Un simple trabajo de investigación universitario destapa un oscuro pasado de la familia Fontainebleau.
Hubo una maldición 200 años atrás en plena revolución industrial, hoy en día ¿cómo limpiará el nombre de la familia, Laurence?
¿Que tan importante es la influencia familiar para proteger a los hijos, según el padre de Laurence? Conozcamos a la familia de Laurence, una familia conocida por ser "demoniaca".
NovelToon tiene autorización de Francia Laura para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Conflicto
Charles de inmediato dejó su oficina y dejó todo en manos de su viceministro y secretaria, el trabajo podría esperar, sus hijos no.
Hugo condujo hasta la casa del bisabuelo, el padre de Martin es el mayor de los nietos, por lo tanto, es quien decide allí para cuidar del anciano, y seguir con el mandato.
Los hijos del veterano también son mayores, ya no tienen la facultad mental y física en óptimas condiciones para dirigir la familia, por lo tanto, tiene que ser el nieto mayor, en este caso es el padre de Martin por haber cumplido los cincuenta y cinco años. Entre Martin y Hugo se llevan por semanas de diferencia.
Hugo y sus hermanos están parados frente a la puerta principal de la casa del bisabuelo, él, como hermano, mayor tocó el timbre y todos esperaron con paciencia, una empleada doméstica les abre la puerta.
- ¿Quiénes son y quien busca?
- Somos los hijos de Charles Fontainebleau, hemos citados por Martin para visitar el bisabuelo. – se expresa Hugo.
- No conozco ningún Charles Fontainebleau. No los puedo dejarlos entrar. – ella cierra la puerta, pero Hugo pone el pie como cabe y la puerta quedó forzosamente abierta.
- Charles Fontainebleau, es el actual ministro de economía y finanzas. - aclara Hugo.
- El joven Martin no ha dicho nada sobre su visita. Por favor no insistir. - ella se muestra muy obediente a las órdenes.
Hugo empujó la puerta, dejando a la mujer aterrada, la mirada del visitante era fulminante, se aprovecha del miedo que siente la mujer para dar un paso y le siguen los demás, los tres avanzan firmes.
El abogado sigue su camino, Laurence y Julien saludan y dan las gracias a la empleada doméstica por haber abierto la puerta, para la mujer fue una rotunda sorpresa, nadie la saluda y menos que le den las gracias, ella solo sabe obedecer órdenes y callar. Ella cerró la puerta cabizbaja, pues le espera un fuerte regaño.
Los hermanos irrumpen en la casa y son detenidos por el tío.
- ¿Quién los dejó entrar? ¿Con que derecho se atreven a entrar en mi casa? – está molesto.
- A mí casa se dice buenos días, a qué se le debe su visita. – responde Hugo.
- Estoy en mi casa y trato a la gente como mejor me viene en gana ¡Lucrecia! - mandó a llamar a su empleada - ¿Por qué demonios los ha dejado entrar?
A los hermanos no les gustó eso, no soportan ver cómo es humillada frente a la visita. Hugo actúa de inmediato.
- Por culpa de Martin estamos aquí. Entramos por la fuerza. – Hugo se manifiesta con firmeza.
- Mi hijo no se mezcla con gente de poca clase y menos con protectores de una maldita. -señalando a Laurence, creyendo ofender que así lastimaría a todos.
- Que venga Martin y reconozca ese USB. – Hugo muestra el USB que lo tenía en el bolsillo de su saco.
- Mi hijo es incapaz de hacer una cosa tan aberrante. - se siente ofendido.
- Laurence has tu trabajo, Julien cubre su espalda. – Hugo ordena.
- ¡Mal nacido! – vociferó el tío - ¿Quién te crees tú de venir a mi casa a dar órdenes?
- ¿Dónde está Martin? Que de la cara, lo estoy esperando.
- Mi hijo es un nombre hecho y derecho, y no un holgazán como tú. - intenta destruir moralmente a su sobrino.
- Martin, sé que estás escondido, puedo sentir tu asqueroso olor. Sal de escondite. – Gritó Hugo para intimidar a su primo.
Efectivamente, Martin estaba en casa, pero al sentir la voz de Hugo ha preferido mantenerse escondido, su plan no funcionó, pensó que mordería el anzuelo, pero la conducta dice todo lo contrario. Está nervioso, y entendió muy bien que dónde va uno, van todos.
Los gritos han despertado al anciano de noventa y siete años, quien con dificultad se desplaza hacia la sala con la silla de ruedas eléctrica, sus dedos no le ayudan a manipular los controles de la silla.
- ¿Qué son esos gritos? – su voz es poco audible.
- Abuelo, no debes estar aquí. Estoy lidiando con una visita no grata. – le habla con voz suave, pues el anciano tiene su audífono.
- ¿Quién es ese muchacho? ¿Por qué ese parece a Charles? - el anciano parece estar lúcido.
