Jalil Hazbun fue el príncipe más codiciado del desierto: un heredero mujeriego, arrogante y acostumbrado a obtenerlo todo sin esfuerzo. Su vida transcurría entre lujos y modelos europeas… hasta que conoció a Zahra Hawthorne, una hermosa modelo británica marcada por un linaje. Hija de una ex–princesa de Marambit que renunció al trono por amor, Zahra creció lejos de palacios, observando cómo su tía Aziza e Isra, su prima, ocupaban el lugar que podría haber sido suyo. Entre cariño y celos silenciosos, ansió siempre recuperar ese poder perdido.
Cuando descubre que Jalil es heredero de Raleigh, decide seducirlo. Lo consigue… pero también termina enamorándose. Forzado por la situación en su país, la corona presiona y el príncipe se casa con ella contra su voluntad. Jalil la desprecia, la acusa de manipularlo y, tras la pérdida de su embarazo, la abandona.
Cinco años después, degradado y exiliado en Argentina, Jalil vuelve a encontrarla. Zahra...
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El heredero perdido.
Khalil levantó la vista y sonrió. Mariana regresaba de viaje.
— ¿Que haces levantado tan tarde?, pregunto Mariana besándolo en la mejilla.
— Te estaba esperando.— La empleada apareció con unas tazas y una tarta dulce.— Vienes muy sonriente, supongo que todo marcha bien.
Mariana le hizo señas a la empleada para que se marchara.— Yo sirvo.— Le gustaba mimar a su padre.—Estoy feliz. Si viera lo hermosa que quedó la escuela, y estaba llena de niñas.
— Era de esperarse, supongo que ninguno quiere llevarse los cincuenta latigazos qué decretaste para los que no envíen a sus hijas al colegio.
Mariana asintió mientras le entregaba la taza a su padre.— Debieron ser cien , lo que más me gusta es que los niños estudian junto a las niñas en el oasis, espero las próximas generaciones de Wadi Al-Rimal tengan la mente más abierta. Que comprendan que la mujer es su compañera y el hombre debe cuidar de ella ya que es el pilar de la casa y la guardiana de las generaciones.
— Cuando te escucho hablar es como escuchar a tu abuelo y a su esposa Zulema.
— Pues ella me enseñó mucho dijo Mariana con nostalgia.
— Lo sé y de eso quiero que hablemos exclamó Khalil.
— Supongo que mamá me acuso.
— No te acuso, después de ver el video de Jalil, tu madre y yo nos pusimos a conversar y sentimos que tal vez nuestra ausencia ha marcado en cierta forma tu niñez. No olvido que cuando tu abuela murió en el desierto, tu madre estaba en Londres con tus hermanos y yo en una reunión lejos de aquí y tú has pasado gran parte de tu adolescencia sola en el palacio, incluso hasta un cumpleaños.
—Solo cité un hecho, no quería hacerla sentir mal, fue mi decisión quedarme y estudiar aquí. Obviamente, mamá tenía cuatro hijos en Londres era de esperarse pasara más tiempo alli.
— Si es cierto, pero también es cierto que pasábamos más detras de tus hermanos porque eran más propensos a buscar problemas, Jalil vivía peleando y Constanza andaba de coqueta, y creo que Rosse se hubiera ido a desfilar en esos años si tu madre no estaba ahí.
Por otra tú y Malek han heredado la mesura de mi padre, y la educación hizo el resto. Uno ama a sus hijos con lo bueno y con lo malo. Debo confesar que aunque estaba muy enojado y dolido con Rosse, no podia dejar de quererla y hacia la vista a un lado cuando tu madre le enviaba esos miseros dolares al mes. Por eso comprendo lo que hizo.
Asi estemos molestos con Jalil nos preocupa su bienestar y sé que pese a lo enojada que estás con él a ti también.
— Obviamente es mi hermano y lo quiero, siempre ha sido mujeriego y no creo que ese sea su mayor pecado, pero los últimos años desde que dejó de ser el heredero ha perdido el rumbo por completo, haces unos meses cuando fue el escándalo en la fiesta aqui en el hotel, le pedí que se calmara. — Mariana fruncio el ceño.—En vez de hacerlo, se llevó sus fiestas y excesos a sus propiedades, él no trabaja vive del dinero de la familia, pero no le alcanzo con eso ahora también apuesta en lugares clandestinos y no puedo permitir que el pueblo vea eso.
