace falta a este lugar, lo que sobra y todo… por favor
Francisco se pasaba la mano por el cabello hasta que dijo–... eres… ah… supongo que sí, pero no sé si pueda
Fabián– tomará tiempo pero claro que puedes… no te preocupes… Lo primero es…– el sirviente interrumpió diciendo– ¿podemos comer algo antes?... disculpe pero tenemos días sin comer
Fabián– darle de comer al clan… claro– dijo reconociendo prioridades, mientras que los vampiros comían las fresas negras, Fabián limpiaba las cosas del cuarto de Albus, acomodando y limpiando todo hasta que encontró detrás de la cama la entrada al jardín secreto
Entró con cautela, Francisco detrás diciendo– le gustaban las flores muertas… no tenía la delicadeza de regar su jardín– pensando que el jardín estaba así a propósito
Fabián tocó la tierra y dijo– no es eso…– miró todo el lugar antes de seguir– el jardín tiene todo… agua, luz…
Francisco interrumpió diciendo– ¿por qué no florecen entonces?... tienen agua, mucha luz…
Fabián– ese es el problema… la luz… son tuberosas, florecen de noche… además no están secas, si no quemadas por el exceso de luz– al fondo vió el altar que Albus tenía a sus amores
Francisco– estaba realmente obsesionado… mira eso– al no tener respuesta dijo– ¿hermano?
Fabián miraba su propio retrato al óleo, como si no pudiera creerlo, su cara no era así, sus ojos no eran esos ¿o si?, él no se miraba a sí mismo tan hermoso, esa bonita expresión no era suya, o siempre fué asi de hermoso y nunca lo vió
Francisco– hermano… seré el rey sustituto si eso te hace sentir mejor… pero por favor dime algo, me asustas
Fabián dijo sin desviar la mirada del retrato– hay que reducir la luz, abrir el techo… retirar todos los cuadros sin excepción… acomodemos este lugar como una terraza y los cuadros hay que guardarlos
Francisco– ¿incluso el tuyo y el de Caín?- dijo sin saber que planeaba su hermano
Fabián– sobre todo esos.. hay que cambiarlos de lugar, llevarlos a la sala o a un lugar abierto pero aquí… solo flores
Ambos acomodaron el lugar, el castillo Antra Lux de Albus se volvió un refugio para los soldados, mensajero y sirvientes cercanos, les llevó toda la noche, pero el castillo recobró un poco de su luz
Los vampiros de nacimiento se quedaron en el clan junto con el mensajero Loto y muchos que habían huido, los demonios hicieron planes para reconstruir el clan desde cero con Francisco al mando
Ambos hermanos quedaron de acuerdo en respetar todas las cosas personales de Albus mientras no fuera rey, Francisco se quedaría en el cuarto de lujo y Fabián se quedaría con él los fines de semana para no abandonar su clan Sangre de Luz, se abrazaron como despedida antes de la salida del sol
Fabián regresó al clan y en el cuarto asignado en su casa Albus vomitaba la sangre oscura y maloliente sobre el suelo sin realmente darse cuenta– ¿hace cuanto estuvo vomitando?- preguntó Fabián con preocupación genuina
Erick– unos minutos pero…se incorporó de pronto y comenzó a vomitar– no sabía qué hacer ante todo eso y solo esperaba que Fabián si
Fabián sostenía el cabello de Albus mientras él seguía vomitando– hay que darle un baño y ponerle ropa limpia… Erick por favor ayudame con…– Antes de que pudiera terminar Erick no dudó ni un segundo y comenzó a limpiar el suelo
Fabián llevaba casi a rastras a Albus al baño, lo sentó en un banco y le dijo suavemente– bien… tengo que bañarte ¿si?...te quitaré la ropa– Con cuidado y calma retiró la ropa de su cuerpo y comenzó a mojarle el cabello con una tinaja para no asustarlo
Albus parecía desconectado de la realidad, con la mirada perdida en el suelo, parpadeando ocasionalmente, pero las manos suaves de Fabián lo hicieron volver en sí ligeramente sintiendo las suaves caricias que lo limpiaban
Fabián– está bien… seré cuidadoso… puede tomar tiempo pero no tenemos prisa– suavemente lavó el cabello de Albus con los dedos dando un suave masaje– huele a rosas… ¿recuerdas las rosas?... refrescan muy bien
Albus intentó recordar las rosas, pero solo podía pensar en las flores marchitas de su jardín y llorar sangre negra de nuevo sin poder decir nada, Fabián le enjuagaba el cabello con cuidado, cuando noto la sangre dijo– está bien que llores, mientras más lo hagas mejor… te lavaré la cara en un momento
Con una esponja marina natural comenzó a lavar sus brazos, cuello y espalda– el jabón es neutro, no huele pero limpia muy bien– lavó su cara con las manos para limpiar la sangre espesa– tienes que llorar todo lo que necesites… eso te ayuda a purificarte ¿bien?
