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Mi Cuñado Ahora Es Mi Esposo

Mi Cuñado Ahora Es Mi Esposo

Status: En proceso
Genre:Romance / Venganza / Amor tras matrimonio / Posesivo / Arrogante / Reencuentro
Popularitas:29.5k
Nilai: 5
nombre de autor: AMZ

Serena estaba temblando en el altar, avergonzada y agobiada por las miradas y los susurros ¿que era aquella situación en la que la novia llegaba antes que él novio? Acaso se había arrepentido, no lo más probable era que estuviera borracho encamado con alguna de sus amantes, pensó Serena, porque sabía bien sobre la vida que llevaba su prometido. Pero entonces las puertas de la iglesia se abrieron con gran alboroto, los ojos de Serena dorados como rayos de luz cálida, se abrieron y temblaron al ver aquella escena. Quién entraba, no era su promedio, era su cuñado, alguien que no veía hacía muchos años, pero con tan solo verlo, Serena sabía que algo no estaba bien. Él, con una presencia arrolladora y dominante se paro frente a ella, empapado en sangre, extendió su mano y sonrió de manera casi retorcida. Que inicie la ceremonia. Anuncio, dejando a todos los presentes perplejos especialmente a Serena.

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Capitulo 18

La noche había caído sobre el pueblo, y con ella, las sombras parecían cobrar vida en los rincones más oscuros. En un callejón olvidado, dos hombres eran arrastrados a la fuerza por guardias encapuchados. Las antorchas parpadeaban débilmente en aquel pasaje estrecho que conducía a un edificio abandonado, cuya fachada ruinosa apenas dejaba entrever que en su interior se ocultaba un lugar secreto, un santuario de poder conocido por algunos y desconocido por la mayoría.

Los hombres fueron llevados hasta una sala amplia, iluminada apenas por un par de lámparas de aceite. Allí, sentado en una silla de madera reforzada, con las piernas cruzadas en una calma inquietante, esperaba alguien. La penumbra cubría su rostro, resguardando su identidad. Solo sus ojos, se un verde fríos y calculadores, brillaban con un fulgor que helaba la sangre.

—Aquí están, mi señor. ¿Son a quienes buscaba? —preguntó uno de los captores, inclinando la cabeza en señal de respeto.

El hombre en la silla dejó escapar una leve sonrisa, apenas perceptible. Sus dedos tamborilearon sobre el brazo del asiento antes de responder con voz grave:

—Así es… lo son.

Se levantó con una calma casi ceremoniosa, y mientras se acercaba a los prisioneros, de entre las sombras extrajo un par de guantes de cuero negro, colocándolos lentamente en sus manos. El silencio en la sala era absoluto, roto únicamente por el sonido del cuero tensándose en sus dedos.

—Bien. Ahora, comencemos… —murmuró, con una serenidad que resultaba más aterradora que cualquier grito de furia.

Al día siguiente, el pueblo entero se agitaba con un único rumor. En un callejón lateral, cerca de la plaza, habían aparecido dos hombres casi al borde de la muerte. Estaban tan desfigurados que ni siquiera los familiares más cercanos podrían haberlos reconocido.

La multitud se arremolinaba, murmurando entre miedo y repulsión, mientras los guardias intentaban contener la curiosidad de los habitantes. Nadie sabía quiénes eran, ni quién había ordenado aquello. Solo se repetía una certeza en boca de todos, en el pueblo había alguien que controlaba las sombras… y nadie quería convertirse en el próximo en descubrirlo.

Esa tarde, cuando Serena regresó a la posada, la inquietud del pueblo ya se había extendido como un rumor imparable. Los clientes que llegaban no hablaban de otra cosa, los hombres hallados en el callejón, que evidentemente habían sido torturados. Serena, que servía las jarras de cerveza y los platos de guiso, no podía evitar escuchar cada palabra, aunque quisiera.

Algunos aseguraban que era obra de una mano cruel, otros murmuraban que era un ajuste de cuentas. Días después, tras que los hombres se recuperaran un poco, la investigación comenzó a dar frutos, aunque no lograron más que identificarlos ya que ellos por temor decían que no recordaban nada. Eran dos hombres conocidos por su afición a la bebida, endeudados más de lo que podían pagar.

Serena sintió un escalofrío recorrerle la espalda. El recuerdo la golpeó de inmediato, los dos hombres borrachos que la habían atacado días atrás. Desde aquella tarde no los había vuelto a ver. Su corazón latió con fuerza, y un pensamiento la asaltó con un miedo frío. — ¿No serán… ellos?.

No sería raro, ya que parecían ser ese tipo de persona.

Eso sumando a lo que le había ocurrido a Serena día atrás, hacia que se sintiera algo incómoda e insegura, el pueblo parecía estar cambiando.

El resto del día trabajó en silencio, distraída, como si caminara sobre una cuerda floja invisible. Aunque esa preocupación seguiría inquietandola por días.

