Un viejo enemigo altera la paz y tranquilidad que Bonnie construyó cuando se mudó, ella y su madre están más unidad luego de saber que su hija estuvo apunto de morir. Los amigos de Bonnie, están en constantes discusiones para saber si la buscan o no. Theo y Jia se encuentran con Bonnie e intentan sabotearla. Samantha (Samuel) esta decidida a buscar de nuevo a Bonnie y ganar de su confianza, no quiere volver a perderla.
NovelToon tiene autorización de Corinne Palmer. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Los aros.
Las luces del sol chocan contra el gran ventanal de la habitación dejando entrar pequeños destellos de luz, sintiendo la calidez. Samantha, durmiendo a mi lado, abrazándome por la cintura sin posible movimiento de huida. Me muevo girando mi cuerpo a ella, quedando enfrente, dejando que oculte su rostro en mi pecho desnudo, sintiendo como sus manos acomoda una de mis piernas sobre su cadera, mientras que sus dedo bajan por la curva de mi trasero y llegan a mi intimidad, abriéndose paso entre mis labios entrando fácilmente.
—Sam… no empieces. — eso no la detuvo.
—Pero yo quiero sentirte… — besando mi cuello, hasta llegar a mis labios. — Quiero devorarte, por completo. —
—¿Sam, puedo hablar contigo? — pregunte, mirándola. Ella detiene su mano.
—¿Qué sucede? — sus ojos se encuentran con los míos.
—¿Qué apuesta hiciste con Theo? — ella se quedó callada.
—¿Cómo lo sabes? —
Sus ojos se cerraron lentamente, dándome a entender que resolvió el acertijo. Se levantó un poco quedando por encima de mí, besándome suavemente se alejó un poco mirándome de nuevo a los ojos y acaricio mi mejilla.
—Cuando te fuiste a “España” yo le pedí a Jay que te siguiera, y supe que conociste a Theo. —
—Con que me vigilabas. — agregue con un tono poco sorprendido. — Entonces aquel día, en ese antro… —
—Sí, ese día supe que estabas con él y no lo soporte, el saber que podían llegar mucho más lejos… — me siento en la cama, mirando esperando a que continúe hablando.
—Continúa. —
—Cuando tú te fuiste, Theo y yo estuvimos hablando, y habíamos hecho una apuesta… —
—¿Cómo es la apuesta? —
—El primero que te enamore pierde. — Samantha se detuvo.
—¿No es ganar? —
—No, porque al enamorarte también lo haríamos nosotros. — eso me confundió aún más.
—No estoy entendiendo nada. —
—Lo que tienes que saber es que yo no perdí. Yo estoy enamorada de ti Bonnie, desde que tienes 16 años. — se levantó de la cama, y se vistió.
—¿De qué estás hablando? —
—Que antes de conocer a Jia, yo ya te tenía en la mira, seguía tu trabajo, sabía en donde vivías, sabía de tu enamoramiento con Morgan, sabía que tus problemas con tu padre, Bonnie me volví tu ángel guardián sin esforzarme. — sujeto la sabanas, cubriendo mi cuerpo.
Ella no dijo nada más y se quedó mirándome, siento que por primera vez no sé cómo reaccionar, ante este tipo de confesiones. No importaba las confesiones que me estaba haciendo, solo quería saber si realmente, está pasando todo esto. Que no tengo que escapar, que no tengo que hacerme ilusiones, por llamar la atención de alguien.
Me acerca a mí para besarme, pero aparto la cara. Saliendo de la cama encerrándome en el baño, sintiéndome ahogada me envuelvo con la sabana, y me siento en el suelo escuchando la voz de Samantha del otro lado.
—La primera vez que te vi, estabas vestida con pantalón deportivo color gris, una remera de color verde oscuro, zapatillas blancas con negro, ese día saliste a correr de la casa de Hansol, pensaste que nadie te seguía pero yo estaba siguiéndote un poco lejos con la moto. — confeso, con su voz quebrada.