Albus sentía el agua sobre su cuerpo como un suave abrazo tan cálido como el de una madre, cerraba los ojos hasta que volvió a vomitar, abundante y más oscuro que antes, Fabián daba palmaditas en su espalda diciendo– está bien… no intentes tragarlo, escupe… no es malo
Fabián lavó sus piernas con cuidado, eran fuertes y parecían cuidadas por lo que se aseguraría de mantenerlas así– lavaré tus pies…– Albus retiró os pies de inmediato, parecía avergonzado, incluso rojo y llorando sangre negra pero él con calma dijo– ¿te hice daño?... oh, ya veo… no te preocupes… no es humillante, seré cuidadoso
Albus extendió los pies suavemente con la toalla cubriendo su parte media mientras que Fabián los lavaba con cuidado, el masaje era relajante a tal grado que las lágrimas de sangre no paraban de salir de sus ojos
Después del baño Fabián vistió a Albus y lo recostó en la cama, le ofreció de comer, pero parecía que la culpa no lo dejaba probar alimento, le quemaba la garganta a pesar de si tener hambre– intenta comer algo o no tendrás que vomitar… anda, solo un poco– dijo con calma
Albus no quería vomitar más, estaba atormentado por sus propios errores y no sabía cómo manejar todo, Fabián le acercaba la cuchara a la boca con calma y cuidado insistiendo pero suavemente– sé que puede ser doloroso… pero pasará… Albus… abre la boca
Después de que insistiera por un rato Albus comió muy poco antes de llorar de nuevo, gritaba por el dolor psicológico, mientras que Fabián le sostenía las manos suave pero firmemente para que no se hiciera daño a sí mismo hasta que se detuvo y cayó de espaldas al suelo profundamente dormido
Fabián suspiró de alivio, lo cubrió ahí mismo para no correr el riesgo de despertarlo si lo movía, salió del cuarto y fué a ver a Victor que estudiaba con Héctor en la sala de estar
Fabián– lo siento… recién logré que comiera algo– dijo para disculparse con su hijo
Victor se abrazó a él con fuerza dándole la bienvenida mientras Héctor decía– ¿cómo sigue el rey del mal?... ¿él ha intentado hacerte algo?
Fabián acariciaba la cabeza de Victor mientras decía– no es el rey del mal… al menos no ahora y…está bien… al menos por ahora
Victor– eres como los cuervos del cuento de Liam papá, cuidaban al murciélago con cariño como tú
Fabián sonrió y Héctor dijo– eso es verdad… pero sería más como un águila… un águila criando pollitos– el tono bromista en su voz daba a entender que estaba jugando
Fabián sonrió cansado pero dijo– si… pollitos…– le acarició la cabeza a Héctor antes de decir– pollitos y palomas… jaja… hablaré con Francisco por celular, veré como va o si necesita ayuda
Héctor se sonrojó profundamente pero mantenía su expresión orgullosa mientras decía– saluda al rey por mi… por favor
Hablaban por llamada de video de cosas del clan aprovechando que era de día y los vampiros dormían– Francisco… las mazmorras están siendo remodeladas, vamos a construir habitaciones adecuadas para vivir que no parecen prisiones… esa bola de cabello es… ¿Victor?
