Soy Azahara y os voy a contar mi historia, aunque no lo creáis, todo lo que os voy a decir es real.
Nunca imaginé que dejaría mi casa, mi ciudad, mi familia y amigos, en fin en dejar mi vida para empezar otra en un lugar diferente donde solo conozco a un par de amigas y lo que menos esperaba era todo lo que me deparaba el futuro con seres increíbles pero reales.
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Capítulo 15. Ni a sol ni sombra.
Azahara.
Después de separar la ropa y colocar la mía en el armario, me doy una ducha mientras regresan las chicas, bajamos a la cocina, ya que teníamos un poco de hambre, para mi disgusto ahí estaba Unai con dos amigos, y que amigos, no podía apartar la vista de ellos, Unai en ese momento pasó a ser un segundo plano.
Al darme los dos besos Xoán, pude oir un gruñido, todos miraron a Unai, así que por regla de tres el gruñido salió de él.
Al escuchar el comentario de Eneko no pude evitar reírme.
Tras los saludos me senté en la mesa que había en la cocina, no quería estar cerca de Unai.
- No hace falta que te alejes tanto, aún no nos comemos a nadie. - oí a Eneko entre risas.
- Habla por tí, porque aquí algunos comerían sin descanso. - al soltar ese comentario todos comenzaron a reír, se escuchó también como un golpe, al mirar vi a Xoán mirando a Unai riendo. - no te des por ofendido hombre, que no eres el único que tiene hambre. - no dejaban de reírse, a mí también se me escapó una sonrisa.
Se veía que se llevaban bien, el ambiente era agradable, por suerte Unai en ningún momento se acercó a mí, lo que no me quitaba era la vista de encima, había veces que me miraba como lobo que ve a su presa, no me daba miedo, pero si me incomodaba bastante, prefería que me mirara así alguno de sus amigos.
Los chicos se despidieron, decían que se iban al gimnasio para poder derretir a las chicas tras su paso, el día transcurrió tranquila.
Al llegar la tarde noche cada una subió a su habitación para prepararse, iríamos a comer y después al bar de un amigo de Helen a tomar algo.
En el salón estaban ellas ya preparadas, solo faltaba yo, de lo que me compraron no había mucho que elegir, dos vestidos, un pantalón corto, una falda, dos tops y un bikini, decidí ponerme uno de los vestidos, que más que un vestido parece otra cosa, no sé de dónde han sacado ellas que yo visto así.
#Vestido Azahara#
#Vestido Nataly#
#Vestido Helen#
#Vestido Ariadna#
- Guau chicas te ves espectacular, sabía que ese vestido te quedaría perfecto. - se acercó Helen.
Algo me decía a mí que la ropa no la habían elegido mis amigas, ellas saben mi estilo, seguro que ella había escogido cada prenda sin dejar que opinaran.
- Vosotras vais bellísima. -
Me veía bien, pero nunca hubiera pensado en ponerme algo parecido, solía vestir con ropa corta, pero no tan provocativo.
Helen nos llevó a comer a un bar normalito, por un momento pensé que nos llevaría a algo más lujoso, por suerte no fue así.
La cena la pasamos entre risas y charlas de mujeres, la comida estaba riquísima.
- Oye, ¿os puedo preguntar una cosa y contestáis con sinceridad?. -
- Aquí la más sincera es Azahara, no se corta por decir lo que piensa. - mire a Ariadna porque ese comentario sobraba.
- ¿Cuál es la pregunta?. -
- Si tuvierais que escoger entre Eneko, Unai y Xoán, ¿a quién escogeríais?. -
- Yo sin duda a Eneko, me gusta su forma de ser, se ve divertido, un tipo duro, atractivo y muy guapo. - las palabras salen de mi boca sin apenas pensarlo.
La mirada de Helen era de asombro, como si no esperara esa respuesta de mi parte.
- Pues creo que a Xoán, se le ve serio, pero no lo es, varonil, es el tipo de hombre que me gusta, además es muy guapo. - esa fue la contestación de Nataly.
Algo me decía que esa era la respuesta de ella, era su prototipo de hombre.
