Alessia Von Hasen fue exiliada por intentar asesinar a la actual prometida del príncipe, la protagonista de aquella historia de fantasía y amor. Todos la acusan de atentar contra la vida de la inocente joven debido a sus celos, ya que antes, el príncipe era su prometido, y este la abandonó tras conocer a aquella joven de noble corazón, pero, nada está cerca de la realidad.
Alessia en realidad es una reencarna y, a diferencia de la verdadera, que fue juzgada como una villana celosa de la mujer que se robó el amor de su prometido. Esta Alessia acepta el exilio con orgullo, para así poder vivir tranquilamente en las tierras del norte. Y así era hasta que el ex prometido de la protagonista, Ritter Escalante, se cruza en su camino y después de una apasionante noche juntos, ambos deben aliarse en una lucha contra el rey demonio, quien busca eliminar a ambos.
¿Por qué el rey demonio los quiere muertos?
¿Podrán estos antiguos rivales trabajar juntos para salvar sus vidas?
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capítulo 16- un buen negocio...
Tras tres cuatro días de viaje, finalmente llegaron al pequeño reino, donde fueron recibidos por aquel duque. Este se presenta como Leopold Cooper, era un hombre de no más de 30 años, quien al ver a Alesha, no dudo en saludarla de manera cortés, incluso le ofrece su brazo para guiarla a la mansión, pero ella solamente caminan a su lado, haciendo bastante evidente el rechazo. Aún así, el duque presume todo lo que tiene, intentando impresionarla, a su parecer, no hay mujer que no se resista a las riquezas de un noble. Ritter simplemente caminaba tras ellos, junto con los otros guardias.
— supe sobre la ruptura de su compromiso, si me lo permite, el príncipe heredero ha perdido a una mujer hermosa.— la halaga Leopold.
— lo sé, soy demasiado para él. Si no se iba con otra, yo planeaba romper mi compromiso, realmente no me gustaba y ser emperatriz no es de mi gusto, estoy bien siendo condesa.— responde.
Esto para que el duque sepa que a ella, no le impresiona un estatus alto. Ambos caminan hasta llegar a una sala, donde la invita a sentarse mientras sirven algo de té, Ritter se queda de pie en la puerta.
— su escolta, se me hace conocido.— menciona el duque.
— debe ser, es el joven marqués Ritter Escalante. Amablemente se ofreció a ser mi escolta.—
—¿marqués Escalante? ¡oh! Claro, me disculpo por mi falta de respeto. Adelante marqués, puede acompañarnos.—
El duque sabe que los Escalante, pese a solo tener un título de marqués, son gente importante e influyente en el imperio, incluso están a la par de los Von Hansen.
— no hace falta su disculpa, debí presentarme antes. Pero veo que quedo impresionado con la belleza de lady Von Hansen.— menciona Ritter.
El duque ríe ante las palabras de Ritter.
—¿y quien no? Es una dama encantadora. Pero bueno, normalmente no hago negocios con mujeres, pero su padre hablo maravillas de usted.—
— creo que mi padre tiende a exagerar. Pero aquí tiene mi propuesta.—
Alesha le entrega una carpeta donde viene la información detallada del negocio, los beneficios que pueden obtener y en que consiste todo. Para el duque, era impresionante que ella haya hecho todo a detalle, incluso venían algunas estadísticas del mercado que muestran la popularidad del producto, siendo estas, telas hechas de algodón, lo cual esta teniendo buena aceptación en el mercado, debido a lo frescas que son las ropas hechas con ellas. Esto se le ocurrió meses atrás y es su padre quien la ayudo a iniciar con ese negocio, lo cual les ha generado buenas ganancias hasta el momento. Aunque su padre le advirtió que el duque Cooper es algo especial y no cree que las mujeres sean adecuadas para llevar los negocios de su familia.
— siendo sincero lady Von Hansen, siempre he creído que las mujeres no están hechas para los negocios. Pero, creo que usted es la excepción, su padre tenía mucha razón al hablar de usted.— menciona el duque al terminar de leer la carpeta.
Alesha se sorprendió por la respuesta, creyó que sería mucho más difícil que aceptará y es que al llegar demostró su arrogancia.
— me alegra saber eso, como puede ver, las ganancias son muy buenas y al expandir más el negocio, se obtendrán muchas más.—
— de eso no lo dudo. Firmamos el contrato cuando llegue el representante del rey, mientras tanto la invito a descansar y más tarde la mandaré llamar para la cena.—
— se lo agradezco.—
Alesha es guiada por un par de doncellas al área de invitadas, al igual que Ritter y los guardias, para que todos puedan descansar.
Por otro lado, Leopold va entrando a su estudio y ahí había un hombre ya mayor, quien le saluda de manera animosa, esta era el abuelo del duque, quien se ha encargado de cuidarlo desde pequeño, pero el mayor rápidamente pone una expresión sería y se sienta.
—¿de verdad harás negocios con esa mujer? Las mujeres no son buenas para eso, es un insulto del duque Von Hansen el enviar a esa jovencita.— se queja el anciano.
Este hombre es quien se ha encargado de meterle ideas machistas a su nieto desde que era pequeño, pues considera que las mujeres solo están para servir como buenas esposas o en dado caso, como amantes.
— señor, todo los datos entregados por lady Von Hansen, son excelentes, es ella quien inició el negocio, su padre solo lo financió y gracias a sus ganancias, ella pudo incluso devolverle a su padre el dinero que se utilizó para ese negocio.— explica Leopold.
— tonterías, todo debió hacerlo su padre, las mujeres no saben nada, solo saben criar hijos y obedecer.— responde el anciano.
— bien, siga con ese pensamiento, yo seguiré con los negocios.— responde Leopold.
— no lo permito, que venga el duque Von Hansen o no hay trato.— exige el anciano.
— entonces vaya y dígale eso a lady Von Hansen.— dicho esto, Leopold se retira.
— ¡por supuesto que eso haré! — grita en anciano.
Por otro lado, en el palacio de la capital, Delia estaba en un estudio, con una pila de documentos en el escritorio y ella observa uno, todo lo escrito ahí le resulta difícil de entender, no comprende que es lo que debería hacer, simplemente le enviaron los documentos por la emperatriz con el aviso de que ahora eran sus deberes y que con las clases que ha tenido, ya debe de saber que se hace, pues son tareas simples.
— y-yo...¿el príncipe sigue en una reunión?— le pregunta a una de las doncellas que estaban paradas en la entrada.
— si alteza, él saldrá de la reunión hasta tarde.—
Delia agacha la mirada, no sabe que debería hacer ¿y si firma algo y resulta mal? Pronto tocan a la puerta y es la misma doncella que trajo los documentos.
— alteza, he venido por el trabajo de hoy, la emperatriz solicita sean entregados.—
—¿que? ¿Eran para hoy? Pero...—
Un sirviente varón entra y recoge la pila de documentos, aunque Delia se lo quiere impedir, no le dan tiempo para decir nada, pues se retiran. Mientras caminan, la doncellas mira uno de los documentos, pero no se había resuelto nada.
— bien lo dijo su majestad, es una inútil.— se burla la doncella.
Tanto el sirviente como la doncella se ríen, saben que cuando la emperatriz vea que no se hizo nada, regañara a la princesa.