De La Luz A La Oscuridad

...Jasper Brooks ...

Desde el momento en el que los policías se llevaron a Nyx, la preocupación por lo que podía pasarme a mí y la amenaza constante de Marcus se volvieron una carga insoportable. Necesitaba hacer algo para recuperar el control, y la idea de mudarme a un nuevo departamento surgió de la desesperación por encontrar una solución.

Cuando llegué a casa esa tarde, el sol ya se había puesto y el ambiente en la casa estaba cargado de tensión. Mis padres estaban sentados en la sala, y sabía que tenía que comunicarles mi decisión de inmediato. Me acerqué a ellos, con una determinación que esperaba que fuera evidente.

—Papá, mamá, necesito hablar con ustedes —dije, tratando de mantener un tono firme pero sin ocultar mi agitación.

Mis padres me miraron con sorpresa. Mi madre dejó el libro que estaba leyendo y mi padre se levantó del sillón, ambos esperaban escucharme.

—¿Qué pasa, Jasper? —preguntó mi madre, su voz teñida de preocupación—. Parece importante.

—Es importante —confirmé—. He decidido que necesito mudarme a un departamento. Es algo que he estado pensando durante un tiempo. Necesito cambiar de aires, alejarme de todo esto.

Hubo un instante de silencio mientras mis padres procesaban la noticia. Mi padre frunció el ceño, su expresión reflejando preocupación.

—¿Mudarte? —dijo—. ¿No crees que es una decisión apresurada? Tienes que pensar bien en lo que estás haciendo.

—No es apresurada —respondí, tratando de mantener la calma—. He pensado mucho en esto. Necesito un espacio propio para manejar mis problemas y sentirme más en control de mi vida. No puedo seguir sintiéndome atrapado aquí.

Mi madre se levantó, caminando nerviosamente de un lado a otro.

—Jasper, estás pasando por una situación difícil —dijo—. Pero mudarte así, sin más, es una gran decisión. ¿No podemos buscar otra solución?

—No hay otra solución —repliqué, con un tono más fuerte—. Cada vez que intento hacer algo por mí mismo, siento que me están tratando como a un niño. Quiero tomar mis propias decisiones y asumir mis responsabilidades.

Mi padre se cruzó de brazos, su expresión se endureció.

—No estamos tratando de controlarte, Jasper. Solo queremos lo mejor para ti. Si te mudas, no podemos evitar preocuparnos por ti. ¿Estás seguro de que esta es la mejor manera de manejar todo esto?

—Sí, estoy seguro —dije, sintiendo mi frustración aumentar—. Estoy cansado de que me vigilen constantemente y me traten como si no supiera lo que hago. Necesito probarme a mí mismo que puedo manejar esto.

Mi madre se detuvo frente a mí, su preocupación evidente.

—Entendemos que quieres independencia, pero mudarte de esta forma es arriesgado. No queremos que te pongas en peligro. ¿No podríamos encontrar una solución intermedia?

—No quiero soluciones intermedias —respondí, mi voz elevándose—. Necesito este cambio para seguir adelante. Esta es mi decisión, y necesito que la respeten.

Mis padres intercambiaron miradas de preocupación, y mi madre finalmente asintió con resignación.

—Está bien, Jasper. Si eso es lo que realmente quieres, te apoyaremos. Pero por favor, mantente en contacto y cuídate.

—Lo haré —dije, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza—. Gracias por entender.

Después de la conversación con mis padres, me encerré en mi habitación con un objetivo claro en mente. Me senté frente a mi computadora portátil, encendí la pantalla y comencé a buscar posibles departamentos. Mi principal preocupación era encontrar un lugar donde pudiera mudarme para alejar a mis padres del peligro que enfrentaba, no para protegerme a mí mismo.

Abrí mi navegador y empecé a explorar varios sitios web de bienes raíces. La búsqueda se centraba en encontrar un departamento que no solo cumpliera con mis necesidades básicas, sino que también me permitiera salir del entorno en el que mis padres podrían estar expuestos a riesgos. La idea era hacer que estuvieran a salvo y evitar que se viesen involucrados en mi situación complicada.

