El Diario De Supervivencia

Ashleigh

No tuvimos la posibilidad de lamentarnos por aquella muerte por más tiempo. Brian dejo el cuerpo de Randy luego de una difícil charla para convencerlo de seguir adelante a pesar de todo, ya que ya tenemos la llave en nuestras manos, solo queda escapar. Nuestros amigos, desde un posible cielo, hubieran querido que salgamos de aquí con vida, o al menos, sé que Victoria y Randy hubieran querido eso para nosotros. Creo que Lisa y Dom eran más de pensar en la venganza, pero eso no sé nos era posible, lo único que era posible en este momento, es salir de aquí e ir rápido por la policía, da igual si tenemos que correr o cansarnos en el camino, lo más importante para mí, sería buscar ayuda, y para eso, debemos salir pronto de aquí.

—¿Qué tan segura están de que la llave sirve?—pregunto Brian, mientras pasaba su antebrazo por sus ojos para quitarse sus lágrimas, aunque se le era difícil por no usar sus manos, pero no las podía usar al haber tocado el cuerpo de Randy. El tenía unas claras dudas respecto a la llave que tenemos en nuestras manos gracias a una nota escrita por una persona misteriosa.

—No estamos muy seguras, pero tenemos las esperanzas de que si—contesto Charlott, mientras era ella la que se concentraba en intentar abrir aquellas persianas mediante una extraña cerradura improvisada que la misma tenía en su parte inferior. Por un momento, se escuchó un pequeño "click" y tan solo escuchar ese ruido hizo que mi corazón empiece un repiqueteo constante en mi pecho. Ese sonido, solo tenía un significado para mi.

Los tres nos miramos al mismo tiempo, como si nos confirmáramos mutuamente de que esto estaba pasando, que esto era real. No cabía duda de que lo era, pero estábamos tan felices por aquel sonido insignificante que parecía que esto no era real. Para confirmarlo verdaderamente, decidimos intentar abrir de una vez la persiana metálica, la misma, se abrió dejando ver la un paisaje real, un cielo celeste, un sol brillante que nos hacía dolor un poco los ojos por su gran resplandeciente luz natural. Cerré uno de mis ojos y fruncí mi ceño al no aguantar la luz. Me estaba emocionando bastante al sentir los molestos rayos, era una rara excitación, pero aún no se terminó todo esto, aún quedaba la puerta de vidrio por la cual se visualizaba el hermoso paisaje, debe de estar cerrada, no creo que se abra, quizás está igual de cerrada como lo estuvo la persiana. Tal parece que todos pensábamos lo mismo, ya que Brian tomo el arma que aun tenía con una sola mano, para con la otra tomar el picaporte en un agarre algo firme, bajo el picarte a pesar de sus dudas. Un empujón a la puerta le dio, parecía estar atorada, pero al segundo empujón, la puerta ya se abrió dejando nuestro camino hacia la libertad, ya se nos era posible salir, no cabía duda de que era verdad, que todo esto no es una simple ilusión realista que fue creada mediante nuestros recientes traumas. Esto era verdad, esto estaba sucediendo. Me dieron muchas ganas de llorar, pero no podía hacerlo, parecía perpleja aun, parecía aún no creer en todo esto.

Charlott y Brian me tomaron del brazo. Me los quede mirando por aquella acción repentina, pero ellos solo dieron pasos rápidos hacia el frente para que salgamos de aquí. Con los pies ya en el pavimento de la carretera, mire el hotel con aspecto abandonado, sobre todo, mis ojos se concentraron en la puerta, creí que Kefor saldría en cualquier momento por la cantidad de ruido que habíamos hecho, pero no fue así, nadie salió de allí, éramos solo nosotros los que estábamos afuera de aquel lugar.

—Todo termino Asheigh, tranquila—me dijo Charlott abrazándome. Pensé que quizás lo decía por mí mirar desconfiado hacia el hotel, hasta que me di cuenta de mi respirar agitado, no lo había notado, estaba sudando mucho y respirando de la peor manera, sentía mí corazón latiendo mucho, aunque creo que no soy la única que esta así. Notaba el corazón de charlott también bombeando mucha sangre al abrazarme, ella también estaba muy feliz de salir de allí, al igual que yo.

—Aún no termina, debemos ir rápido por ayuda—hablo esta vez Brian, y tenía razón, aún debíamos llamar a la policía para que atrapen a ese maldito asesino. ¿Pero si el escapa mientras nosotros nos tardamos en pedir ayuda?, dudo que él no se halla dado cuenta de que estamos aquí afuera. Para colmo, no tenemos las llaves de ninguno de los dos autos, es otro punto menos a nuestro favor.