Fabián enfocó a Victor durmiendo en su pecho y dijo– si… esta aqui… sabes, los bebés vampiro duermen mucho, crecen solo hasta los 21 años… que es cuando el cuerpo humano termina de crecer o algo así– dijo recordando lo que había leído
Francisco– si… recuerdo eso, ni siquiera los vampiros mayores de 21 años lo aparentan realmente, todos rejuvenecen después de la transformación… y cambiando de tema… ¿Cómo está Albus?
Fabián– está… bien– dijo dudando de su propia respuesta– está en una habitación contigua a la mía… Erick y Dark duermen a mi lado derecho y Albus está al izquierdo… la cocina y el comedor se pueden cerrar tanto como el cuarto de lavado, no me preocupa eso pero realmente… su estado…– el ruido de piel desgarrándose lo puso alerta y Francisco lo notó
Francisco– ¿que tienes?... Fabián
Fabián con las pupilas contraídas dijo- es Albus…– dejó el celular a un lado y a Victor en la cama antes de correr, con el corazón en la garganta, la puerta era de rejas para tener vista desde afuera
Albus se rasguñaba los brazos con sus largas uñas de vampiro y se arrancaba los cabellos con las manos, Fabián entró corriendo, lo sujetó de las muñecas sin hacerle daño, notó que no lloraba ni vomitaba– ¡Albus no!… ¡Esto no funciona!… no te ayuda a depurar… si no lloras es por que no es correcto
Albus luchaba por seguir haciendo daño a su cuerpo y Fabián lo sostenía con fuerza diciendo– por favor… escucha… ¡vuelve!- levantó la mano para darle una bofetada como si eso le devolviera la razón pero se detuvo en seco ¿en que pensaba? dijo suavemente– pero ¿qué estuve a punto de hacer?... soy un monstruo… eso solo empeorará todo…– abrazó a Albus suavemente que aún intentaba soltarse y dijo– perdóname… tú no necesitas eso… nunca volveré a considerar algo así… lo prometo
Albus escuchaba las palabras de Fabián tranquilizando su mente poco a poco, volviendo a llorar la sangre negra mientras sentía como suavemente lo balanceaba de atrás hacia adelante, ese solo vaivén tan desconocido y necesario fue suficiente para romper una barrera antigua que creía eterna– tranquilo… no intentes adelantar las cosas haciéndote daño a ti mismo… no sirve, tú ya estás pagando, no intentes forzarlo
Las lágrimas de Albus caían de su cara de forma abundante como si reconociera ese gesto como algo que nunca dio por no haberlo tenido tampoco, Victor veía a su padre junto con Dark y Erick limpiar la sangre del suelo
Victor– ¿está mal? –dijo inocente al ver la sangre y las heridas parcialmente cerradas de Albus
Fabián– ve a tu cuarto nene– dijo tratando de alejarlo de esa imagen grotesca de dolor y penitencia
Victor se acercó más y dijo– ¿se siente mal?
Fabián– si… algo así, es… terror y culpa… remordimiento– Vio con asombro como Victor se acercaba con la sudadera negra a la que llamaba “mantita” y la ponía sobre los hombros de Albus, él pareció reaccionar ligeramente al niño mientras decía– huele a moras, me ayuda a dormir cuando debo hacerlo solo… cuando te sientas mal cúbrete, te la doy
Con inocencia, Victor le rozó la mejilla con la cara justo como Fabián solía hacer con él. Albus tocó la sudadera con la mano suavemente y lloró sangre negra como una cascada espesa pero dijo en un susurro casi imperceptible–... gracias…– Victor sonrió y se acercó a su padre dándole un beso de buenas noches en la mejilla para volver a la cama a dormir– quédate con él un rato… estaré bien– dijo con paciencia en la voz
Fabián estaba sorprendido por que Victor dependía mucho de esa sudadera con su aroma para dormir y que la haya soltado era un gran avance, pero después de dio cuenta que Albus había hablado por primera vez desde que recibió El Toque de Redención, terminaron de limpiar el cuarto
Acarició la cabeza de Albus quien tenía puesta la sudadera y le sonrió, él tenía la mirada aún muerta pero una suave chispa se vió en sus ojos, se quedó ahí mientras hablaba con Francisco y le contaba todo– creo que podrá redimirse pronto si seguimos así
Francisco– sí… tal vez volver a ver a Caín pueda ayudar ¿no?... lo quería o algo así–dijo con duda genuina de si era amor o solo obsesión como con su hermano ya que Caín no quería ver a Albus por miedo a que empeorara con su presencia
Fabián– eso lo veré… mientras ¿que te dijeron los demonios de la alianza? – quería reducir tensión preguntando cualquier otra cosa
Francisco– debo pasar por los 7 pecados también… tengo pocas esperanzas de pasar todo realmente pero ya veré… tú dijiste que debías pasar por el entrenamiento de los 4 jinetes del apocalipsis ¿no?
