Ella lo ama a pesar del a gran diferencia de edad.
Él solo la ve como su hermanita menor.
¿Podrá triunfar el amor?
Para quienes han leído Rosas Amarillas esta es la historia de Cameron y Lizet desde que la llama creció en el corazón de una pequeña adolescente.
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18
Le casa de los Collins era un completo descontrol, gente que entraba y salía con cajas de comida y decoraciones, el chef gritando a los camareros para que organicen todo, las mucamas aun limpiado el piso y recogiendo todo a su paso.
Cada cosa debe estar perfecta, le pequeña Collins cumplía dieciocho años y la celebración seria por todo lo alto.
- Puedes quedarte quieta de una vez- Amelia estaba recostada en el respaldo de la gran cama cubierta con un edredón verde oliva.
- -Tu no lo entiendes, como le voy hacer, en que estaba pensando, lo conozco, él va a preguntar. Lizet seguía yendo y viniendo cubierta tan solo con una salida de baño.
- Escúchame, ven aquí- Amelia se incorporó y palmeo la cama junto a ella-
Ella se detuvo, respiro hondo y camino hasta la cama para sentarse junto Amelia.
- ¿Quieres hacerlo? - tomo el rostro de Lizet y esta abrió grandes sus ojos, el miedo se apodero de su cuerpo, pero aun asintió valiente- entonces solo hazlo. Amelia se encogió de hombros y la miro con ternura.
- Amelia, él va odiarme- su voz tembló
- Cielo, ese hombre te adora, no sé si como tú quieres, pero al igual que tu hermano se desvive por ti-
- No lo sé – se puso de pie y camino hasta tocar el delicado vestido negro con pedrería que colgaba elegante.
- Viajo hasta Cala d’Hort, si eso no es adorarte ¿Qué es entonces?
- Lo hizo por su novia. Su voz se notaba desilusionada.
- Amelia camino hasta ella, tomo sus hombros y la paro frente al espejo- mírate- Lizet aún seguía con los ojos mirando sus pies- tomo el bello rostro y lo levanto
- Eres mi amiga y por eso estoy en obligación de decirte esto-
Amelia la miro a través del reflejo- Si él no responde como tu deseas, es hora que avances… lulú, eres bella, joven y si no me equivoco con un futuro brillante …Él se lo pierde.
- ¿Sabes que te quiero? Dijo sonriendo la joven modelo
- Lo sé- abrió sus ojos divertidos mirando el reflejo de su amiga
- Ahora debemos ponerte hermosa\, esta noche debe ser inolvidable.
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Los invitados fueron llegando, las mesas se ubicaron en el patio rodeando la piscina, dos dj ponían música en distintos sectores de la casa, la enorme mansión se había vestido de fiesta y todo el mundo fue invitado.
Lizet camino entre la multitud saludando, su belleza era impactante y se lo hacían saber, más de una vez se ruborizo por las palabras de algunos chicos descarados.
-Te ves preciosa- Alma la abrazo con fuerza y Lizet correspondió el abrazo.
-Gracias tú también- Alma tenia puesto un precioso vestido rojo que se ceñía a su delicado cuerpo, la maternidad sin duda le había asentado bien,
-¿Mis princesas? Pregunto buscando a sus pequeñas sobrinas.
-Quedaron con la niñera, es muy tarde y se ponen de mal humor si duermen mal.
Lizet rodo los ojos y dijo divertida- no hay duda son hijas de Lion.
-¿Qué decían? Lion se acercó élegamente vestido.
-Nada hermanito. Ella sonrió con burla
-Ven aquí preciosa- Lion la abraza con fuerza y la sorprende con un fuerte beso en la mejilla.
-No seas bruto- lanzo un golpecito en el hombro, el empresario fingió dolor y aprovecho el momento para apoyar su rostro en los hombros de Alma.
-Ya mi hermoso bebé - susurro Alma dejando un beso tierno en la nariz de su esposo
-Vayan a un motel- la voz conocida hizo reír a Lion que volteo para saludar a su amigo.
-Al fin llegas, ¿Nicol? - pregunto curioso
-Esta de guardia, ¿Dónde está la cumpleañera? Dijo deseoso de ver a Lizet-
-Hola Cam, la voz dulce no tenía comparación con la imagen que se paró frente al gran hombre que quedó sin palabras.
Lizet llevaba puesto un elegante vestido negro con pedrerías, el escote descendía entre sus senos casi llegando a su abdomen, sus pechos se alzaban arrogantes casi mostrándose sutilmente.
Cameron la vio de pies a cabeza y no puedo pasar saliva cuando recorría esas interminables piernas que terminaban en tacones alto de color plata.
-Cameron- hablo Alma para llamar su atención sin que Lion notara que se había embobado.
