Aunque su corazón se destrozara en mil pedazos tras el dolor que sufrió a causa del padre de su hijo, aún no nato, está dispuesta a seguir adelante por la pequeña vida, aunque su alma aun grite por el dolor.
En la vida a veces comenzamos muchas cosas de la forma equivocada, y el amor no está exento de caer en ese error, pero no por eso deja de ser verdadero.
Esta es la historia de un amor que aunque empezó de la forma equivocada encontró el camino.
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veintidós
¿Habías venido alguna vez aquí?- le preguntó Gabriel a la chica mientras la ayudaba a sentar.
- Sí- le contestó- Aunque de eso ya pasó cerca de dos años, la comida aquí era muy buena cuando vine.
- Espero que no hayan cambiado, para mí es la primera vez visitándolos.- le comentó con una sonrisa de las que solo él sabe dar.
Enseguida apareció una chica en la mesa para tomar la orden y no demoraron mucho en traerles la comida.
- ¿No vas a preguntar nada sobre mi?- el hombre quiso romper el hielo con lo de conocerse pues hasta el momento solamente habían hablado de cosas banales.
- Yo... no sé- titubeó un poco- No quisiera ser indiscreta preguntando algo que no deba, quizás es mejor dejarlo así- ella se sonrojó y a él le encantó verla de aquella manera, tan inocente.
- No te preocupes, si quieres te ayudo, soy inglés, pero de eso tú te habrás dado cuenta por mi acento, yo creo que aunque hable un italiano perfecto eso no lo voy a perder nunca- ella le sonrió con tristeza pues recordó a Greg y lo que el hombre le decía era verdad- Estoy aquí hace un tiempo, no mucho, vine por unos negocios que ya acabé, pero que pretendo retomar si tengo la oportunidad para quedarme un poco más dependiendo de una italiana de ojos azules, no estoy casado, ni comprometido, ni con novia, no tengo antiguas amantes que me molesten y quiero que me des una oportunidad de entrar en tu vida.
Mariana abrió la boca al escucharlo, el hombre no perdía tiempo de lanzarse a la piscina, era directo.
- Ah... yo... señor Hudson. - balbuceó.
- Gabriel. - la corrigió
- Gabriel- y ahí estaba otra vez esa forma de decir su nombre que hizo que el hombre se revolviera en su silla y respirara como si quisiera tragarse su voz- Yo hace mucho que no tengo una relación, de hecho en mi vida solamente tuve una y no terminó bien.- ella no sabía porqué le estaba contando aquello, pero lo hizo.
- Aunque tampoco te fue muy mal, tienes un hijo de esa relación ¿no?- la interrumpió y ella le dio la sonrisa más sincera, recordar a su pequeño Renato le alegraba la vida.
- Tienes razón, mi hijo es lo mejor que pudo pasarme en la vida aunque fue una sorpresa, pero llegó en el momento indicado, y no es a mi a quien único hizo feliz.
- Me lo imagino.- el hombre recordó a su madre y lo feliz que vivía desde que supo de la existencia de ese niño.
- Pero volviendo a lo de antes, comprenderá que con lo que ha dicho no es suficiente para conocerlo.
- Lo sé, por eso te pido que me des la oportunidad de acercarme, si no no habrá oportunidad de conocernos.
Ella estuvo un momento mirándolo sin hablar, lo que le decía tenía lógica, hasta que con un suspiro respondió.
- Está bien, vamos a conocernos, pero con una amistad.- él le sonrió.
- Es lo justo, no podemos empezar por el final.
El almuerzo siguió entre confidencias y risas, cuál es tu color favorito, tu música, la playa, lo que fuera necesario para saber todo uno del otro, ella inocente de quien era el hombre que preguntaba y él olvidando por un rato por lo que en verdad estaba allí.
- Creo que es mejor si me voy en un taxi. - le dijo ella cuando estuvieron afuera del restaurante.
