Amor Imposible

Marisa se despertó una hora después, se tenía que ir a su casa y Ricardo no despertó, la tenía abrazada y con mucho cuidado se liberó del abrazo, buscó toda su ropa, ya que estaba desnuda, se vistió y entró al baño, se aseó un poco y retocó su peinado y se marchó sin hacer ruido para no despertar a Ricardo.

Ya bajando a la calle llamó a un Uber, que no tardó mucho en llegar y se marchó. En el camino comenzó a recordar lo sucedido y se le salía alguna que otra sonrisa, pero sentía que algo no cuadraba, sentía que no era ella misma y sentía que no debió haber pasado. Sin embargo, la forma en que se entregó fue plena y total. Lo que quería era ya llegar a casa y dormir mucho. Descansar y de momento ya no pensar en lo que pasó. Ahora tenía que pasar tiempo con su familia y por la tarde regresar a la Mansión Andrew y comenzar a preparar el viaje.

Cuando llegó lo primero que hizo fue entrar en su habitación y darse un baño con agua caliente, terminó de bañarse y se acostó, casi inmediatamente se quedó dormida y comenzó a soñar, pero no con Ricardo, sino con Ian, soñó que iba con él, con su silla de ruedas y tomados de la mano paseando por Central Park.

Incluso que ella se agachaba a darle uno que otro beso en la frente y en la mejilla.

De repente comenzó a oír que tocaban la puerta de su habitación, era Alicia, no esperó a que le dijeran que pasara.

Detalles, cuéntamelo todo porque llegar a casa a las 3 de la mañana, quiere decir que algo grande pasó, así que comienza.

Buenos días tan siquiera hermanita y que formas son esas de despertar tan temprano a una desvelada.

Son las 12 queridas, tú nunca duermes hasta estas horas por muy intensa que haya sido la desvelada.

Las 12. No puede ser, Ya tengo que bajar a desayunar algo ligero y después irnos a Comer al Restaurante Italiano que le prometí una vez a Papá y tú vas a ir con nosotros Alicia.

Puedo invitar a Sergio?.

Por supuesto querida.

Entonces lo voy a llamar para que venga aquí a la casa.

Está bien. Marisa bajó a la cocina y ahí estaba su mamá, Buenos días, hija. Hola Mamá.

Se divirtieron anoche hija?, preguntó su Madre.

Si mamá, mucho.

¿Que bueno hija, quieres comer algo en especial, para prepararte?

No mamá, los invito a los tres, bueno cuatro, a comer al restaurante Italiano de la plaza comercial. Le prometí a Papá.

Bueno, pero si te voy a servir una tasa de Café y aquí hay unos bizcochos que acabo de hornear.

Gracias Mamá.

Mientras desayunas le voy a avisar a tu Papá.

Marisa se quedó sola en la cocina mientras tomaba el café y degustaba el biscocho y pensó primero en su sueño y luego a lo sucedido con Ricardo. Le pareció raro que aún no llamara para preguntar como había llegado a casa.

Ya llamará, se dijo, pero no se quitaba lo que había soñado con Ian.

Trató de no darle importancia y se fué a cambiarse y asearse a su habitación y al estar lista, esperó a que los demás estuvieran listos.