Algunos días después, al terminar, Shakan fue a buscarla como siempre. Mientras la acompañaba, notó en ella un silencio diferente. Su rostro estaba tenso, y sus ojos parecían hundirse en pensamientos sombríos.

Shakan la observaba de reojo, en silencio al principio. Caminaban por el sendero de tierra iluminado por la luz anaranjada del atardecer. Finalmente, él se detuvo en seco, pero Serena, perdida en sus pensamientos, siguió avanzando sin darse cuenta.

—Tú… —dijo él.

Ella no respondió.

—Ey, tú —repitió con más fuerza.

Solo entonces Serena volteó, sobresaltada, y lo miró confundida.

—¿Qué ocurre?

Shakan frunció el ceño, sus brazos cruzados.

—Eso debería preguntártelo yo. Estás rara, Serena. Estos últimos días… pareciera que ni siquiera estás aquí.

Ella bajó la mirada, guardó silencio, atrapada entre esa sensación de que algo no estaba bien, pero no siquiera sabía como expresarlo. Shakan suspiró con frustración, luego pasó una mano por su propio rostro como si buscara calmarse.

Entonces, sin decir más, se acercó y le tomó la mano con decisión.

—Sígueme.

—¿A dónde? —preguntó Serena, sorprendida.

—Ya lo sabrás —replicó él, arrastrándola con firmeza.

Tras caminar unos minutos en dirección contraria a la calle principal, Serena se encontró en un lugar que jamás había visto, un pequeño oasis escondido a un lado del pueblo, donde el murmullo de una fuente natural llenaba el ambiente. Flores de vivos colores rodeaban la orilla, y en el agua nadaban peces que parecían brillar bajo la luz de la tarde.

Los ojos de Serena se iluminaron de inmediato, y una sonrisa se dibujó en su rostro casi sin que ella lo notara.

—No conocía este lugar… —susurró con asombro.

—Lo sé —respondió Shakan, satisfecho al verla sonreír.

Pasearon un rato entre las flores, hasta que encontraron un par de árboles corpulentos donde se sentaron a contemplar el paisaje. El semblante de Serena había cambiado; ya no estaba atrapada en la oscuridad de sus pensamientos, y Shakan, viéndola así, sintió que su esfuerzo había valido la pena.

Pero de pronto, mientras él descansaba, ella levantó la vista hacia las ramas altas del árbol, que se mecían suavemente con la brisa.

—La vista debe ser aún más hermosa desde arriba —dijo, con un brillo travieso en los ojos.

Antes de que Shakan pudiera detenerla, Serena ya estaba trepando al tronco.

—¿Qué intentas hacer? —preguntó alarmado, poniéndose de pie.

—Te he dicho que soy buena en esto —presumió ella, sonriendo mientras avanzaba entre las ramas.

—¡Baja, Serena, es peligroso!

—No te preocupes, he escalado árboles desde niña.

Shakan la miró incrédulo.

—Tú torpe... tropiezas hasta en tierra firme. No puedo creerte.

—¡Oye! ¡No me digas torpe! —protestó ella riendo—. Te demostraré mi habilidad.

Pero en ese instante, distraída por la conversación, pisó una rama podrida. El crujido fue seco, y antes de que pudiera reaccionar, la rama cedió bajo su peso. Serena gritó al sentir el vacío bajo sus pies.

Shakan reaccionó de inmediato, lanzándose hacia adelante. La atrapó entre sus brazos, pero la fuerza de la caída los arrastró a ambos al suelo cubierto de hierba.

Durante unos segundos, todo quedó en silencio.

Serena abrió los ojos lentamente y descubrió que estaba sobre Shakan y entonces su respiración se detuvo: su pañoleta había quedado enredada en una rama, y toda su cabellera plateada se derramaba ahora sobre sus hombros y el rostro de Shakan.

Él abrió los ojos y un mechón cayó sobre su mano. Lo sostuvo con cuidado, sorprendido, mientras lo observaba de cerca.

—Ay… —susurró Serena, aterrada al notar su error.

Con voz temblorosa, preguntó.

—¿Estás bien?

Shakan sonrió apenas, todavía atrapado bajo ella.

—Estoy bien… pero si sigues aplastándome, tal vez deje de estarlo.

Serena dio un brinco, se incorporó de golpe y lo ayudó a levantarse, nerviosa, evitando mirarlo a los ojos. Él, en cambio, no había mostrado ni un gesto extraño. Solo tomó la pañoleta que había quedado colgando de la rama. Shakan extendió la pañoleta hacia ella con una sonrisa ligera, pero antes de que Serena pudiera tomarla, el la observó fijamente y dijo en voz baja.

—Tu cabello es bonito… ¿por qué lo ocultas?

Serena se quedó inmóvil, sorprendida por la franqueza de la pregunta. Sus dedos rozaron la tela, pero no la tomó de inmediato. Bajó un poco la mirada, insegura, y respondió casi en un murmullo.

—Porque es… extraño. La gente me mira con obviedad cuando lo dejo a la vista, y eso me incomoda.