-Estas… balbuceo-
-¿Me queda bien?. Estaba ansiosa, gustosa de ver como por primera vez dejo sin palabras al hombre que ponía su mundo de cabezas
-Es muy corto y escotado- logro decir apresuradamente.
-Pensé lo mismo- afirmo Lion poniéndose junto—
Lizet se desilusiono y la sonrisa se borró por completo su rostro.
Cameron quiso golpear su boca, agonizaba por decirle que era lo más hermoso que había visto, pero sin embargo dejo salir tal idiotez.
-Lulú… trato de decir-
-Déjalo… voy a saludar a mis amigos. Alma acarició su hombro entendió a la perfección la situación y vio como Lizet a paso apresurado se alejaba del lugar.
-Son unos idiotas- soltó molesta-
-Amor ¿Qué fue lo hice? - Lion pregunto desorientado.
-Solo debían decir que estaba bella, hacerla sentir hermosa, es su noche y lo único que tu dijiste- señalo moletas a Cameron que la veía asombrado, Alma jamás se enojó con él- es muy corto y escotado. Emito la voz con un gesto gracioso.
Lion presiono sus labios para no reír.
-Cielo, es cierto- afirmo Lion
-Alma yo… Cameron quiso hablar, pero esta continuo
-Solo cállense, parecen dos neandertales -
-Bebé- Lion hizo puchero queriendo tomar a su mujer
-Una palaba más Collins y no tendrás sexo por un mes- sus palabras fueron claras y sus ojos color miel se clavaron como dagas-
Lion quiso decir algo y ella entrecerró los ojos, entonces solo hizo el gesto como si cerrara su boca y la abrazo.
-Tú – ahora le tocaba a Cameron
-Ve y arréglalo- señalo con su dedo directo al rostro del grandote.
-Como digas – rápidamente salió en busca de Lulú.
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Camino entre la multitud que bailaba y bebía, cuando logro divisar a Lizet bailando entre un grupo de chicos, por un breve instante todo dejo de existir, ella se movía sensualmente, su rostro hermoso brillaba cuando la luz impactaba sobre su piel, sus manos recorrían cada curva de su cuerpo como si se acariciara, era simplemente hermosa.
-Viejo podrías dar el paso-
Cameron volteo y allí estaba el mocoso molesto.
-Tu ¿qué haces aquí? - soltó molesto
-¿Te importa?- Alex rio
-Sí , me importa. Cameron recordó el beso de la playa y quiso ahorcarlo del odio,
-Deberías dejar de pelear, ella es la que elige. Alex mostro su perfecta sonrisa ganadora
-Tu…- pero cuando quiso tomar al rubio este se escabullo entre la gente.
Sacudió su cabeza molesto y camino hasta Lizet.
-Lulú
- Cam. Baila conmigo\, ella lo tomo de las manos y comenzó a contonearse frente a él- había bebido unos tragos y tomo coraje
-Quería disculparme- tarto de hablar, pero por una extraña razón viéndola bailar así frente a él lo ponía nervioso.
-Shhh solo disfruta – hablo muy cerca de su oído.
Lizet tomo las grandes manos de Cameron y las poso en su cintura, y sus delgados brazos los enrollo en el cuello de este-
Levanto su rostro, ya que aun con tacones, quedaba pequeña frente a él, y sonrió feliz.
Cameron comenzó a sudar frio, cuando sintió el cuerpo femenino rozar el suyo, el delicado perfume llego hasta sus fosas nasales invadiéndolo por completo, era como una droga, no podía dejar de sentirla y sin pensar la atrajo más a su cuerpo.
- Me debes un regalo- susurro en su oído.
A lo lejos Amelia la miraba sonriendo.
- No sé qué le ve al viejo- soltó Alex bebiendo un trago
- Esta bueno- declaro Amelia sonriendo sin apartar la mirada de la pareja
- ¿Qué crees que pasara? - preguntó curioso
- Nada bueno amigo, nada bueno. Elevo una de sus cejas y negó.
-Dime que quieres- la voz salió profunda y el mentolado aliento de Cameron le dio el coraje que necesitaba, sin decir palabra lo llevo sosteniéndolo de la mano. Él obedientemente la siguió, mientras que sus ojos recorrían la preciosa figura frente a él, ella camino hasta la terraza que estaba en oscuras y se detuvo, tomo aire y volteo para ver los ojos llenos de deseo-
-Quiero un regalo en especial Cameron- dejo salir con la voz sumida en deseo-
Cameron dio pasos firmes y la tomo por la cintura mirando los labios pintados de rojo pasión- Dime, te daré lo que quieras-, su corazón palpitada velozmente.
- Un beso - Lizet puso una de sus manos detrás de la nuca, y tomo con pasión desenfrenada, los labios que tanto deseaba conquistar.