Una joven cae bajo los encantos de un hombre misterioso que resulta ser un vampiro. Ana Fridman de 17 años, que ni en sus mas alocados sueños imagino enamorarse y menos de su profesor y sin olvidar que es un Vampiro, ahora sabra lo que se siente y debe aceptar luchar por ese amor al no ser aprobada por la familia de el apuesto, frio y arrogante Lord Kim Liam y por la sociedad de que una joven se enamore de su profesor.
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Capitulo 20
CONOCIENDO AL PROFESOR
(*ANA)
Llegué al salon junto a Anto que se sienta a mi lado al frente, sonriente.
-He escuchado que este profesor es todo un muñeco. Me susurra animada.
-Anto... No estás en esta clase. Le dice una al sentarse a lado.
-Y que... Quiero conocer al profesor. Le responde acomodándose en su lugar.
-Estas en mi silla. Chilla otra chica mirando a Anto molesta.
-BUENOS DIAS. Saluda el profesor al ingresar y todos se sientan apresurados, hasta la chica que reclamo por su lugar se va con fastidio hacia él fondo.
Suspiro y observo con atención la espalda ancha del profesor que escribe en la pizarra. Al girar aún mantiene la cabeza gacha mirando los apuntes que tiene, se gira prende el proyector y toma el micrófono. Al levantar la vista me encuentro con unos ojos claros que se me hace los he contemplado de muy cerca, más de lo que debería, son los de mis sueños candentes. Cómo podía ser que sueñe con alguien que se supone nunca vi, que me acuerde.
Anto no deja de enviarme mensajes por debajo del banco a mi celular que lo tengo en vibración y me baila en mi bolsillo como si tuviera vida propia, nerviosa lo apagó hechando una mirada a Anto que la termine, me dejara en evidencia ante de todos.
Al rato siento que se sienta a mi lado Luis, que llegó tarde, el profesor sigue su clase sin prestarle importancia.
Al terminar la clase apagó el grabador Luis que tenía sobre el banco y se gira a hablarme.
-Podemos cambiar apuntes... Me facilitas lo de la semana pasada y te facilito los audios, por lo que veo no tomaste notas. Me dice.
-Nos vemos... Debo ir a mi clase. Dice Anto indicándome que revise mi celular, suspiro asintiendo.
Al prenderlo veo más de diez mensajes de su parte incluído imágenes de fotos que le tomo al profesor.
Me dirijo a la biblioteca con Luis y nos encontramos con Mateo y sus amigos.
-Ustedes dos junto de nuevo... No me digan que salen. Bromea Mateo.
-No. Le respondo enseguida.
-Tranquila... No te pongas a la defensiva. Me dice al notar mi seriedad.
-Ana... Se que te dije que te enfocaras al estudio... Pero solo te relacionas con nosotros... Trabajas... Cumples con tus clases... Días de exámenes no se te ve... Deberías tener con quién compartir. Dice en un momento Mateo.
-A que viene que me aconsejes eso. Le preguntó sería.
-Bien... Solo decía. Responde encogiéndose de hombros.
Me siento y reviso mis apuntes, es como si los viera por primera vez, están bien marcados, con leyendas de referencias y un libro donde están marcados los capítulos.
"Se ve que soy muy aplicada", pienso suspirando.
"Cómo puede ser que paso tanto tiempo, fui una sonámbula o que". Pienso suspirando.
-La fiesta es este fin de semana... Se acuerdan como se emborracharon en la anterior. Comenta en un momento Javier.
-¿De que fiesta hablas?. Le consulto.
-Tengo fotos. Dice Ricardo sacando su celular y puedo verme en algunas posando, pero no me acuerdo haber asistido.
-Tú fuiste la única que permaneció sobria porque tenías un examen. Dice Mateo.
"Menos mal"
"Pero no me acuerdo"
"Es como si estuviera dormida y recién despierto".
Termino de completar mis notas y regreso al salón. Veo que el profesor está escribiendo en su escritorio como esperando que sea la hora de continuar con la clase.
-Profesor. Llamo su atención.
-Si... Señorita ...
-Fridman... Ana Fridman. Le digo.
-Si... ¿Qué se le ofrece?. Me pregunta.
-Tengo unas consultas sobre los temas a desarrollar en el examen. Le informó que era verdad, me sentía perdida al respecto.
-La espero en mi despacho al concluir la clase. Me dice señalando que me siente.