Fabián dijo con calma– puedes hacerlo… y si, debo entrenar con ellos ahora pero al menos ya no tengo la presión de la guerra
Franco dijo con una sonrisa suave– ¿estás en el cuarto de Albus?
Fabián– sí… habló… fué un susurro pero se entendió perfectamente… fue, un gracias– sonrío, parecía claramente complacido, como si esa palabra fuera una luz que entraba entre la grieta de un muro sólido
Francisco claramente sorprendido dijo– goa… dijo gracias ¿eh?... sin duda es un avance, sobre todo de alguien que nunca lo dijo
A la noche siguiente, Francisco arreglaba papeles para dar vivienda a los vampiros que habían perdido su casa cuando un chico de cabellos morados como un higo y los ojos color rojo suavemente violeta– majestad… ¿puedo hablar con usted?
Francisco dijo suavemente– si… adelante– las casas aún no están listas pero puedes quedarte…
El chico interrumpió diciendo–... no es eso… amo, Francisco… Soy Sergio, amo… mi hermano vive en el clan de Fabián, su hermano… quiero ir a verlo, por favor… yo… tengo que hablar con él
Francisco suspiró entendiendo su comportamiento y pensando que haría Fabián sonrió diciendo– claro que puedes… toma este dinero y ve de una vez… Como sabes el rey del clan Sangre de Luz es mi hermano, por lo que los dos clanes están unidos… si quieres quedarte allá o aquí eres bienvenido
Sergio recibió el dinero e hizo una reverencia en una rodilla antes de decir– gracias… muchas gracias
Francisco no quería que sus súbditos se sintieran presos y sometidos como con Albus pero también entendía que todos los vampiros salían de una noche oscura de tormento y soledad por eso no dijo nada, dándoles espacio
Sergio llegó con Fabián, al clan Sangre de Luz a pedir permiso para hablar con David, redactor oficial del reino, lo vió salir con el cabello revuelto, vistiendo su pijama y adormilado– disculpa… no contaba con una visita y vine lo más rápido posible– dijo avergonzado por su imagen
A Sergio le pareció raro ver al rey en pijama, pero no le molestó, se arrodilló diciendo– amo Fabián… pido poder ver a David… es mi hermano y…– se detuvo en seco al ver que el rey estaba arrodillado a su altura justo delante de él, sorprendido dijo– majestad… está en el suelo
Fabián sonrió suavemente antes de decir– si quieres ver a David está bien… pero es su día libre… así que tendrás que ir a su casa… te daré la dirección
Sergio se levantó del suelo y levantó a Fabián suavemente del brazo– gracias…– dijo avergonzado pero extrañamente satisfecho, Francisco era un poco parecido solo que su hermano era más activo y parecía que nada le daba vergüenza
Francisco llegó a la sala de los pecados junto con Luzbel, los 7 lo esperaban como con Fabián– pecados… este es su nuevo estudiante… Francisco… estos son tus maestros… Aureliax, Leviathan, Abadón, Acedia, Mammonis, Belpharion y Asmodeo… los 7 pecados capitales
Francisco dio una pequeña reverencia como había aprendido de su hermano y espero instrucciones para su siguiente movimiento– es… taan…Lindo… pero me fatiga su energía- dijo Acedia bostezando
Abadón dio un salto de su trono y dijo– es una copia de su hermano… incluso la forma en la que se para… ¡Es lo mismo!