- Soy tu bisnieto, Hugo. Hijo de Charles, no he venido solo, mis hermanos han venido para cumplir con una comisión. – fue directo y sin suavidad al hablar.
- ¡Hugo! ¿Cómo has crecido? – se emociona – ven hijito, para darte tu bendición.
- Después del ajuste de cuentas. - Hugo rechazo la bendición ante un posible ataque sorpresa del tío.
- ¿Dónde están tus hermanos? - pregunta el anciano con interés.
- Están aquí, estamos buscando una información relacionada con la maldición de mi hermana.
- ¿Tienes una hermana? – le sorprende descubrir que tiene una bisnieta.
- Si, tienes una bisnieta y se llama Laurence, ya cumplió dieciocho años.
- Abuelo – interrumpe el nieto – esa mujer esta maldita. Tenemos que sacarla de aquí, por tu bien.
- Manda a llamar a mi bisnieta. Quiero conocerla. – ordena el anciano.
- No, ella está maldita. – se opone tajantemente.
Suena el timbre y la empleada doméstica sale rápidamente a atender.
- Mi voluntad es conocer a mi bisnieta y darle su bendición. – el anciano quiere que se le obedezca su petición.
- Abuelo, entiende, por favor, ella está maldita. Charles fue renuente a creer en la maldición.
- Maldita tu mujer. – gritó Charles, quien camina con pasos firmes – tenemos una cuenta pendiente y ahora mismo la vamos a resolver. – la bestia de dormida de Charles ha despertado.
- No digas esas cosas delante del abuelo.
- ¿Papá? – Hugo está sorprendido - ¿Qué haces aquí?
- Cuida de tu hermana, obedece las instrucciones de mi guardaespaldas.
El hombre vestido de negro, se le acerca a Hugo.
-Joven Hugo, su padre ha venido para saldar una vieja deuda con el señor. Por favor siga mis instrucciones.
Hugo se deja guiar por el guardaespaldas, mientras que Charles y su primo van midiendo sus fuerzas con la mirada sin importar la presencia del anciano.
- Primero, eres visita no grata, segundo tienes que respetar a tus mayores.
- Tenemos un ajuste de cuentas, y lo resolveremos ahora. - Charles esta provocado al oír que han tildado de maldita a su princesa.
- No quiero discutir, Charles. – se le hace difícil respirar, conoce a Charles y tiene todas las de perder.
- ¿Tienes miedo de perder? - lo desafía.
Martin está escuchando todo, está asustado, el tío está aquí, y está enojado, eso es sinónimo de que se va a desatarse el infierno. Todos saben muy bien el nivel demoníaco que tiene Charles, la única solución para calmar la bestia es que aparezca Marianne. Para que eso suceda tiene que haber un milagro.
- Respeta tus mayores, ya no eres adolescente, Charles. Eres padre, el abuelo está aquí.
- Aquí, el asunto es entre dos, y se respeta al más fuerte, no al más viejo. - Charles quiere dejar en claro que no dejará el asunto hasta terminar.
- Charles, busca a tus hijos, a la maldita y váyanse.
- Vuelve a decir que mi hija es una maldita y me vas a conocer.
- Te conozco. Somos primos.
- Por mi madre y por mi esposa no he podido nunca mostrarme como soy en realidad. – amenaza para intimidar y obligar a su víctima a hablar.
- Charles de una buena vez, mira, el abuelo está aquí. Lo que estás haciendo no es bueno para su salud.
El hombre intenta por todas las vías diplomáticas liberarse de su primo. Charles no baja la guardia para nada, está emanando una gran aura de poder.
Mientras los mayores siguen midiendo fuerzas diplomáticas, Laurence está en la biblioteca y ha encontrado muchos papeles, desde Whatsapp manda fotos directamente al contacto de su hermano mayor para que no dejar rastro en la galería de fotos. Son las partidas originales de defunción de las niñas fallecidas.
Alguien toca la puerta y era Julien.
-Laure, abre, Hugo está aquí con el guardaespaldas de papá.
Laurence está en shock, escuchar la palabra papá la paralizó, por su mente rondas preguntas como: ¿Cómo lo supo? ¿Quién se lo dijo? ¿Quién es el traidor? ¿Porqué con guardaespaldas?... En fin, era mejor abrir la puerta para que sus hermanos no sean vistos por el resto de los lagartos.
- Laurence, te vamos a ayudar a buscar la información para ganar tiempo. – Julien comenta.
- Yo también, voy a ayudar, - comenta Hugo - el guardaespaldas dice que el cuidará la puerta.
- Pues bien, manos a la obra. Hugo te mandé fotos de las partidas de defunción de las niñas.
- Elimina las fotos de tu celular por si acaso. – exige Hugo.
- La hice directamente por Whatsapp. Cosa que al abrir galería y/o la papelera no encontrarán nada.
- Perfecto voy a leer los documentos, sigan buscando.