Enamorarse De Nuevo Tras El Divorcio

Clarissa se detuvo detrás de la puerta que acababa de cerrar. Sus labios guardaban una sonrisa de orgullo por sí misma. Sus pasos recorrieron el pasillo de la oficina, sus zapatos de tacón alto repiqueteaban con precisión sobre el suelo de mármol. Incluso el sonido de sus pasos podía mostrar quién era.

Los ojos de Clarissa estaban pintados con un delineador negro intenso y sus labios estaban cubiertos con un lápiz labial rojo mate. Su blazer negro tenía un corte perfecto, abrazando su cuerpo como si fuera creado como pareja. Una falda lápiz que seguía el movimiento de sus caderas con un ritmo dominante. Cada mechón de cabello estaba peinado cuidadosamente en un moño moderno. No había lugar para errores y no abría ninguna brecha para que otros la comentaran.

Se detuvo un momento frente a la pared de vidrio del ascensor, mirando su reflejo con asombro.

'Yo soy la mujer más digna para Sean... No Ariana, la chica del pueblo que se hospeda como parásito ocupando mi verdadera posición'

"Ni Ariana ni ninguna otra chica", susurró suavemente.

La puerta del ascensor se abrió, se arregló el lápiz labial con un toque delicado.

***

Ariana se quitó los zapatos suavemente, sin dirigirse directamente a la habitación. Solo quería sentarse... y dejar que su cuerpo tocara el suelo, uniéndose en silencio. Apoyó la cabeza en la pared, su mano se movió suavemente hacia su vientre.

"Ya conoces a tu padre, ¿verdad? Aunque probablemente nunca será tu padre por completo".

Cerró los ojos.

Después de estar más tranquila, Ariana se levantó y caminó hacia su pequeña cocina. Vertió agua en un vaso y luego la bebió sin parar. "A partir de hoy... realmente estamos solas, ¿eh, hijo?", dijo mientras sonreía a su vientre. "Pero esta vez mamá no tiene miedo, porque te tiene a ti".

La luz de la mañana se filtró por la ventana de la cocina, el aroma de madera húmeda y flores silvestres del exterior hizo que la mañana fuera fresca. Ariana se lavó la cara, se recogió el cabello y no olvidó beber un vaso de agua tibia. Ariana llevaba un sencillo camisón color crema. Ese camisón era sencillo, incluso quizás... no merecía entrar en el armario de Florence.

Desde afuera, una pequeña voz llamó. Ariana ya lo sabía sin ver su rostro. ¿Quién más sino la niña pequeña, su primera amiga?

"¡Mbak Arianaaa!"

Ariana abrió la puerta principal, como de costumbre, Risa ya estaba parada frente a la puerta. Su cabello estaba atado en dos coletas con los pies descalzos y sus manos sostenían dos macetas pequeñas con flores.

"Traje más flores... pero esta vez mamá me lo dijo", dijo Risa rápidamente, como si tuviera miedo de que Ariana se negara.

Ariana sonrió de inmediato. La expresión facial de Risa era muy divertida.

"¿No te regañaron?"

Risa negó con la cabeza con fuerza. "¡No! Mamá incluso dijo que las flores que Mbak Ariana cuidó ayer están creciendo bien. Dijo... que si las mujeres embarazadas ven muchas flores, sus hijos también estarán alegres".

Ariana acarició la cabeza de Risa, su corazón se calentó.

Poco después, la madre de Risa apareció detrás de la puerta con una bolsa que contenía pan y té.

"Ahí está mamá..." Dijo Risa alegremente.

"Buenos días, Mbak Ariana. Solo quería traer el desayuno. No mucho, solo pan caliente y té. Risa dijo que tienes náuseas por la mañana. Por eso te traje esto, quién sabe si te gusta".

Ariana recibió la bolsa con ambas manos.

"Gracias señora. Lo siento si te estoy molestando".

La mujer de mediana edad sonrió cálidamente.

"No es una molestia. Si necesitas algo, no dudes en preguntar. Especialmente ahora que ya no estás sola". La madre de Risa miró el vientre de Ariana.

Ariana bajó la cabeza, sus ojos se humedecieron.

"No sé qué decir, señora. Pero... tengo suerte de poder vivir aquí".

La mujer de mediana edad le dio una palmada suave en el brazo a Ariana.

"No se trata de suerte o no. Estoy orgullosa de tu coraje. No todas las mujeres pueden valerse por sí mismas".

Risa ya estaba sentada frente a la casa, comenzando a organizar las macetas que había traído ella misma.

Ariana miró esa pequeña espalda mientras decía suavemente:

"Cuando mi hijo nazca... espero que crezca como Risa".

La madre de Risa se rió entre dientes.

"En ese caso, Mbak Ariana debe comer mucho".

Ariana se unió a la risa. Esta risa era diferente, se sentía suelta y libre.