Aureliax– No son tan parecidos… detalles pero además de su color de cabello tiene una vibra diferente
Asmodeo dijo– ¿Esta vez si puedo entrenarlo? ¿o volverás a decir que lo corronpí? – se cruzó de brazos con fastidio por lo sucedido con Fabián
Luzbel– callate Asmodeo… Francisco es diferente… pero ahora ponganse de acuerdo en quien lo entrena primero– se fué con paso lento para que comenzaran con el entrenamiento
Aureliax– bueno… ¿quién va primero? –dijo mirando a Francisco que estaba tranquilo a pesar de todo– tú vas al último Asmodeo… estás castigado
Acedia– lo tomó primero… vamos muchacho– dijo mientras se levantaba de su trono con calma y caminando al cuarto blanco por donde había pasado con Fabián, pero Francisco se detuvo en la entrada, su cuerpo reconocía a la perfección aquellas sombras blancas que gritaban– tienes que cruzar– dijo Acedia pensando que era muy pronto para que se rindiera
Francisco avanzó, el puente se rompió de inmediato, pero él no cayó, se sujetó fuerte de los trozos que quedaban del puente logrando subir aunque el puente se seguía rompiendo, él se rehusaba a caer, corría sobre los trozos rotos del puente como si su vida dependiera de ello
Logró llegar al otro lado colgado de una mano sobre el abismo blanco, se sujetó con la otra mano y balanceando las piernas logró levantarlas, entrando a la puerta al revés como todo un gimnasta profesional mientras cantaba una suave melodía que Fabián le solía tocar en una fídula cuando él no podía dormir
Se incorporó del suelo mientras que Acedia lo miraba con una expresión entre sorpresa, comprensión y una pizca de asombro– ya… ya vi… la diferencia… Felicidades Francisco… cruzaste el abismo blanco de la desesperación
Francisco se acomodó el cabello y dijo– no es la primera vez que lo cruzo… pero si la segunda que lo hago con éxito
Acedia no supo a qué se refería pero dijo– interesante… tu hermano lo cruzó con calma… pero tú nunca te dejaste caer… bien, descansa y podrás irte
Francisco– gracias… pero le diré un secreto…– se acercó al oído de Acedía para decir– mi hermano se dejó caer por que la única vida en peligro era la suya
Después de decir eso, Francisco se fué con paso lento mientras que Acedia pensaba en ese detalle que antes no había considerado, llegó con los otros pecados en silencio hasta que Aureliax dijo– ¿como te fué con la copia?
Acedía suspiró profundamente como si le pesara la respuesta–... él… no es una copia… de hecho… pude ver algo… uno se sacrifica sin pensarlo… el otro… se salva para proteger
Avadón dijo de inmediato– yo lo pido… quiero probar
Acedia– ya se fué… lo dejé ir a descansar… – se pasó una mano por el cabello diciendo–... es… realmente lindo
En el clan Sangre de Luz, después de el primer mes de penitencia Fabián ayudaba a Albus a vomitar durante 45 minutos sin parar hasta que como último, vomitó una esfera negra como gelatina seguida de una saliva transparente– ¿estás mejor?... –dijo Fabián viendo la esfera inflarse y explotar, de ella salió un polvo blanco brillante
Intentó alejar a Albus del polvo pero él extendió las manos y el polvo blanco se convirtió en una tuberosa blanca real que le cayó en las manos– es… muy bonita Albus– dijo Fabián al ver la flor
La tuberosa se añadió al pecho de Albus del lado izquierdo y se podía ver incluso a través de la ropa– oh… así que es ahí donde quiere estar… está bien– dijo acariciando la cabeza de Albus con cuidado– le dire a Luzbel lo que pasó para que nos diga qué significa
Antes de que Fabián hablara con Luzbel el cuerpo de Albus se regeneró como si fuera nuevo, aún tenía la mirada muerta pero su cuerpo, cabello y uñas parecía brillante– goa… eso es muy bueno Albus… ¿cómo te sientes? –dijo mirando que seguía llorando sangre negra
