Una mujer sumisa, dedicada a su hogar, amando a su esposo incondicionalmente vive en el mundo perfecto... Hasta que su esposo la engaña y humilla, por lo que escapa y descubre que es mucho más fuerte de lo que creía, además de que tiene la oportunidad de volver a enamorarse y darse cuenta lo que verdaderamente es amar y ser amado.
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"19"
Fue muy difícil hacer como si no había pasado nada en ese lugar, había cientos de personas limpiando, renovando y acomodando toda la posada, las manchas del piso estaban siendo removidas sin dificultad y todos los muebles rotos embolsados para tirarse.
Al llegar a la cocina, Odissan va directamente a la alacena para sacar los ingredientes y ponerse a preparar el chocolate.
-¿Quiénes son todas esas personas?
Ni siquiera se molesta en mirarme por lo enfocado que está en la elaboración del chocolate.
-Empleados
-¿De quién?
-Los contrató mi papá -dice en un tono neutral -Quiere que dejen este lugar impecable y como nuevo para la mañana
-¿Por qué?
-Porque no quiere que mi abuela se preocupe por eso, no tiene el dinero suficiente para reparar los daños, sé que esos miserables le han robado todo lo que tenía en su cuenta bancaria -suspira con nostalgia -Y estoy seguro que todos sus inquilinos se irán en cuando salga el sol
-No puedes culparlos, estar aquí no se siente seguro
Odissan no dice nada más. Cuando por fin está el chocolate después de unos minutos, me sirve una taza de flores rosas con azul y me la entrega con delicadeza.
Tomo un sorbo y la calidez pronto recorre cada fibra de mi ser.
-No es igual de bueno que el de mi abuela, pero en algo podrá ayudarte
Comienza a caminar y el miedo comienza a abrumarme.
-¿A dónde vas?
-Solo iba a tomar una taza para servirme un poco
-Lo siento, que estúpida me estoy comportando
-No, lo que pasa es que tienes miedo de estar sola, no puedo culparte, después de todo lo que has vivido... -me mira a los ojos y siento una extraña conexión conectándonos lentamente -Pero tranquila, no voy a ir a ninguna parte hasta que te sientas segura
-No tienes que hacer eso, yo, puedo salir adelante sola
-No dudo de que así será, pero déjame quedarme a tu lado por lo menos esta noche, hasta que dejen de temblar tus manos
Miro mis manos y efectivamente están temblorosas, creo que ya me acostumbré a tenerlas en este estado porque ni siquiera me había percatado de ello.
-Gracias Odissan
-No tienes nada que agradecer Aysel
Ambos tomamos nuestro chocolate caliente lentamente, uno al lado del otro, en silencio. Y era la primera vez que no me molestaba o me inquietaba estar en silencio al lado de una persona, siempre me apresuraba por llenar ese silencio, pero por alguna extraña razón con Odissan es distinto.
Cuando terminé me ofrecí a lavar las tazas que habíamos utilizado, pero él se negó rotundamente, porque se arruinaría mi vendaje, así que lo hizo y cuando termino me dijo si quería salir a dar un paseo.
-Voy a cambiarme primero, sigo manchada de sangre
-Lo siento, pero no me atreví a cambiarte de ropa
-Hiciste bien, gracias por portarte como un caballero
Hace una reverencia exagerada que me hace reír y logro sacarle una sonrisa preciosa que se quedará guardada en mi memoria.
Me cambio con unos jeans negros, una playera blanca y una sudadera del mismo tono. Me pongo unos tenis y amarro mi cabello en una coleta sencilla.
Cuando abro la puerta veo a Odissan con el teléfono en sus manos, tecleando sin parar con su cara serena.
-¿Lista?
-Sí
Ambos bajamos y salimos de la pensión, caminando por las calles con tranquilidad.
-¿Ya conseguiste trabajo?
-Aún no
-Conozco...
-No, gracias, pero no voy a aceptarlo, quiero conseguirlo por mí misma
-Recibir ayuda no tiene nada de malo
-Aun así, no lo quiero
-De acuerdo, ya no insistiré -dice alzando sus manos en rendición
Luego de estar un rato en silencio, Odissan me miro por unos segundos sin dejar de caminar con el paso tranquilo y relajado.
-¿Qué?
-¿Qué disfrutas hacer? Algo que realmente te guste
-Eso no es de tu incumbencia
-Eres una chica muy mala Aysel, solo estoy tratando de conocerte
-No me interesa que lo hagas
-¿Cuál es el problema?
-Que tienes amnesia al parecer, claramente te dije la otra noche que no quería ningún tipo de relación contigo y que jamás la tendríamos
-Me pareces una chica interesante Aysel
-No lo soy
-El hecho de que lo digas, no significa que sea verdad, hay algo en ti que me atrae y no solo es tu belleza, es algo mucho más profundo
Me detengo en seco y Odissan me mira.
-Ya basta Odissan, no me interesa conocerte y ahora solo estoy siendo amable contigo porque no quiero estar sola y eres mi única opción, estoy sola en este mundo y así seguirá siendo, no te necesito, no quiero hablar contigo, no quiero conocerte ni relacionarme de ninguna manera, ni siquiera quiero ser tu amiga
-Okey, ya lo dejaste bastante claro -dice con la mirada triste -Regresemos ya, tengo que hablar con mi abuela
Regresamos en un silencio sepulcral, la tensión que había provocado entre nosotros me estaba resultando más asfixiante de lo que creí. Odissan tenía la mirada perdida, pero claramente mis palabras lo habían herido, quizá había sido más dura de lo que intentaba.
Pero no había marcha atrás.
Llegando a la residencia, todo estaba completamente impecable, todos los muebles habían sido reemplazados por nuevos, todo olía a limpio y el ambiente estaba fresco, como si no hubiera pasado una masacre apenas unas horas.
A lo lejos veo a un hombre de traje negro, con corbata roja y mirada severa, que estaba al teléfono.
-¿Quién... -ni siquiera termino la oración porque el aire se escapa de mis pulmones cuando hago contacto visual directo con ese hombre tan imponente
-Es mi padre, dame un momento -dice Odissan mientras camina hacia donde está él
Comienzo a caminar para alejarme de ese lugar, ese hombre tiene una vibra demasiado fuerte para mi pobre ser que esta tan débil estos últimos días.
No puedo creer como un hombre así puede tener a un hijo tan cálido, carismático y lindo como Odissan.
-Pequeña Aysel -dice la señora Tutu mientras sale de su recamara con una venda sobre su mano
-Señora Tutu -corro a su encuentro y la abrazo con fuerza mientras las lágrimas empiezan a correr por mis mejillas sin poder evitarlo
-¿Estás herida? ¿Te han hecho mucho daño?
-Solo un corte en la palma de mi mano, nada de qué preocuparse, ni siquiera es tan profunda y puedo moverla perfectamente
-Y esa mejilla, ay no, te la han vuelto a dejar horrible -dice con lágrimas contenidas en los ojos
-Estoy bien, ya sanará, ¿Qué le pasó a su mano? Cuando recuerdo lo que pasó, episodios fugaces me dicen que estaba perdiendo muchísima sangre
-No te preocupes por eso
-¿Qué fue lo que le hicieron esos animales salvajes?
-Le cortaron un dedo y medio del otro -dice una voz tan gruesa que me pone los pelos de punta y provocan que el corazón casi se me salga del pecho
El miedo y el horror de su voz se mezcla con el significado de sus palabras, la señora Tutu acaba de perder sus dedos.