Elieth, es brillante e irradia luz por donde va; sus escasos recursos no le impiden soñar con ser una profecional y salir de la pobreza, ella sabe muy bien, que no es la única cuya familia vive con tantas limitaciones, pero no esta dispuesta a vivir de esa manera, su madre la quiere ver casada con algún hombre del pueblo, pero Elieth sabe muy bien que es lo que quiere, así que decide ir en busca de un mejor futuro, Ella jamás pensó, que en su lucha por obtener lo que siempre soñó, encontraría al amor de su vida, un Italiano multimillonario, que agoniza en la oscuridad del odio y la amargura; su alma rota necesita un chispa de luz y la encuentra en una mujer de la que ya no podrá separarse jamás.
NovelToon tiene autorización de Areli Fuentes para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Es nuestro destino.
(Karlo).
Salgo de la ducha, después de un largo tiempo... hasta que el incendio que tenía dentro se apago, y en el que aproveche de hacer un recorrido de mi vida.
Me seco un poco...
Salgo, con una toalla enrroyada, cubriendo solo la parte baja de mi cuerpo.
Cuando, Elieth me ve, fija sus ojos en mí, en torso descubierto, y en mis brazos.
Veo como muerde su labio inferior, a pesar que hacer eso la hizo ver extremadamente sexy, ella lo hace con inocencia.
—Disculpa Mi Ángel, por dejarte sola tanto tiempo, a sido maleducado de mi parte.
—No te preocupes.—Su voz sonó suave, sensual y un tanto nerviosa.
—Elieth, Yo por estar acostumbrado a dormir solo, no cuento con pijama —Le digo esto justo cuando estoy sacando un bóxer blanco; aun con la toalla enrroyada, me siento en la cama y me coloco el bóxer de tela suave de algodón elástico, que me queda entallado al cuerpo.
—Tranquilo, a mí no me molesta verte, es el primer cuerpo masculino que veo así, y créeme, que me encanta.
Yo le sonrió, y le guiño un ojo...
Miro la hora, en mi móvil, y por haber estado presente cuando Elieth se tomó la primera dosis de medicamento, sé que en este momento le toca tomarlos.
Los traigo junto con un vaso con agua, y le digo.
—Es hora Princesa, tus medicamentos.
—Gracias, eres muy atento.
—Pues...la verdad estoy descubriendo, esa cualidad contigo.
Le retiro el vaso, y me voy a mi lado de la cama me acuesto a su lado, ella gira y quedamos frente a frente, viéndonos a los ojos.
Yo disfrutando de la belleza de Elieth, ella es realmente es preciosa.
Acaricio su rostro...
Elieth pone su mano en mi pecho, la desliza por mis brazos, me sonríe y me dice.
—Haces mucho ejercicio, para mantener así tu cuerpo.
—Si, entrenar mi cuerpo aparte dé mantenerme bien físicamente, me ayuda a distraer mi mente de varios asuntos.
¿Y Tú, como haces para estar así, con ese cuerpo tan hermoso, tonificado, y bien proporcionado? —Le digo eso deslizando mi mano por su diminuta cintura, sintiendo la tan pronunciada curva hacia su cadera.
—Práctico pilates casi a diario, me ayuda a quitarme el estrés, y además mantiene mi cuerpo así, como lo ves. —Dice esto con una sonrisa y evidente nerviosismo.
—Eres una mujer bellísima...soy muy afortunado, al tenerte aquí, conmigo.
Elieth, sonríe con tanta dulzura, suspira y cierra los ojos... quedándose dormida tan plácidamente.
Yo me acerco a ella, hasta quedar lo más pegado posible, tenerla así conmigo es mejor que cualquier terapia.
Respiro profundo hasta que... me quedo en un sueño extremadamente profundo...
...Estoy sintiendo en mi brazo un poco de ormigueo y un liviano pesor, despierto y abro mis ojos despacio, veo a mi lado y está la mujer más hermosa del universo, la sonrisa en mis labios es inevitable.
Tiene el pelo alborotado y eso la hace ver sensual.
Trato de no moverme para no despertarla, parece que disfruta al máximo estar así.