Albus miraba sus manos como si no creyera que habían dejado de doler y dijo en un susurro suave y casi imperceptible–... bien…– se levantó con cuidado recuperando la fuerza en sus piernas de nuevo, Fabián se mantenía alerta por si se caía pero logró caminar afuera con paso torpe hasta llegar al arbusto de las fresas rojas del jardín y arrancar una, la mordió cerrando los ojos como si hubiera esperado mucho para eso
Fabián lo dejó comer las fresas que quisiera mientras lloraba sangre negra, disfrutando el sabor dulce de cada una, después de comer unas cuantas, Albus regresó a su cuarto y se recostó en la cama para dormir bien después de mucho tiempo de insomnio
Los trámites y arreglos de la isla seguían en los clanes, ambos querían un lugar habitable, Francisco trataba de avanzar cuando vio a Sergio, el muchacho del cabello color higo entrar de nuevo a su oficina diciendo– disculpe, amo… regresé– parecía triste y sin energía
Francisco– ¿cómo te fué?... ¿lograste hablar con tu hermano?
Sergio– si… está bien… me quedaré aquí– su tristeza era evidente, parecía agotado mentalmente
Sin sonar demasiado exigente, Francisco dijo– ¿pasó algo? –Sergio parecía contener el llanto recordando lo que había pasado con David
Cuando David abrió la puerta y lo vio dijo– ¿qué haces aquí?... ¿cómo te atreves a regresar? –dijo con una furia intensa en la mirada
Sergio intentó no llorar y dijo– sé que estás enojado… pero tengo… –David lo interrumpió de forma brusca con una bofetada antes de decirle con ira– ¡no quiero escuchar nada de ti!... ¡Me abandonaste aquí por 90 años desde que somos vampiros! – su rabia no lo dejaba pensar e ignoraba la expresión triste de su hermano
Sergio no tocó su cara ni soltó el llanto tenía 29 años como humano y aunque su hermano tenía 13 como humano ambos tenían 96 como vampiros– por favor escucha–
David lo interrumpió esta vez con un empujón que lo tiró al suelo sentado– ¡quiero que salgas de mi vida!... ¡me dejaste aquí como un cobarde ahora no regreses! – cerró la puerta y Sergio se levantó después de unos minutos y tragar el nudo en su garganta
Francisco escuchaba atentamente lo que contaba Sergio y dijo– ¿eso dijo?... ¿por qué? – le parecía raro que un par de hermanos se llevara tan mal pero quería entender– ¿lo que dijo era verdad?
Sergio lloraba una sangre ligeramente violeta, como el vino tinto– yo no lo abandoné por gusto… me reclutaron los vampiros de Albus para ser… soldado… pero… fuí todo menos eso, estuve con él y después que se cansó de mí le llevaba la comida a la cama… no quería que reclutara a mi hermano también por eso no lo llevé conmigo
Francisco– tienes que decirle… Albus te secuestró tú no te fuiste por voluntad
Sergio– no querrá escucharme…debo volver a casa– se levantó con cuidado dejando caer un higo maduro y morado
Francisco sin mencionar el higo dijo– ¿tienes casa?... o ¿donde dormirás?
Sergio con tono tranquilo dijo– duermo en el huerto de higos de la zona… puedo comer de ahí lo que quiera… es cómodo
Francisco– quédate en el castillo… la renta es solo de 20 gotas al mes y no se cobra el primer año solo debes ayudar a limpiar
En el clan Sangre de Luz David le había contado a Fabián todo– me abandonó sin trabajo, comida o un lugar donde vivir… lo odio
Fabián con calma dijo–... no lo dejaste explicar– le acaricio la espalda antes de decir– ¿estás seguro que quieres hacer esto?
David pensó un rato, el rencor a su hermano era demasiado y había estado ahí mucho más tiempo que el que le gustaría aceptar– ¿que hubieras hecho tú?... en mi lugar… si de pronto tu hermano dice ir por comida y no regresa… sin nada, solo ¿que harías?