Shakan inclinó la cabeza como si meditara en sus palabras, luego asintió lentamente.

—Lo entiendo —dijo al fin, y sus ojos brillaron con sinceridad—. Pero… cuando estés conmigo, a solas, no necesitas ocultarlo. Puedes ser quien eres realmente.

Serena asintió aunque pensó que eso era difícil, realmente era difícil ser quién era, tenía mucho que ocultar y de algún modo sentía que eso la volvía falsa. No como cuando estaba con Rhaziel, con él sí había podido ser quien en verdad era, sin necesidad de ocultar nada.

El resto del trayecto de regreso fue silencioso, aunque no incómodo. Serena pensaba en lo mucho que apreciaba la amistad de Shakan, en cómo siempre estaba dispuesto a ofrecerle su amistad y comprensión sin esperar nada a cambio. Y sin embargo, ella seguía ocultándole demasiadas cosas. Ese pensamiento le dejó un nudo en el pecho, un remordimiento difícil de callar.

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Melisuga
Shakan es un verdadero amigo, aunque capaz que también tiene otros intereses en Serena. Y a la condesa le salió el tiro por la culata. No acaba de entender que nunca tendrá cabida en ese selecto grupo social. Dado el caso de que se logre la boda de Roger y Serena, será a esta última a quien incluirán en las reuniones, y la dejarán olímpicamente fuera de todo. (Aunque esperamos que la boda no llegue a término, en primera instancia.)
Melisuga
¿Será Shakan?
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Hay nooo que angustia, Selena vive con una bomba de tiempo en la espalda
RiYue87🇻🇪
maldita vieja tonta, esa gente de alcurnia jamás la va a aceptar y va a culpar a serena de eso x dios 😒
Mitsuki G
En verdad este Shakan es buen amigo por qué supo moverse algo me dice que hay algo detrás de el no es alguien simple pero supo dónde estuvo y le confirmo que la ayudara a escapar me preguntó si su plan sigue igual en la noche de bodas cuando ya no es vigilada lo hará aunque me muero de ganas ver a Razhiel regresando al saber que Serena está apunto de casarse y que deje a ese ambicioso solo sin conocer a su cadena por qué es eso la hermana del principe una cadena de perro pero Razhiel fiel a Serena espero que cuando lo vea no lo rechace su mejor primer amigo
Elizabeth Yepez
ojalá serena logre huir
RiYue87🇻🇪: no va a huir en la boda aparece su cuñado para convertirla en su esposa x eso el título y lo dice en el primer capítulo 🤔 o eso entendí 🤪
total 1 replies
Rosa Pandui
Santo Dios,,pobre niña
Rosa Pandui
Es el inicio de una historia muy interesante
Elizabeth Yepez
pobre serena tener que casarse con ese pervertido
Yoraima Jaimes
Ojalá que Shakan la encuentre
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Hay nooo que asco de tipo ese Roger
Mitsuki G
Por lo menos Serena logró evitar que ese desgraciado intentará abusar de ella en ese momento ya que al ver a todas esas usadas dónde ve le interesa a Serena al verla pura no como las otras más usadas que nada me alegro saber que ese tipo no la tocara hasta la boda por lo menos con lo que vimos al inicio ese tipo no pudo hacer nada por qué Razhiel llegó a tiempo quien sabe si matandolo quien bien lo merece es un parásito en la sociedad y me alegra más que esa princesa que es buena se lo quede que busque alguien más que le compre su familia este Razhiel no es para ella
Blanca Ramirez
excelente historia
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Si condesa en un par de semanas dejaras de respirar junto a tu engendro. Hay como los odio y pensar que en estos tiempos hay gente peor que esas dos escorias
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Esa dulzura y ternura de la princesa va a durar poco apenas la rechacen va a sacar su verdadero ser, bruja monte hagas ilusiones las cosas son como son
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Que Dios cuide a la pobre Selena y espero una muerte cruel para la.condesa y su engendro
Yoraima Jaimes
pobre serena
Fattim.AR.
lamento decirle esto princesa, pero Raziel ya está apartado para Serena, así que no se haga ilusiones. 😺
Mitsuki G
Hay no pobre Serena esa bruja supo hacerlo bien la tiene encarcelado en esa habitación para que no vaya a huir que mal por ella ya que terminó en una prisión donde tiene sus perros guardianes de la bruja cuidandola ya vimos como llegó a esa boda por que la bruja le impidió la oportunidad de huir y lo mejor aunque no para esa princesa mimada hueca que piensa que todo es color de rosa y creé que su hermano le busco marido por cariño es más que nada amarrar a Razhiel no por que piense en su felicidad pero me da gusto que si no se ve mala la princesa pero tendrá que esperar a otro que le compré sus padres ya que Razhiel tendrá que apurarse para salvar a Serena y ser el esposo nada más de ella si la princesa sigue necia sera la concubina despreciada
Leonor Galillejo
buen trabajo
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