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LA ACOMPAÑANTE...

LA ACOMPAÑANTE...

Status: En proceso
Genre:Traiciones y engaños / Venderse para pagar una deuda / Reencuentro / Salvar al hijo enfermo / Amante arrepentido / Madre soltera
Popularitas:206.3k
Nilai: 4.9
nombre de autor: JHOHANNA PEREZ

"¿Qué harías por salvar la vida de tu hijo? Mar Montiel, una madre desesperada, se enfrenta a esta pregunta cuando su hijo necesita un tratamiento costoso. Sin opciones, Mar toma una decisión desesperada: se convierte en la acompañante de un magnate.

Atrapada en un mundo de lujo y mentiras, Mar se enfrenta a sus propios sentimientos y deseos. El padre de su hijo reaparece, y Mar debe luchar contra los prejuicios y la hipocresía de la sociedad para encontrar el amor y la verdad.

Únete a mí en este viaje de emociones intensas, donde la madre más desesperada se convertirá en la mujer más fuerte. Una historia de amor prohibido, intriga y superación que te hará reflexionar sobre la fuerza de la maternidad y el poder del amor."

NovelToon tiene autorización de JHOHANNA PEREZ para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Una conexión inexplicable...

El doctor Christopher Brooks era un hombre reconocido no solo por su impecable trayectoria médica, sino también por su humanidad. Aquella mañana, mientras sostenía un sobre con documentos clínicos, caminaba con paso decidido hacia la oficina principal de la Fundación "Helping Hands Wilson", dirigida por su amiga personal Elizabeth Lombardi.

La fundación, conocida por su trabajo altruista con familias y niños en situación vulnerable, tenía proyectos activos en áreas de educación, economía y salud. Elizabeth lideraba el equipo con la misma pasión con la que amaba a su familia, involucrando a su esposo Leonardo, a su hijo Santiago y a su hermana menor y mejor amiga Olivia.

Christopher entró en la elegante oficina de Elizabeth, decorada con tonos cálidos, estanterías repletas de reconocimientos y fotografías de sonrisas infantiles que testificaban los logros de la fundación. Ella levantó la vista de su computador y sonrió con alegría al verlo.

—Buenos días, Elizabeth —saludó él, extendiendo la mano—. Agradezco que hayas sacado un espacio en tu ocupada agenda para atenderme.

—Ya sabes que no es ningún sacrificio, Christopher. Para los amigos, siempre habrá tiempo —respondió ella, poniéndose de pie para abrazarlo con cariño—. Cuéntame, ¿a qué debo la urgencia de tu visita?

El doctor respiró hondo antes de hablar, su voz tenía un tono de preocupación genuina.

—Verás... no suelo involucrarme en los procesos administrativos para conseguir donantes, pero esta vez es diferente. Hay un niño de cinco años que necesita con urgencia un trasplante de corazón. Su estado es delicado, y temo que no tenga mucho tiempo. Necesito la ayuda de tu fundación para agilizar la búsqueda.

Elizabeth lo observó con atención, notando el brillo húmedo en sus ojos.

—Sin duda, ese pequeño debe ser alguien muy especial para que tú quieras involucrarte personalmente —dijo con una sonrisa comprensiva.

—Lo es. Tiene una dulzura que desarma, y una valentía que pocos en su condición muestran. Además... —Christopher bajó la mirada, su voz quebró apenas— cada vez que veo a un niño sufrir, no puedo evitar pensar en Louise.

Elizabeth le tomó la mano con afecto.

—Lo entiendo, Chris. Haré todo lo que esté a mi alcance. No sé qué tan extensa esté la lista de espera, pero te prometo que moveré cada contacto para conseguir ese corazón.

—Estaré eternamente agradecido contigo, Elizabeth —respondió él, con sincera gratitud.

Antes de despedirse, Elizabeth aprovechó para comentarle una idea.

—Por cierto, quería hablarte de algo. Se acerca la Navidad y planeamos una labor social en tu hospital. Queremos llevar regalos y alegría a los niños hospitalizados.