Yo también lo he disfrutado, mi cuerpo se siente tan relajado, tan descansado y repuesto, es una sensación que había olvidado y a la que me sería tan fácil acostumbrarme.
Elieth abre los ojos lentamente, suspira y me dice.
—Hola, mi Italiano bello.
—Hola, mi Amor. Buenos dias...¿como dormiste?
—Ummmm, pues riquísimo. ¿Y Tú?
—Yo como no lo hacía en años, exageradamente bien.
Me acerco a ella y pego mi nariz a ella para acariciarla de esa manera y darle un casto beso en sus labios de cereza.
Ummm que rico...—Me dice con una sonrisa.
—Tal parece que hemos dormido muchas horas, pediré desayuno, por que debes tomar tus medicamentos.
Elieth, solo asiente con la cabeza, se incorpora en la cama y me dice.
—Príncipe, debes llevarme a casa.
Eso hace que la sensación de paz que tiene mi cuerpo, se convierta en una preocupación un poco angustiante.
No, no quiero separarme de ella.
No puedo ni imaginar estar sin Elieth.
—Princesa, vamos a esperar el desayuno, y luego tu y yo, tendremos una conversación sobre lo que haremos.
Por qué, se que esto es egoísta de mi parte, pero no quiero dejarte ir.
—Esta bien Karlo, desayunamos y luego hablamos.
Nos trajeron el desayuno, comimos todo, ver a mí Ángel comer es hipnotizante.
Al terminar el desayuno la siento en mi regazo, la rodeo con mis brazos, y ella en respuesta sonríe y me besa en la mejilla.
Ahora sí, hablaremos sobre lo que sucederá con nosotros.
Primero que nada, quiero preguntarte algo, y no voy a decirte que seas sincera, porque si de algo estoy seguro es que tú lo eres.
—¿Tú, quieres estar conmigo?.
—Si, si quiero estar contigo,
No quiero separarme de ti.
—Entonces, no se diga más...
me regalas un momento, Princesa.
Haré una llamada.
—Por supuesto.
Llamo a mi amigo Bruno.
Bruno... Necesito que hagas algunas gestiones...que busques de inmediato una casa, en la mejor localidad de esta ciudad, tú ya sabes mi gusto, y que contrates personal de mantenimiento y servicio.
También, necesitó que compres un automóvil, sabes la marca de mi preferencia, no, mejor que sean dos autos.
Y que estés pendiente, posiblemente, necesite que envíes el avión la próxima semana, sé que te había dicho que regresaría en vuelo comercial, pero creo que no viajaré solo, la llevaré conmigo Bruno.
No creo poder estar separado de ella.
No considero poder seguir viviendo sin ella.
Corto la llamada y veo a mi Elieth sorprendida, es como si entendió lo que le dije a Bruno.
—Listo Princesa .
—Karlo, ¿A quien llevaras con tigo, y a donde?
—Elieth, Tú, sabes hablar Italiano.
—Si, perfectamente, bien.
Me sorprende sobremanera, que mi Ángel sepa hablar en Italiano, y considero que es punto a nuestro favor.
—Entonces, mi amor, déjame explicarte.
Le pedí a Bruno que gestione la búsqueda de una casa, y todo lo necesario, porque no quiero que regreses a casa de la Señora Dalia.
Y lo del avión es por qué quiero que bayas conmigo a Italia por unos días, para hacer unos arreglos, en la constructora.
—¿Constructora?
—Si, soy el dueño de Vitale, Construction.
Soy el Arquitecto, más reconocido en Italia y mi constructora es reconocida internacionalmente.
—¿Tú, eres Arquitecto?
—Si, soy Arquitecto. Vine a El Salvador porque tengo un mega proyecto, con Vitale Construction, iniciaremos en unos meses.
Y quiero pedirte que ya no busques constructora para tu pasantía.
Iremos a Italia y haremos las gestiones necesarias, para poner una sede aquí en tu país para que la hagas.
Elieth Maria, tú y yo nacimos para estar juntos.
Tu eres mi destino y yo él tuyo.