Ariana sostuvo la bolsa de té que ya estaba comenzando a condensarse en su mano.

"Casi olvido presentarme. Mi nombre es Ajeng, llámame Ibu Ajeng, Mbak".

Ariana se rio suavemente. "Soy Ariana, señora".

"Ya lo sé, todas las noches Risa nunca deja de contarte".

Ariana se volvió para mirar a Risa, te quiero Ris...

"Está bien, Mbak, es mejor que comas ahora. No tardes en comer, lástima del bebé".

Ariana asintió obedientemente. "Gracias, señora".

"No te preguntaré quién es el padre ni por qué vives sola. No tienes que preocuparte, solo concéntrate en tu embarazo, Mbak". Dijo Bu Ajeng como si supiera un poco de las preocupaciones que surgían en Ariana.

Bu Ajeng continuó, su tono de voz seguía siendo suave. "Para mí es suficiente saber que eres viuda y ahora estás embarazada. Eso es suficiente, al igual que con otras personas por aquí".

Ariana cerró los ojos por un momento. Conmovida sin tener que mostrar lágrimas.

"Yo... estoy muy agradecida".

Bu Ajeng sonrió levemente, dándole una palmada suave en el brazo a Ariana.

"En resumen, tú decides si tu casa es cómoda o no, no los demás. Ya vete a comer primero".

Bu Ajeng salió de su casa después de darle muchos consejos. Risa todavía se quedó, la niña se negó cuando su madre la invitó a irse a casa. Dijo "todavía quiero estar con Mbak Risa".

El aroma del pan caliente de la bolsa de plástico comenzó a llenar el aire. Ella y Risa lo disfrutaron juntas.

"Mbak, no le digas a mamá que comí. Me regañarán".

Ariana se rió y asintió suavemente.

Y Ariana sintió... por primera vez desde que Papa James murió, que había alguien que realmente la consideraba familia.

Ariana organizaría su vida mejor, el dinero de sus ahorros no siempre estaría alineado con la misma denominación. Lentamente esa cifra seguiría disminuyendo si Ariana no la volvía a llenar.

***

Esa mañana, la pequeña cocina de Ariana comenzó a desprender un aroma a azúcar y mantequilla. Un aroma sencillo, pero que hacía que ese espacio estrecho se sintiera más cálido y vivo.

Ariana estaba de pie frente al horno, con un delantal de lunares azules que le quedaba un poco grande. Sus manos estaban ocupadas mezclando la masa del pastel de plátano, el primer pedido de un vecino presentado por Bu Ajeng ayer. No era un pedido grande, solo un molde, pero era suficiente para hacerla sentir como si tuviera un nuevo propósito.

Toc... toc... toc...

Un pequeño sonido golpeó desde la puerta lateral.

"¡Mbaak Arianaaa!" Llamó Risa con entusiasmo. La misma plantilla de llamada cada vez que venía a visitarla.

Ariana abrió la puerta y Risa ya estaba parada detrás de la puerta con dos botellas pequeñas que contenían bebidas frías.

"Esto es de mamá. Dijo que para que Mbak no se desmaye por estar cansada de hacer pasteles", dijo mientras le ofrecía la botella.

Ariana se rió entre dientes. "Entra. Pero no te acerques al horno. Hace mucho calor, podrías lastimarte la mano".

Risa entró y se sentó en el banco de la esquina de la cocina, balanceando las piernas.

"Huele como una pastelería en la ciudad, Mbak. Pero esta es más deliciosa. Risa reza para que Mbak tenga una pastelería de verdad".

Ariana sonrió mientras abría el horno. El vapor caliente surgió con el aroma del pastel recién horneado.

"Este es el primer pastel que Mbak vende".

"¿Mbak solía vender?"

"No, antes hacía pasteles solo por diversión para llenar el tiempo. No esperaba que ahora se convirtiera en una forma de ganar dinero".

Risa miró la sartén caliente con asombro, luego dijo con un tono inocente que tocó

"Parece que Mbak está destinada a vivir cerca de los niños".

Ariana se dio la vuelta. "¿Qué quieres decir?"

"Porque... el aroma de un pastel como este solo aparece cuando Risa y sus amigos cumplen años. Me encanta el aroma de los pasteles".

La sonrisa de Ariana se hizo más grande, su corazón se calentó.

"Esa es la frase más dulce que he escuchado".

"¿De verdad?" Risa se sonrojó.

Ariana asintió. "Pero todavía es solo pastel de plátano, Mbak seguirá aprendiendo a hacer pasteles de cumpleaños".

"Waaah Asyikkk..." Risa aplaudió impaciente por ver a Ariana hacer su pastel favorito.

"Más tarde puedo ayudar, ¿verdad, Mbak?"

"Puedes, pero debes lavarte las manos y ponerte un delantal antes de ayudar a Mbak".

"¡Lista, Mbak!" Risa levantó la mano como un pequeño soldado.