Recordando en el suelo del baño, comencé a llorar. No me había dado cuenta de lo que tenía atrás de mí, solo quería la atención de Morgan en su momento.
—A los 18 años, cuando te quedaste varada en medio de la calle, pediste un taxi y llegue yo con un auto, para no dejarte sola, me hablaste como si nos conociéramos de toda la vida, me diste tu tarjeta de presentación para que recomendara tu trabajo. Ese día me decidí a conquistar antes de que Theo te conociera. — se quedó callada.
Cuando ella se quedó callada, pensé que sería bueno hablar con ella, pero no puedo disimular mi enrojecimiento en mis mejillas. Me envuelvo mejor con la sabana, y abro lentamente la puerta, mirando sentada en el suelo, con la espalda apoyada contra la cama.
Sus ojos con lágrimas, camino a ella arrodillándome enfrente, paso mi lengua por mis labios, pensando que decir, mirando sus labios, manos, y piernas. Su cabeza agachada, no tuve idea alguna para hablar, que prefiero actuar. Gateo para acercarme a ella, cuando en esos segundos levanta la cabeza y le robo un beso, pero ninguno de las dos quiere apartarse, es tan suave y malditamente adictivo.
Mis manos sobre el piso, se me hace algo imposible tocar su rostro, pero ella notó mi incomodidad y sujeto mis dos manos para llevarlas al borde de la cama, haciéndome gatear provocando que mis rodillas pisen la sabana y se abra, dejando ver mi cuerpo si desnudo.
—Sam quiero darte algo. — dije alejándome de ella.
Buscando mi mochila, siento la mirada de Santa y lo único que puedo hacer es sonreír nerviosa, encuentro mi mochila y lo primero que hago es buscar una pequeña cajita, de color verde oscuro con detalles dorados, vuelvo con ella y hago la misma pose con la que me levante.
—Toma. — Sam me sujeta de la cintura y me sienta en su regazo.
—¿Qué es esto revoltosa? — agarró la sabana y vuelvo a cubrir mi cuerpo.
—Revisa y dime si lo recuerdas. — sonrío.
Examina la pequeña cajita y al final su curiosidad, la lleva a abrirla sorprendiéndose por el contenido. Siento como mis mejillas se calienta, cuando sus ojos se cruzan con los míos, manteniendo el contacto visual, Samantha desvía la mirada, ocultan sus rostro en la curva de mi cuello, abrazándome.
Pensé por algunos segundos si lo que estoy haciendo estaba bien, si podía continuar confiar en ella, luego de esa patética apuesta, pero al menos tuvo la valentía de contarme. Samantha y yo pasamos el resto de la noche hablando, ella me contaba de las veces que me seguís, cuando solía seguirme de la casa hasta la escuela y lo mismo pero en la secundaria. Supe que ella me había encontrado hace años pero nunca lo note.
Las señales que me ella me daba en Japón y la primera vez que la conocí, no era por coqueteo. Planear algo para conocer a la persona de la cual está enamorada, es demasiado Samantha lo había llevado al extremo, cuando viajo a China de nuevo solo para verme bailar cuando tenía 17 años.
Samantha, se había acercado a mí, en muchas ocasiones pero no supe reconocerla mucho menos darle unos segundos de mi atención para conocerla, incluyendo aquel accidente en el baño del antro.
En unas cuantas horas, supe todo lo que había pasado y como resultaba ser que de las veces que me quedaba en la oficina, pensaba que Morgan, me dejaba comida pero era ella. Desde las sombra me cuidaba pero competía contra Morgan por mi atención y perdía con cada día de que pasaba y no se animaba a hablarme. Brandon, en cambio, sabía de la existencia de Samantha en mi vida pero nunca pensó que se animaría a llegar demasiado lejos, cuando me llamo desde Japón, para que fuera.
Durante esas charlas, no faltaron los beso, y caricias entre ambas, los juegos y los orgasmos, estoy teniendo la pareja que quise, pero no se siente como creí que se sentiría. Nadie me dijo que…