- Yo me quedo con Unai, es protector, duro, con una sonrisa que enamora, alto, fuerte, podría seguir diciendo cosas de él. -
Al oír a Ariadna algo en mí estalló, era como si sintiera celos.
- Ahora vuelvo, voy al baño. - me marché sin esperar que dijeran nada.
Llegué al aseo, me lavé las manos y eché un poco de agua en la nuca, no sabía por qué lo que dijo Ariadna me afectó tanto, a mí Unai no me gustaba, no sentía nada por él, todo lo contrario, lo quería bien lejos, era un hombre muy extraño para mi gusto.
No sé cuánto tiempo pasé en el baño cuando Ariadna vino a buscarme, se le veía preocupada.
- ¿Te has enfadado conmigo?. -
- No, ¿por qué lo preguntas?. -
- Por como te has ido. -
- No para nada, es que echo de menos a mis padres y me acordé de ellos, solo es eso. - en parte era verdad los echaba de menos y también a mi hermano, pero no podía decirle que no agradó lo que dijo.
No dijo nada, solo me abrazó y fuimos juntas donde se encontraban las chicas.
La cena continuo y seguimos pasándolo bien.
Una vez que habíamos acabado, nos dirigimos al bar, nada más entrar la música llega a nuestros oídos, el ambiente estaba cargado, el amigo de Helen nos invitó a la primera copa, con suerte encontramos una parte de la barra libre, he de decir que la música que sonaba me gustaba, por eso les digo a las chicas de bailar, todas salimos a la pista, bailamos canción tras canción, los chicos pasaban por nuestro lado y se volvían para mirarnos.
Fuimos a la barra a beber un par de chupitos y continuamos bailando.
Por un momento me pareció ver a Unai, me dije que era fruto de mi imaginación, que él no estaba allí, sería una casualidad muy grande que de todos los bares que había ellos hubieran venido aquí, pero para desgracia la mía, al mirar la barra donde habíamos estado allí estaba él, con Eneko y Xoán, no le quise dar más importancia, por lo que seguí bailando sin ni siquiera mirarlos.
Un grupo de chicos nos acorraló en medio de la pista, todas bailábamos con ellos, éramos libres y sin compromiso, no haríamos daño a nadie y la noche era joven.
No sé de dónde salió, pero cuando quise darme cuenta tenía a Unai dándome un beso en los labios, intenté separarme de él, con cada empujón que le daba él me apretaba más a su cuerpo, el beso pasó de ser suave a ser posesivo, sus manos estaban en mi culo, como queriendo dar a demostrar que era suya.
Me estaba quedando sin aire, pero no me podía separar, cuando él decidió que había marcado su territorio por fin me soltó.
- Que pasa contigo, no me dejas ni a sol ni sombra, siempre estás ahí, y ¿quién te crees que eres para besarme?. - le grité cuando volví a tener aire en mis pulmones.
- No es mi culpa que coincidamos, yo no te persigo, fue puta casualidad. -
- Ya claro, y yo me lo tengo que creer no, ¿también fue casualidad que me besarás?. - lo miraba con rabia.
- Eso fue adrede, teníamos que espantar a los moscones que teníais a vuestro alrededor, Eneko besó a Ariadna, Xoán a Nataly y yo a ti, mi hermana consiguió salir para ir al baño. -
- Azahara, tiene razón, sus miradas no eran muy limpias que digamos, no podíamos consentir que os trataran como ganado. - la voz de Eneko sonaba más grave de lo común, al igual que la de Unai.
Me separé de ellos, ya me podría haber besado a mí Eneko en vez de Unai, incluso Xoán, no lo quería cerca, pero él más se arrimaba y más me buscaba, estaba segura de que no era casualidad, Helen les tuvo que decir algo.
La noche puso su fin con todos juntos, desde que nos besaron no se volvieron a separar de nosotras, parecía que eran nuestros guardaespaldas, me sentí súper incómoda.
Al llegar a casa subí directa a mi habitación, estaba enfadada y quería que quedara claro.
Solo esperaba que al día siguiente no lo viera.