—Me parece una idea maravillosa —dijo Christopher, recuperando la sonrisa—. Será un honor tener a tu fundación allí. Dime cuándo, y yo coordinaré todo.

💃🏻💃🏻💃🏻

El pequeño Jhosuat Montiel era un niño con un carisma único. A pesar de su enfermedad, su sonrisa iluminaba las habitaciones blancas del hospital. Las enfermeras lo llamaban “terroncito de azúcar” porque, con su dulzura, derretía corazones. Sus días transcurrían entre tratamientos, dibujos y risas, pero también con una fortaleza admirable que conmovía a todos. Por si fueran pocas esas cualidades, comprendía a su madre como si fuera un hombre grande.

Algunos días después, la fundación llegó al hospital con su tradicional jornada de donación. En el parqueadero, varias camionetas cargadas de cajas con juguetes y víveres esperaban ser descargadas.

—Madre, ya están todas las cajas en las camionetas. Yo me iré adelantando. Debo regresar a la oficina antes de las tres, tengo una reunión con los inversionistas árabes —dijo Santiago Lombardi, el apuesto y joven empresario, mientras ajustaba el reloj en su muñeca.

—Perfecto, hijo. Adelántate, ya las chicas están en el hospital, ellas te ayudarán —respondió Elizabeth, dándole un beso en la mejilla.

Olivia, que estaba cerca, cruzó los brazos con gesto reprobatorio.

—Eli, ¿le dijiste a Santiago que Fernanda participará de la donación?

Elizabeth la miró de reojo.

—No. Si se lo digo, no querrá ir. Ya sabes que siguen distanciados.

—Elizabeth, no deberías intervenir en las decisiones de tu hijo. Él ya no es un niño. Además, no creo que Fernanda sea tan inocente como te ha hecho creer.

—Eso lo dices tú porque nunca la has soportado —replicó Elizabeth con tono cansado—. Solo quiero que Santiago entre en razón y no pierda la oportunidad de formar una familia con una mujer que le conviene.

—Por favor, Eli —replicó Olivia intentando hacerla entrar en razón—. El tiempo en que los padres escogían la esposa de sus hijos ya pasó. Deja que él elija a la mujer que de verdad lo haga feliz.

—Basta, Olivia. Sé lo que a mi hijo le conviene. Cuando seas madre, lo entenderás.

Las palabras fueron como un puñal. El silencio se hizo espeso. Olivia apretó los labios y murmuró, con un temblor en la voz:

—Tienes razón... no debería opinar, no soy madre y probablemente jamás lo seré.

—Olivia, discúlpame, no quise herirte —dijo Elizabeth con remordimiento.

—Tranquila, hermana. Ya debería estar acostumbrada —respondió Olivia con una sonrisa amarga antes de salir, dejando un silencio cargado de culpa.

Cuando Santiago llegó al hospital, su sola presencia atrajo miradas. Llevaba el porte elegante de los Lombardi: traje oscuro, corbata perfectamente ajustada y ese aire sereno de quien está acostumbrado a tener el control. Dio la orden para que bajaran las cajas y, mientras supervisaba, vio a Fernanda acercarse con una sonrisa que no logró suavizar la tensión entre ambos.

—Santi, estamos esperando tus indicaciones para saber por dónde comenzamos —dijo ella con voz melosa.

Él la miró con fría indiferencia y se volvió hacia el doctor.

—Doctor Christopher, gracias por darnos la oportunidad de apoyar este hospital —dijo Santiago, ignorando deliberadamente a su exnovia.

—El gusto es mio —respondió el doctor—. Sé que su labor hará muy felices a muchos niños.

—Christopher, ¿te parece bien si me llevas a dar un recorrido por el hospital? Quiero conocer las necesidades que tienen para ver cómo más podríamos ayudar.

—Por supuesto, Santiago. Acompáñame —respondió el médico con una sonrisa cómplice.

Mientras caminaban por los pasillos, el aire olía a desinfectante y esperanza. En una de las habitaciones, una voz infantil los llamó:

—¡Doctor Chris! ¿Podría venir un momento?

