Amor A Conveniencia

Estaba metido leyendo las estadísticas de las ventas del nuevo lanzamiento; eran apenas significativas, aunque habíamos tenido unas excelentes ventas, no cubríamos la meta de los meses anteriores, como era posible que las ventas bajarán.

estaba molesto, está ineptitud la iban a pagar caro, llamo a Joshua que era quien se había encargo de esos lanzamientos.

-maximin, en que puedo ayudarte?

-por que las malditas ventas bajaron y tú no me dijiste nada Joshua.

-que? no he visto los balance aún, ya me pongo en ello.- dijo para tranquilizarme.

-mas te vale que consigas la razón, si no quieres que cuelgue tu cabeza en la entrada de la empresa - dije y colgué.

en eso la.puerta de mi oficina se abrió.

-que carajos!- nadie podia entrar sin anunciarse, pero así era amaia, la orden era que no la quería ver, pero ella jamás aceptaría un rechazo.

-que haces tú aquí?- le pregunte irritado por su presencia

-tenemos que hablar- me dijo un tanto nerviosa.

-porque entras así a mi oficina. tu y yo no tenemos nada de que hablar Amaia, ya supe de tu boda con Samuel.

-yo... yo... lo siento tanto Maxin

-mi nombre es Maximiliano, amaia, así que si eso era lo que querías decir ya puedes retirarte.- le dije mientras le indicaba la puerta por dónde había entrado

-maxin.... Maximiliano, yo.... yo me case porque. Samuel hizo un negocio con mi padre, dónde pedía que nos casaramos como clausula - me solto.

esta mujer sin duda que es bien descarada.

-no me mientas amaia- la amenace

-no te miento, yo te amo es ahí Maximiliano- dijo mientras se me acercaba.

-si te llegas a acercar medio centímetro más llamaré a seguridad para que te saque.

-no puedes hacer eso, se que tuvimos problemas en el pasado, que por eso terminamos, pero yo te amo maximiliano.

-me engañaste todo este tiempo con Samuel amaia, tengo pruebas y fotos tuyas con el- dije mientras apretaba mis puños.

-largate si no quieres que te saque yo mismo.

-como quieres que te demuestre que te amo es a ti?- decía llorando - pídeme lo que quieras y yo lo haré por ti.

-vete de mi oficina ya!- grite.

ella hizo caso omiso y comenzó a quitarse la blusa.

-que mierda crees que haces amaia, yo soy un hombre casado.

-entonces es verdad lo que dijo Samuel

así que fue el quien te fue con el cuento y por eso estás aquí.

-si es verdad ahora vete de aquí.

-sacame!- me dijo mientras terminaba de quitarse la blusa y me la lanzaba a la cara.

me levanté y le di la blusa para que se la colocará pero ella no hizo caso, trataba de agarrarme y besarme.

-BASTA!- grite.

-largate de mi vista antes de que pierda la paciencia, tu me.das asco amaia.- le dije con desprecio.

-te vas a arrepentir- me amenazó arrancando su blusa de mis manos y colocándosela como pudo.

-he escuchado eso muchas veces así que, por favor retirate y no hagas perder más mi tiempo.

Vi como esa mujer salía enojada de mi oficina, pero había dos pares de ojos que pude ver apenas la puerta se abrió, y uno de esos pares me escudriñaban hasta el alma.

-esto es lo que faltaba, que ahora victoria piense que me cogí a esa loca- dije a la nada.

no sé porque me importaba tanto lo que ella pensará, después de todo solo habíamos contraído matrimonio por un maldito contrato.

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Victoria.

no le di importancia a la.presencia de esa mujer en la empresa, seguí al taller con Adriana, ví el proceso y tuve muchas nuevas ideas para los diseños, cuando regresabamos a mi oficina, vimos salir a esa mujer a medio vestir de la oficina de Maximiliano.

mi mirada siguió a la oficina que seguía abierta y se cruzó con la mirada de maximiliano, antes de que la puerta se volviera a cerrar.

