Cuando Te Encuentre

**Valeria paseaba por el parque, buscando un respiro en medio de sus pensamientos desordenados.** Era un lugar que solía frecuentar con Alex, lleno de memorias que la perseguían como sombras. Pero hoy, el aire fresco le ofrecía una pequeña sensación de libertad.

**De repente, su mirada se encontró con una figura familiar.** Era Mateo, un viejo amigo de la universidad, a quien no había visto en años. Su sonrisa iluminó el día nublado y, aunque Valeria sintió una punzada de nostalgia, también sintió un atisbo de alegría.

—*¡Valeria! No puedo creer que seas tú!* —exclamó Mateo, acercándose con entusiasmo—. *¿Cómo has estado?*

**La calidez de su saludo la hizo sentir bien, aunque una parte de ella aún luchaba con el dolor de su reciente ruptura.**

—*Hola, Mateo. He estado… lidiando,* —respondió con sinceridad, forzando una sonrisa.

**Mateo la observó detenidamente, notando la tristeza que se ocultaba tras su expresión.**

—*¿Te gustaría tomar un café?* —sugirió, apuntando a una cafetería cercana—. *Tal vez distraernos un poco pueda ayudar.*

**Valeria dudó.** La idea de abrirse a alguien nuevo la asustaba. Pero la compañía de Mateo era reconfortante.

—*Claro, suena bien.*

**Una vez sentados, la conversación fluyó con facilidad.** Mateo la hizo reír, recordándole momentos divertidos de la universidad. **Sin embargo, cada vez que sus ojos se encontraban, Valeria sentía un tirón en su corazón,** un recordatorio de Alex que nunca desaparecía por completo.

—*¿Qué hay de nuevo en tu vida?* —preguntó Mateo, inclinándose hacia adelante con interés—. *¿Algún romance?*

**La pregunta hizo que Valeria se sintiera incómoda.**

—*No… la verdad es que acabo de salir de una relación complicada,* —confesó, sintiendo que la sinceridad era lo mejor.

**Mateo asintió, su mirada llena de comprensión.**

—*Lo siento. A veces es difícil dejar atrás a alguien que creías que era el indicado.*

**Las palabras de Mateo resonaron en su mente.** Era exactamente lo que estaba sintiendo, pero la forma en que él lo decía le daba un matiz de esperanza.

—*Sí, es complicado. Aún lo extraño,* —admitió, sintiendo que el nudo en su garganta se apretaba.

**Mateo se inclinó hacia ella, su voz suave.**

—*Valeria, sabes que siempre he estado aquí para ti. Si alguna vez necesitas a alguien que te escuche, estaré encantado de ser ese alguien. Y si en algún momento sientes que puedes empezar de nuevo, yo estaría más que dispuesto a... ya sabes, intentar algo más.*

**Las palabras lo dejaron claro.** Mateo estaba interesado, y aunque ella se sintió halagada, también se sintió culpable. **La imagen de Alex seguía latente en su mente, los recuerdos del amor que compartieron, y cada momento de traición que había desgastado su corazón.**

—*Lo aprecio, realmente,* —dijo Valeria, pero sus dudas la atormentaban.

**Mientras Mateo sonreía, ella se preguntaba si podría realmente abrir su corazón de nuevo.** Las risas y las palabras de aliento eran un bálsamo, pero el eco de su amor por Alex resonaba con fuerza, atrapándola en un torbellino de emociones.

**La tentación de seguir adelante se enfrentaba a la dolorosa realidad de su pasado.** ¿Podría dejar atrás a Alex y arriesgarse a enamorarse de nuevo? La lucha interna la mantenía en vilo, y solo el tiempo diría si podría dejar atrás sus memorias y abrirse a una nueva oportunidad.

**Valeria se sintió atrapada entre dos mundos: el consuelo que le ofrecía Mateo y los recuerdos de Alex que la atormentaban.** La conversación continuó, pero su mente divagaba. **Cada risa compartida con Mateo se sentía como un pequeño paso hacia la recuperación, pero también una traición a lo que había sido con Alex.**

—*¿Qué tal si hacemos algo divertido?* —sugirió Mateo, rompiendo su trance—. *Podríamos ir a ese nuevo escape room que todos están comentando. Podría ser una buena forma de distraerte.*

**La idea la tentó.** Valeria imaginó la emoción de resolver acertijos y trabajar en equipo, pero la sombra de su relación anterior seguía acechando.

—*No sé...* —respondió, mordiendo su labio inferior—. *No quiero arruinar tu diversión si no estoy del todo presente.*

**Mateo sonrió, su mirada llena de comprensión.**

—*Valeria, estoy aquí para ayudarte a distraerte. No quiero que te sientas presionada. Solo quiero que disfrutes un poco. Si decides que es demasiado pronto, lo entenderé completamente.*

**Sus palabras la conmovieron.** A pesar de su propia lucha, Mateo estaba ahí, dispuesto a ser su refugio. **Finalmente, con un suspiro profundo, decidió arriesgarse.**

—*Está bien, vamos. Un poco de diversión no hará daño.*

**Ambos se levantaron y caminaron hacia la salida, el aire fresco les golpeó el rostro.** Mientras se dirigían al lugar, Valeria sintió una mezcla de emoción y miedo. **La idea de reír y disfrutar de la vida nuevamente la llenaba de esperanza, pero también le recordaba lo que había perdido.**

**Al llegar, la energía del lugar era contagiosa.** Las risas de otros grupos resonaban y, por un momento, se sintió parte de algo más grande. **Mateo la guió a través del lugar, explicándole las reglas del juego.**

—*Recuerda, lo más importante es trabajar en equipo,* —dijo con una sonrisa amplia—. *Si no logramos salir, al menos habremos tenido una buena tarde.*

**Mientras comenzaban el juego, Valeria se sintió completamente inmersa.** Resolver acertijos, buscar pistas y compartir risas con Mateo le permitió desconectarse de su dolor, aunque solo fuera por un rato.

**Sin embargo, en el fondo de su mente, las imágenes de Alex seguían apareciendo.** Su risa, el brillo en sus ojos, la forma en que la hacía sentir especial. **La culpa la seguía, pero al mismo tiempo, algo en su interior empezaba a abrirse a la idea de que tal vez, solo tal vez, podría haber algo más en su futuro.**

**Al final del juego, mientras celebraban su éxito, Valeria sintió una chispa de alegría genuina.** Mateo la miraba con admiración, y esa conexión empezaba a florecer. Pero el recuerdo de Alex, con su amor y traición, siempre sería un eco en su corazón.

**Valeria sabía que el camino hacia adelante no sería fácil, pero esta tarde le había demostrado que la vida aún tenía sorpresas por ofrecer.** Tal vez el amor no estaba completamente fuera de su alcance. **La pregunta seguía siendo: ¿estaba lista para dejar ir el pasado y aceptar lo que venía?**