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Complejo De Amigos

Complejo De Amigos

Status: Terminada
Genre:Completas / Harén / Maltrato Emocional / Malentendidos / Dejar escapar al amor / Juego del gato y el ratón / Mujer despreciada
Popularitas:3.3k
Nilai: 5
nombre de autor: valeria isabel leguizamon

son amigos de la infancia se quieren como hermanos pero ella siente algo más que una amistad ¿un amor no correspondido por él?

NovelToon tiene autorización de valeria isabel leguizamon para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 21

El clima en la escuela se volvió más tenso que nunca. Axel no podía ignorar lo evidente: Stiven estaba aprovechando la distancia que había entre él y Amelia para meterse en su vida. Lo veía caminar con ella después de clases, reírse con ella en los pasillos, y la idea de perderla lo quemaba por dentro.

Axel siempre había sido calmado, pero esta vez, la rabia comenzó a tomar control. Sentía que Stiven estaba jugando sucio, como si estuviera acechando, esperando a que Amelia bajara la guardia para atraparla. Y aunque sabía que Amelia era fuerte y capaz de tomar sus propias decisiones, no podía quedarse de brazos cruzados. No iba a permitir que Stiven arruinara lo que todavía sentía que era suyo.

Una tarde, Axel se cruzó con Stiven en el pasillo. No iba solo; Amelia caminaba junto a él, con una expresión tranquila que hizo que Axel se tensara. Decidió no ignorarlo. Caminó directamente hacia ellos, su mirada fija en Stiven, como si el resto del mundo no existiera.

— ¿Podemos hablar? — le dijo Axel a Amelia, ignorando deliberadamente la presencia de Stiven.

Amelia levantó la vista, sorprendida por el tono frío de Axel. Dudó un momento, pero asintió.

— Claro.

Axel le dirigió una mirada breve a Stiven, como si quisiera dejar claro que su conversación no incluía a él. Stiven, sin embargo, no se movió.

— ¿Hay algún problema? — preguntó Stiven, cruzando los brazos y enfrentando a Axel.

— Esto no es contigo — respondió Axel, con una calma tensa que apenas disimulaba su enojo.

Amelia, sintiendo que la situación podía salirse de control, intervino.

— Está bien, Stiven. Dame un momento.

Aunque parecía dudar, Stiven finalmente asintió y se alejó unos pasos, quedándose lo suficientemente cerca como para observar, pero no lo suficiente como para oír.

— ¿Qué pasa, Axel? — preguntó Amelia, cruzando los brazos.

Axel respiró hondo, intentando calmarse antes de hablar.

— No puedo seguir viendo cómo él se aprovecha de esta situación.

— ¿Qué quieres decir? — Amelia lo miró con el ceño fruncido.

— Stiven. Sabes perfectamente lo que está haciendo. Está usando este momento, esta distancia entre nosotros, para acercarse a ti.

Amelia lo miró fijamente, sorprendida por la intensidad en su voz.

— No es tan simple, Axel. No puedes decidir cómo me relaciono con otras personas solo porque no te gusta.

— No es solo que no me guste — respondió Axel, alzando un poco la voz. — Es que no confío en él. Sé cómo es, Amelia. Sé lo que quiere.

— ¿Y qué importa lo que él quiera? — replicó Amelia, sintiendo que la rabia comenzaba a invadirla. — La decisión de dejarlo entrar en mi vida es mía, Axel. No tuya.

Axel se pasó una mano por el cabello, frustrado.

— Amelia, no entiendes. No puedo dejarte ir. No puedo verte con él.

— ¿Eso qué significa? — Amelia lo miró, desafiante. — ¿Que me vas a obligar a quedarme contigo?

Axel se quedó en silencio por un momento, como si sus propias palabras lo hubieran tomado por sorpresa. Finalmente, suavizó su tono.

— No quiero obligarte a nada. Solo quiero que recuerdes lo que significamos el uno para el otro. No importa lo que mi familia piense, ni lo que la tuya diga. Estoy dispuesto a luchar por ti, Amelia, pero necesito que también luches por nosotros.

Amelia lo miró, sus emociones divididas. Había una parte de ella que quería creerle, que quería aferrarse a lo que habían tenido. Pero también estaba cansada de cargar con la tensión, de sentir que su relación con Axel era una batalla constante contra todo y todos.

— Axel, no sé si puedo hacerlo — dijo finalmente, su voz quebrándose. — Estoy agotada.

— No voy a rendirme contigo — respondió él, con una firmeza que la desarmó. — Pase lo que pase, no voy a dejar que Stiven te aleje de mí.

Amelia lo miró, sin saber qué decir. Por primera vez, veía un lado de Axel que no había conocido antes: un lado posesivo, casi desesperado, que la asustaba y la atraía al mismo tiempo.

— Esto no se trata solo de Stiven, Axel. Se trata de nosotros, de si realmente podemos superar todo esto.

Axel asintió, pero su mirada permaneció fija en ella.

— Entonces dime lo que tengo que hacer. Dime cómo podemos arreglarlo, porque no voy a dejar que esto termine así.

Amelia suspiró, sintiendo el peso de la conversación sobre sus hombros.

— No sé si hay algo que puedas hacer. Tal vez necesitamos tiempo.

Axel negó con la cabeza, como si la idea de esperar fuera inaceptable para él.

— No necesitamos tiempo. Necesitamos estar juntos.

Antes de que pudiera responder, Stiven se acercó nuevamente, interrumpiendo la conversación.

— ¿Todo bien por aquí? — preguntó, mirando a Amelia con un tono protector que no pasó desapercibido para Axel.

— Todo bien — respondió Axel, con un tono gélido.

Stiven sonrió de forma apenas perceptible, como si disfrutara de la incomodidad de Axel.

— Amelia, si necesitas algo, estoy aquí.

— Basta — dijo Axel, dando un paso hacia él. — Deja de meterte en esto.

— No estoy haciendo nada, Axel. Solo estoy apoyando a una amiga — replicó Stiven, con un tono calmado pero desafiante.

Amelia se interpuso entre ellos, sintiendo que la situación se salía de control.

— ¡Ya basta, los dos! No soy un trofeo que puedan pelear.

Ambos chicos guardaron silencio, pero sus miradas seguían fijas la una en la otra, como si cada uno estuviera dispuesto a enfrentarse por ella. Amelia los miró, frustrada y cansada.

— Necesito espacio. De ambos. Esto no es lo que quiero.

Y antes de que cualquiera de los dos pudiera responder, Amelia se dio la vuelta y se alejó, dejando atrás a Axel y Stiven.

Mientras caminaba, sintió cómo las lágrimas comenzaban a llenar sus ojos. No sabía si estaba haciendo lo correcto, pero una cosa era clara: no podía permitir que nadie más decidiera por ella.

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Bettzi Iseth Nieto Peralta
dale consistencia a ésta novela, solo veo a un bravucón y a una pendeja. y no tengo ni la mínima idea del porqué son así
valeria leguizamon: son así porque cuando el se dio cuenta de que siente algo por ella comenzo alejarse poco a poco se explica en los primeros capítulos
total 1 replies
Bettzi Iseth Nieto Peralta
uff, que molesta es ésa protagonista. busca testigos, a tus amigas, que le expliquen a tu mamá todo lo que Stiven te hace
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