La Esclava Del Virrey

Felipe: —Si el hecho ocurrió ayer a la noche, no deben estar muy lejos... Vamos

Felipe y los hombres siguieron con la búsqueda.

Yasí: —Chicas debemos rescatar a las demás mujeres que están prisioneras. ¿Quién viene conmigo?

Todas las mujeres respondieron: —Cuenta con nosotras.

Así emprendieron rumbo a las posadas que se encontraban en las ciudades aledañas, siguiendo el mismo plan...Se dividieron en grupos de tres para ir en cada lugar. Prepararon los venenos y los escondieron. Cuando por el camino vieron a soldados realistas, salieron a su camino.

Sargento Mayor: —¿Qué hacen por estos lados? ¿Acaso su ejército les abandonó? ¡Soldado llévelas prisioneras!

Yasí, Amelia y Renata fueron llevadas a otro burdel. Allí se encontraron con un escenario mucho peor ya que había mujeres, niñas y algunos jovencitos que eran esclavos sexuales. Al ver el panorama, las mujeres quedaron espantadas.

Sargento Mayor: —Llévenlas a la habitación donde están los demás... Que se preparen para ésta noche.

—Tú bastarda que tienes un bastardo, más te vale que el niño no moleste porque no tengo paciencia.

Entraron a la habitación, y se les acerca un muchacho joven y les habla:

Juan: —Hola chicas mi nombre es Juan... Un día me capturaron y aquí estoy... Las niñas (entre 12 y 15 años) son María, Carla y Manuela. Dijo, y luego el resto se presentaron con sus nombres.

Yasí: —Hola mi nombre es Yasí, y ellas son Renata y Amelia. Dime sé que quizás es una pregunta tonta, pero¿ustedes creen que es posible salir de aquí?

Juan: —Es verdaderamente imposible, pero es lo que queremos, siempre estamos buscando la manera de escapar...

Yasí: —No se preocupen, quizás a nosotras se nos ocurra algo...

Juan: —Eso sería fantástico...

Yasí, Renata y Amelia pusieron en marcha el plan...

Soldado: —¿Porqué no están listas?

Yasí: —No vamos a ir a trabajar...

Soldado: —¡¿Cómo que no?!

Yasí: —Así como escuchó. Llame al General necesitamos hablar con él.

Soldado: —El General aún no llegó, pero esta noche llega con sus soldados y ustedes tienen que estar listas...

Yasí: —Llame al Sargento entonces...

Soldado: —Sargento Mayor surgió un problema, las esclavas dicen que no van a trabajar...Y una de las nuevas pidió hablar con usted.

Sargento: —Ahora iré a ver qué sucede...

Yasí: —Sargento necesitamos hablar con usted, no trabajaremos.

Sargento: —¡¿Cómo es que se atreve a decirme semejante cosa?!

Yasí: —Si quiere quítenos la vida aquí, pero sé que no lo hará porque desde que el Gobierno Patrio tomó el poder ustedes se quedaron sin esclavos y nos necesitan... Si ustedes quieren nuestros servicios traigan el oro aquí, no vamos a hacer nada hasta que nos paguen... Y peor aún a partir de mañana nadie trabajará. Dígale al General que venga con el resto de soldados y el oro, y nosotras encantadas les serviremos.

Sargento: —¡¿Cómo te atreves?! ¡Soldado enciérrenlas en la habitación!

El general llegó con el ejército al lugar...

Sargento: —Bienvenido General Díaz

General: —Gracias, venimos exhaustos, fue un largo viaje. Dile a las mujeres que nos sirvan unos tragos...

Sargento: —Disculpe General surgió un problema, las esclavas se prevalecen porque ya no quedan esclavos y no las podemos matar. Quieren oro a cambio del trabajo.

General: —Iré a hablar con ellas.

El general fue a la habitación de las esclavas:

General: —Me dijo el Sargento que quieren oro por el trabajo. Bueno, es razonable, después de todo este es un burdel... Yo tengo mucho oro y lo traje en un cofre. El problema es que creo que ustedes no lo valen.

Yasí: —Usted nos paga con el oro y nosotras trabajaremos esta misma noche. Entréguenos la mitad que será repartido en partes iguales entre cada una, y mañana por la mañana nos darán el resto. Es lo mínimo que pedimos desde haber trabajado como esclavo.

General: — Ah, ya veo. Nos quieren cobrar por la esclavitud. Soldado traiga el oro...

El soldado les repartió el oro y luego se alistaron. Yasí les explicó el plan para llevarlo a cabo. Aunque esta vez no tuvieron tiempo de preparar los trajes, esta vez decidieron vestirse con ropa interior.

Entraron al salón y sorprendieron con su belleza y sensualidad. Los soldados cayeron en sus redes de seducción. Luego sirvieron el vino envenenado, y el plan fue un éxito.

Todas salieron felices del infierno donde vivían y le agradecieron a Yasí, Amelia y Renata. Luego se dirigieron a encontrarse con las demás como habían planeado y fueron junto con las autoridades a denunciar el hecho y los crímenes cometidos por los realistas.

—¡Extra, extra! Fueron liberadas mujeres que eran esclavas sexuales de los realistas.

Felipe se encuentra en la calle de la ciudad con un niño que vendía periódicos y al escucharlo, lo compró. Allí se enteró de lo que había sucedido y se dirigió rápidamente a la ciudad donde se encontraban las mujeres.