Era Jhosuat, que agitaba su manito con entusiasmo. El doctor se acercó con una sonrisa.

—Por supuesto, Jhosuat. Quiero presentarte a alguien —dijo, mirando a Santiago—. Él es mi paciente más valiente.

El pequeño extendió su mano con solemnidad.

—Mucho gusto, señor. Soy Jhosuat Montiel.

Santiago se inclinó para estrechar su pequeña mano.

—El gusto es mío, campeón. Soy Santiago Lombardi.

El niño frunció el ceño divertido.

—Puede soltarme la mano, señor Santiago —dijo con una sonrisa pícara.

—Por supuesto —respondió él, riendo con cierta vergüenza, mientras sentía una conexión inexplicable con ese pequeño.

El doctor intervino con ternura.

—¿Qué pasa, Jhosuat? ¿Necesitabas algo?

—Sí, doctor. ¿Podría llamar a mi mamá? La extraño mucho, no ha venido desde ayer —dijo el niño con una voz que desarmó a ambos hombres.

Santiago, conmovido, sacó su teléfono.

—Si quieres, podemos llamarla desde el mío —dijo amablemente.

—¿De verdad? ¡Gracias! —respondió el niño, tomando el móvil con sus deditos temblorosos, sosteniendo el teléfono de alta tecnología.

Marcó el número y esperó.

—¿Sí? Diga —contestó una voz femenina al otro lado de la línea.

—Mami, soy yo. Te extraño mucho. ¿Vendrás hoy? —dijo el pequeño.

—Hola, mi algodón de azúcar —respondió la voz con dulzura—. Claro que sí, mami no podría pasar un día sin ver a su hombre favorito. Estoy atrapada en el tráfico, pero voy en camino. ¿Quién te dejó llamar?

—El doctor Christopher y el señor Santiago me prestaron el teléfono.

—Entonces dale las gracias y pórtate bien, ¿sí? Te amo, mi cielo, en un rato nos vemos.

—Yo también te amo, mami —respondió el niño antes de colgar.

Cuando le devolvió el teléfono a Santiago, lo miró con una seriedad que contrastaba con su inocencia.

—Gracias, señor Santiago. Un día le devolveré el favor.

Santiago sonrió, conmovido.

—Hecho, pequeño. Es un trato.

Mientras salían de la habitación, Santiago sintió que algo dentro de él se removía. La ternura y fortaleza de aquel niño lo habían tocado profundamente.

—Doctor, ¿cuál es el diagnóstico del pequeño? —preguntó, con genuina preocupación.

—Tiene una cardiomiopatía dilatada, una enfermedad del corazón. Necesita con urgencia un trasplante —respondió el doctor con voz grave.

—¿Y aún no encuentran un corazón? —preguntó Santiago, su tono cargado de empatía.

—Por desgracia, no, es una tarea difícil ya sabes las listas de espera sin interminables, y todos los necesitan con urgencia. Le pedí ayuda a tu madre. Tal vez su fundación pueda acelerar el proceso. Cada día cuenta, y su estado empeora.

Santiago se detuvo. Lo miró con decisión.

—Christopher, prepara todo para el trasplante. En menos de una semana quiero ese quirófano listo. Yo conseguiré ese corazón —dijo con voz firme, tan determinada que no admitía réplica.

El doctor lo miró con sorpresa y respeto.

Santiago Lombardi no solía prometer en vano.

Y esa vez, en el fondo, sabía que cumpliría...