- No, cómo crees, yo te llevaré a tu casa.
- Es que me parece que por hoy fue suficiente.
- ¿Crees que con una tarde tengo suficiente de ti?- ella abrió la boca y se quedó sin palabras al sentir que el hombre le tomaba la mano- Estuve de acuerdo con empezar una amistad, no con alejarme de ti, no cuentes con eso.- un guiño hizo que ella tragara en seco y el sonido de la puerta del auto al abrirse la despertó de su ensoñación.
Como le dijo la llevó hasta la dirección que le dio y antes de que ella bajara se atrevió a tocar nuevamente una de sus manos y eso hizo que ella se tensara.
- Perdón, no quiero molestarte.- le dijo sin soltarla- Pero sí quería volver a sentir la calidez de tus manos.
- Por favor- le pidió y él comprendió que debía dejarla ir.
Cuando la vio entrar en la casa arrancó el auto y avanzó dos calles antes de aparcar nuevamente y así poder respirar en paz.
No entendía que estaba haciendo él y que le estaba haciendo aquella diosa de ojos azules, él tenía una venganza que cobrar y tenía que llevar a su sobrino con su madre y así ella volvería a ser completamente feliz, tendría a una parte de su Greg con ella y esa mujer que se burló de su hermano estaría lejos de la familia y sufriendo.
.............
Cuatro días después de aquel almuerzo Mariana y Gabriel no habían vuelto a verse, pero el hombre no había dejado de enviar un desayuno cada mañana con un mensaje disculpándose por tener mucho trabajo, el quería alejarse de ella, pero no quería estar lejos.
- Queridísimo Gabriel Patel- del otro lado del teléfono se escuchó la voz de su amigo Xavier-¿Puedo saber como es que mi nombre aparece en la muy codiciada lista de empresarios que tienen negocios con los Cesare?¿Y puedo saber por qué tuve que enterarme en una mesa de pocker, tomándome un whisky con el que casi me ahogo?
- Lo siento mucho amigo, pero para ese negocio no podía usar mi nombre.
- Gabriel, fuiste a buscar a la mujer de tu hermano y a su hijo para traerlos con tu madre y terminas en un negocio con una de las familias más ricas del planeta, de verdad no entiendo nada.- Xavier le reclamaba no por usar su nombre, sino por lo que a su parecer era un error el que estaba cometiendo.
- Todo tiene su explicación, yo te conté que Greg trabajó con los Cesare y que el abogado de ellos me dijo que había dejado de hacerlo por un problema personal.
- Sí, por eso supe enseguida que lo de esta sociedad era cosa tuya y no de unos estafadores que estuvieran usando mi nombre.
- Pues aquí en Italia por casualidad me encontré con Anabel, no sé si la recuerdas, aquella amiga de mi hermano.
- Sí la recuerdo, la rubia que siempre andaba detrás de él.¿Qué tiene ella que ver en este asunto?
- Pues ella me contó que en una conversación que tuvo con mi hermano él le dijo que había perdido el trabajo por culpa de esa mujer y del que ahora ocupa el puesto de presidente, que no es otro que el hermano de ella y yo tengo que averiguar cuanto de responsabilidad tuvo Mariana en ese asunto.
- Gabriel deja todo como está y simplemente tráelos como te pide tu madre, olvida ese absurdo de vengar a tu hermano, si en verdad Greg amaba a esa mujer y algo de esto sale mal y la lastimas cuando mi padre descubra que te ayudé no volverá a hablarme nunca más. Él todavía no se perdona que tu padre muriera sin que él lo ayudara a arreglar sus problemas con Greg y que después Greg muriera también sin volver y sin escuchar toda la verdad de como fueron las cosas, y no me preguntes de que verdad habla porque me contestó que no era de mi incumbencia.
- Lo siento, no puedo dejar nada así.- fue su única contestación.
Gracias autora! Felicitaciones!