— Lo se, me preocupa su seguridad. Aunque Argentina esta lejos, alguien podría reconocerlo. No solo es un riesgo para Jalil, también para la familia.
— Jalil tiene seguridad, si se lo digo es para que esté tranquilo, aunque él no lo sabe.
— Pero tu lo decidiste hace unos dias , pense que había sido algo espontáneo.
Mariana miro a Ibrahim qué no estaba muy lejos y le hizo seña.
— Explícale a mi padre.
— Alteza, contratamos una empresa argentina con nexos internacionales, tenemos dos hombres infiltrados como trabajadores temporales del campo.
— ¿ Te preocupaban las vacas?, pregunto Khalil.
Mariana miró a Ibrahim y él asintió abandonando la sala.
—Hace un año y medio fui a la cumbre en Marambit, fue meses antes de mi coronación. Resulta que vi a Zahra.
—¡Zahra!.
—Segun me comento su madre habia sido operada de urgencia, pero lo que me llamó la atención que no estaba sola. Con todo lo ocurrido los meses siguientes debo confesar que no le preste la debida atención.
Hace unos meses cuando paso lo del hotel, lo recordé y contratamos a esta empresa.
Ibrahim regreso y le entregó una carpeta a Mariana. Ella la tomó y le entregó una fotografía a su padre.
Khalil nego con la cabeza.— Se llama Andrew St Clar y tiene cinco años, nació en Argentina seis meses después de que Zahra se fuera de aqui.
— No puede ser exclamó Khalil.— Debiste decírselo a Jalil.
— No me corresponde y usted tampoco lo hará. ¿Se imagina lo que hará?.
— Tiene un aire a Jalil.
— Es su hijo, exclamó Mariana entregando un estudio de ADN.– Lo hicieron con cabello del niño que consiguieron estos guardias y una muestra de Jalil, no vaya a reñir con mi cuñado.
—Espero que Jalil sea prudente en cuanto lo sepa.
— Independientemente de los problemas que han tenido creo que Zahra será coherente y se lo dirá. Además, Jalil ya no es heredero al trono y ya se lo advierto yo no voy a meter las manos. Tendrán que ponerse de acuerdo.
— Eso espero, aunque se han lastimado mucho, no olvido que estaban separados cuando ella se enteró de que estaba embarazada, tampoco olvido que tu hermano creía que era hijo del guardia. Lo que pasó fue bochornoso, no debí obligarlo a casarse.
— A mí me obligó y seamos sinceros no tuve un buen comienzo con Asher.
— Pero tu esposo no te encontró con otro y con testigos. Khalil frunció el ceño recordando el impacto que generó eso, por ese entonces ya había demasiados rumores de un lado y del otro. Al descubrir a Zahra, Jalil había perdido por completo la cabeza y ordeno que el guardia pagara con su vida semejante ofensa...
Jalil iba serio en la camioneta, frunció el ceño cuando Don Ernesto detuvo su camioneta detrás de la carcacha.
— ¿Porque se detiene?, pregunto Jalil.
— Tengo una eslinga, yo lo acarreo supongo mañana querrá repararla con los muchachos podemos repararla.
¿Repararla?, pensó.— Más bien había pensado en tirarla por el barranco y comprar otra respondió.
Don Ernesto sonrió.—En ese caso podríamos dejarla en lo del mecánico, la dejaremos de pasada y él la reparará, no esta de mas tener otra camioneta para usar en el campo.
— Está bien.
— Muy bien don Jalil, engancharé la linga ( eslinga) y luego tiro y usted conduce.
Jalil lo miro ¿él debía conducir la carcacha tirada por otra carcacha?.
Era como estar sumergido en un mundo surrealista, como esa fábula del príncipe y el mendigo. Peor aún porque había descendido de príncipe a mendigo, aunque él había dejado de un príncipe al igual que Malek cuando renunció al trono de Raleigh, sus títulos eran más una forma meramente familiar, pero los únicos príncipes de Raleigh con peso real eran los hijos de Mariana, Constanza y sus hijos.
Zahra se giró una vez más en la cama, ¿cómo podía ser que siguieran casados?,¿Por qué no lo había hecho anular?.
Si él nunca la había querido y no se esforzaba en disimular, constantemente las empleadas se lo decían, así como decían que, ya que ella no quedaba embarazada qué Jalil buscaba una segunda esposa. Así como los guardias contaban las aventuras de su esposo y ellas lo repetían.