Navegué por los listados de departamentos, filtrando según el presupuesto y la ubicación. No me preocupaba tanto por el costo, sino por encontrar un lugar que me permitiera distanciarme de mis padres y, al mismo tiempo, ofrecerles un entorno tranquilo.

Las primeras opciones que encontré eran demasiado caras o estaban en áreas con comentarios preocupantes sobre el ruido o el tráfico. Algunas propiedades parecían adecuadas en otros aspectos, pero la ubicación no era ideal para mi objetivo de mantener a mis padres alejados del riesgo. Cada vez que encontraba una opción interesante, la revisaba detenidamente para asegurarme de que cumpliera con mis expectativas.

Después de varias horas de búsqueda, encontré un par de departamentos que parecían prometedores. Uno estaba en un vecindario tranquilo y tenía un buen precio. Aunque estaba un poco lejos de mi universidad, parecía una opción viable para mudarme. Otro departamento estaba en una ubicación más alejada, pero ofrecía un ambiente más apartado y alejado de la situación en la que estaba involucrado.

Decidí hacer una lista de las propiedades que me parecían adecuadas y empecé a redactar correos electrónicos a los agentes de bienes raíces para obtener más información y coordinar visitas. Mi enfoque estaba en asegurarme de encontrar un lugar donde pudiera mudarme lo antes posible para que mis padres no estuvieran en el centro de los problemas que estaba enfrentando.

Mientras redactaba los correos, pensaba en lo importante que era para mí encontrar una solución rápida. No quería que mis padres se vieran más afectados por mi situación de lo que ya estaban. La mudanza no solo significaba un cambio para mí, sino una manera de garantizar que estuvieran alejados del peligro.

Envié los correos y me recosté en mi silla, sintiendo una mezcla de alivio y determinación. La búsqueda había sido exhaustiva, pero sentía que estaba tomando medidas importantes para alejar a mis padres de cualquier riesgo potencial. Miré el reloj y vi que era tarde; necesitaba descansar para enfrentar el día siguiente con renovada energía y seguir con el proceso de mudanza.

Apagué la computadora, con la esperanza de que las visitas a los departamentos que había seleccionado fueran exitosas y de que pronto encontraría el lugar adecuado. La mudanza era solo el primer paso hacia una vida en la que mis padres estuvieran a salvo, lejos de cualquier complicación relacionada con mi situación.

Al día siguiente me senté frente a la computadora, revisando los correos que había enviado sobre posibles departamentos. Decidí que era el momento de ponerme en contacto con Nyx. Marqué su número, y después de unos tonos, respondió.

—¿Hola? —dijo Nyx con su tono habitual.

—Hola, Nyx. Solo quería informarte que ya he enviado correos sobre algunos departamentos. Estoy buscando algo que pueda alquilar pronto, como sugeriste.

—Bien —dijo Nyx con frialdad—. ¿Y cómo fue con tus padres?

—No muy bien. No se enojaron, pero estaban muy preocupados por lo que pudiera estar sucediendo conmigo. Les expliqué que necesitaba mudarme para tener más espacio y privacidad, pero no estaban muy tranquilos con la idea.

—Ya veo —dijo Nyx, sin mostrar mucho interés—. Ellos no necesitan entender tus decisiones. Lo importante es que tomes medidas rápidas y eficaces.

—Sí, eso estoy intentando —dije—. Estoy buscando algo que sea tranquilo y asequible. La idea es alejarme de ellos para que estén a salvo y también para tener algo de espacio.

—Hazlo rápidamente, Marcus no se detendrá, y es crucial que mantengas tu enfoque en lo que realmente importa. No hay tiempo para demoras.

—Entendido. Te mantendré al tanto de cualquier novedad —respondí, sintiendo que la conversación había sido más fría de lo que esperaba.

—Perfecto —dijo Nyx—. Asegúrate de seguir adelante con esto sin distracciones. Hablaremos pronto.

—Gracias, Nyx —dije antes de colgar.