1
Luz Mary Gómez
ya autora deja a jhosuat ser feliz con Santiago y mar
Marcelina Chamorro Orrego
ojalá se le frustre el plan a Fernanda, y espero la abuela no caiga en esa trampa, que Santiago mande preso a Russel antes, él sabe quien secuestro a Mar y ahí se va a enterar que Fernanda tuvo que ver en el ataque a su sirenita por fis autora alivie ya el dolor de nuestra protagonista, Dios la bendiga y ampare a usted y familia ,que ponga su mano sanadora sobre su tratamiento, para que se recupere bien
Rafaela Fernandez
Cuídate mucho Jhohanna ¡
Yo como tú lectores tóxicas siempre te voy a decir que te extraño. Pero primero esta tú salud.
Muchas gracias 💕!
cuídate!
Monica García Ramirez
Por dios que no permitan que esos desgraciados metan sus horrorosas manís en un futuro qué solo les pertenece a ellos dos y a su hermoso bebé, esto esta de infarto, me super encanta tu excelente novela, checo constantemente la aplicación con la esperanza de encontrar capitulos nuevos, ansiosa de seguir leyendo, pero también comprendo tu situación y te agradezco de corazón que compartas con nosotros tu arduo trabajo /Kiss//Pray/ dios te bendiga siempre
EMELIN CACERES
mass capitulos
Emperatriz Reales
Mejorese, la salud no tiene precio
yolmari
bueno Santi no habrás pensado tu que llegaste recordaste y ya hablaron noooo niño espere sentado ok xq parado te cansará así que aguante
Elena Maza
hay ojalá Santiago pueda evitar más sufrimiento a Mar ella merece ser feliz ya no debe de alterar por más cosas del pasado. ojalá si hijo lo tome bien
Belkys Natalia
desde un principio fuiste un mentiroso con el simple hecho de no querer decir los nombres, ahí se vio lo mal intencionado y cretino, Mar dale duro con la indiferencia, no lo perdones fácilmente, hazlo sufrir pa que sepa que el jobo mata y la concha pela jajaja
Belkys Natalia
marica, poco hombre, arrogante, prepotente, dan ganas de levantalo a cachetadas,por no valorar a las mujeres, uuyy me tiene con stresss jajaja,ojalá y ella no lo perdone jamás, así tenga 100 hijos con él
Belkys Natalia
verdaderamente ese Santiago es tremendo cacorro dan ganas de levantalo a pata por polleron, yo creo que a ese tonto lo dejaron caer de cabeza, da es rabia, el muy hijo de la madre tierra, un hombre así lo guindo de las huevas pa ve si aprende a ser hombre de verdad uuufff que piedra
Alejandra Charry
𝙩𝙖𝙣𝙩𝙖 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙖 𝙦 𝙖𝙗𝙪𝙧𝙧𝙞𝙢𝙞𝙚𝙣𝙩𝙤
Belkys Natalia
aayy no autora como así que vas a ponerle más calamidad a esa pobre chica no hay derecho, estoy que me da un soponcio del coraje, me choca cuando a la protagonista le toca pasar tantas cosas juntas, haz justicia por favor estoy que mato y como del muerto jajaja, 🆘🆘🆘 para Mar y al guevon del Santiago ponlo que coma mietda
XIOMARA CHAURIO
no puede ser después de esperar tanto un solo capitulo 🤣😭😂
Belkys Natalia
ese Lombardi pipí muerto, me dan ganas de darle una cachetada por estúpido, hijo de su madre jijiji, es un ridículo, después que no venga a salir conque aquí las puse y no las encontré porque no ha dejado que ella le explique, el lo que es un cachon contento que ha dejado que lo que le hizo la Nandizorry ,no vea la gran mujer que es Mar,debería mandarlo al carajo uuufff que estúpido ese mequetrefe
Nairobis Cardozo Portillo
A ese par de nefastos de Fernanda y Russell deben darle su merecido con todo hasta cuando van a seguir amargandole la vida a Mar
Viviana Maldonado
cuidate autora la salud primero
Sara Ximena Cifuentes
quincena con la autora su novela es super buena pero se pierde el interés cuando demora tanto tiempo en actualizar, se entiende q tiene obligaciones pero xfa no demores tanto has un maratón todavía falta mucho para q termine y me tienes en ascuas 🤣
Ana Elena Jiménez
Dios mío ojalá los planes de esas alimañas se frustren
ERICA ESTRADA PEREZ
No pues quien te entiende
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