"Su despacho"
"¿Donde queda su despacho?"
"Habla como si le hubiera consultado antes", pienso resoplando.
Cuando siento que Luis se sienta a mi lado aprovecho a consultarle.
-¿Sabes dónde queda su despacho?. Le pregunto por lo bajo.
-Es el que está después de los de atención al estudiante. Me dice como restándole importancia y me hace señas que vuelve a aprender su grabadora.
Al concluir la clase y tomar notas suspiro hondo dirigiendome al despacho del profesor.
Al llegar golpeó y escucho.
"ADELANTE"
Suspiro antes de girar el picaporte e ingresar.
La luz es un tono azulado y él está sentado atrás de su escritorio.
-Profesor. Llamo su atención.
-Si... Señorita. Pregunta nuevamente.
"No soy la única mente de pollo", pienso.
-Ana... Ana Fridman. Le respondo.
-Si. Responde revisando una planilla y me marca en el número 21.
-Necesito que me explique los temas que entran en el examen. Le pido y me mira desconcertado.
- Se explico durante las clases. Me aclara serio.
"No me acuerdo nada", pienso nerviosa.
-Sufri un coma por sobreestudiar. Le digo a modo de escusa para ver si asi me dice. Golpetea con su lapicera el escritorio mirándome fijo.
-Aja... Por sobre estudiar ... ¿Por qué no me dice la verdad?. Me consulta.
-Je... La verdad... Es esa... No me acuerdo ... Estudie mucho... Se que lo hice según mis amigos... Vivo para ello... Pero mi cerebro parece que sufrió un reinicio. Le digo suspirando pesado.
-Ya... Bueno... Te facilitaré unas preguntas... Buscarás las respuestas... En ellos se resumen todos los temas... Son como cien ... Pero te ayudará a resumir... Y de esas elegire la mitad al azar... Para el examen. Me dice.
"¡Cien!"
"Carajo"
-Se lo agradezco. Le respondo no muy convencida, más bien es como si cavara mi propia tumba y solo me empujara para completar mi entierro.
-También tiene una guía de la bibliografía que necesitará. Me dice entregando las copias.
-Gracias. Le repito con la voz cortada.
-¿Qué sucede?. Me pregunta al ver mi cara.
-Siento que no es lo que quiero. Le digo pensativa, sin saber porque se lo dije.
-Asi que... Tiene dudas si lo que eligió... Es lo que realmente quiere. Me dice poniéndose serio y se endereza en su silla.
-Tengo la sensación que no vivo mi vida. Le trato de aclarar para ver si al menos de una persona como él que se lo ve resuelto me ilumina con una frase inspiradora.
Suspira entre cruzando los dedos sobre el escritorio mirándome fijo.
-Lamento quitarle su tiempo... Debería charlarlo con el consejero estudiantil... Pero la verdad considero que usted al ser un profesor... Se lo ve seguro de lo que hace... Puede darme su sincera opinión. Le digo al no obtener respuesta de él.
Carraspea.
-Claro... Es normal que pasen por un periodo de duda... Suele pasar cuando el camino hacia lo que anhelan le resulte costa arriba...Pero piense que al final... Está lo que tanto a querido... Y todo merece un pequeño esfuerzo para valorar lo alcanzado... Porque si le regalaran... No lo apreciaría... Se notaría en su labor ... Y en esta profesión... La rama que elija ... Merece la mejor predisposición. Me dice serio mirándome directo.
-¿Usted en qué es especialista?. Le consulto al tener curiosidad.
-Bueno... Además de ser profesor aquí... Mi lugar es en el laboratorio ... En la sección de análisis de sangre... Especialmente en el análisis de las enfermedades que afecten la sangre. Me aclara.
-A mi me gustaría cambiarme a la de forense... Creo que saber lo que lo causó... Ayudaría a prevenir que vuelva a ocurrir. Le digo mirándolo fijo.
-Lo lógico sería... Estando viva la persona mantenerla así... La muerte es el fin. Me dice.
-Diria que es el inicio... Cuantas veces paso que por más que se hiciera todo... Igual la muerte llega... Concidero que al entender el porque paso... Se podría mejorar los remedios para una salud estable. Le digo reflexionando.
-Sin la muerte estaríamos sobre habitando el planeta. Me asegura golpeando la lapicera en la mesa y ese tintineo me está molestando.
