Katy descubre que su novio la engaña con su mejor amiga. El dolor hace que ella tome una decisión difícil y acepta casarse con el hombre que conoció por casualidad.
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Una hermosa mujer.
...Narra Katy...
Todavía mis manos temblaban por todo lo que pasó en el jardín. Nunca pensé que César cayera tan bajo y ensuciar mi nombre con esa mentira tan asquerosa.
Volteo a ver a Isabel. Ella con la mirada me dice como debo tomar el tenedor. Observo sus manos cortar trozo pequeño de carne. Lo hace con tanta elegancia.
Trató de imitar a Isabel, sin embargo, a mí no me sale tan bien como a ella. Lo he hecho antes, pero estoy tan nerviosa que no me sale nada bien.
Al notar lo que hacía, Rogelio pone sus manos sobre la mía, me ayuda a cortar el trozo de carne como lo hace su madre.
___ Solo hazlo suave, sin ejercer tanta fuerza en el brazo. Ligera la muñeca, y dirige el cuchillo suavemente por el trozo que deseas cortar. ___ Me comenta con mucha paciencia.
___ De acuerdo. ___ Contesté.
Y lo intento una y otra vez, hasta que logró hacerlo. Al terminar de comer, nos traen el postre, era un Flan de fresas, que se ve delicioso. En lo personal, era fan de todo lo dulce y más los postres fresas.
La empleada reparte cada una de las rebajadas del flan en cada plato pequeño. El primero lo pone frente a Isabel, enseguida, pone la otra rebanada a lado de Rogelio y por último al ponerlo delante de mí, lo deja caer encima de mí.
___ Lo siento señora, fue un accidente. ___ Se disculpa de inmediato, sin embargo, no le creo.
Sé que lo ha hecho a propósito. Me pongo de pie, y el trozo de rebanada caer por mi cuerpo hasta el suelo.
__ Amanda, ve a la cocina. ¡Ahora mismo! ___ Ordena el ama de llaves.
Yo no dije nada, solo intentó limpiarse. Antes de que la empleada salga del comedor, Isabel interrumpe.
___ Yo no he dado la orden de que puedas irte.
Isabel se pone de pie, mirando fijamente a la empleada que derramó el postre sobre mí... Mientras que Rogelio me ayuda a quitar un poco de la suciedad.
___ No voy a permitir ninguna falta de respeto en mi presencia a ningún miembro de mi familia. Ve a tu habitación y agarra tus cosas. Estás despedida.
Levanté la cabeza mirando a Isabel. Antes de que pudiera decir algo para impedir que la empleada fuera despedida, Rogelio dice.
___ Aprende de Isabel Bustamante.
___ Pero, señora, fue un accidente. Se me rebajó el plato. ___ Exclama entre llanto la mujer.
___ ¿Me crees tonta? Llevas años trabajando para mí, sé cuanto es un accidente y cuando es a propósito.
___ Ve por tus cosas y evita que te mande echar. Por qué no vas a buscar empleo a la casa de mi hijo Ernesto. Estoy segura de que ahí te van a recibir con los brazos abiertos.
La mujer se da la vuelta y sale furiosa del comedor. Por suerte, ya había comido, y no me van a regresar a la recámara con el estómago vació.
___ Con su permiso, iré a la recámara a cambiarme. ___ Dije.
___ Ve, Karina ya te ha traído algunos vestidos, espero que sean de tu agrado. Recuerda que más tarde iremos a ver a mi amigo el diseñador. __ Me responde Isabel.
___ Se lo agradezco mucho... Pero me gustaría ir a ver a mi madre y a mis hermanos. Llevó 8 años que no los veo... ___ Dije con algo de vergüenza.
__ De acuerdo... Primero está la familia. Rogelio te llevará.
___ Ve a la recámara. Me quedaré hablar de unas cosas con mi madre.
Rogelio me da un beso rápido en los labios. Fui a la habitación. Por mi culpa una de las camisas de Rogelio se ha arruinado, no quiero ni pensar cuanto cuesta una camisa de estas, en mi vida podría pagar algo tan cara como esto.
Al entrar a la recámara, veo todos los vestidos encima de un sillón. Caminó despacio hasta llegar a ellos.
Tomó uno de los vestidos y la tela se siente muy suave. Hay de todo tipo, desde largos hasta vestidos cortos. El que más me gusto fue uno corto, con estampado de flores. Era de color negro, y las flores amarillas, se ve hermoso.
Me gusta tanto este vestido que será el que me ponga para visitar a mi madre... Luego de un largo rato, termine de cambiarme.
Bajé al vestíbulo donde Rogelio ya me esperaba. Al llegar a él, sus ojos, me dicen todo.
La sonrisa juguetona en sus labios eriza mi piel. Tímidamente, me acercó a él y enredo mis manos en su cuello, le doy un beso en la mejilla y cuando trato de separarme, sus manos me someten de la cintura.
___ ¿Adónde crees que vas?
Una de sus manos suelta mi cintura y se pone en mi nuca, sus labios se pegan a los míos con mucha pasión. Sus besos son posesivos, su lengua entra a mi boca, y siento ahogarme.
Después de casi matarme ahogada, Rogelio me suelta. Sus manos vuelven a mi cintura, empujando mi cuerpo al de él.
Sus labios rozan mi oído, y dice con una voz cortante y sensual.
___ Eres solo mía...
Me sentía algo extraña, mi cuerpo experimentó una sensación nunca vivida, me sentía sumisa a él, era algo que no podía manejar. Al soltarme, pone mi mano en su brazo.
Tardé tiempo en reaccionar, al llegar al auto deportivo de Rogelio, me abre la puerta, como todo un caballero. Al entrar, se inclina delante de mí, jala el cinturón de seguridad y se asegura que esté todo en orden.
Por último, dos de sus dedos se ponen en mi barbilla, me obliga a verlo a los ojos. Baja la cabeza y me da otro beso. Pero este es distinto al de hace un momento. Es más tierno, y no tan posesivo.
Rogelio sube al auto... Reproduce un poco de música, abrí un poco la ventana del auto, dejando que mi cabello vuele por todas partes. Seguí la letra de la canción en voz alta, en ese momento me sentía distinta.
A comparación de César, a Rogelio no le molestaba que cantará. Más bien, me sonreía, y me hacía sentir como si fuera la mejor.
Pronto llegamos al edificio donde queda el departamento de mi padre. Rogelio es el primero en bajar, por su elegancia, llama la atención de cualquier persona que pasa cerca.