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Obligada A Amarte

Obligada A Amarte

Status: En proceso
Genre:Amor prohibido / Mujeriego enamorado / Posesivo / Atracción entre enemigos / Arrogante / Amor-odio
Popularitas:7.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Crisbella

Siempre pensé que mi destino lo elegiría yo. Desde que era niña había sido un espíritu libre con sueños y anhelos que marcaban mi futuro, hasta el día que conocí a Marcelo Villavicencio y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados.
Él era el peligro envuelto en deseo, la tentación que sabía que me destruiría, y el misterio más grande: ¿Por qué me había elegido a ella, la única mujer que no estaba dispuesta a rendirse? Ahora, mí única batalla era impedir que esa obligación impuesta se convirtiera en un amor real.

NovelToon tiene autorización de Crisbella para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo X Primer enfrentamiento

Punto de vista de Marcelo

Después del desayuno fuimos al registro civil, donde ya me esperaba mi abogado con los dos documentos que pedí redactar.

—Lee esto y después firmas —sentencié, entregándole a Diana las carpetas amarillas que acababa de revisar.

—¿Qué es esto? —preguntó, confundida, aunque su tono ya era resignado.

—Eres muy inteligente, así que sabes la respuesta.

Ella leyó el primer documento, el acuerdo de separación de bienes. Sonrió con ironía y procedió a firmar.

—¿Acaso no piensas refutar nada? —Pregunté, exasperado. Su falta de interés por mi fortuna me frustraba.

—No me interesa tu dinero, ni nada que venga de ti —dijo, firmando el documento ante la mirada atónita de mi abogado.

Luego tomó el segundo documento. Este era el contrato donde se establecía que, una vez terminado el año de matrimonio, firmaríamos el acuerdo de divorcio. Una vez terminado el trato, ella obtendría el dinero por su trabajo y un apartamento equipado para que pudiera vivir libre.

También había una cláusula en la que ella debía ser fiel hasta finalizar el matrimonio.

—Estoy de acuerdo con esta cláusula. Sin embargo, pido lo mismo de tu parte —Su petición era absurda, pero al mismo tiempo abrió la puerta para que yo ofreciera algo más.

—No tengo problema con eso —respondí, con una sonrisa ladeada—, siempre y cuando consiga en casa lo que todo hombre casado necesita.

—Está bien, puedes andar con quien te dé la gana. Igual no me interesa mantener una relación sentimental con nadie —Me estaba retando, y ese juego sería muy peligroso, pues su desinterés era mi mayor provocación.

—Espero no cambies de opinión más tarde. —Firmamos ese último documento y luego pasamos con el juez que nos casaría—. Sonríe, cariño, es nuestra boda —susurré a su oído mientras avanzábamos por la oficina del registro civil.

Ella forzó una sonrisa, aunque a decir verdad parecía tan genuina que quien no la conociera diría que ella estaba disfrutando este momento. La ceremonia fue muy sencilla. Después de dar el "sí, acepto", firmamos los certificados, llegando al momento que había estado esperando: la hora de besar a mi esposa.

Pude notar la incomodidad en Diana. Su cuerpo estaba tenso, pero no se negó al beso. Me acerqué a ella despacio, acaricié su suave rostro y con delicadeza la obligué a mirarme a los ojos; esos ojos miel que mostraban a una mujer dulce y al mismo tiempo fuerte, temerosa, pero al mismo tiempo decidida. Era la mezcla perfecta para una noche de pasión.

La besé con suavidad. Ella respondió con ternura, y el beso duró más de lo que esperaba, abriendo una puerta que pensé cerrada. Su boca era dulce y me atrajo con una familiaridad que me aterrorizó y me excitó. La estreché un poco más, reclamando mi derecho recién adquirido, y ella se dejó hacer por un instante.

Sin embargo, la dicha no podía durar más. Mi padre, Roberto Villavicencio, irrumpió en la oficina, trayendo con él una tormenta difícil de apaciguar.

—¡¿Qué has hecho, Marcelo?! —preguntó, interrumpiendo el momento con una voz atronadora—. ¿Cómo pudiste casarte con esta mujer? ¡La hija de nuestro enemigo!

Diana dio un paso atrás, se separó de mí y pude sentir su cuerpo tensarse y la confusión pasando por sus ojos. Mi padre era una fuerza destructora que acababa de confirmar a Diana que esta unión era pura estrategia.

—Es mi vida, padre. Y ahora Diana es una Villavicencio —confesé, con la voz firme—. Y te aseguro que será nuestra mejor arma para destruir a su padre.

—¡Ella jamás será parte de mi familia! —rugió Roberto, acercándose a Diana con la intención de humillarla.

—Así es, señor. Yo nunca seré parte de su familia. Quienes recurren a métodos poco convencionales para amedrentar a las personas.

Tomé el brazo de Diana con fuerza para evitar que dijera cosas comprometedoras delante del juez.

—Lo siento, señor juez, nuestra historia es como la de Romeo y Julieta. Nuestras familias se oponen al amor que sentimos el uno por el otro.