Charlott se separó del abrazo para ejecutar la idea de Brian. Di dos pasos, pero me detuve al escuchar muchos susurros a los lados de mis oídos, eran tan molestos que tuve que cubrirlos con mis manos para no escucharlos. Brian y Charlott iban a ayudarme para saber que me pasaba, pero antes de que dieran tan solo un paso para acercarse a mi, los responsables de aquellos susurros latosos me tomaron bruscamente de los brazos, llevándomelos hacia atrás, esa acción me dolió un poco y lo exprese soltando un quejido, a pesar de mí queja, fui arrastrada a una velocidad sobrenatural hacia el hotel. Intente usar mis pies como freno para que se detengan y mis amigos corrieron hacia mi para ayudarme. Esto es realmente desesperante, sentía mí propia garganta desgarrarse por mis gritos histéricos que lanzaba sin parar, de mis ojos salían lágrimas. Tengo miedo, no se porque ellos están haciendo esto, sé supone que nos ayudaban, pero la nota tenía razón, "No confíes en los fantasmas, no quieren verme vivo", aún sigo sin entender a que se refiere con esto último, pero de que no debimos confiar en ellos, era cierto, pero ahora ya es tarde, estoy siendo llevada a la fuerza devuelta a aquel lugar de tortura, mientras escuchaba el llamado de mi nombre que eran gritados por Charlott y Brian, solo alcance a ver la cara de horror de mis amigos y el cómo golpeaban la puerta que fue cerrada en mi cara. Brian insistía con romper el vidrio templado, hasta uso el arma lanzando un disparo al mismo, pero nada, el vidrio solo quedo astillado.

—¡Ash!, ¡Ashleigh!— escuché a Charlott gritar con desespero y entre un llanto que se escapaba por su garganta, cuando dirigí mi vista hacia ella, Charlott estaba golpeando una y otra vez el vidrio sin parar, o se detenía para tomar el picaporte e intentar abrir la puerta.

Una escena muy dura de ver para mi, antes pensaba en lo egoísta que era, pensaba en querer salir con vida de aquí, pero ahora que eso está en duda, solo le deseo suerte a ellos en su vida nueva. Los miraba mientras reflexionaba eso, como mi último recuerdo antes de que otra puerta me interrumpa la vista para verlos. La puerta era de material metálico por completo. Los espectros me dejaron, permitiéndome mover mis brazos con dolor por la flexión obligada que presente en mis extremidades.

—¡¿Qué mierdas les pasa?!—les grite molesta, quisiera decir con determinación en mi voz, pero la realidad, es que no, lo dije entre llantos por causa de la desilusión que sentía—¡Se supone que nos estaban ayudando!.

"Libéranos", esa era la única maldita palabra que decían en susurros que se repetían a mi alrededor como zumbidos molestos, y debes en cuando me daban empujones como para obligarme a ir hacia una cierta parte. Esto hacía que mi cordura cada vez se vaya más al carajo.

—¡¿Cómo mierda hago eso?!—seguí insistiendo una explicación, mientras observaba a mi alrededor.

Solo seguía recibiendo empujones bruscos que me hacían caer al suelo como respuesta. Creo que ya quedo en claro que no me lo explicarían detalladamente, tendré que adivinarlo por mi misma, ¿Qué otra opción tengo?, además, quizás alguno de esos espectros sean mis amigos ya muertos. No sé si estoy haciendo bien en levantarme y empezar a caminar por el largo pasillo del lugar desconocido, era todo oscuro, no estoy segura si es por la falta de iluminación, o es por la culpa de mi cabeza que volvía a dibujar espirales con aquella oscuridad, da igual eso por ahora, ya que no era de algo que me concentrara, mi concentración estaba al frente, solo de lo que me fuera a cruzar una vez que llegara al final del pasillo, sin embargo, por culpa de ese mismo camino que no visualizaba del todo bien, termine cayendo por unas pequeñas escaleras. Solté un quejido por la caída, en serio me dolió mucho, creo que hasta me di un fuerte golpe en la cabeza por culpa de eso, pero tal parece que a los espíritus vengativos les importa una mierda si me hice daño o no, porque siguieron hablando todos juntos repitiendo de nuevo aquella palabra que me tiene harta.

—Si, si, ya lo sé, cállense de una puta vez—les pedí con algunos quejidos que se me salían al levantarme. 

Seguí avanzando y no tarde en encontrarme con varios tanques de metal que parecían abandonados por tener algunas enredaderas en ellos, de hecho, no lo había notado, pero las paredes de aquí estaban tan descuidadas que sobresalía pasto en las grietas que tenían las mismas. Negué con la cabeza y me acerqué a los tanques para saber de que eran, tuve que rodear uno de ellos para toparme con una etiqueta de advertencia bastante sucia. Intente leerlo a pesar de las dificultades que estaba teniendo por estar las letras borrosas.

