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Plata

Plata

Status: En proceso
Genre:Amor-odio / Apoyo mutuo / Amor en la guerra / Matrimonio entre clanes / Secretos de la alta sociedad / Viaje a un mundo de fantasía
Popularitas:32.5k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Noveno libro de saga colores.

El reino se tambalea con la llegada de la nueva reina proveniente de una tierra desconocida, Sir Levi, ayudante del rey, emprenderá un viaje para hacer un trato con el gobernante, Eudora, la aspirante espía, insistirá en acompañarle, una tentación a la que el sir no podrá resistirse.

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18. Un descubrimiento helado.

...EUDORA:...

No se podía involucrar emociones con un ser tan egoísta como Levi, más si no tenía más nada que ofrecer que cadenas, fustas y cinturones.

Cometí un error al creer que podía ser diferente conmigo, pero despertar sola después de perder la virtud me confirmó que había entrado en un juego al que no estaba preparada.

No comprendía a ese ser.

¿Qué había de malo en mí? Solo intentaba darle lo que me hacía sentir y quería tocarlo, sentirlo más íntimamente.

Estando atada no podía.

Obedeciendo sus reglas jamás.

Esto iba más allá del contacto físico, yo quería que Levi se abriera más a mí, porque empezaba a necesitarlo más.

Era triste que él no sintiera lo mismo y que solo pensara en complacerse de esa forma rara, perversa y atrevida.

Aún me dolían las nalgas de todos los azotes, mi interior sufría por las embestidas.

Acepto que lo disfruté, se sentía tan glorioso estar unida a él, tenerlo dentro de mí, pero también disfruté más cuando yo estuve sobre su cuerpo.

Estaba distraída mientras el rey me guiaba por la nieve, hablaba sin parar y era aburrido.

El frío me hacia doler la cabeza.

Llegamos a una pequeña torre.

— Señorita, tal vez piense que es un lugar un poco solitario para un prisionero, pero se sorprendería de lo difícil que es salir de esa torre — Dijo y caí en cuenta, había olvidado por completo la misión.

Me estaba guiando hacia el salvaje.

— No puedo esperar para sorprenderme.

Hizo un gesto hacia el guardia de la puerta de hierro y este la abrió con una extraña cerradura en forma de estrella.

— Las puertas solo se abren desde afuera — Dijo el rey, con orgullo — Y tienen una cerradura especial que ni un experto podría forzar.

Eso había que verlo.

El rey me guió adentro.

La torre estaba hueca, podía ver el techo en la punta.

En el centro, había una escalera hacia abajo, conduciendo a un lugar subterráneo.

Bajamos las escaleras, las antorchas iluminaban el lugar.

La escalera era de caracol y los pasos hacían ecos.

— Me gusta como se ve.

— Penumbroso y misterioso — Dijo el rey, adelante de mí.

Debe ser por eso que me gustaba.

Sir Levi era así.

Llegamos a un pasillo oscuro, lleno de calabozos cuyas puertas eran de hierro.

— ¿Todas están ocupadas? — Pregunté.

— Algunas, pero no todas tienen salvajes, hay unas con traidores.

— ¿Traidores?

La gruesa capa del rey se arrastraba por el suelo, cubriendo su escuálido cuerpo, no parecía un gobernante, pero entendía que era por la situación de este lugar, no había muchos lujos.

Aún así, este rey era extraño.

— La estabilidad dentro de la muralla requiera rigidez, si alguien empieza disturbios merece ser castigado, porque eso podría significar el fin de nuestro reino y eso no es conveniente para la conquista de mis tierras — Dijo, caminando hacia la última puerta, que tenía una cerradura igual a la de la entrada.

El rey sacó la llave de su bolsillo.

Presté atención a los giros que dió en la cerradura.

Necesitaba saber como funcionaba de no lograr robar la llave.

— ¿Va a abrir esa puerta? — Pregunté, fingiendo temor, aunque una parte de mí si lo sentía.

Soltó una risa.

— No tema, el prisionero no tiene libertad en su propia celda, no estuviese abriendo la puerta si no tuviera cadenas.

Tragué con fuerza.

Las bisagras rechinaron.

Barnaby tomó una de las antorchas del pasillo, entró al calabozo y lo seguí, manteniéndome detrás de él.

El lugar fue iluminado y observé con cuidado.

El rey avanzó hacia la esquina.

