En el lujoso mundo de los negocios, donde el poder y la codicia son la regla, surge una historia de amor llena de traiciones, celos y secretos ocultos. "Sombras de Pasión" narra la vida de Sofía Valente, una joven mujer independiente y decidida, que lucha por cumplir sus sueños en un mundo controlado por hombres de hierro. A lo largo de la novela, su vida se entrelazará con la de Gabriel Ríos, un empresario frío, calculador y exitoso, cuya única pasión parece ser el dinero y el control.
NovelToon tiene autorización de Artemys para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 20 - La Fragilidad del Poder
El cielo se teñía de gris cuando la primera luz del amanecer comenzó a asomarse por el horizonte. Sofía permanecía despierta, observando el brillo tenue de las estrellas desaparecer lentamente mientras el peso de la conversación con Gabriel aún flotaba en su mente. La noche anterior había sido intensa, no solo por las palabras que habían compartido, sino por las emociones que aún luchaban por encontrar su equilibrio.
De pie frente a la ventana, envuelta en una bata de seda, Sofía intentaba asimilar lo que había sucedido. Gabriel le había prometido luchar a su lado, enfrentar las sombras que los acechaban, pero la sensación de vulnerabilidad seguía latente en su pecho. Sabía que confiar en él no sería fácil. No después de todo lo que había vivido. Pero también había sentido algo más: la certeza de que Gabriel no era como Lucas. Él no la abandonaría a la primera señal de peligro.
Los pensamientos de Sofía fueron interrumpidos por el suave sonido de su teléfono vibrando sobre la mesa. Al mirar la pantalla, su estómago se contrajo al ver el nombre de Victoria en la notificación de un correo electrónico.
**"Asunto: Sabemos la verdad"**
El corazón de Sofía comenzó a latir con fuerza. Victoria era meticulosa y despiadada, y cualquier comunicación de ella era peligrosa. Sabía que no podía ignorarlo, así que con manos temblorosas abrió el mensaje.
El contenido del correo era conciso, pero devastador:
*"Sofía, creías que podías superarme, pero siempre he sabido más de lo que dejas ver. Lucas fue solo el principio. Si no quieres que la verdad salga a la luz, te sugiero que pienses en tu próximo movimiento muy cuidadosamente. Nos vemos pronto."*
Cada palabra estaba impregnada de amenaza y arrogancia. Sofía sintió cómo la furia y el miedo se entrelazaban dentro de ella. Sabía que Victoria estaba jugando sucio, pero la mención de "la verdad" la inquietaba. ¿Qué sabía exactamente? Y lo más importante, ¿qué estaba dispuesta a hacer para usarlo en su contra?
Decidió no perder tiempo. Necesitaba actuar rápido. Descartar el correo y no mencionarlo a Gabriel no era una opción; era momento de demostrarle que estaban en esto juntos. Recogió su móvil y envió un mensaje:
**"Necesitamos hablar. Ahora."**
---
Menos de una hora después, Gabriel llegó al apartamento de Sofía. Se veía fresco y sereno, como si la intensidad de la noche anterior no hubiera dejado huella en él. Pero al ver la expresión en el rostro de Sofía, su semblante cambió.
—¿Qué ha pasado? —preguntó, cerrando la puerta detrás de él. Sus ojos, siempre alertas, estudiaban cada detalle.
Sofía le entregó su teléfono, mostrando el correo de Victoria. Gabriel lo leyó en silencio, pero la tensión en su mandíbula revelaba su molestia. Tras unos segundos, levantó la mirada y la enfrentó.
—Sabía que Victoria no iba a rendirse fácilmente, pero esto… —murmuró, más para sí mismo que para ella.
—Gabriel, no sé qué está insinuando con "la verdad". Lo de Lucas ya está fuera, así que no entiendo qué más puede querer. —Sofía estaba inquieta. La incertidumbre la devoraba.
—Victoria es astuta. Puede estar jugando con nosotros, buscando debilitar nuestra relación —respondió Gabriel, su tono firme pero protector—. No confíes en nada de lo que dice.
—Lo sé, pero no podemos subestimarla. Si tiene algo más, necesito saberlo. —Sofía tomó una profunda respiración, tratando de mantener la calma—. No puedo permitir que esto afecte lo que estamos construyendo. Ni a mi empresa.
Gabriel se acercó, tomando las manos de Sofía entre las suyas. Sus ojos, intensos como siempre, reflejaban una mezcla de preocupación y resolución.
—Sofía, pase lo que pase, enfrentaremos esto juntos. Victoria está tratando de desestabilizarnos, pero no lo permitiré.
—¿Y si tiene algo más? Algo que yo no sé... —Su voz se quebró ligeramente, el miedo a lo desconocido era una sombra que no podía ignorar.
Gabriel la atrajo hacia sí, rodeándola con sus brazos en un abrazo protector.
—No importa lo que sea, encontraremos una forma de enfrentarlo. No estás sola en esto.
Sofía apoyó la cabeza en su pecho, escuchando los fuertes latidos de su corazón. Por primera vez en mucho tiempo, se permitió sentir que no tenía que cargar con todo el peso sola. Gabriel estaba allí, y a pesar de sus diferencias, estaban unidos en esta lucha.
—Hay algo que no me has dicho, ¿verdad? —preguntó Gabriel de repente, su tono suave pero directo.
Sofía se separó un poco, sintiendo su mirada penetrante sobre ella. Durante un breve instante, pensó en ocultar sus propios miedos, pero sabía que no podían permitirse secretos.
—Victoria... —Sofía tragó saliva antes de continuar—. Antes de ti, hubo una época en que trabajé con ella, antes de que estuviera con Lucas. Siempre he pensado que algo salió mal, pero nunca supe exactamente qué.
Gabriel frunció el ceño, procesando la información.
—¿Por qué no mencionaste esto antes? —preguntó, con una mezcla de preocupación y confusión.
—No pensé que fuera importante, pero ahora... no sé. Tal vez Victoria ha estado planeando esto desde hace tiempo. Ella siempre ha tenido una habilidad para manipular situaciones.
Gabriel se quedó en silencio, su mente claramente calculando los próximos pasos.
—Lo que sea que ella sepa o crea saber, no importa. Lo que importa es que tú y yo estamos de acuerdo en cómo vamos a enfrentarlo. —Su tono era firme, lleno de una determinación que Sofía admiraba.
Ella asintió, pero no podía evitar sentir el peso de la incertidumbre.
—¿Qué hacemos ahora?
—Primero, no caer en su juego. Victoria está esperando que nos derrumbemos, que mostremos debilidad. No le daremos ese gusto —respondió Gabriel, con una chispa de desafío en sus ojos—. Hablaremos con nuestro equipo legal, y mientras tanto, averiguaremos qué más puede tener bajo la manga. Si está jugando una carta, nosotros jugaremos una más fuerte.
Sofía lo miró, sintiendo cómo su propia fuerza comenzaba a resurgir. No iban a permitir que Victoria los destruyera. No después de todo lo que habían pasado.
—De acuerdo —dijo ella, con renovada resolución—. Lo enfrentaremos juntos.
La lucha apenas comenzaba, pero ambos sabían que las verdaderas sombras estaban aún por desvelarse.