-La muerte es necesaria para que exista vida... Cómo sin mal, no existiría bien... Solo quiero decir ... Qué decir tal día es mi muerte... Dejo en orden mis cosas... Y ese día parto sin sufrir al ser mi fin... Pero no tendré esos feos padecimientos. Le digo.
-Mataria el negocios de salubridad... Los farmacéuticos le caerían encima. Me dice con una mueca en los labios por mi ocurrencia.
-No todo puede ser perfecto. Le respondo suspirando.
-¿Existe la perfección?. Me pregunta.
"Usted es un ejemplo de ella"
"Es demasiado perfecto"
"Muy atractivo"
"Tiene un aroma que altera mis hormonas"
"¿Qué me pasa?, ¿Se me alteraron las hormonas?"
-Señorita... Fridman. Llama mi atención cuando quede en las nubes embelesada por el aroma que invadió el ambiente.
-¿Qué tipo de perfume usa?... Se siente una combinación de flores silvestres y pinos, con un extracto amaderado de una construcción como un castillo. Comento pensativa
-Ha estado en un castillo. Me pregunta.
-Es lo que me parece. Le respondo.
-Solo es mi aroma natural... No acostumbro a usar nada de eso. Me responde.
-Es muy agradable. Le digo.
-Si es todo ... Nos veremos en clase. Me dice nervioso, se ve que mi comentario lo incómodo.
-Hasta luego. Me despido.
Al salir veo que Anto me está esperando impaciente.
-Me dijo Luis que viniste aquí... Tardaste mucho... Vamos a alistarnos para ir a una fiesta que organizan los del centro de estudiantes. Me dice animada.
-¿De qué trata?. Le pregunto.
-Eso que importa... Es una fiesta... Vamos. Me lleva a los jalones de ahí.
Llegamos al departamento y Anto extiende todas las ropas en la cama para elegir que atuendo será el indicado, quiere impresionar a un chico que le gusta.
-Te juro que al ingresar a la fotocopiadora lo veo atrás del mostrador al chico más guapo de todo el centro de estudiantes y dije... Debe ser mío. Me cuenta Anto eligiendo un vestido de tiras en rojo, escote en V y falda corta.
-Y piensas ganar su atención está noche. Le comento al señalar el vestido que eligió.
-Exacto... Elige tu. Me dice al ver que aún no me visto, miro suspirando los vestidos encimados y me atrae uno de tul doble color azul verdoso, es largo hasta la rodilla un poco acampanado y con escote redondeado ajustado arriba y tiras.
-Buena elección. Me dice Anto.
Me cambio terminando el conjunto con unas sandalias brillosas, con un poco de taco, mi cabello suelto, mis labios color melocotón y sombra dorado con algo de blanco cerca de la orilla del ojo, con un rimel negro.
Llegamos a la fiesta, la música es ensordecedoras, un mundo de chicos y chicas bailando. Anto me arrastra a la barra a pedir unos tragos y mientras juega con su sorbete mira hasta divisar al chico.
-Es ese. Me dice señalando a uno alto rubio, casi como ella de ojos marrones y sonrisa radiante.
-Ve por él. La incentivo tomando mi gaseosa de manera despreocupada.
-Siempre luces perfecta. Aparece Luis que le pide al barman una cerveza.
-Te arrastraron aquí. Le consulto y veo que sonríe mirando en dirección de donde está su grupo.
-No reveles que me viste. Le suplico.
-Tranquila... Si quieres cazar... No arruinare tus planes. Me dice divertido al saber que mi hermano no me dejaría arrimar ningún chico por más que diga que busque uno.
-Te lo agradezco. Le respondo.
-Pero a cambio... Baila un tema conmigo... Así diré que baile con una chica y podré irme. Me dice.
-De acuerdo. Le respondo, él toma su trago de una y me extiende su brazo para dirigirnos a la pista y rio divertida por su gesto.
-No estamos en el siglo pasado. Le comento y sonríe al respecto.
Bailamos los temas movidos sintiéndonos animados, después de dos de seguido regresamos a tomar algo para refrescarnos.
-Eso estuvo bien... Qué dices... Pase la prueba. Me consulta.
-Podria decirse... Ahora hazlo con alguien más... A mí me conoces de sobra. Le respondo divertida.
-Y si me quedo contigo ... Me siento más cómodo asi. Me dice.
-Conmigo no tendras s*xo... Solo una charla aburrida. Le digo y veo que le sorprende mi comentario y asiente carraspeando nervioso.