El sonido de las cadenas hicieron eco dentro del calabozo, en un movimiento brusco.

El ser se intentaba cubrir de la luz, estaba semi cubierto por ropas desgastadas, los brazos y piernas sucias, con cortes y cicatrices mal curadas.

El cabello era largo y enmarañado.

Tenía tatuajes como los de Levi y todo mi interior se tambaleó.

— Ya no es tan rudo — Dijo el rey, al ver que el ser se cubría el rostro con los brazos — Mantenerlo vivo fue costoso, ha intentado suicidarse en múltiples ocasiones, supongo que la cobardía lo hacen casi igual a nosotros, de no ser útil lo hubiese asesinado, pero este ser es clave para la guerra, conoce las tierras más allá de los muros y será un excelente guía cuando los ejércitos avancen.

No alcanzaba a comprobar si era el mismo del retrato.

Estaba muy delgado.

Me coloqué al lado del rey para observar al salvaje más detalladamente.

— Cuidado, no se acerque demasiado, actúan dócilmente, pero atacan a traición.

Se oyeron gruñidos, el salvaje estaba gruñendo como animal.

— ¿Cómo tienen el rostro? — Pregunté — ¿Por qué se lo oculta?

— Solo le molesta la luz del fuego, vivir en penumbra lo ha hecho sensible a la luz, tiene tantos años encerrado — El rey acercó más el fuego y el salvaje se aferró más a la pared, gruñendo en protesta — ¿Quiere verle el rostro?

Asentí con la cabeza.

— Profari — Dijo el rey y me tensé.

Levi también mencionó esa palabra.

El salvaje saltó y me sobresalté, retrocedimos.

Empezó a gruñir, sacudiendo las cadenas, se veía furioso.

Tenía una barba larga, no tenía canas.

Era un hombre a simple vista, sus actos lo hacían diferente, pero tal vez con un baño y una ropa decente pasaría por una persona normal.

Su piel era blanca, sus ojos brillantes de color verde, la piel un poco arrugada.

— No tienen humanidad, son una amenaza para el mundo.

El salvaje fijó sus ojos furiosos en mí, su expresión se ablandó un poco, pero siguió tirando de las cadenas.

Balbuceó cosas que no comprendí.

— ¿Qué hace?

— Recita plegarias o maldiciones.

— Es suficiente, ya ví lo suficiente — Dije, al ver que raspaba sus uñas contra la piedra del suelo, haciéndolas sangrar.

— ¡Deja de hacer eso, bestia del demonio! — Gruñó el rey, acercando el fuego para quemarle.

Se le chamuscó la barba y el salvaje retrocedió hacia la pared, volviendo a sentarse en la esquina.

El rey me sacó del calabozo y cerró la puerta.

— ¿Qué significa Profari? — Inquirí.

— Para ellos es como lanzar la peor de las maldiciones, tiene mucho peso, si alguien la pronuncia significa que desea todo el mal, que caiga el castigo de los dioses.

¿Cómo es qué Levi sabía tanto?

— ¿Los dioses?

— Los salvajes creen en varios dioses, según ellos, Profari es suplicar a los dioses que el mal caiga sobre la persona a la que se le pronunció esa palabra.

— Oh, entiendo — Empezamos a caminar de vuelta.

— Son solo supersticiones de gente sin inteligencia.

— Solo gruñía como bestia.

— El idioma de ellos es muy similar al de nosotros, pero prefieren comunicarse de otras formas, con gruñidos y golpes, cosas sin sentido.

Volvimos al esterior, el guardia cerró la puerta.

— ¿Cómo se comportó la mascota? Majestad.

— Aún es algo arisca, pero con el fuego se le pasa — Bramó con burla.

El guardia se rió.

Caminé por la nieve.

— Espere, señorita Eudora.

Me detuve.

— Diga, majestad.

— ¿No se olvida nuestro trato? ¿Verdad?

— No — Dije y se lamió los labios recesos.

— Ésta noche será de gozo para nosotros.

Tragué con fuerza, esperaba no tener que rebajarme a tal asquerosidad.

...LEVI:...

Me atravesé entre el príncipe y Albert.

— ¿Qué hace este miserable capitán opinando de algo que no conoce? — Siseó el infeliz, gruñendo.

— El capitán solo ha hecho un comentario con ligereza, no tiene porque ofenderse.

