El Verdadero Amor Del Dios Del Inframundo

Leiah se dio la vuelta listo para irse. Me levante de mi lugar y lo tome de la muñeca—Puedes quedarte? Quiero hablar algo contigo.

Leiah inclino su rostro a un lado, sus ojos violetas me miraron y asintio. Mire a mark al otro lado de la habitacion y el sonrio divertido.

—Comprendí, momento de pareja, me ire.

Mark salio de la habitacion cerrando la puerta, Leiah se solto de mi agarre y se sento en la silla delante del escritorio. Me sente en la madera del escritorio delante de el y lo mire.

—Le dije la verdad a persefone.

El me miro y sonrio—Cual verdad?

—Que ya no la amo. Estoy buscando un lugar para ella en el mundo humano, ella se ira.

—Y ella esta de acuerdo con eso?

Mentiría si dijera que si. ¿Pero era importante eso?

—No lo esta. Pero eso no me parece relevante.

—Entonces... ¿no te importa?

—A que te refieres?

—No te importa lo que ella quiera? es evidente que no quiere dejarte.

—Pero yo no quiero estar con ella.

—Y no has pensado en que ella no se ira por su propio pie, ella no va a soltarte, no vino aqui solo para que le buscaras a donde ir.

—Y entonces a que crees que vino?

—Vino por ti... ¿No te has preguntado por que esta aqui? ¿o tan siquiera como mierda llego aqui? ¿como supo donde buscarte?

—Sospechas de ella.

—Talvez lo haga.

—No era una pregunta. Te conozco. Sospechas de persefone. Sinceramente tambien me hice las mismas preguntas y llegue a la conclusion de que no me importa. Solo quiero que vuelva a donde pertenece.

—Es tu esposa, ¿su lugar no es contigo?

—Quieres que se quede conmigo?

—Importa lo que yo quiero?—Leiah sonrio.

—A mi me importa.

Leiah se puso de pie, se metio entre mis piernas. Sus manos se posaron en mis hombros y comenzo a acariciarme con suavidad sacando un suspiro de mis labios.

—Sabes que quiero, alfa?

Mis ojos se cerraban casi por inercia, hipnotizado por su olor. Negue con mi cabeza lentamente. Su olor se hacia cada vez mas fuerte, como si de alguna manera el pudiera moldearlo.

—No... no lo se.

No podia verlo, pero podia sentir su proximidad, su respiracion en la piel de mi cuello me hizo estremecer. ¿No deberia ser yo quien lo hiciera sentir de esta manera? Ha este paso terminaría siendo yo el de abajo.

No. Me niego.

—Leiah—mis manos fueron a sus brazos alejándolo de mi, abri los ojos y lo observe, sus suaves mejillas pintadas de rojo, sus ojos me miraron tan inocentes. ¿Como podia verse tan dulce en un momento como este?

—Alteza... ¿te molesta mi cercania?

Sus ojos miraron al suelo avergonzado. ¿molestarme? era todo lo opuesto.

Lo tomé de la barbilla acariciando su suave piel, sus ojos me miraron tan inocentes.

Yo queria corromperlo.

—No tienes idea del poder tan grande que tienes sobre mi... Tu cercania jamas podra molestarme... Me tienes a tu pies cariño... No sabes la cantidad de sensaciones que causas en mi.

—Tal vez las mismas que tu me causas?—lo mire escaneando su rostro, siempre lo veia tan tranquilo, tan en control.

—Lo hago?

El solo sonrió, recostó su mejilla de mi mano persiguiendo mi caricia con una dulzura que hacía latir con tanta fuerza mi corazón.

Moriría de amor a este paso.

—Que no lo demuestre no significa que no suceda, no soy muy bueno para expresar mi amor, y se que lo sabes alteza... como tambien espero que sepas lo que siento... ¿Quieres saber lo que quiero?

Su mirada dulce escaneo mi rostro hasta posarse en mi labios. Relami mis labios casi por inercia, mi mirada se clavo en los suyos. Nuestros rostros se acercaban cada vez mas, atraídos como dos imanes, todo en el era atrayente para mi, aquellos ojos violetas hipnotizantes, la suavidad de sus labios, sus pálidas mejillas pintadas en un suave rosa. Leiah era la octava maravilla del mundo. Era la flor de colores entre flores blancas. La luna brillando entre las estrellas. Cuando mis ojos lo miraban, el mundo a nuestro alrededor desaparecía por completo. El se volvía el centro de todo y todo tenía que ver con el.

Yo tambien me lo habia preguntado. ¿como habia pasado todo esto? ¿como habia logrado borrar a quien se supone que era el amor de vida? Se habia clavado tan profundo en mi interior y el ni siquiera lo habia intentado. Un dia me dijo seamos amigos y ya yo estaba imaginando un futuro a su lado.

Era un intenso de mierda. Y a Leiah parecia no importarle.

—Entonces... quieres que lo diga alfa?

Asentí hipnotizado, mirando sus labios moverse con cada palabra que salia de ellos. Y de repente estaban tan cerca que podia sentir su aliento caliente en mis labios. Mire sus ojos que miraban los mios con tanta seguridad.

—Te quiero a ti alfa... y no dejare que nadie me arrebate lo que me pertenece.

Sus labios se pegaron a los mios y volvi a la vida. La suavidad de sus labios contra los mios, no existía nada como esto. Como el. Todo mi cuerpo se estremeció bajo su toque. Era solo un beso casto. Tan inocente. Pero se sentia tan intimo. Solo el podia lograr esto en mi. Mi corazon latía con tanta fuerza en mi pecho. Me tenia a sus pies. En este momento comprendí la magnitud de mis sentimientos. Estaba seguro que seria capaz de conquistar el mundo entero y ponerlo a sus pies si me lo pedia.

Sus labios se alejaron de los mios y las palabras salieron de mis labios sin siquiera procesarlo.

—Te amo.

Sus ojos me miraron dulces, acaricio mi mejilla.

—Un te amo no es suficiente para expresar lo que siento por ti, alfa... No tienes idea de todo lo que soy capaz de hacer por ti.

En ese momento no comprendí la profundidad de sus palabras.

De su amor