Colgué el teléfono, sintiendo el peso de la conversación. La búsqueda de un nuevo lugar y la organización de la mudanza serían complicadas, pero tenía que hacerlo. Lo importante ahora era avanzar, asegurándome de que mis padres estuvieran protegidos y que pudiera continuar con el plan que Nyx había trazado. Mañana sería un día lleno de tareas y decisiones, pero estaba listo para enfrentarlas.

Mientras revisaba mi bandeja de entrada, noté un nuevo correo que acababa de llegar. Era de una agencia de bienes raíces. Abrí el mensaje con rapidez y me puse a leer.

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Asunto:Re: Solicitud de Información sobre Departamentos

Estimado Jasper Brooks,

Gracias por su interés en nuestros departamentos. Hemos revisado su solicitud y tenemos varias opciones que podrían ajustarse a lo que está buscando. A continuación, encontrará información sobre algunos departamentos disponibles.

Atentamente, 

Laura Martínez

Agente de Bienes Raíces 

[Agencia XYZ]

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Deslicé el dedo por la pantalla, leyendo las opciones disponibles. La descripción de los departamentos era bastante completa. Pensé que el del centro de la ciudad podría ser el más adecuado para mis necesidades actuales, pero el del barrio residencial también parecía una buena opción.

Rápidamente, redacté una respuesta.

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Asunto:Re: Solicitud de Información sobre Departamentos

Estimada Laura Martínez

Gracias por la información. Estoy interesado en coordinar visitas para los departamentos en el centro de la ciudad y en el barrio residencial. Por favor, infórmeme sobre la disponibilidad para programarlas.

Atentamente, 

Jasper Brooks

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Llegó el día de la visita al departamento que había encontrado en el barrio residencial. Decidí ir a verlo personalmente para tener una mejor idea de cómo sería vivir allí. El lugar estaba en un edificio antiguo, con una entrada que crepitaba bajo mis pies y unas escaleras angostas que parecían sacadas de una película de terror.

Cuando abrí la puerta del departamento, una corriente de aire frío me recibió. La iluminación era mínima; una única bombilla colgaba del techo, proyectando sombras largas y tenebrosas en las paredes. El lugar tenía un aspecto tenue y desolado, con las paredes deslucidas y el suelo cubierto por un tapete descolorido. No había muebles, solo unos pocos electrodomésticos viejos que apenas funcionaban.

Me adentré en el departamento, notando cómo el silencio era casi palpable. El único sonido era el eco de mis pasos, que parecían resonar en la desolada habitación. Las ventanas, pequeñas y polvorientas, dejaban entrar solo una débil luz que apenas iluminaba el espacio.

Las habitaciones eran pequeñas y oscuras, con cortinas gruesas que bloqueaban la luz natural. La cocina era un rincón triste con armarios que crujían y un fregadero oxidado. En el baño, las baldosas estaban agrietadas, y el espejo tenía manchas que no se podían limpiar.

A pesar del ambiente escalofriante y la falta de confort, me di cuenta de que el lugar ofrecía la privacidad que necesitaba. No había vecinos cercanos, y la sensación de aislamiento era justo lo que buscaba para mantener a mis padres a salvo.

Decidí quedarme allí. Aunque el lugar no era acogedor ni agradable, era lo suficientemente apartado para mis propósitos. La mudanza a este departamento representaba un nuevo comienzo y una manera de poner distancia entre mis padres y los peligros que me rodeaban.

Con una sensación de determinación, tomé la decisión final. Llamé al agente de bienes raíces para confirmar mi interés en el departamento. Aunque el lugar estaba lejos de ser perfecto, sabía que tenía que priorizar la seguridad y la protección de mis seres queridos, incluso si eso significaba adaptarme a un entorno incómodo y sombrío.

Mientras salía del edificio, la sensación de desolación del lugar seguía presente en mi mente. El departamento no era un hogar acogedor, pero en este momento, era la mejor opción para lograr la distancia que necesitaba. Con el siguiente paso en marcha, me preparé para el cambio que se avecinaba, esperando que este nuevo capítulo trajera la tranquilidad que tanto deseaba.