— Es algo lógico, hacen una muralla para protegerse, salen a cazar gente — Gruñó Albert y le lancé una mirada para que dejara la indiscreción — Ellos vienen acá solo para defenderse.

— ¿Qué rayos haces aquí entonces? ¡Te aventaré hacia abajo a ver si esos malditos tienen la misma compasión por ti! — Gritó el príncipe, sacando su espada — ¡Espero que te arranque la piel estando vivo!

Albert se mantuvo retando con la mirada.

— ¡Más salvaje luce usted!

— No compliquen las cosas con discusiones absurdas — Dije, por dentro quería hacer lo mismo que Albert, pero crear conflicto solo complicaría las cosas para nosotros.

— ¡Éste infeliz se cree con la potestad de desafiar e insulta a toda la muralla con sus comentarios! — Gruñó el príncipe, señalando a Albert — Es una ofensa que no puedo pasar por alto.

— Su ignorancia no le permite comprender, su alteza, no haga nada al respecto, el capitán se va a comportar a la altura.

Albert frunció el ceño hacia mí.

— Otro comentario y terminará con la cabeza enterrada en la nieve — Señaló hacia abajo — Usted también está advertido — Lanzó una mirada hacia mí — Quisiera ver lo que opinan los salvajes sobre sus condescendencia.

— Su alteza, si usted hace eso, entonces tendrá que asumir las consecuencias — Le amenacé y se tensó — Soy el ayudante del rey, represento a Floris y éste maldito trato entre reinos puede irse a la mierda si usted comete algo en contra de nosotros.

— El trato ya está hecho, mi hermana está en manos de su rey.

— Aún así, atentar contra hombres del rey es un acto que podría desplomar todos los esfuerzos de su padre — Elevé una ceja — Adelante, ataque, puede que el ejército que desea se termine reduciendo.

Bajó su arma y maldijo entre dientes.

Se alejó.

— ¿Qué rayos haces? — Siseé a Albert.

— Lo siento, no puedo evitarlo, no quiero ser parte de ésta guerra.

— Yo tampoco, pero hay que actuar con inteligencia — Susurré y apretó su mandíbula.

— Esto es una masacre en proceso, independientemente de si son salvajes o caníbales, están en su derecho de habitar estás tierras.

— Lo sé.

— Pregúntate esto ¿Quién estaba primero? ¿Los salvajes o la muralla? La respuesta es obvia.

Tenía razón.

Hubo un movimiento en la nieve a unos metros y ambos observamos.

— ¿Traes tu larga vista? — Pregunté.

Y lo sacó de su cinturón.

Lo tomé, abriéndolo.

Observé con él.

Me encontré con una salvaje que observaba con furia hacia la muralla, sin moverse y sin avanzar.

Tenía el cabello suelto y lleno de nieve, las pieles gruesas cubriendo su cuerpo, sosteniendo una lanza.

— ¿Es un salvaje? — Preguntó Albert.

Le tendí el larga vista y observó.

— ¡Es mujer! — Se sorprendió.

— Parece que no planea avanzar.

— Se ve furiosa.

— Yo también lo estaría.

— Hermosa.

Puse los ojos en blanco, no se le notaba la desesperación por encontrar una mujer.

— ¿Encontraron algo interesante? — Preguntó el príncipe.

Albert bajó el larga vista.

Observé hacia la dirección en donde estaba la salvaje, pero ya no había nada.

— Creíamos ver algo, pero no era nada.

— Me hubiese gustado que presenciaran como esos salvajes intentan cruzar sin éxito.

— Ciertamente — Reí, fingiendo que no me hervía la sangre.

Salimos de la torre y caminamos de vuelta al palacio.

Nos topamos con Eudora, parecía estar buscándonos.

— Al fin los encuentro — Dijo, su mirada se posó en mí con tensión.

Albert se dió cuenta de la situación.

— Voy a adelantarme, se me está congelando el trasero.

Nos observamos, su cabello estaba lleno de copos y sus mejillas estaban muy rojas.

— Eudora...

— Encontré al salvaje — Dijo, mostrando el medallón — No luce tan como él, pero si es el mismo, está más viejo.

Suspiré.

— Gracias, Eudora.

— ¿Lo quieres por qué es importante para la guerra? — Susurró, aprovechando la soledad en la que estábamos — Lo usarán como guía en las expediciones.