—Gas...— murmuré con mis ojos bien abiertos. Estos tanques, contenían gas. Ni siquiera les pregunte a los fantasmas que quería decir eso, porque lo entendía a la perfección, solo que no quería creerlos.

Quieren que todo esto explote.

Solté una risa amarga al pensar en eso, para luego empezar a reír sin parar. Me sentía una loca, como siempre, mis pensamientos eran ignorados por mi cuerpo que actuaba por si solo. Su forma de hacerme actuar para desahogarme era esa, haciéndome reír sin parar hasta que me duela estómago, haciendo que las lágrimas se me escapen de los ojos hasta que me ardan los mismos y haciendo que mis risas sean tan fuertes que haga lastimarme mucho la garganta que ya estaba algo lastimada por los llantos y gritos que di en todo este día loco.

—¡Ashleigh!— escuché el grito desde el fondo de aquel largo pasillo acompañado por unos golpes bruscos en la puerta. Quisiera decir que era algunos de mis amigos, pero no, era él el que golpeaba bruscamente la puerta—¡Ashleigh querida!, ¡Abre la puerta Ashleigh!—lo escuchaba decir con desespero.

No me daba tiempo a pensar. Lo primero que hice, fue buscar alguna manera de que el gas salga. Qué suerte la mía fue de encontrar unas manivelas, bueno, no sé si es una suerte, aunque igualmente las use para intentar hacer que el gas salga. Fue muy difícil al principio, puesto que ese estúpido tanque estaba oxidado, pero lo logré, logré mover esa estúpida manivela, solo quedaba intentar quitar ese tubo que lo conecta a algunas otras instalaciones que yo no entiendo. Me acerqué al tubo aquel y le di unas cuantas patadas para romperlo, antes mis quejas eran por la oxidación, ahora mis buenas palabras eran hacia aquel mismo defecto, porque pude romper aquel tubo lo suficiente para que salga el gas gracias a eso.

—Bien, ¿Ahora que?, ¿Seguiré aquí?—pregunte, mientras miraba mi alrededor y levantaba levemente mis brazos. Ignore completamente los gritos de Kefor gritándome cada vez más constantes del otro lado de la puerta, mi concentración iba dirigida a las sombras negras que ahora estaban uno del lado de la otra mirándome. A pesar de estar frente mío, escuchaba sus susurros pegados a mis oídos, como si en realidad estuvieran a mis lados—¿Eso eran lo que querían?, ¿Por eso nos ayudaron solamente?, está bien, lo entiendo, gracias por nada—seguía hablando, mientras mis lágrimas caían, estaba tan cansada.

Me senté y reposé mi espalda contra una pared, solo me quedaba eso, esperar mi muerte y la de Kefor. Cerré mis ojos un momento, creo que es mejor dormir en estos casos, una muerte tranquila y despreocúpate, por lo menos sería eso, o más bien prefiero eso antes de morir siendo estrangulada por un asesino, era linda esta imagen en mi cabeza, verme a mi misma, recostada contra una pared, con los ojos cerrados, respirando tranquila a pesar de sentir pequeños dolores desde mi corazón y ojos, como de pinchazon, ¿Realmente estoy viva?, estoy perdiendo la cabeza, mientras más los veo a mi lado, más empiezo a poner en duda eso. Randy me mira con una sonrisa, al igual que Victoria y Lisa, yo le devolví el gesto a pesar de mi crisis, estaba tranquila a pesar de todo, sensación extraña que no entiendo. Mire de reojo el lugar, era todo oscuro, me veía a mi misma recostada en una camilla gritando una y otra vez, mientras también escuchaba los gritos que Dom producía desde donde estaba colgado.

—Mira que linda estás quedando Ashleigh, así vas a aprender a no meterte en las cosas de los demás maldita perra—escucha que decía Kefor. Me acerque para ver mejor como estaba clavándome una aguja con hilo en el ojo, el otro extremo del hilo tenía un brazo que me quede mirando un rato, hasta que dirigí mi vista a Dom dándome cuenta de que el mismo le falta justamente esa parte del cuerpo.

Sentía ese dolor, la desesperación y el terror a pesar de no estar presente y verme a mi misma moviéndome sin parar, gritando de dolor y llorando, podía sentir todo, pero no podía hacer nada, solo estar al lado de mis amigos viendo toda la escena con la cabeza ladeada, como si quisiéramos saber que pasará al final.