Fabián suspiró pero decidido dijo– … yo… en tu lugar…– su mirada era triste pero su pequeña sonrisa era comprensiva– … odiar lo que hizo… pero no a él… aún si hubiera querido hacerlo a propósito, seguiría amando a mi hermano y en lugar de correrlo de mi vida le demostraría que fué un error dejarme, haciendo que vea que todavía lo amo
David bajó la cabeza con culpa pero Fabián dijo– si de verdad no quieres volver a verlo… es válido también… pero piensa, que debes aceptar que perderás todo el tiempo con él y que es irrecuperable… ¿realmente vale la pena perder a tu hermano por algo que no sabes si fué o no a propósito?, quiero decir, fueron 90 años… casi una vida, yo no soportaría eso, amo a mi hermano… aún si me abandona por mil años, seguiría esperando que regrese
David– no… no puedo perdonar, fue muy duro– soltó el llanto por fin luego de aguantar mucho
Fabián- es duro porque todavía es tu hermano y lo amas… no digas nada ahora, piensa… decide después más tranquilo… si el fuego del rencor todavía arde cuando le ves, entonces si es coraje… pero si no… piensa en que sientes
Esa tarde que todo lo demás parecía ir como debería, Fabián regresó con Albus y lo vio con la cama tendida, su ropa sucia en la cesta, se había cambiado y peinado solo– oh… mira eso… tendiste tu camita y te pusiste ropa limpia, muy amable
Se sentó delante de él y le ofreció el plato de sangre viéndolo comer solo por primera vez, físicamente estaba bien. Luzbel miraba desde la entrada como si estuviera viendo un espectro– esta es la flor que salió Rey Demonio… mire
Fabián apartó el cabello de Albus de su pecho para mostrar la flor– ¿que hiciste? –dijo como si no pudiera creer tal cosa, miraba la tuberosa como una hermosa aparición– por favor dime, ¿que hiciste?
Fabián con su sonrisa cálida dijo– yo no hice nada… Albus pudo solo
Albus comenzó a llorar sangre negra reconociendo que Fabián no estaba diciendo todo como si no valiera– debiste hacer algo… esta tuberosa no solo es una flor bonita… esto significa que su cuerpo físico está totalmente purificado, es… es un milagro
Fabián– bueno… –dudó si decir todo lo que había dicho, no creía que fuera tan importante– solo lo ayudé un poco… después de que se hizo daño a sí mismo…
Luzbel interrumpió algo desesperado y dijo– Fabián… esto se ve cada 3 o 5 mil años… dime por el quinto infierno ¿que hiciste? –Albus dijo con un susurro bajito y casi como un suspiro–... todo…– miró a Luzbel con un brillo nuevo en los ojos y dijo tan bajito como un murmullo– hizo… todo– se abrazó a Fabián recordando las veces se sintió cuidado y seguro
La tuberosa de su pecho brillaba a los ojos de Luzbel aunque además de él nadie podía verlo, adherida a su pecho como si fuera una ventana directa a su corazón– cuéntame lo que hiciste durante un día… tu rutina, Fabián–dijo Luzbel con intriga creciente
Fabián dijo con toda la normalidad del mundo– antes… bueno… al despertar revisaba a Albus, le cambiaba la ropa y la sábanas, le daba de comer, le gustaba cuando cepillaba su cabello… lo dejaba solo un rato con algo de música o juguetes… por la media noche más o menos le daba de comer otra vez y a cambiar su ropa, por la sangre negra se ensuciaba mucho, por la madrugada, le daba de cenar, le lavaba los dientes y le daba un baño antes de dormir… es todo, lo normal
Luzbel sonrió y dijo– no consideramos eso… tal vez tengas razón… gracias por enseñarme la tuberosa de Albus, cuando purifique su alma totalmente llorará otra más pequeña
Fabián– me encargaré de que así sea– Luzbel le dio unas palmaditas en el lado derecho del pecho llenas de orgullo y agradecimiento antes de irse