— No es la única razón por la que lo quiero.

— Dijiste que me dirías todo en cuanto lo encontrara — Dijo, metiendo las manos en los bolsillos de su abrigo.

— Te lo diré, pero debemos buscar un lugar apartado.

Caminó, alejándose de los edificios.

La seguí, hasta una parte solitaria donde había un árbol viejo y seco.

Se detuvo debajo y se giró.

Me evaluó detenidamente.

— ¿Por qué sabes tanto de los salvajes?

Suspiré pesadamente.

— Antes de Floris, de Hilaria, yo vivía en Polemia.

Frunció el ceño.

— ¿Aquí? ¿Dentro de la muralla?

— No, Eudora, no precisamente aquí — Negué con la cabeza.

Parpadeó con confusión.

— ¿En dónde?

— Dramori — Dije y se quedó parpadeando — Significa bendecido en la tierra blanca.

— Profari... ¿Qué significa?

— Maldecido en la eternidad.

— Tú... — Se tornó pálida — El salvaje del calabozo se volvió agresivo cuando el rey pronunció esas palabras.

— Es indignante que se nos insulte de esa forma.

— No puede ser — Lucía atónita — No... Tú no eres... Es imposible...

— Soy un salvaje — Bajé mi voz — El hombre que está encerrado en ese calabozo, es mi padre.

Eudora se cubrió la boca.

1
lu
obvio que escuchó, por eso se sintió más emocionado
lu
la saga es muy buena
Yise
Golozaaaaaaa aissshhh q calorrrchh q capitulo más intenso ufffffff mira q jiros más bruscos e inesperados dio, pero me encantó....... Eudora bb cosita rika debes estar agradecida q has atrapado a esa fiera solo para tí, así q ve con calma q ya ese macho pecho peludo espalada plateada es tuyo todo tuyo. Golozaaa /Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle/
Blacina Calvo Fernández
Excelente historia. Poco a poco Eudora ha ido enamorando a Levi.
Yilli Paola Soto Nuñez
claro que escucho y por eso se prendió más que no se resistió y sembró la semilla en ella cuando quieran regresar van llegar con un nuevo integrante en el barco
Sol
si escucho pero no sabe cm reaccionar a esa palabra q significa mucho
Marcela Lopez
está emocionante 🥰
Mary Ney
Escritora dele a Albert una buena esposa,, se la merece, har sir ya estas enamorado creo que escuchaste Eudo el Te Amo/Smile/
Laura Ojeda
me encanta autora gracias.. creo que Levi y Eudorita van a ser padres si siguen así....
𝓔𝓶𝓪𝓷𝓭𝓮𝓻 🖤
👁️👄👁️ yo al ver que Levi le dió como cajón que no cierra y le echó sus bendiciones a 10 meses de llegar a Floris 🤣🤣🤣 Probablemente haya bebé salvajito nuevo❤️💖
Nella Reyes
claro que te escucho sólo que no sabe como decir la palabra aún pero de que la siente la siente... sino no se hubiera derramado en ti.... apuesto a que deseo en silencio poner la semilla de un bebé en tu vientre
Daiana Ibarra
Albert de cada lugar quiere un recordatorio ahora quiere a l salvaje q le pida al rey como pago x su trabajo
Daiana Ibarra
cuando lleguen al rey van a llegar con un bebé recién nacido si siguen asi
Nella Reyes
Eudora eres una heroina, no sólo salvaste a la guerrera, también a las mujeres y niños que iban a ser asesinados y por último salvaste a tu suegro... tienes un corazón de oro puro así que Levi debe estar además de Enamorado, orgulloso que no cabe en su pecho la mujer fuerte que eres
Orozco Beatriz
si escuchó, solo que se emocionó y te dio como cajón de gabeta mal colocado 🤭🤭
Eliana Cardona
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Eliana Cardona
Que emocionante es esto 👋👋👋
Faveamny Calderon
naaaa si te escucho querida pero típico de los hombres hacerse los sordos para no te er que demostrar sus sentimientos o aceptar que cayeron en las garras de cupido 🤭🤭🤭🤭
Melissa Janeth Basilio Polo
gracias , gracias por actualizar ....moría de la impaciencia por leer otro capítulo 🥺
Ana Parra
uyyy sir Levi gota a gota se llena el cántaro y Eudora tiene paciencia de doncella
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