-creo que han discutido- dijo Adriana sacándome.de mis pensamientos

-o se han dado un buen revolcón- dije molesta.- no viste que esa mujer iba a medio vestir.

-pero también iba llorando- dijo Adriana- algo grave tuvo que haber pasado.

-la verdad no me interesa- le dije restandole importancia a la escena.

paso un poco más de media hora cuando Maximiliano, vino a buscarme a mi oficina.

-podemos hablar?- pregunto.

-estoy ocupada - dije sin levantar la mirada del computador.

-victoria por favor, necesito que hablemos- dijo suplicante.

-estoy ocupada en este momento Maximiliano, si quieres hablamos al terminar de trabajar- le dije más molesta de lo que quise sonar.

-te esperaré para llevarte a casa - se ofreció.

-si, como.quieras ahora sal.que estamos trabajando.

sentí una patada de bajo de la.mesa y voltee a mirar a Adriana,que era una más de las empleadas que babeaban por el sexy jefe que se gastaban.

-que?

ella espero hasta que Maximiliano se fuera para responderme.

-estas loca? cómo puedes decirle al jefe que se espere.

-no empieces Adriana, lo acabamos de ver con una mujer haciendo no sé que cochinadas como puedes babearte por el aún- le dije indignada y molesta.

-estas celosa!- me acuso

-que? no!!!- estaba celosa? era eso posible?

la presencia de esa mujer no me había molestado hasta que salió semidesnuda de la oficina del que ahora era mi esposo, cosa que nadie en esta empresa lo sabía.

-no lo ocultes, estás celosa!- chillo

-te dije que no!

-y porque cargas un humor de perros, desde que viste salir a esa mujer de la.oficina del jefe?

-pues porque... es que... odio a los hombres que se aprovechan de mujeres así

-no me.mientas, además se nota que el jefe gusta de ti.

no pude evitar sonrojarme por su comentario, lo cual me.llevo a recordar el beso.

-estas mal.de.la cabeza, y de paso ciega, no quieres que te acompañe a un especialista.?- le dije entre risas.

ambas reímos y seguimos.en los diseños

-eres sensacional victoria, debería ser diseñadora.

-mi madre me enseñó, siempre ha Sido mi sueño tener mi empresa de alta costura, y poder crear mis propios diseños.

-me parece genial... cuando la tengas te acuerdas de mí, me encantaría trabajar contigo.

-lo dices en serio?

-si pero que tu amado no se entere.

-oye basta ya!- le dije sería, el no es mi amado (mi esposo por contrato, que era diferente)

-creo que es suficiente por hoy- le dije cansada.

-si, ya veremos mañana!

ella tomó sus cosas y salió, no habían pasado 3 minutos cuando regreso.

-victoria, todo el mundo ya se ha ido

mire el reloj y ya eran las 9 de la noche.

-demonios! nos distrajimos tanto que se nos olvidó el tiempo.

-la luz de la.oficina del jefe aún está encendida. será que aún está ahí.

ella camino hacia la puerta y se detuvo justo frente a ella.

- no, Adriana regresa!- le pedí.

no hizo falta que tocara cuando la puerta se abrió, dejando ver a un Maximiliano agotado y frustrado.

detrás de él venía Joshua, con una cara que quería matar a alguien.

-mañana resolveremos esto, ve y descansa un poco- dijo Maximiliano

-maldicion- susurro para si, pero había tanto silencio que pude escucharlo.

-no podré llevarte, pero si quieres puedes decirle a Nicolás que te lleve, y a la señorita- dijo señalando a Adriana.

-tu que harás?- pregunté curiosa.

-hay un problema en las finanzas, me quedaré trabajando.

-si quieres puedo ayudarte!- me ofrecí sin pensarlo.

el me miró por un momento y luego suspiro

-es mejor que nos vayamos todo y ya mañana resolvemos el asunto.

-es muy grave?- pregunté.

-no tanto.como que tú mal intérpretes lo que viste hoy.