Isabella Rossi tiene 21 años, es la hija de un famoso empresario y lleva una relación con su novio desde los diecisiete años, solo esperaba graduarse para completar el compromiso que ambas familias han convenido desde hace muchos años, pero los padres de Isabella le dieron a escoger si casarse o no. Ella está muy enamorada de Sebastián Greco un joven apuesto de 25 años que es hijo de otro poderoso empresario, y no tiene dudas de él, pero pronto conoce el engaño de su prometido y su mejor amiga por eso su compromiso quedará disuelto. Al encontrarlo con su amiga él le dice que lo hizo por qué ella no lo representa y es demasiado mojigata, entonces ella decide cambiar tanto su aspecto como sus principios.
Te invito a conocerla.
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compromiso.
Isabella.
Mientras que bailaba con Esteban no podía dejar de mirar a Franco, se veía tan hermoso en ese traje negro, se veía guapo e imponente, yo no dejaba de pensar en lo que había sucedido para que cambiara de esa manera, si se tenía que casar por obligación me lo hubiese dicho, lo entendería, y me alejaría, pero no entendía lo que estaba sucediendo en ese momento.
Mientras seguíamos bailando Sebastián y yo le dije que ya era hora de irme, pero no me dejó ir, yo estaba muy triste, quería llorar, pero no lo haría en ese lugar, de pronto se acercaron Soraya, Sebastián y Fanny se burlaban de mi desdicha.
Sebastián: Trate de advertirte Franco nunca fue para ti, no eres mujer para él.
Soraya: Pobre ilusa, jugo contigo, solamente él nunca tomaría en serio a una poca cosa como tú.
Fanny: Me das tanta lástima, quiero ver cómo te vas huyendo antes de que anuncien el compromiso.
Esteban me alejó de allí y me dijo que no les hiciera caso solo por eso no me retiré, entonces me dieron ganas de llorar Max al ver mi cara me saco a bailar y los chicos también empezaron a imitarnos, yo estaba más tranquila y me sentía segura, pues, ellos me apoyaban, mi semblante cambió y mientras bailábamos se escuchó como los periodistas se preparaban para hacer sus preguntas Franco les dijo que faltaba poco y pronto anunciaría su compromiso eso me dolió mucho, pero no dejé que me afectara, de pronto alguien hablo a nuestra espalda.
Franco: Me permites a la señorita un momento Max.
Max lo miró mal y lo dejó bailar conmigo para luego contestar.
Max: Claro, isa si necesitas irte avísame y te llevo.
Después de que Max se retirara empezamos a bailar, yo no lo veía, él tenía su mano en mi cintura y la otra en mi mano, yo no lo quería ver a la cara o corría el riesgo de lanzarme a llorar, él me empezó a hablar y yo no quería ni responder, más que molesta estaba desilusionada de él.
Franco: Estas hermosa esta noche, demasiado diría yo, robas las miradas de todos los hombres está noche.
Isabella: Gracias y no me había dado cuenta de eso.
Franco: Vi que te querías ir, qué pasó, por qué, sí es tan temprano.
Isabella: Estoy un poco cansada y quisiera irme a descansar, es solo eso.
Franco: Entiendo, pero quería que te quedaras solo un poco más, en un rato haré el anuncio de mi compromiso y quisiera que estuvieses presente.
Que descarado es para qué quiere que me quede para ver como lloro por él.
Isabella: No creo que pueda ser, de verdad, me quiero ir, estoy muy cansada.
Franco: Solamente es un momento más, ya casi llegan mi madre y hermana.
Isabella: Está bien, pero ahora vuelve, mira, ya llegaron, imagino que tu prometida te espera.
Dije girando mi cabeza, ya que una lágrima traviesa se me escapó y no quería que él lo notara, el giro su cabeza y sus padres le asintieron con la cabeza, pero su hermana le levanto los dos pulgares sonriendo.
Franco Volteó su mirada de nuevo hacia mí y me dijo.
Franco: Sé que he sido un tonto, pero no lo quería arruinar, por eso mi actitud lo siento.
Luego de decir eso, Franco se arrodilló y sacó una cajita de color rojo de su saco.
Franco: Mi amor, desde el primer día que te vi supe que te quería en mi vida y sí, te mentí, porque nunca tuve intensión de dejarte ir.
Abrió la cajita y esta dejó ver un hermoso anillo de diamantes y continuó.
Franco: Isabella, mi Bella te casarías conmigo.
No sabía que decir, mis lágrimas caían a montones, solo lloraba sin parar, era un sentimiento tan grande, de verdad Franco me quería en su vida, vi el miedo en sus ojos por mi tardanza y reaccioné.
Isabella: Sí amor, mi respuesta es que si quiero ser tu esposa.
Franco, coloco el anillo en mi dedo y me giro varias beses, luego me bajo y me besó. Los flashes no se hicieron esperar. Y luego grito.
Franco: ¡Dijo que sí!.
Te amo amor gracias.
Me tomó en brazos y me llevo en ellos al escenario, donde nos esperaban varios periodistas.
Franco: Señores, pues, aquí está el anuncio más esperado de la noche, me caso con la mujer más hermosa y más maravillosa de todas, estaba un poco nervioso porque todavía no le había pedido matrimonio, pero acaba de aceptar.
Todos murmuraban y reían, mis amigos y mis amigas estaban felices y negaban con la cabeza riéndose la cara de Sebastián y las dos arpías, era un poema estaba molesto, sus caras estaban rojas de la rabia parada al lado de Franco y él tenía mi mano sujetada y continuó hablando.
Franco: Hagan sus preguntas, pero que sean rápidas, por favor.
Hicieron algunas preguntas como de que cómo fue que nos conocimos, cómo se sentía Franco sabiendo que ya no sería un soltero y cosas así, hasta preguntaron que cuándo era la boda, pero Franco les dijo que apenas y yo le había dado el sí, que no me asustaran por favor luego volvió a hablar.
Franco: Bueno, señores, les doy gracias por haber venido, pero me tengo que ir mi princesa está cansada.
Dijo eso y luego me cargó de nuevo estilo nupcial y nos dirigimos a su auto, todos los periodistas nos sacaron fotos, las risas no se hicieron esperar y mi cara era más roja que un tomate, yo no paraba de decirle que me bajara, no me hizo caso no, me daba pequeños besos mientras me metía al auto. El chofer manejó hasta dejarnos en la casa al entrar solamente me vio y me dijo perdón y se encogió de hombros.