Le pedí a Diana que saliéramos de la sala y a mi padre que no se metiera más en mi vida, que era un hombre capaz de tomar mis propias decisiones.

Una vez estuvimos solos en el auto, le dejé claro a Diana que una de las cláusulas del contrato era que ella ni nadie de su familia podía divulgar nuestro acuerdo y que si rompían esa regla las consecuencias iban a ser desastrosas para ellos.

—No lo he olvidado, así que no es necesario que lo traigas a colación cada vez que no puedas controlar algo —replicó, mostrando un desafío admirable—. Pero lo que sí te dejo claro es que: no permitiré que nadie de tu familia quiera humillarme, y menos que vuelvas a ponerme una mano encima. —Eso último lo dijo mirando su brazo enrojecido.

Había perdido el control de mi fuerza, y en nuestro primer minuto de casados, ya había lastimado a mi esposa. Todo por la intromisión de mi padre, aunque no tenía excusas para lo que hice.

—Lo siento, no medí mi fuerza —dije, sintiéndome genuinamente preocupado—. ¿Te duele? —pregunté.

—Ya no importa, mejor dime cuál es el siguiente paso.

Sabía que le dolía. Tenía que buscar la manera de resarcir el daño, por lo que decidí llevarla de luna de miel. Aunque no fuese real, era lo menos que podía hacer después de lo que hice.

—Es una sorpresa —dije, volviendo a mi estado de frialdad.

—No me gustan las sorpresas, mejor volvamos a la mansión. Necesito descansar.

—Adonde vamos, descansarás todo lo que quieras.

El chófer nos llevó hasta el aeropuerto, donde ya nos esperaba mi avión privado.

—Era de esperarse que el hombre más rico del mundo tuviera su propio avión privado —comentó con sarcasmo.

—Quiero que por estos días dejes atrás que nos caemos mal y mejor disfruta de tu libertad.

—Te recuerdo que aunque el ave esté en jaula de oro, sigue siendo prisionera.

Tras su comentario, caminó hasta el avión, dejándome atrás con el mal sabor de boca que sus palabras me habían ocasionado, ella tenía razón, seguía siendo una prisionera aunque le diera el mundo entero. La seguí de cerca para tomar su mano y entrelazarla con la mía.

—Disimula, hay periodistas cerca.

Inmediatamente, fingió una sonrisa, pegando su cuerpo al mío, pareciendo que éramos una pareja real. La ayudé a subir al avión. Una vez dentro, nos sentamos juntos a esperar el despegue de la nave.

—Al llegar a nuestro destino iremos a almorzar, quiero que está luna de miel sea lo más real posible.

—Como digas.

Diana volteo a ver por la ventanilla alejándose de mí, no sabía por qué su actitud me estaba haciendo sentir una emoción indescriptible, me sentía frustrado, no sabía cómo hacer para que Diana Vega se fijara en mi y dejara de pensar en ese patán de Sergio.

1
Maricruz Felix
Muy interesante que irá a pasar???
Emperatriz Reales
Nunca entiendo, porque esconder la verdad, peor es q la traidora de fabiana, la destruya, todo por callar, ella sabra como cuidarse
Alejandra Revelante
autora no q le diga la verdad mentirle es peor , el la hace débil y no es así q ella se entere y lo enfrente así el le explica por q lo hizo
Alejandra Revelante
autora no q le diga la verdad mentirle es peor , el la hace débil y no es así q ella se entere y lo enfrente así el le explica por q lo hizo
Emperatriz Reales
Que tipo tan desagradable, sera q el cree q tiene el pito de oro, y las dos se mueren por el
David Aparicio
Hola autora, felicidades está buenísima la novela, solo espero que Marcelo tenga la suficiente confianza para contarle a Diana lo que está pasando y así evitarse futuros problemas
Maria Garcia
me encanta su novela
Alejandra Revelante
autora no hagas q dude al contrario q el le diga lo q esta pasando y luchen por su amor y por sus hijos por fi te mando regalos y votos , por q esas arpías no pueden salirse con la suyas
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Hay chica deja la paranoia, ojalá el se sincere con ella creo que la confianza es importante en un matrimonio
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Debería de decirle a Diana para que ella también esté alerta a cualquier cosa
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Que susto por un momento pensé que iba a tomar esa porquería 😭😭😭😭
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Ojalá la capturen y la manden en una bolsa negra para la casa por malvada y arpía
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Doble bendición 🥰🥰🥰
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Saliste romántico Marcelo 🥰
Maria Gonzalez Gonzalez
wey yo quiero un trabajo así, con departamento y super sueldo 😃🤣
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
No es Sergio no nada Marcelo es la actitud de todos los que la rodean está astiada y tú no ayudas mucho
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Que porquería de padre ojalá sufra en carne viva
Martha Divas Delgado
y de algo se dio con urgencia acaba en amor hay diana no te Ballas a poner muy 🥰 por k a él le urge
Martha Divas Delgado
jajaja jajaja jajaja si iiiiiiiii 🥰
Martha Divas Delgado
me gusta k ya empiece a sentir cosas por el así como el las siente por k el está enamorado asta las manitas por ella
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